Título: "El velocista de hielo" Capítulo 1 de 2.

Tipo: Snowbarry. NR-18 (aviso: anti Iris West)

Resumen: Era un día más en los laboratorios STAR cuando reciben una extraña visita que cambiaría las vidas de algunos de sus miembros.

Disclaimer: Personajes de The flash propiedad de Greg Berlanti, Andrew Kreisberg y Geoff Johns para la cadena The CW.

Laboratorios STAR

Era el inicio de la primavera. Llevaban un tiempo tranquilos en el laboratorio. Cuando no había villanos, algo tenían que hacer. Y ese algo se turnaba entre entrenar, practicar nuevas técnicas de combate y/o de habilidades metahumanas, comer berlinas, beber cafés y en el caso de Cisco, probar nuevos materiales de seguridad.

Flash volvió de una de sus carreras que casi le traslada en el tiempo, tan solo dos milésimas, lo justo para probar un nuevo traje que le había hecho Cisco, uno que evitaría que cualquier objeto meta le frenase la velocidad. Tema de nanobots y un sinsentido de fórmulas en la pizarra.

Un día más. Pero en esta ocasión no iba a ser así. Nora, la hija de Flash, que en esos momentos vigilaba las actividades de su padre en el túnel de entrenamiento, observó a través de una de las pantallas del ordenador que en el momento en que su padre salió del mismo, no venía solo.

-Chicos... -, dijo en tono suspensivo sin quitar la vista de la pantalla.

Flash entró como un rayo a la sala principal, aun recuperando el aliento.

-Creo que has traído a alguien contigo papá.

En ese momento, Caitlin, que estaba con Sherloque tomando un café al otro lado de la sala, junto al área médica alzó la vista, y ambos comenzaron a acercarse a Nora.

A su vez, Flash, más bien ya siendo Barry Allen, con la máscara quitada, observó fugazmente a la doctora para volver su mirada a la pantalla del ordenador y colocar sus manos en su cintura, expectante.

Nora hizo al resto de la cuadrilla acercarse ya que su madre Iris West acababa de entrar a la sala, junto a Cisco, que traía consigo un guante de Nora que había estado arreglando.

-¿Qué pasa, Nora?-, dijo su madre adelantándose a Cisco con las manos en su cintura cual jefa y colocándose justo enfrente de la pantalla, junto a Barry, casi tapándole la vista a Caitlin y Sherloque; Cisco compartió mirada y levantamiento de cejas con Snow.

-Que hay alguien aquí, un polizón- dijo la chica con mirada de capitán de barco.

La hija velocista rebobinó la imagen de la cámara de seguridad donde se observaba a su padre salir del túnel de entrenamiento y tras él alguien de menor estatura, una sombra azul, se movía rápido como la luz hasta salir de plano.

Iris miró a Barry horrorizada, -¿y a qué esperáis?, ¡eso puede atacarnos en cualquier momento!.-, adoptó la voz cantante.

Nora miró a su madre y frunció el ceño. -Tranquila mamá, si no nos ha atacado ya quizás te estés equivocando.

Caitlin no dijo nada, Cisco miró a Barry, -vamos a dispersarnos, quien lo encuentre antes que grite-, dijo el velocista con una sonrisa y alzó ambas cejas; Cisco agarró a Snow del brazo, -ven conmigo.

-¿Nos reunimos aquí en... quince minutos?. Esto no es tan grande.- dijo Sherloque con misterio saliendo por otra puerta.

Nora siguió la mirada del investigador, y ésta estaba reposada en un café humeante y un plato con berlinas rellenas de crema.

-Ahora lo entiendo-, dijo casi muda, asintiendo, giró su rostro hacia donde su padre se había marchado para saber en qué dirección iba, e ir en la contraria.

En el pasillo de los laboratorios.

-¿Qué le pasa a "la jefa"?-, le dijo Cisco a su amiga Snow, con ironía enfatizando en lo de jefa.

-No lo sé, está súper …, rara-, ella siguió caminando, no le miró pero su rostro era de confusión. -Yo solo quiero trabajar y que salgan las cosas bien.

Cisco le sonrió. No sabría que haría sin ella en los laboratorios, era su mejor amiga, su confidente, y hubiese sido una buena jefa, ella sí que se lo merecía.

Barrieron todo el laboratorio, y todos volvieron inquietos a la sala central.

-¿Nada?-, dijo Cisco, apoyado en la mesa del centro, había sido el primero en llegar.

Según iba entrando, la gente iba negando con la cabeza.

Tras contemplarse entre ellos.

-¿Dónde está Nora?.

La joven se hizo de rogar y su entrada fue en forma de rayo violeta y una personita de metro veinte agarrada del brazo.

-Es muy rápido. No podía alcanzarlo-, le dijo la chica al resto, que miraban estupefactos a ese niño, de cabellos cortos blancos y algo de punta, ojos azules y traje de cuero azul oscuro.

-¿Y tú quién eres?- preguntó Iris, acercándose a él con una falsa sonrisa de desconfianza.

El niño los observó con atención, y su mirada se centró en Caitlin Snow.

-Me llamo William...-, respondió, tragando saliva y soltándose de Nora; pasó al lado de Iris, ignorándola y dejándola a su espalda, ésta se giró estupefacta.

-No he venido a haceros daño-, confesó apenado, su mirada basculó en Barry, y luego de nuevo en Snow, y viceversa, estaba como incrédulo.

Una lágrima afloró de uno de sus ojos, que desapareció en el suelo.

-Vengo de Tierra 7...
Todos se miraron, no sabían que decir, -yo... -, se giró de nuevo hacia Barry, y le señaló, -soy vuestro hijo-, confesó cogiéndole la mano a Caitlin que miró a Barry con la boca abierta.

-Eso es imposible-, sentenció Iris.

-Soy un velocista de hielo.

-¿Velocista de hielo?- preguntó Nora, intrigada. Iris alzó ambas cejas incrédula y comenzó a moverse nerviosa, discretamente, su pie tamborileaba.

El pequeño asintió, y miró a Caitlin como si la conociera de toda la vida, sus ojos brillaban. La doctora sintió una presión en el pecho y a su vez un vínculo muy fuerte con él, lentamente se puso en cuclillas, él le tocó la mejilla ante la estupefacción de todos, incluso de la propia científica.

-Eres igual que ella...

La respiración se cortó en toda la sala, -y tú eres igual que él...-, el niño ando para acabar corriendo hacia Barry, y abrazarlo con fuerza sobre sus hombros dando un salto.
-Papá...- cerró los ojos, que inevitablemente se inundaron en lágrimas. Pasaron unos segundos de incertidumbre, y el niño se percató del enfurruñamiento disimulado de Iris.

-Mis padres son vuestras versiones de Tierra 7 ... -, el niño tragó saliva. Iris alzó una ceja, "no me digas, pensaba que eras de ésta", pensó, desconfiada.

-William...- le susurró Nora, animándole a seguir, sintiendo pena por él y a su vez muy identificada, el ir a otro lugar, y el tema padres. De algún modo era como un hermano pequeño para ella.

Barry bajó con delicadeza al niño de 11 años, ante la angustia de todos, a los que se les había hecho un nudo en el estómago sin saber el por qué.
-He venido aquí porque... a mis padres...-, Cisco miró a Snow que estaba a milésimas del desmayo, -...los han matado.

-¿Qué?.- dijo Barry entrecortado.

-Estábamos en casa y... -, Caitlin tuvo que sentarse en un taburete, y Barry, sin pensarlo, al verla, dio varios pasos hacia ella hasta colocarse detrás del taburete y ponerle una mano en el hombro. Iris fulminó a Barry con la mirada, y éste la esquivó.

El pequeño empezó a andar observando el laboratorio, estaba más calmado y su actitud había cambiado en algo.

-Todo fue en la terraza,...- se quitó los mocos sobrantes con la manga de su cazadora azul, -delante de mi padre y de mí, ese señor le hizo cosas malas a mi madre ...-; silencio sepulcral, la mirada de Caitlin estaba perdida y Barry se alteró, estupefacto, enfadado, aunque nadie se atrevía a decir absolutamente nada, dentro de él había como pocas veces, ganas de venganza.

-Le hizo mucho daño ¿sabéis?-, el niño se acercó al taburete y le cogió las manos a Caitlin, -luego la ahogó en la piscina, ... dos horas antes estábamos jugando allí...- frunció el ceño tanto que su frente estaba totalmente arrugada, no quería volver a llorar, no quería volver a sentirse débil. La mirada de su padre de tierra distinta reflejaba una profunda pena pero la misma arruga en la frente, cosas de genética.

-¿Por qué no se defendió?- dijo la doctora, casi enfadada con su otro yo por haberse dejado pisotear y no salvar a los suyos.

-Lo intentó mam..., ella lo intentó, pero ese hombre llevaba un anillo del que salía un halo rojo, nos deslumbró con él y nos dejó aturdidos, estuvimos, bueno, estuve, sin poderes, horas.

Cait luchaba porque Killerfrost no saliera de dentro de ella, no ahora... o lo rompería todo.

-Qué casualidad...-, dijo Iris tratando de llevar la voz cantante de nuevo, -¿y por qué no pediste ayuda en vez de colarte a escondidas en estas instalac...

Snow la interrumpió en seguida, -detente, Iris...-, sus ojos estaban rojos, -¿qué le pasó a tu papá?.- preguntó ella, que tragó saliva y se cruzó de brazos, sólo quería saberlo todo de ese niño al que se moría de ganas por abrazar y consolar.

-A papá le rompió todos los huesos de las piernas como burla, y luego lo fulminó no sé cómo, acabó echo polvo en el aire-, Snow casi gime de angustia, y Flash le apretó el hombro con fuerza, -y YO...- William se acercó a Barry, pasando al lado de su madre, que giró el taburete, -tampoco pude hacer nada por ti...-, dio varios pasos marcha atrás y de su espalda comenzó a brotar un vaho helado y sus ojos se volvieron blancos, de sus piernas salían rayos rojos que empezaron a envolverle.

Todos reconocieron ese brote de Killerfrost y de velocista en el niño. Se alejó unos pasos de ellos dándoles la espalda y retomó su presencia normal.

-Velocista... de hielo-, susurró Cisco alucinando. -Es un combo de superhéroe, me encanta-, rió.

-¿Y cómo escapaste si tan peligroso dices que era?-, la voz de Iris rompió esa nube de drama familiar, esa química y conjunción se sentimientos.

-Cariño, déjalo, acaba de llegar y viene de una situación dramática, ¿no puedes...-, Barry la tuvo que reprimir, si no lo hacía él lo iba a hacer el resto. Por primera vez en su vida ese día sintió vergüenza ajena.

-Quiero hablar con vosotros a solas-, dijo William, serio.

Caitlin compartió miradas con Barry, sabía que eso les competía a ambos.

Iris miraba bastante seria la escena, mientras iba saliendo Sherloque y Nora de la sala, sin decir palabra, Barry miró a su mujer, alzando ambas cejas y señalando al niño mientras el pequeño se giraba a abrazar a Snow y ésta cerraba los ojos conteniéndose de no llorar.

-Me quiero quedar-, dijo Iris West plantándose, con los brazos en jarra.

-¡Mamá!-, le increpó su hija, volviendo a entrar en la sala para arrastrar a su madre del brazo.

-Tened cuidado, que lo mismo es una trampa, yo solo digo eso, es muy sospechoso- dijo la morena con el dedo tan en alza como una de sus cejas.

La doctora la miró estupefacta, Barry sintió que se estaba pasando, que algo le pasaba con ese niño, o con la situación. Cisco le tocó el hombro a Barry justo antes de salir y le susurró, -piensa...- señalando a la puerta donde había salido una enfadada Iris y a Caitlin que instintivamente le estaba poniendo bien una cosa de la chaqueta.

-Es muy chula-, le había susurrado.

En la sala, los tres a solas.

-Tenemos que ir a Tierra 7- el niño miró a la pareja. -Tengo retenido a quien os hizo aquello, pero fue enviado por alguien y no soy capaz de que me diga quien-.

Barry miró a Caitlin. El niño continuó. -Conseguí quitarle el anillo, y recuperar mis habilidades, pero ya era tarde..., tan solo pude hacer una trampa de hielo para atraparlo y evitar que me matase a mí también.

Habían hecho sentarse al niño en un taburete y ellos estaban de pie frente a él.

-Necesito que habléis con él, porque por mi edad a mí no me echa cuenta-, parecía ofuscado. Barry quiso apoyar a su amiga y le puso una mano en su espalda, ésta lo miró fugazmente.

-Además, quiero que pase miedo. Le dije antes de venir que iba a viajar en el tiempo para traeros... bueno, a ellos, a mis padres, que los traería de vuelta de entre los muertos y que lo recordarían todo-, ambos abrieron los ojos como platos, -¿Qué?.

-Quiero que os hagáis pasar por mis padres y le sonsaquéis de la manera que queráis quien le mandó mataros y por qué-, se cruzó de brazos.

Pasillo próximo a la sala.
-¿Qué estás haciendo?- Nora pilló a Iris espiando a través de una rendija de la puerta con el ceño fruncido.

-No me fio de él.

-¿En serio?, mamá, es un niño. ¿Recuerdas cuando yo aparecí por primera vez aquí?. Era una desconocida que decía que era vuestra hija, y era ya mayorcita, por favor, él no tendrá mas de 11 años y acaba de ver morir a sus padres. ¿Qué te está pasando?.

Un ruido dentro y Nora arrastró a su madre varios metros atrás.

Barry abrió la puerta de la sala para que saliera la doctora Snow y el niño, andaron dos metros cuando apareció Iris como si no hubiese estado escuchando.

-Barry, tenemos que hablar.

-Iris, debo de ir a Tierra 7-, siguió caminando tras Caitlin y William, pero Iris le agarró del brazo, Snow, al ver la situación, entró en una sala paralela donde Cisco estaba junto a los ordenadores. Ésta le explicó por encima lo que tenían que hacer.

-Por mí perfecto chaval-, Cisco le extendió el puño para que éste se lo chocara, -y chavalita- miró a su amiga e hicieron lo mismo. El pequeño sonrió por primera vez.

-Lo haremos aquí.-, confirmó Cisco.

Mientras tantos, en el pasillo al otro lado de la pequeña sala...

-Mi amor, no puedes ir. Es peligroso. Tu hija Nora y yo queremos que...

-No mamá, Nora y yo no, yo no estoy de acuerdo contigo; ni tú ni yo vamos a ir a Tierra 7, él es adulto, y es libre de tomar sus decisiones-, Barry miró el suelo apurado, -y ... joder mamá, hablamos de su propio hijo, de alguna manera. Caitlin nos dio espacio cuando aparecí, ¿por qué no haces tú lo mismo?.

Allen la miró serio, -si por Nora lo haríamos ¿por qué no por William?.

-¡Porque no es tu hijo!-, dijo ella obcecada con los brazos en alto, ante el asombro de su familia. -No lo es.

Barry decidió, con pesar e incomodidad, ignorar a su mujer y entrar en la sala donde su amiga y ese asombro velocista de hielo huérfano habían entrado, pero lo que encontró al cruzar la puerta fue el rostro de Cisco molesto y su cabeza agitándose lentamente en negación.

-¿Dónde están?.

Él mantuvo el silencio, Nora asomó la cabeza dentro de forma sigilosa, pasaba de pelear de nuevo con su madre.

-Se han ido...- le dijo el chico de forma cortante, había escuchado toda la conversación, por ende ella y el niño también. -No querían molestaros y se marcharon... así sin más, había cosas más importantes que hacer- Cisco hizo una mueca, y con sus manos en su cintura le repitió, -...piensa-, señalándose a la cabeza. -Y decide por una vez en tu vida.
Nora volvió al pasillo y se apoyó en la pared, sentía que algo se había perdido, o que quizás su familia feliz no era tan feliz. ¿Sería por Caitlin?, la adoraba, pero todo se estaba complicando por momentos en su mente adolescente.

Barry se quedó confuso, -¿vas a ayudarlos o vas a seguir aquí con tu verdadera familia?.-Cisco no quería ser seco, de hecho no lo era y apreciaba y admiraba a Barry, pero Caitlin le importaba mucho más y ese niño necesitaba a su familia, su otra familia, al completo.

Al hacerle la pregunta retórica le abrió una brecha y le miró. Éste no dijo nada, se limitó a mirar al suelo asintiendo y entrar en aquel portal a otra tierra.

Continuará!

El siguiente y último capítulo está casi terminado, pero me faltan unos retoques, así que voy subiendo éste. ¡Espero que os esté gustando que es mi primer fic snowbarry!