Tsu: ¡Hola a todos! Mi nombre es Shimmy Tsu pero pueden llamarme Tsu, o como les plazca.

UP: Si, y yo soy UznaraPaz, y queríamos saludarlos ya que esta es nuestra primera vez que publicamos algo en este fandom.

Tsu: Yep, porque ya hemos leído muuuchas historias de aquí xD

UP: –rueda los ojos– En todo caso, hoy les traemos la traducción de un fanfic que, a nuestro juicio, nos pareció interesante y queríamos compartirlo con todos nuestros compañeros de habla hispana.

Tsu: Es una saga que en inglés es llamada Hetalia Tales de pastaaddict, y obviamente, con su permiso, la hemos traducido para su publicación en español.

UP: Así es. Ahora les dejaremos con la lectura y esperamos que les guste.

Tsu: Y no olviden dejar un review para la autora original :)

UP: Lean y disfruten.

Tsu: Ah sí, también estaremos publicando una vez a la semana (osea, los domingos) ya que el miércoles entramos a la universidad y necesitamos acostumbrarnos a ella. Y también porque necesitamos traducir todos los capítulos y luego editarlos… y eso sería xD

Disclaimer: Los personajes de Hetalia no son de nuestra propiedad, al igual que esta historia, que fue escrita originalmente por pastaaddict. Lo único nuestro es la traducción.


¡Por fin! Mi primera historia está en marcha. No quería publicar nada hasta que tuviera la idea completa (ya que tengo el hábito de comenzar y no terminar) e iré publicando cada capítulo una vez que los modifique. ¡Disfruten!

Personajes

Rey Stefano – Rey Rómulo – Imperio Romano

Rey Huberto – Rey Wolfgang – Germania

OC por ahora – Príncipe Lovino – Italia del Sur

Princesa Aurora – Príncipe Feliciano – Italia del Norte

Príncipe Felipe – Príncipe Ludwig – Alemania

OC por ahora – Príncipe Gilbert – Prusia

Las Tres Buenas Hadas – Los Fae – Arthur, Lukas, Vladimir – Inglaterra, Noruega, Rumania

Maléfica – Natayla – Bielorrusia

OC por ahora – Rey Iván – Rusia

OC por ahora – Katyusha – Ucrania

(Los OC son porque tengo la intención de hacer más historias que se estarán hilando con los personajes de ésta dependiendo de si es bien recibida o no esta historia y no quiero arruinar las sorpresas. Algunas serán de Disney, otras talvez de Dreamworks, y otras de mi propia imaginación (¡Dios los salve!))

No soy dueña de Hetalia. No soy dueña de La Bella Durmiente. Sólo soy dueña de mi talento para escribir. (O poco de ello, ustedes deciden)

CAPÍTULO 1: Bendiciones y maldiciones

Hace mucho tiempo, en el Reino de Italia, vivió el Rey Rómulo de la Casa Vargas junto a su esposa, quienes por muchos años intentaron tener un hijo hasta que finalmente su sueño se hizo realidad. Nació un niño al que nombraron Lovino.

Pero su alegría no duró mucho. Dos días después de la celebración de su nacimiento, desapareció.

Muchos fueron los intentos para tratar de hallarlo, pero fueron en vano. El reino sufrió por la pérdida del príncipe, mas cuando aún buscaban a Lovino, la alegría regresó al país con el nacimiento del segundo príncipe, Feliciano.

Su nombre significaba feliz en italiano y fue nombrado así por la felicidad que trajo consigo a sus vidas.

Se realizó una gran celebración y Rómulo invitó a su amigo el Rey Wolfgang de Germania y Regente del Reino de Prusia, junto con su joven hijo el príncipe Ludwig, y su hijastro, el príncipe Gilbert de Prusia, todos de la Casa Bielschmidt. Ambos reyes habían deseado por mucho tiempo unir sus reinos, y fue así como ese mismo día el príncipe Feliciano fue comprometido con el príncipe Ludwig en santo matrimonio cuando cumpliese la mayoría de edad.

Ludwig miró a su futuro esposo. El rubio, de tres años de edad y de ojos azules no se asombró del bebé de cabello castaño rojizo y con un divertido rizo al lado izquierdo de su cabeza. Estando cerca Gilbert, de seis años y medio hermano de Ludwig, se rió del destino que le esperaba a su hermano en unos años más.

Otros invitados a la fiesta fueron los Tres Fae, Arthur del Clan Kirkland, Lukas de la Tribu Bondevik y Vladimir de la Línea Drakulya, con la esperanza de que ellos bendijeran al príncipe recién nacido. Arthur tenía el cabello rubio y desordenado, con enormes cejas y los ojos más verdes que se hayan visto jamás. Lukas también era rubio, pero de un tono más claro, del cual un lado era sujetado por un broche en forma de cruz y con un rizo que parecía flotar por sí mismo a un lado de su cabeza, y con unos ojos azules que parecieran no mostrar ninguna emoción, pero que podrían llegar a hipnotizarte si te quedabas viéndolos fijamente. Y Vladimir era un rubio rojizo con ojos rojos y lo que parecían ser colmillos que estaban escondidos bajo sus labios para evitar que sean vistos por la familia real, con el presente temor de llegar a asustarlos. Todos tenían alas del color de sus ojos y vestían con los mismos tonos.

Volaron hacia la cuna donde dormía el pequeño príncipe y miraron al más reciente integrante de la familia real italiana. Arthur, a pesar de su naturaleza cínica, tenía una debilidad por los niños, estos hacían surgir su lado paterno. Lukas no era muy amante de los niños, pero pensó que Feliciano era "lindo", y Vladimir sólo arrulló al bebé.

Después de haber mimado un poco al infante, volaron hacia el trono del rey y la reina y se inclinaron.

– ¡Sus Majestades!

–Cada uno de nosotros le brindará un don al pequeño príncipe. –Dijo Arthur con un fuerte acento británico. Se acercó a la cuna y elevó su varita.

–Dulce príncipe, –cantó, –yo te ofrezco el don de la belleza. –Giró su varita en el aire, creando una brillante espiral que flotaba sobre ellos y que finalmente cubrió al príncipe de pequeñas luces que desaparecieron sobre su piel. Arthur, satisfecho, se alejó dándole su lugar a Lukas.

Ille Prinsen, vil min dio som gaven fra sangen (Pequeño príncipe, yo te brindaré el don de una melodiosa voz), –Lukas cantó en su idioma natal, noruego, y trazó un símbolo musical en el aire, el cual también llegó a desaparecer como el don anterior.

Vladimir fue el último que se acercó a la cuna, y levantando su varita, comenzó a cantar en rumano. –Mic Print, darut meu va fi… (Principito, mi don será…)

De la nada, una ráfaga de aire se hizo presente, causando que todas las velas de la sala del trono se apagasen y que las vestimentas de muchos invitados se revolvieran en el aire, mientras que en el centro de la habitación una gran explosión de llamas emergía desde el suelo. Cuando el fuego se disipó dejó a la vista el cuerpo de una mujer joven. Esta tenía el cabello blanco platinado y ojos azules con destellos púrpuras, y llevaba puesta una túnica azul oscuro. Traía un bastón con una bola de cristal en la parte superior en una mano mientras que la otra era adornada con cuatro cuchillos entre sus dedos. Era rodeada por un aura oscura y un cuervo voló sobre su cabeza y aterrizó sobre el cristal del bastón.

– ¡Natayla! –Exclamó Arthur.

– ¿Qué haces aquí? –Vladimir escupió las palabras con desprecio. Lukas sólo se mantuvo en silencio.

La Bruja Oscura era una leyenda en el mundo mágico. Se rumoreaba que había hecho desaparecer al Rey de Hielo, Iván de las Rusias, sólo por negarse a casarse con ella. La excusa de que ambos eran hermanos no era un argumento válido para Natayla. Su hermana mayor, Katyusha, Bruja de los Campos, había desaparecido antes que Iván. Se creía que la menor no quería competencia por la atención de su hermano. Mas nadie sabía si los rumores eran ciertos o no. Sólo se sabía que Iván y Katyusha no habían sido vistos desde entonces.

Natayla también había sido invitada a la celebración del nacimiento de Lovino. Pero se produjeron problemas ya que ésta se sintió desprestigiada por la ubicación de su asiento, creyendo que no había sido colocado de acuerdo a su posición como hechicera. Muchos sospechaban que ella era la culpable de la desaparición de Lovino, pero no había rastro de magia en la habitación en la cual desapareció, y tampoco se encontraba en el castillo de Natayla, ubicado en las montañas prohibidas, a varios kilómetros de distancia. No existían pruebas que la inculparan, pero debido a esto, no se le fue enviada una invitación para la reunión.

¡Vaya error que cometieron!

Natayla miró fijamente a la familia real, recordando cuando ella había sido parte de una también. Hasta que su hermana mayor se ganó todo el afecto de su querido hermano.

Natayla, –Katyusha negó, –eso es ridículo. Mi amor por Iván es fraternal. Amarlo de otra manera es incorrecto. Eso deberías de saberlo también.

Tú quieres alejarlo de mí. Él es mío y no dejaré que lo tengas. Seremos uno y no podrás detenernos.

– ¡Vy z hluzdu! (¡Estás demente!) –la ucraniana quedó sin aliento. –Yo no lo quiero de esa manera y no te vas a casar con él, Natayla. Iván también piensa que es antinatural casarse con su propia hermana.

Debido a que has profanado su mente para que esté en mi contra. Pero ya no más. –Natayla dirigió su bastón hacia Katyusha y luego un poderoso resplandor apareció.

Natayla se quedó mirando a la pequeña familia italiana de manera despectiva, con algo de celos.

–Bueno, Rey Rómulo, –dijo la hechicera, de manera extrañamente tranquila con un marcado acento bielorruso, –esto es todo un teatro. Realeza, nobleza, aristocracia y… –sus ojos se detuvieron al ver a los Fae, – ¡Vaya! ¡Incluso la gentuza!

Vladimir, enfurecido, trató de volar hacia Natayla, pero Arthur y Lukas lograron afirmarlo de su túnica y detenerlo.

–Me sentí tan molesta por no haber recibido ninguna invitación, –continuó, acariciando a su mascota con los nudillos de la mano con los cuchillos. El cuervo era extraño, de color marrón en lugar de negro y sus ojos eran como dos caramelos calientes. Una extraña pluma sobresalía del costado derecho de su cabeza en forma de rizo.

–No fuiste invitada. –Dijo Vladimir en voz baja. Pero Natayla lo escuchó.

– ¡No fui invi…! –exclamó sorprendida, mas luego estrechó sus ojos y continuó. – ¡Dios mío! ¡Qué situación más incómoda! Bueno, en ese caso será mejor que me vaya. –Natayla se alejó, pero sabía que no iba a terminar allí.

–Entonces… ¿no está ofendida, su Excelencia? –preguntó la reina, tentativamente, utilizando el título de todos los poseedores mágicos con el fin de calmar los ánimos.

–No, su Majestad. –la Bruja Oscura respondió con un dulce tono venenoso. –De hecho, para demostrar que no hay resentimientos, le brindaré un don al niño.

Los Fae rodearon la cuna para protegerla. Natayla no concedía dones, sino que maldiciones. Ésta balanceó su bastón en un amplio arco.

– ¡Escuchen todos! –vociferó. – ¡El Príncipe Feliciano crecerá dotado de gracia y belleza y será querido por quienes lo conozcan! ¡PERO! –El cuervo voló lejos de la bola de cristal mientras que la hechicera alzaba su mano y cuchillos sobre ella y sombrías imágenes eran proyectadas en la mente de todos los asistentes.

– ¡Al cumplir los dieciséis años antes de que el sol se ponga, se pinchará el dedo con el huso de una rueca, –las sombras se juntaron para formar una rueca, –y morirá! –las sombras se separaron y formaron una nueva silueta, un cuerpo muerto yaciendo en el suelo.

Cuando las sombras desaparecieron de la mente de los presentes, la Reina corrió directo hacia la cuna, sacó a Feliciano de ésta y lo abrazó mientras comenzaba a llorar. Natayla rió cruelmente.

– ¡Arréstenla! –ordenó Rómulo, con furia, su sangre italiana hervía de tan solo pensar que alguien ponía en peligro la vida de su hijo. Los guardias se apresuraron en obedecer a su rey pero Natayla lanzó sus cuchillos contra ellos, deteniéndolos, y golpeó el suelo con su bastón.

– ¡Atrás, idiotas! –Las llamas envolvieron a Natayla y su cuervo voló hacia ella, desvaneciéndose en un remolino de fuego dejando atrás la risa burlona de la bruja.

El silencio se hizo presente en la sala del trono siendo quebrado sólo por los sollozos de la Reina, quien abrazaba a su hijo. Los tres Fae se vieron entre sí, tratando de decidir qué hacer ante la situación. Rómulo se acercó hacia su esposa e hijo para abrazarlos. Aquello rompió el corazón de Arthur.

– ¡No desesperen, Majestades! –dijo, en voz baja. –Vladimir aún no le da al príncipe su don.

–Él puede deshacer la maldición, ¿giusto? (¿cierto?) –el rey preguntó. Pero sus esperanzas desaparecieron cuando Vladimir alzó las manos y negó con la cabeza.

– ¡Me temo que no, Señor! –contestó. Arthur se posicionó a su lado. –La magia de Natayla es muy poderosa. –Lukas empujó al rumano hacia adelante.

–Pero puede ayudar. –Lo siguió empujando. –Y dará su mejor esfuerzo.

Vladimir suspiró y pensó en lo que podía hacer para contrarrestar la maldición, y sabía que sólo existía una manera de hacerlo. Levantó su varita y cantó en voz alta para que todos pudieran escuchar.

–Principito, si por ese desdichado embrujo, te ha de herir el huso de una rueca un dedo.

Que haya un rayo de esperanza el don que te concedo.

Y no en la muerte, solo en profundo sueño, la fatal profecía se cumplirá.

Y de ese sueño hechicero despertarás, al calor del primer beso de amor.

–El amor verdadero lo puede todo. –Arthur murmuró, siendo el romántico en secreto que era. Un remolino de magia brotó de la varita de Vladimir y envolvió al bebé.

–Esto es todo lo que puedo hacer. –dijo con pesar. El Rey Rómulo sabía que era la mejor alternativa, pero aún temía por su hijo. Ya había perdido a un niño, no volvería a perder otro. Ese mismo día ordenó a que se quemaran y destruyeran todas las ruecas del reino, prohibiendo también el ingreso de éstas al reino, o su hijo moriría.

¡Y todos sus esfuerzos serían en vano!

Aquí vamos, el Capítulo 1. Cambié la relación de Rómulo y Wolfgang de abuelos a padres, porque hubiese sido difícil explicar lo que pasó con los padres de Ludwig y Feliciano. La madre de Gilbert y Ludwig estaba casada con el primo de Wolfgang quien murió cuando Gilbert era muy joven y luego se casó con Wolfgang y tuvo a Ludwig, lo que los hace medio hermanos. Hice esto para explicar el por qué Gilbert es heredero de su propio trono. Decidí hacer las traducciones de los personajes en su propio idioma para que no haya necesidad de revisarlo. Usé el Google Translate ya que no soy multilingüe (apenas soy monolingüe). Espero que les guste y comenten mi primer fan fic. Por favor, sean amables.