Hola! Cómo están? Bueno se me dio hace un tiempo por escribir algo de esta pareja Gallantmon/Dukemon como les guste llamarlo y Angewomon, no me maten xD. Solo espero que disfruten de la historia.


Guerra y pasión.

Capítulo 01: Heredero.

-Mi lord, las tropas de Devimon han atacado parte de la selva tropical, Alphamon ya les ordeno a Magnamon y a Sleipmon que vigilaran el territorio…- Informo un angustiado Omnimon.

-Se lo agradezco mucho, y Omnimon, ¿tuvo noticias del paradero de mi hermana?- Cuestiono.

-Si su alteza, Gallantmon me confirmo que llegaron sanos y salvos al Continente Server, su pequeña hermana se encuentra muy bien escoltada-

-Se lo agradezco Omnimon, ya se puede retirar- El digimon caballero realizo una reverencia y se retiró del lugar dejando solo a un preocupado joven heredero al trono. –Padre, desde tu partida la Isla File es un caos total…- Observo el panorama que lo rodeaba a través de la ventana, el sol hace tiempo que no gobernaba, y la oscuridad cubría cada pequeño sector, a pesar de lo mal que se sentía había algo que le llenaba un poco de luz en su depresión –Angewomon…- Elevo la miraba, no todo estaba perdido.

Una pequeña e inofensiva manzana se encontraba cubierta por flechas blancas, al mismo tiempo que un pequeño niño observaba como la silueta femenina apuntaba hacia donde se encontraba, cerro sus ojos al no creer donde impactaría, pero para su sorpresa yacía en la parte superior del fruto que reposaba en su cabeza, fue un gran alivio el que sintió al saber que no fue el blanco.

-Eres muy buena en esto- Menciono el pequeño Gomamon.

-Gracias, aunque de no ser por ti no podría entrenar como me gusta-

-Si como escaparte sin mi permiso- Se sintió una gran ola de aire, y con ella apareció Gallantmon sobre Grani con sus brazos cruzados demostrando no estar de buen humor.

El pequeño se asustó por lo que se escondió detrás de la joven quien no se inmuto ante la diferencia de altura.

-Perdón, olvide la hora…- Le sonrió de forma tímida.

-No tienes remedio- Negó con su cabeza, ignorando que Gomamon lo observaba de pies a cabeza.

-¿Es usted un Caballero Real?- Cuestiono llenándose de emoción.

-Si soy parte de los Caballeros, pequeño ya está oscureciendo te acompañaremos con tus padres- Angewomon no podía creer el comportamiento que había presentado su compañero.

-Llevas un tiempo sin regañarme, parece ser que ya se te fue el síndrome del anciano- Lo molesto antes de caminar en dirección a la ciudad, el caballero bajo su cabeza sin saber que responder, luego encontraría como rematarlo.

El menor de los tres los observaba sin comprender qué tipo de relación tenían ambos, pero no podía dejar pasar aquel momento para luego quedar como el victorioso frente a sus amigos al haber sido escoltado por un Caballero Real hasta su casa.

Los padres le agradecieron por su amabilidad, ambos continuaron su camino hacia la posada donde descansaban para retomar fuerzas. Tomaron asiento y esperaron por la cena que estaba por salir, pero en eso noto lo distraída que se encontraba su acompañante, y algo cabizbaja.

-¿Buscas captar la atención de algún pretendiente?- Bromeo y obtuvo lo que buscaba.

-Solo me preocupa que Devimon ya comenzara a mover sus tropas, mi hermano… ¿Él estará bien?- Se preocupó por ella si había algo que más le dolía era verla en ese estado.

-Me informaron que él se encuentra bien, pero quien más me preocupa eres tú, desde que llegamos al Continente Server pareces estar en las nubes…-

-Estoy bien- Lo interrumpió –lo que no puedo creer… es como nuestro padre nos ocultó de la existencia de Devimon…-

-Su padre me lo comento antes de morir, pero no estábamos enterados de ello… Perdón- Bajo su cabeza angustiado.

-No es tu culpa, pero, ¿él realmente es mi primo?-

-Sí, él era un digimon del tipo como usted y como su hermano, él era el único heredero al trono, entreno por años para llegar a ser un buen candidato para gobernar, era todo un líder. Pero en eso nació su hermano mayor y habían cambiado de parecer ante quien sería el nuevo rey, y eso provoco que cambiara completamente, llenando su corazón de oscuridad hasta que se convirtió en Devimon, intento matar al príncipe y no había opción, aunque era su único sobrino, el rey tomo una decisión que fue encerrarlo en las profundidades…- Hizo una pausa –pero lo peor y más triste de todo es que él ya había logrado romper el sello cuando nació la segunda hija, aunque lo utilizo como estrategia, la oportunidad se dio cuando nuestro lord falleció…-

-Ahora lo comprendo mejor, aun sentía algo de dolor por lo que sucedió. Y perdón por escaparme hoy- Le respondió de forma sincera y con una brillante sonrisa en su rostro, lo que hizo que el caballero sintiera nervios.

-No me molesta, es normal sentirse de esa forma, y además creo que tuve yo la culpa siempre te incentive a que te gustara pelear y entrenar- Cambio la mirada al percatarse que la mesera iba en camino, dejando a una Angewomon sonrojada.

-Que linda pareja, desde su llegada que no les he quitado la vista de encima, son adorables- Dijo la digimon alegre.

-Muchas gracias, de hecho es nuestro aniversario, deseaba preguntarle si le podía traer algo especial a mi novia, ya sabes para celebrar-

-¿Aniversario?- Cuestiono –ya mismo les traigo, por cierto por Lilamon, pueden llamarme por mi nombre, en un momento les traeré el postre especial para la linda pareja.- Les guiño el ojo. –¡Cariño, el especial para la mesa cuatro!- Aviso en dirección a la cocina.

-No debes mentir de esa forma- Lo regaño el digimon ángel, degustando un bocado.

-Oh, ya sé dónde se fue mi síndrome de anciano- Imito en probar la comida –relájate, te note un poco mal y quería subirte el ánimo no que sea peor- No pudo contener su sonrisa. –Aunque sabes que a ti no te mentiría-

-Te lo agradezco-


Cumplía su deber de cuidar parte del castillo, era una noche tranquila cubierta de estrellas, permanecía en su estado de meditación, luego de su entrenamiento y una larga reunión aburrida por parte del rey para administrar bien los recursos a cada caballero, algo que podría ser rápido y dinámico se tardaba horas y horas de debate para los que no estaban de acuerdo con las ideas. Pronto seria hora de dormir, y esperaba poder descansar en la comodidad de su cama.

Era hora de ir a su pequeña habitación, que como era costumbre tenía que seguir un largo pasillo que pasaba cercano a donde se encontraba la princesa, siempre antes de marcharse controlaba que ella se encontraba bien, y esa noche no sería la diferencia, cuando se aproximaba a su destino escucho el grito de esa voz familiar y corriendo rompió la puerta de madera al encontrarse con un intruso intentando raptarla. Se trataba de un DemiDevimon que extendía sus alas en dirección a la ventana, aunque sus reflejos fueron más rápidos pudo bloquear el paso.

Sujeto al pequeño demonio en sus brazos, lo necesitaba con vida para que el rey decidiera su suerte, pero le lanzó un ataque y este escapo. Sobre el suelo se encontraba la princesa tenía una herida profunda en su pata izquierda. La cargo en sus brazos, y la llevo junto con su familia para que la curaran.

Luego de varios días, recupero su forma de ser optimista y risueña que la caracterizaba, lo buscaba por todas partes ya que quería agradecerle de haberla ayudado.

Él se encontraba en el campo de entrenamiento con su lanza y escudo, había quedado preocupado desde la llegada de aquel visitante no esperado que no dudaría en proteger a la familia sagrada.

-Gallantmon- Escucho la dulce voz de una niña.

-¿Salamon, que pasa?- No esperaba que saliera por días del castillo.

-Me encuentro mucho mejor y te quería agradecer a ti, que me ayudaras, mi hermano me lo conto todo…- Le sonrió.

-Me alegro que te sientas mejor, tu hermano debería estar cuidándote…- Ella lo interrumpió.

-Él fue a entrenar con Omnimon pero no me invitaron porque dicen que soy pequeña para ello, además a mi mamá no le gusta que entrene- Frunció el ceño, lo que al caballero le provoco mucha ternura verla enojada.

-¿Te gustaría que yo sea tu maestro?-

-¿Harías eso? ¿No me mientes?-

-A ti no te mentiría, qué dices, pero será nuestro secreto-

-Si acepto, eres el mejor Gallantmon, te lo agradezco- Se sintió satisfecho al poder ayudar en más de una ocasión a la pequeña princesa.


-Si eres digno de llevar esa armadura, deberás enfrentarme- El digimon ángel lo amenazo con su espada, esperando una respuesta por parte del caballero, y este desapareció repentinamente para asustarlo por la espalda, hubo un choque entre lanza y espada –nada mal-

-Apenas comencé…- Continuo atacando a su oponente de la misma forma sin piedad alguna, hasta que lo dejo en el suelo casi sin aliento.

-Ahora comprendo, si eres digno…- Se levantó para que ambos se observaran cara a cara.

-Alteza MagnaAngemon, no comprendo cual fue su repentina idea de querer entrenar conmigo, normalmente entrena con Omnimon o con Dynasmon…-

-Solo quería comprobar algo, mi padre me lo ordenó en realidad, además mi hermana te aprecia mucho, sé que ella está en buenas manos-

-Yo prometí protegerla, haría cualquier cosa…-

-Eso me deja tranquilo- Le sonrió el ángel. –Aunque…- Volteo a verlo –estaban muy juntos la otra noche en el festival…- Pensó que más bien eran celos de hermano mayor.

-Eso tiene una explicación, ella quería un muñeco y…- Buscaba un pretexto para ocultar su nerviosismo.

-Bueno intenta no hacerlo nuevamente, menos delante de mi padre, yo lo comprendo pero el no mucho…- No pensaba contradecir al rey.

-Sí, no volverá a suceder su alteza- Hizo una reverencia –ya debo marcharme, hay reunión en el consejo…-


-Cuida a mi hija, solo te pediré ese favor Gallantmon…-

-Mi lord- Observo al rey que se encontraba recostado en su cama.

-Cuídala de Devimon, así como intento venir por ella cuando era pequeña, intentara regresar ahora… Perdón por no decírtelo aquella noche-

-Señor Seraphimon, no tiene porqué disculparse, y descuide soy de palabra; a su hija nadie la tocara bajo mi custodia-

-Eres muy noble- Lo dejo descansar, pero antes de retirarse miro aquella armadura de plata con las ocho alas doradas resplandecientes como el sol, hizo una reverencia la cual fue su última despedida al rey, al que llevaba años sirviéndole, al retirarse de la sala permaneció un minuto de silencio, no podía aceptarlo.

La figura femenina se acercó hasta su paradero, quien lo tomo de la muñeca y lo condujo hasta la gran habitación de ella, ninguno de los dos dijo palabra alguna, pero ambos ya comprendían la situación, hasta que ella temblorosa rompió en llanto, para él esa fue una imagen mucho más dolorosa, sin dudarlo la atrajo hasta su ser y la abrazo con gran fuerza, acariciando las hebras rubias.

Angewomon lloro como una niña al momento en que entraron en contacto, aferrándose a la anatomía de su compañero, era la primera vez que los dos generaron un vínculo como aquel. La armadura blanca de Gallantmon comenzó a empañarse, y esa tristeza llego hasta su corazón, aunque ella no podía verlo el también lloraba sin consuelo, en años había sentido ese agujero en el estómago.

Al día siguiente fue solo tristeza y desconsuelo, cuando las nubes cubrieron por completo la Isla File, fue una jornada donde se paró el mundo y comenzó una guerra, todo había cambiado.

Angewomon abrazaba a su hermano, ambos en completo silencio, mientras que él la observaba desde su puesto con los 12 caballeros restantes. Era el momento en que MagnaAngemon tomara el puesto de su padre y para ello tenía que trascender el duelo e iniciar con la coronación del nuevo rey, pero en ese momento fue cuando Devimon regreso de lo profundo para reclamar lo que le habían quitado…


-Gallantmon, tu misión será cuidar de mi hermana, llevaba al Continente Server por favor…-

-Pero mi Lord, creo que seré más útil si mantengo mi lugar-

-El resto podrá ayudar con ello, no te preocupes, además mi hermana se negaría, contigo solo se lleva bien; no habrá problema.- Respondió el ángel.

-Gallantmon esa es tu misión, cuida a la princesa, pase lo que pase, ella podría ser nuestra última esperanza como heredera al trono- menciono su líder Alphamon.

-De acuerdo, prometo protegerla-

El frio de la noche hizo que se despertara de aquel sueño, cada momento lo recordaba como si lo viviera en ese instante, se percató que estaba cubierto por una manta, al voltearse encontró a Angewomon en la cama tratando de cubrirse del frio con sus brazos.

"No cambias nada" pensó, al prestar atención a su mano izquierda que llevaba descubierta, se encontró con la cicatriz que permaneció por años, aunque no se notaba ya que utilizaba un guante.

Retiro de su espalda la capa carmesí que era parte de su traje para dejarla encima de Angewomon, no era la primera vez que eso sucedía, y parecía que ella disfrutaba de aquel acto porque la abrazo y se formó una sonrisa en su rostro.

Apoyo su cabeza en el espacio que había en la cama, se encontraba sentado a un costado de esta y desvió la mirada, posando sus profundos ojos dorados en el ángel, la luz de las estrellas la iluminaban, se veía más hermosa de las miles de veces que la observo.

-Sé que te enseñe a que te cuides por ti sola, pero sí de todas formas yo te protegeré aunque pierda mi vida en el intento- prometió en la fría noche.


Tanto tiempo xD, bueno es un fic, que no va a ser muy largo, todavía no sé cuántos capítulos.

Hace tiempo que tenía ganas de escribir algo así, ya que me gustan mucho las historias de guerra, con un estilo medieval, y por eso decidí dividir en varios capítulos para que se pueda apreciar las batallas.

Si desean que incluya algún digimon, me pueden sugerir, los que van a aparecer son Beelzemon, Terriermon y Lopmon, los Dark Masters, Lillymon, Andromon, Leomon y Ogremon (me gusta esa rivalidad) y por supuesto los Caballeros Reales restantes. Igual a medida que avance la trama voy a seguir incluyendo más digimons, no se preocupen.