¡Hola, mis Fieles Lectores!

A petición de una de mis Fieles Lectores, he decidido traducir al Español una de mis más recientes historias: 2020. No he hecho esto desde que escribí Kilómetros en Español para luego traducir esa historia al Inglés bajo el título Miles. Por lo tanto, les pido perdón en anticipación por cualquier error (y horror) ortográfico o gramático que encuentren aquí.

Como he mencionado anteriormente, en la historia Kilómetros, estoy consciente de que el formato de redacción de historias en Español es diferente al usado en Inglés. Sin embargo, me siento más cómoda usando el estilo que he estado utilizando hasta ahora por muchas razones, la mayor siendo que ya he adoptado mi estilo de escritura, y no tiene sentido a estas alturas tratar de cambiar un método que ha probado ser efectivo para mí.

Al igual que en todas mis otras historias, les debo avisar que mis ideas tienden a ser descarriadas, gráficas, frustrantes, llenas de cliffhangers (aún no sé cómo se dice eso en Español), drama y lenguaje fuerte. La verdad no creo que mis historias en Español tengan un lenguaje tan corriente como el que a veces utilizo en mis historias en Inglés, simplemente porque en mi mente complicada las palabras groseras en Inglés no me molestan, pero en Español si lo hacen. De hecho, ahora que lo pienso más, no es que me molesten las groserías, pero por alguna razón rara prefiero mantener las historias en Español más limpias que las de Inglés.

Como a todo autor, me encantan los reviews pero solo si son constructivos. Si no te agrada la historia o la idea, no pierdas tu tiempo o el mío en leer solo para dejar una majadería de review. Si no tienes nada mejor que hacer, ponte a estudiar :P Como decimos en México: si no tienes nada bueno que decir, mejor no hables :) Eso no significa que no estoy abierta a sugerencias, pero hay una diferencia entre una crítica constructiva y un berrinche. Los berrinches me los como con pan dulce en las mañanas, y el berrinchudo se termina viendo como un idiota :)

Para mejor apreciar esta historia, o las otras que he escrito, te recomiendo que ajustes la configuración de FFNET para que muestre la pantalla a "half screen" o media pantalla. De esta forma no veras tanto espacio entre los párrafos y será más fácil leer la historia.

Resumen: Andros Stark tenía una sola misión y nada más. Él logró su cometido, pero hasta las victorias tiene su precio. Y algunas veces, salir victorioso cuesta más que fracasar. Adaptación en Español del fanfic de mismo nombre. ¡Disfruten y comenten!


2020

Prólogo

A sus veinticinco años de edad, Anthony Edward Stark se movía sigilosamente en la obscuridad: su vida dependía de ello. Se había pasado la mayor parte de la noche haciendo sus rondas habituales en busca de provisiones. Después de cinco años de casi pelear por cada comida, sin embargo, se estaba quedando sin lugares para robar. En un primer momento, las cantidades de abastos habían sido abundantes debido al caos que el ataque repentino había causado a los ciudadanos normales. Después de cinco años, no obstante, tanto los sobrevivientes como las raciones estaban comenzando a escasear.

Habrá mudanza otra vez, pensó él con resentimiento, pero también con la esperanza de que otra solución se presentara antes de tomar la decisión de reubicarse de nuevo. El odiaba mudarse, sin importar que tan necesario este acto hubiera sido en el pasado. La incertidumbre de lo que lo esperaría afuera era tan desgarradora como el hecho de tener que abandonar lo que una vez fue su hogar. Por otra parte, un hogar hoy en día era cualquier lugar que aún estaba en pie, cualquier lugar quedado del antiguo mundo que él alguna vez disfrutó.

La última estructura que él ahora robaba había desde el exterior parecido prometedora en términos de provisiones esperadas. Pero después de una inspección minuciosa del interior, había resultado ser solo un fracaso. El único elemento rescatable que había encontrado era un paquete de galletas saladas que había expirado el mes pasado.

Los mendigos no podían ponerse sus moños, y un mendigo era él hoy.

Era irónico para el inventor cuántas cosas inservibles la gente mantenía en sus hogares. ¿Cuál era el punto de tener una casa enorme, si nada dentro de ella valía la pena en caso de una emergencia? El dinero no tenía valor alguno, y tampoco lo tenían la mayoría de las posesiones materiales. Las únicas monedas del día eran las armas, las medicinas, los alimentos y el refugio, los cuales eran tan difíciles de encontrar como agua en el desierto.

"Esto tendrá que ser suficiente por esta noche," Tony se dijo a sí mismo antes de salir del edificio a través del mismo agujero en la pared que había utilizado para entrar. Miró a la izquierda y a la derecha para asegurarse de que no había nadie a su alrededor antes de correr por el callejón oscuro para regresar a casa. Su casa hoy era un sótano abandonado en lo que solía ser una concesionaria de autos usados. Su casa mañana... Bueno, la realidad era que nadie tenía ni las más mínima idea de lo que pudiera ser.

Reacomodó en sus brazos los objetos valiosos que había encontrado esta noche, y empezó a sacarle la vuelta a las trampas en el sótano que él mismo había establecido con anterioridad. Dudaba que en mucho más tiempo, y por estos rumbos, se encontraran más alimentos u otros suministros necesarios para sobrevivir, pero no se atrevía a pensar lo que esto podría significar. Sólo se podía escapar durante tanto tiempo de la realidad antes de que finalmente te encontrara para burlarse de ti en tu cara.

Era oscuramente divertido el hecho de que él era un inventor de tecnología que vivía sin una sociedad; sin ser parte de una civilización.

Estaba casi al final del largo pasillo de trampas escondidas, pero el destino hizo que una de las latas se deslizara de sus brazos para caer sobre el punto exacto que atrajo la última línea de defensa contra intrusos. En la fuerte oscuridad que lo rodeaba escuchó el experto y rápido armado de un arma de fuego que fue inmediatamente apoyada sobre su frente.

"No hagas ni un movimiento. Tienes un revólver con cañón corto .357 Magnum cargado y apuntando a tu cabeza. Te voy a reventar los malditos sesos si no haces lo que te digo."

El chico de los ojos azules no pudo evitar sonreír.

"Pepper, soy yo: Tony," susurró él, asegurándose de no hacer algún movimiento brusco con su cuerpo y de no hacer algún cambio de voz inesperado que la forzara a presionar el gatillo. Esta había sido la manera en la cual había muerto la última persona que había intentado entrar aquí sin permiso: recibiendo una impacto de bala directo a la frente por parte de Patricia "Pepper" Potts.

"Ah, ¿sí?" preguntó ella, y él sintió el cañón de la pistola ser presionado aún más fuerte a su frente. "Demuéstralo."

"¿Que mi voz no es suficiente?"

"Podrías estar usando un modulador de voz."

"Ya nadie tiene uno de esos, Pep," dijo él en un tono de voz normal al sentir el arma ser removida de su cabeza. La oscuridad fue entonces reemplazada por la luz, y en ese momento pudo él finalmente respirar con alivio. Observó con calma a Pepper tomar unos pasos hacia atrás, bajar el arma, y activar el candado del revólver para luego regresarlo a su cinto.

"Me pudiste haber dicho desde un principio que eras tú. Me asustaste el alma del cuerpo."

"Lo siento," le ofreció el genio una sonrisa de disculpa antes de arrodillarse en el piso para levantar la lata de aluminio que había causado el problema. "¿Te sientes mejor?"

La pelirroja movió la cabeza de lado a lado al mismo tiempo que mordía su labio inferior.

"No. Me están empezando a dar agruras y acidez otra vez."

"¿En serio?"

Tony caminó hacia el área en donde mantenían algunas cajas de cartón, todas estas perfectamente alienadas contra la pared. Cada caja contenía artículos diferentes, clasificados por su uso, y el chico empezó a separar y guardar su botín en el lugar apropiado para cada provisión.

"Creo que vi una última pastilla para la acidez. Ahorita te la doy."

"Olvidalo. No se siente tan mal como las otras veces," le contestó ella antes de caminar hacia una de las únicas dos sillas en el pequeño cuarto. "Mejor tomo un poco de agua para ver si eso disipa la acidez."

"¿Estas segura, Pepper? La última vez no pudiste ni dormir del dolor, y ya es hora de ir a la cama."

El inventor finalmente terminó de acomodar todo lo que había traído consigo. Paso seguido, el genio tomó una lata de la caja de comida y sacó su navaja multiuso de la bolsa trasera de su pantalón. Usando lo más cercano que se tenía a un abrelatas, Tony removió la tapa metálica de lo que sería la cena de hoy.

Pepper lo observó en silencio mientras él tiró la tapa de la lata a la esquina donde se mantenía la basura y luego sacó de la caja de comida el paquete de galletas saladas que había encontrado hoy. El joven entonces dio la media vuelta, caminó hacia donde se encontraba la chica, y se sentó a su lado.

"Encontré atún," le ofreció la lata pero ella no intentó tomarla.

"Solo agua," le contestó, su nariz fruncida, y después alejó su cara de la comida frente a ella.

"No, Pepper," frunció el ceño. "Tienes que comer algo. No has comido nada en todo el día. Esa es probablemente la razón por la cual tienes acidez. Tu estómago aun trabaja sin importar si hay comida en él o no. ¿Sabías eso?"

Pepper frunció su nariz aún más, asegurándose de incrementar la distancia entre sus fosas nasales y el atún.

"Solo agua, por favor."

Tony gimió. "Entonces, ¿qué tal un par de galletas saladas? Solo han estado caducadas un mes. Estoy seguro de que no te harán daño."

"Agua."

"Pepper, ¡por favor!" el joven acercó su cara a la de ella. "No puedes seguir haciendo esto. Necesitas comida para vivir, y yo te necesito viva. Así que, por favor, de perdido unas cuantas galletas, ¿sí?"

La pelirroja suspiro en derrota, aceptó un punado de galletas, y empezó a morderlas lentamente. Tony le dio una sonrisa de agradecimiento antes de ponerse de pie y caminar al lugar donde mantenían el agua que colectaban cuando llovía. Él había diseñado un sistema simple de filtración con las partes y herramientas que había podido encontrar, y aunque el sistema nunca pasaría los estándares de sanidad establecidos por el Departamento de Salubridad, era mucho mejor esto que la alternativa.

"Pensándolo bien," Pepper dijo al observar su espalda. "Creo que si tomaré el antiácido después de todo."

"Bien," dijo él y empezó a llenar un pequeño vaso con agua. "Pero esa es la última pastilla que tenemos. Tendré que buscarte más. Me pregunto por qué te está dando acidez tan seguido. Probablemente porque no has estado comiendo bien."

"No creo que esa es la razón," se aclaró la garganta.

"¿Qué más puede ser? Ha estado empeorando últimamente, y lo único con lo que puedo asociarlo es con tus malos hábitos de dieta. No podemos correr el riesgo de enfermarnos, Pepper. No hay doctores ni hospitales."

"La verdad no creo que esa sea la causa."

Lo miró dar la vuelta, el vaso lleno de agua en la mano, y detenerse en la caja de medicinas. Él de ahí sacó de ahí la última pastilla antiácida, y después regresó a donde ella estaba esperándolo. Le ofreció los dos artículos a la chica, y ella rápidamente los tomó de sus manos para tragar la pastilla. En cuanto la cara de la chica estaba libre de obstrucciones, Tony se puso en cuclillas frente a la silla de la joven. De nuevo acercó su cara a la de ella, pasó sus dedos por su roja cabellera, y besó sus labios. Cuando por fin se separó de ella, él sonrió y le acarició la mejilla con su dedo pulgar.

"No estoy tratando de ser un fastidio, Pepper. Es solo que te amo y me preocupa tu salud. Si algo malo te pasara, yo no… no sé lo que haría sin ti. Estoy tratando lo mejor que puedo para encontrar cosas buenas que comer, pero cada día es más difícil de hacerlo. Lo último que quiero es ser la causa de una enfermedad para ti."

Pepper le sonrió y movió la cabeza de izquierda a derecha.

"No es la comida, Tony. Te lo aseguro," la chica frunció el ceño al pasar su mano sobre la cara barbuda del chico. "No encontraste un rastrillo, ¿eh?"

Tony se bufó, lamentándose al igual que ella de su mala suerte. "Ni siquiera unas estúpidas tijeras."

"Pues ni modo. Ya veremos mañana. Tengo un lugar en la mira que creo tendrá muchas cosas buenas para nosotros."

"¿Estas segura que no quieres que vaya yo otra vez?" le preguntó antes de levantarse del piso y regresar al bote de agua para servirse un vaso para él. "No hay problema si prefieres quedarte aquí."

"No, Tony," ella le contestó de inmediato. "Este siempre ha sido el acuerdo: nos tomamos turnos, ¿no es así?"

"Si, lo sé. Pero no te has sentido bien últimamente. No has dormido a gusto por una semana. Quién sabe si alguien esté allá afuera, esperando el momento oportuno para tomar ventaja de ti. Además, imaginate que tan más difícil será buscar provisiones con acidez haciéndote la vida imposible. Si no te sientes mejor mañana, no te voy a dejar ir a ninguna parte."

Pepper se mofó y miró las galletas en su mano.

"Por última vez: no es la comida."

"Entonces, ¿qué más puede ser? Como me gustaría que aun estuviéramos en el templo para hacerlo funcionar otra vez. Así podría analizar tu esófago y estómago para ver cuál es el problema. Temo que si esto sigue así por más tiempo, que pronto empieces a sangrar por culpa de úlceras o algo así."

Pepper respiró profundamente y movió las galletas de su mano a la silla al lado derecho. Se sobó las manos de los nervios, y luego empezó a morderse la uña del dedo pulgar.

"De hecho," empezó ella a decir en un tono de voz muy sutil, "No es nada más que un efecto colateral."

"¿Un efecto colateral? ¿De qué? ¿De mala nutrición?" Tony insistió con su viejo argumento mientras esperaba que su vaso se llenara de agua.

"No. Es un efecto colateral... un síntoma... de embarazo."

"¿De veras?" dijo él calmadamente, no entendiendo inmediatamente lo que ella le estaba dando a entender. "No lo sabía."

Pepper mordió su labios en lo que ella esperaba que la noticia tuvieran sentido para él. Cuando el vaso de agua que tenía él en sus manos cayó al suelo, ella se dio cuenta de que él por fin había entendido la situación. Para cuando Tony dio la vuelta para mirarla a la cara con sorpresa, ella ya tenía lágrimas en los ojos. Le tomó a la pobre y asustada chica toda su fuerza de voluntad el no perder la voz antes de hablar de nuevo.

"Tony, estoy embarazada."


Nota del Autor (N/A): ¿Entonces? ¿Qué tal? Vale la pena la traducción, ¿o no? Si no vale la pena, lo siento mucho. Si sí, no olviden darle las gracias a iaabella shane. Ella fue la que sugirió traducir la historia ;) Y de paso, no sean malos y dejen un comentario para saber que piensan de esta idea. Como siempre, ¡gracias de antemano por leer y comentar!