Si respirabas y te detenías en medio de la brisa congelada, notabas que el invierno había hecho su aparición. Bueno, yo precisamente disfrutaba esa condición, dejaba que mi blanca piel hiciera contacto con los fríos copos de nieve que caían del cielo, y también permitía que esta misma se dejara vencer por el frío aire que soplaba con fuerza.

Si la paz del ser humano se encontraba cuando este mismo ha dejado de sufrir, tan solo por unos instantes, sin recordar que hay vida detrás de esos parpados cerrados que figuraban un mundo inexistente, entonces esta es mi paz, jugar con el frío del invierno, no hay nada mas hermoso que esta visión de no ver nada, de este sentimiento de no sentir nada, no hay mejor pensamiento que de no pensar en nada, son dulces ironías que solo alguien como yo disfrutaría y lo cual no me importa.

Los copos son solo mis objetos de distracción, un entretenimiento de mis ojos y de mis manos que juegan a escurrirse entre estas y dejarme con una sensación inexplicable de felicidad.

- ¿Shion? -

Gire mi rostro para encontrarme con el dueño de tan melodiosa voz, y perturbador énfasis.

Detrás de mi estaba mi siempre fiel amigo y compañero Dohko, escondiéndose de la nevada en el techo del templo que estaba detrás mío, quise ignorarlo y seguir con mi paz interior, ¿Pero como ignorar a la perturbación de tu paz cuando estas buscando esta misma?

Así que mi mirada no se despego de su semblante preocupado, mirándome como si hubiera enloquecido y puede que así hubiese sido, pero no me gustaba nada, y eso Dohko era bueno de adivinar, mejor que yo un lemuriano que lee la mente, el podía leer mas que mi mente y mi corazón juntos, el leía mi alma entera através de mis ojos y aunque a veces me parecía incomodo, me gustaba que lo hiciera.

Camine hacia el y tome sus manos entre las mías, la sensación de frío en sus manos lo hizo entremeterse ante mi, lo entendía, yo entendía muchas cosas, no por nada era el Patriarca de 88 Caballeros, pero lo que nunca acepte entender, fue el por que me había enamorado de la única persona incapaz de poder amarme, tener que sufrir y a la vez extasiarme de contemplar aquel rostro justiciero y equilibrado que ahora se encontraba ante mi y me miraba extrañado.

¿Pero como yo podría incluso pensar ante esa mirada?

Mi diestra inconscientemente se dirigió sin temor ante su mejilla rosada, la cual acarició con la suavidad del algodón, apenas rozándose ambas pieles de mi dedo índice latiendo de frío pero hirviendo por dentro de deseo con tu suave y tersa mejilla izquierda.

- ¡Basta Shion! -

Exclamaste tan autoritariamente como acostumbras a ser tu mismo y golpeaste mi mano apartándola de la comodidad de tu piel, me sentí un total idiota y no me quedo mas remedio que dejarte ir apresurado, buscando huir de mi contacto, de mi presencia, de mi amor.

Se bien que no puedo obligarte, y mi amistad solo te hace sufrir, así como tener que soportar mi presencia como el jefe del santuario, se bien que desde que te declare esto que siento por ti, no has hecho mas que huir de mi, pero todo esta bien, tu no estas hecho para ser una presa ni yo para ser cazador.

Por eso esta noche partiré a Jamir y abandonare mi puesto, el cual ocupara mi buen aprendiz Mu y yo desapareceré de tu vida para que puedas ser feliz sin mi.

Y así vuelvo a mi posición de antes, en medio de la nieve, esta ya se ha vuelto mas violenta, señal de que pronto se hará una tormenta, al igual que mis sentimientos, todos están hechos una potente ventisca incapaz de ser controlada, quizás partir y dejarte de ver no sea la mejor decisión, y lo digo por mi, ya no te veré mas y solo sufriré hasta que muera, pero para ti es lo mejor, podrás ser feliz.

Ahora me doy cuenta que el Tiempo siempre me dio la respuesta, si lo nuestro no se dio antes, nunca mas se dará.

FIN?