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Regreso de las cenizas. Espero me apoyen en este nuevo proyecto. Gracias por leer y por esperarme.

Es un Universo Alterno, tendra un lenguaje un tanto vulgar, lamento eso pero es necesario. De verdad lo siento.


Disclaimer:

The Prince Of Tennis no me pertenece.


Rsumen:

La edad perfecta para enamorarse según ella... la edad perfecta para morirse según él... el destino lo tenía planeado quiza o quiza no... las coincidencias no existen en este mundo, solo lo inevitable... aquella noche ninguno planeaba conocerse y mucho menos de esa manera... - ¿El amor?... Es algo inventado por los humanos para poder tener sexo sin remordimientos -... palabras de él... - El amor es el sentimiento más hermoso del mundo para la persona más especial en tu vida - ... palabras de ella... ella tiene la vida "perfecta"... él tiene una mierda de vida... completamente distintos... - Bien, entonces... tú dime que es el amor Riuzaky Sakuno, dímelo - exigio el chico de mirada gatuna sorprendiedola por completo... las lágrimas salieron al preguntarse, ¿cómo alguien podría hacerle daño a una persona de su propia sangre?... - ¡Tú no tienes idea de nada, maldita sea! - palabras que marcan momentos... - Tú dime que es el amor Sakuno... por favor dímelo - un grito silencioso lleno de desesperación... caminos entrelazados... solo queda confiar en ellos... solo eso


Tell Me What Is Love

Preludio

Una sonrisa llena de altanería se instalo en sus labios, estaba acostumbrado a los golpes de su padre después de todo - ¡¿Te ríes?! ¡Mocoso estúpido! - el puño de la persona que se suponía tenía que darle cariño o amor se estrello en su mejilla derribandolo, las rodillas no respondían, el aire faltaba, el dolor se instalaba en su corazón con más fuerza, un tirón de cabellos lo hizo gemir levemente - Oh, pequeño puto... dejame dejarte algo en claro, agradece que aún te mantenemos... ahora largo y consigue algo de dinero - palabras de su madre, se levanto como pudo limpiando la sangre de su rostro... una noche larga.

Se acomodo con rápidez la chaqueta y salio azotando la puerta escuchando más improperios que prefirio ignorar en ese momento, el dolor punzante en la costilla derecha lo hizo detenerse en las escaleras tratando de respirar aire sin sentir el dolor en aquella parte, 17 años y su vida era una auténtica mierda, los barrios bajos se abrieron paso en cuanto sus pies tocaron la acera del edificio donde vivía, camino con paso calmado hacía alguna tienda que robar, lo suyo no era lastimar gente, tan solo no quería morir aunque quiza la muerte le daría un poco de calma, no era tan mala idea si lo pensaba bien.

- ¡Echizen! - giro la cabeza ante el llamado de su amigo Momo, dio un suspiro al verlo detenerse delante suyo jadeando en busca de aire, al parecer había corrido mucho - ¿Ahora qué Momo? - pregunto con cansancio puesto que siempre de alguna u otra manera terminaba en problemas con sus "padres" aunque se divertía pero según ellos la comida no se ganaba sola - Varias chicas hablan de una fiesta en el bar del papá de Eiji-senpai, ¡ánimate y vamos!, dicen que habra gente de los barrios altos - señalo este con mucho entusiasmo ante su mirada de "no me jodas", su amigo solo tironeo de su mano y solo se rindio.

La lluvia comenzo a caer - Te han pegado de nuevo - murmuro este cuando vio su mejilla amoratada, se encogio de hombros restandole importancia, todos tenían una vida complicada allí pero en palabras de sus camaradas la suya era la más jodida por razones que ellos solo conocían y que esperaba siempre fuera así - Le he tirado su estúpida cerveza... amenazo con llevarme de nuevo a las manos de Rob, como si no supiera que lo he dejado medio inválido, algo tarde pero en fin... - contesto como si nada mientras tomaba un cigarrillo entre sus manos y lo prendía, se sentía calmado cuando fumaba.

- Se habla de ello en todos lados, ¡tu reputación esta creciendo Echizen! - gritoneo este y él solo sonrió ladinamente... con Momo se sentía tranquilo pero aún estaban esos recuerdos imborrables, quiza siempre estarían...


El perfume rodeo el ambiente en su habitación mientras escuchaba las palabras de su madre -... y asegurate de no beber nada que no hayas ordenado - le súplico y ella tan solo asintió con la cabeza, su amiga Tomoka le había insistido para ir al bar de moda en la ciudad, al menos era lo que creían sus padres porque no era así, irían a los "barrios bajos", ella normalmente hubiera declinado la invitación pero la curiosidad era enorme - Tranquila mamá, no me pasara nada, volvere a la hora indicada - aseguro con una linda sonrisa, su madre solo asintió un poco más calmada para besar sus mejillas con dulzura.

- Bien, entonces espero que conquistes a un lindo chico - un sonrojo cubrio sus mejillas de inmediato, a sus 16 años era virgen y lo peor es que ni siquiera había dado su primer beso, en palabras de sus amigas: "¡consíguete un ligue de una noche y ya!", o no, Riuzaky Sakuno jamás haría algo como aquello, jamás, tomo su bolso con calma y se despidio saliendo de la enorme casa casi similar a una mansión para encontrarse con sus amigos que le sonreían cálidamente, su amiga de coletas la trituro en un abrazo mientras reía sonoramente, amigas para toda la vida sin duda alguna.

- ¡Vamos! - grito Marui mientras las animaba a entrar al vehículo, ambas lo hicieron entre risas y el auto emprendio la marcha... primera noche de rebeldía y sentía que volaba... en sus pensamientos aún estaba lo del chico pero ella solo pensó que todo sería a su tiempo, una edad perfecta para enamorarse y estaba ansiando encontrar a su príncipe azul sin duda alguna...


El ambiente era demasiado ruidoso para su gusto, había visto a varios niños ricos y su bolsillo lo comprobaba, estaban demasiado ocupados bebiendo y bailando que ni siquiera habían sentido sus habilidades, había perdido de vista a Momo y a su senpai Oishi, él solo quería ir a casa por lo que se acomodo la chaqueta sintiendo el frío aunque el ambiente "ardía", camino a la salida comenzando con su camino, la suela desgastada de sus tenis se escuchaba en el callejón cuando escucho un leve grito proveniente de atrás, giro la cabeza y encontro a una figura corriendo en su dirección... era una chica por lo que distinguía.

- ¡Vuelve aquí, maldita sea! - alguien grito, la chica paso a su lado y él se encogio de hombros, recordo que había olvidado algo en la barra por lo que regreso sobre sus pasos... el ambiente cálido lo hizo estremecerse, camino directo a la barra tomando el celular que había robado hace algunos meses, pidio un trago y lo bebio de inmediato dejando el dinero para caminar al baño, en el camino se encontro con más niños ricos que reían, por unos momentos se pregunto, ¿qué se sentiría tener dinero?, él lo tenía pero nunca era suyo así que no tenía sentido alguno, encontro el baño pero encontro una escena rara...

Retrocedio y salio de inmediato, prefería aguantarse, salio a la pista de baile y camino entre las personas bastante bebidas por lo que apresuro su paso, salio de nuevo y comenzo a andar cuando escucho risas que inundaron el callejón obscuro - Shhh, lindura... te gustara - reconocio la voz de un tipo algo mayor, al menos eso pensó, más adelante estaba el basurero y entonces lo vio... la chica de algunos momentos estaba acorralada entre tres tipos que manoseaban su cuerpo sin consideración alguna, la chica lloraba pero no decía nada, estaban cubriendo su boca... violación... tantas cosas se encerraban en esa palabra.

- Hey - llamo con calma a los sujetos que giraron la cabeza al mismo tiempo y al verlo juro que estaban pálidos - Ella viene conmigo... es mi quita estrés de hoy, ¿qué diablos hacen? - siseo con un tono de furia, de inmediato estos se separaron arrojando el bolso de la chica que cayo en peso muerto al suelo mientras temblaba, los sujetos solo corrieron como si la vida se les fuera en ello, podía irse ya pero algo llamo su atención... ella no estaba respirando bien, ser alguien bueno no se le daba pero aún así se acerco hasta ella y entonces la luz de la luna cubrio su cuerpo... ¿un ángel?... si, eso debía ser la chica.

Su cabello cobrizo contrastaba con el tono de su piel, era de porcelana sin duda alguna, sus ojos caoba inundados en lágrimas, algo rojos pero igual hermosos, busto grande para los quince años que suponía tenía, piernas esbeltas y torneadas, el vestido que usaba era perfecto para ella, el blanco le iba muy bien, niña rica, lo noto cuando vio las cosas alrededor de su bolso - ¿Estás bien? - le pregunto llamando su atención y entonces noto un inhalador de asma más allá, se apresuro a extenderselo pero ella solo temblo y cerro los ojos, no supo porque pero una suave caricia en su mejilla fue lo que hizo para calmarla.

La chica tomo el inhalador y con manos temblorosas lo condujo a sus labios, se quedo allí solo viendo como estos se movían, delicados, delineados perfectamente, incitadores al pecado - G-Gracias - la voz de un ángel, solo le sonrió un poco dando media vuelta, su trabajo estaba terminado, dio varios pasos y entonces... - ¡E-E-Espera! - giro la cabeza viendola de pie y entonces noto que el tirante derecho de su vestido estaba algo roto y lo sujetaba con miedo mientras un enorme sonrojo cubría sus mejillas, aquella imágen le concedio ver lo más perfecto que había visto en su vida y eso era algo digno de admirar.

Sus manos se movieron por si solas al despojarse de su chaqueta de cuero quedando tan solo con una camisa blanca de manga corta, la paso serenamente por sus hombros ayudandola a colocarsela y la cerro con una media sonrisa - ¿Vienes sola? - pregunto caminando a tomar sus cosas para meterlas en el bolso que le entrego con calma, la chica negó con la cabeza - S-Solo quiero i-ir a c-casa - algunas lágrimas se deslizaron de sus mejillas y él solo la jalo un poco para medio abrazarla, la chica cobriza solo lo abrazo pasando sus manos por su espalda provocandole un ligero temblor, se sentía... lleno de algo...

- Te llevare a casa, ¿dónde vives? - pregunto viendola directamente a los ojos después de separarla un poco, sus labios se veían demasiado tentadores pero empujo esa idea lejos de su mente - C-Cerca d-del Hospital Central - asintió tomando su mano pero antes de dar pasos ella se apreto contra su cintura y no lo soporto más, la miro directamente a los ojos y la vio sonrojarse como un tomate - Lo siento - se disculpo antes de juntar sus labios en un suave beso que ella tardo en contestar... por primera vez en su vida Echizen Ryoma se sentía... cálido.


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Espero les haya gustado.

Espero me apoyen en este nuevo proyecto.

Gracias por leer.