AHAHAHAHA!~ QUE HAGO SUBIENDO OTRO LONG FIC CUANDO TENGO UNO PENDIENTE? 8D. Ok,ok. Tengo una excusa. Se escribió virtualmente solo. No, en serio. Tengo la esperanza que sera fácil y rápido de escribir, aunque un consejo: no confien demasiado en mi. AHAHAHAHAHA... OTL

No quiero poner parejas oficiales ni género porque siento que va a variar mucho, solo quiero hacer la advertencia de que va a quedar muy OOC, pero todo con una explicación. Si, como sea.


I

Para él era solo otra mañana. Una rápida ducha, ponerse un traje, desayunar con té y marmite, repasar lo que haría en el día. Con forme pasaba el tiempo las cosas se volvían más monótonas. Hacia unos siglos al despertar se encontraba con visiones maravillosas de islas, amaneceres, el océano, tierras vírgenes. ¿Qué le había sucedido a ese pirata, al tan llamado "imperio británico"? Suspiró… Seguramente se estaba volviendo viejo. Por supuesto, jamás lo aceptaría. Naciones jóvenes buscaban convertirse en primeras potencias mundiales, pero claro, ahora las cosas eran más fáciles. Él había sido la primera potencia mundial de la época moderna, y volver a ocupar ese lugar no era algo que le importara. Qué pensarían de él sus antiguos enemigos al verlo ahora tan calmado y con su fachada de "caballero". Esa era tan solo una máscara. Él lo sabía. Las cosas eran más fáciles si uno cedía en vez de imponerse, aunque por supuesto ya no tenía tanto poder como antes. Era el Reino Unido de Gran Bretaña y el Norte de Irlanda, o Inglaterra para sus hermanos. Era solo otro país de Europa con mucha historia y nada nuevo que contar. Solo eso, al menos para los ojos de los demás.

Llegó temprano a la sede de la reunión, como era su costumbre. Tomó su lugar y revisó sus papeles, justo como siempre…

Su despertador no sonó. Ahora que lo recordaba seguramente ni si quiera lo había programado. Vistió unas prendas que se encontraban tiradas por el suelo que se veían en buen estado, tomó un tomate para el camino y se encaminó a la reunión. Se las arregló para llegar en tan solo diez minutos sin ningún herido, aunque casi atropelló a una ancianita, pero la mujer ignoró el suceso cuando el español mostró su jovial sonrisa. Tenía ese efecto en las personas, o al menos eso le habían dicho.

Entró al salón en el que se suponía que sería la reunión y notó que solo una persona se encontraba en el cuarto.

-Inglaterra… ¿acabó la reunión tan rápido? E-esto no puede ser-

-la reunión no ha empezado aun…

La tensión que siempre se encontraba presente entre ambos se hacía más notoria conforme se extendía su silencio

-¿Es una broma?

-¿por qué haría una broma con eso?

-no se…

-espera ¿te llegó el mensaje de que la reunión se había corrido para dos horas después?

-¿Qué mensaje?

El inglés solo suspiró. Ya decía que ciertas costumbres no podían cambiar tan fácilmente. Así como él siempre llegaba temprano, el español era capaz de llegar en cualquier momento –menos a la hora acordada, claro está-. Contrario a él, ese castaño era impredecible. Su forma de actuar, su forma de hablar, de pensar… siempre había sido así. Era como el pelo en la sopa, la piedra en el zapado. Puramente irritante y lo peor del asunto es que parecía no darse cuenta. Parecía no darse cuenta de casi nada en realidad.

La gente comenzó a llegar poco a poco llenando cada vez más la habitación. Entre el murmullo que causaban todos la tensión que existía entre ambos reinos se iba perdiendo. Romano llegó junto con su hermano y el español pareció olvidar completamente la presencia del inglés. Este otro comenzó a regañar a cierto americano al presentarse con una buena cantidad de hamburguesas y una excusa mediocre de que tenía hambre. El mundo siguió girando como siempre lo había hecho. Discusiones, peleas, comentarios estúpidos. Lo de siempre.

Existía algo de lo que no todos se daban cuenta. Solo algunas naciones mayores lograban entender –solo en ocasiones y cuando habían ganado un lugar privilegiado- una mirada que se cruzaba sobre la gran mesa de vez en cuando. Quienes habían vivido más guerras eran capaces de comprender esos rencores (y a veces pasiones) que permanecían entre algunos y que sutilmente se cruzaban sobre la mesa. Los ex –piratas compartieron sus miradas un segundo. Solo por ese segundo, solo bajo la mirada del otro se pudieron ver cómo eran realmente. No había imágenes bellas cuando se miraban el uno al otro, solo rencor y recuerodos teñidos de sangre.

-Iggy~ ¡deja de fingir que me ignoras y vira a ver!

-¿eh?

Una bola de papel se fue a estrellar con la cabeza del inglés

-BLOODY GIT! ¡¿Qué demonios quieres?

-pensé que podríamos salir a comer algo después de la reunión

-¿Qué no tuviste suficiente con esas hamburguesas?

-pensé que podríamos ir a comer algo diferente…

Lo miró algo sorprendido. ¿Es que acaso quería estar con él? Volvió en sí y se volvió a colocar la máscara del caballero inglés formulando lentamente la siguiente pregunta

-¿Cómo qué tenías en mente?

-¡abrieron este nuevo lugar en el que venden pizza y hay un área de videojuegos genial!

-No puedes estar hablando en serio…

Él inglés dio un suspiro fingiendo estar irritado, pero de alguna manera, estaba contento de poder pasar un momento con el más joven. Fingía que para él era un fastidio tener que cuidar de otro, pero era una de esas pocas cosas que lo podían hacer feliz. No importa cuánto tiempo pasara, cuanto cambiaran las cosas, o incluso cuánto intentara lo contrario, Alfred siempre sería especial para él. Al terminar la reunión puso en orden sus cosas y se decidió a ir junto con el americano en lo que alguien lo vigilaba con la mirada.


-No, por supuesto que no lo veo como mi hermano, nunca lo he visto como mi hermano. Tú conoces a Escocia, nunca he tenido una buena imagen de los hermanos y bueno… siempre lo he tratado como alguien diferente…

-eso puedo ver, Mon ami, pero ese "alguien diferente" no es alguien tan cercano ¿o si?

-¡en su momento lo fue!

-¿tu lo amas?

El bullicio del bar disfrazó el silencio entre ambas naciones. De alguna manera, Inglaterra había dado a parar esa misma noche con Francia. El vaso que tenía en la mano se encontraba a la mitad. No era del primero que tomaba y definitivamente no sería el último. Podía sentir el alcohol derritiendo sus pensamientos y haciéndolos fluir con mayor facilidad fuera de su boca.

-Sí. Siempre lo he amado.

-No vengas a decirme que tienes los mismos sentimientos por él que tenías cuando era pequeño. Sé que eres un degenerado pero eso es exagerar

-Shut up sodding frog. Por supuesto que no. Nada volvió a ser igual después de su…

-¿de su independencia?

-En realidad nunca pude saber cuánto significaba para mí hasta que se fue

-pero incluso después no quisiste aceptarlo. Tú lo amas más que un hermano o si prefieres decirlo, más que un familiar o un amigo. –El inglés bajó la cabeza con algo de vergüenza, intentando ocultar el sonrojo que cargaba en sus mejillas- Para mí eso no es nada nuevo, te conozco desde que eras una pequeña oruga amarilla y conozco perfectamente tu forma de actuar, pero no entiendo porqué no has intentado nada con tu querido América.

-¿y porqué tú no has intentado nada con tu querido… eh…?

-Canadá

-él

-Son cosas diferentes. Somos personas diferentes. Mathew es más vulnerable que Alfred y yo soy mucho más osado que él, o incluso que tu. No me gustaría corromper a mon petit

-sí, claro. Ahora di la verdad. Amas tanto a Mathew que no te atreverías a tocarlo.

El francés puso una mirada un poco más dura y se dio la libertad de quedarse en silencio un momento, pensando con cuidado sus siguientes palabras.

-tu mejor que nadie conoces los nombres de aquellos a los que he amado, y a todos y cada uno los he lastimado. Mathew es de los pocos que no me juzga y que me puede tomar en serio, por eso él significa mucho para mí y es verdad que lo amo, pero no quiero terminar lastimándolo. Si amas a alguien ¿no es lo más natural querer evitarle el dolor?

-ahí tienes tu respuesta. –el francés le miró confundido- Alfred es más vulnerable de lo que nos quiere hacer creer y yo… yo siempre termino lastimando y alejando a todos los que se acercan a mí. No quiero volver a tenerlo tan cerca como antes, no soportaría lastimarlo… y menos que se vuelva a alejar de mí.

-así que –enunció el francés alzando la copa que tenía en una mano –somos solo una par de malas influencias, un par de amantes frustrados

-eso parece ser

- santé par notre amour frustré!

-cheers!

-salud!

Una tercera voz brindo junto con ellos llamando su atención

-Tony~! Mon ami~! Gil me dijo que no podría salir, que el pequeño Ludwig lo tenía castigado ¿qué haces tú por aquí?

-quería salir a tomar algo, sabía que estarías por aquí pero no me imagine que ya estrías brindado por tus amores frustrados

Por mas ánimo con el que hablara y por más que evitaba cruzar miradas con el inglés, él ya sentía como lo despreciaba. Aunque no era nada nuevo en realidad.

-Antonio, qué puedo decir, el amor es como el vino: El licor más delicioso y el que te deja una peor resaca.

El español dejo escapar una ligera risa la cual obligó al inglés a mirarlo con un deje de irritación.

-cuidado con los excesos

-mon ami~ la resaca solo llega si uno deja de beber –ambos hablaban con un tono burlón, dejando del lado al inglés- hablando de seguir bebiendo, ya vuelvo~

Dirigió su mirada ante una joven de cabello cobrizo y desapareció por ahí.

Ambos europeos suspiraron viendo cómo se alejaba su confesor cuestionándose si realmente se podía hablar en serio con ese sujeto. los otros dos permanecían en silencio, pero por alguna razón el aura de tensión que siempre se formaba entre los dos parecía haber desaparecido. Al parecer ambos se encontraban con poco ánimo como para rodearse de sus rencores. En cambio preferían compartir un trago. Nadie tenía que enterarse.

-pensé que Francia y tu no se llevaban tan bien

-no lo hacemos, pero es alguien con quien puedo discutir de cualquier cosa

-es bueno escuchando y dando consejos

-tú lo dices porque son buenos amigos, pero no sé si eso sea del todo cierto

-claro que lo es… esperaba poder platicar con él hoy

-si lo deseas, me puedo ir. No planeo quedarme aquí mucho más y no deseo interrumpir una íntima plática entre amigos.

-Nadie te detiene si te quieres ir Arturo, pero no tengo ánimos como para que te pongas a hablar así

-¿de verdad? ¿Cómo puede ser que el país de la pasión se encuentre sin ánimos?

-no es algo que te importe ¿o sí?

-no, por supuesto que no…

Bebían un poco más de alcohol como si fuera a lavar el veneno que había quedado en sus labios. El español liberó un suspiro.

-¿alguna vez has sentido como si te estuvieras volviendo viejo, Arturo?

Quizás por el alcohol, la voz del español lo aturdió esta vez.

-Deja de llamarme así. Y no.

-También podría ser el hecho de que yo lo cuide. -confiaba en que el alcohol nublara los pensamientos del ingles -a veces siento que es mucha diferencia de edad entre Romanito y yo. Siento que no entiende cuando estoy hablando en serio de mis sentimientos... y que él solo me ve como antiguo jefe al que nunca le hizo caso.

-es como tu hermano menor. ¿De verdad pretendes que te mire de otra forma?

-tu debes saber de eso ¿o me equivoco?

-cállate...

De todas las cosas que había dicho el español esa noche, había sido la primera que en realidad le había lastimado. Y aunque el otro parecía haberse dado cuenta, no mostraba nada de interés.

-quizás el problema es que nos enamoramos de la persona equivocada.

-son unos idiotas inmaduros que lo único que logran es causar más problemas de los que pueden resolver. Si pudiera haber elegido con quien enamorarme incluso te hubiera elegido a ti

El mas moreno solo le miró y comenzó a reír consciente de que era el alcohol el que hablaba.

-¡cállate idiota! ¡tu risa me irrita!

-tal vez deberíamos juntarnos a beber mas seguido...


Este es mas bien como el prólogo de la historia para ver como le va, porfavor dejen reviews para saber lo que opinan