Aprendiendo A Ser Padres

Con la ida de las sailors star y el planeta Tierra en estado de paz, la vida de las sailor scout seguía avanzando sin ningún problema como era el caso de cierta pareja de "famosos". Ya que no había nadie en el país o en el mundo quien no los conociera, y es que ser el hombre y la mujer más guapo/a del mundo destacados a tan corta edad en muchas disciplinas los hacían ser objeto de seguirlos, averiguar y dar información de lo que hacían día a día, o por lo menos vigilarlos en caso de un escándalo que pudieran vender al mejor postor, ya que estaban en plena adolescencia; la edad donde cualquiera podía cometer un error y ser comidilla de las personas quienes los siguen, así es la vida de los famosos, en este caso del famoso corredor Haruka Tenoh y la famosa violinista Michiru Kaioh.

-Michiru no vayas tan lejos sin mi, me sentiré solo-

La nombrada fijo su vista en aquel quien le hablaba sonriéndole dulcemente mientras sentía el delicado roce de sus manos en la mejilla como en su cintura atrayéndola hacia el

-sabes que jamás me iría sin ti Haruka-

Le contestaba de forma dulce, cerrando los ojos para besarlo y conforme seguían el delicado beso que se transformaba en uno más apasionado junto con manos traviesas quitando prendas para tocar la recién expuesta piel. Ha ambas partes les gustaba tener la intimidad suficiente para disfrutarse, completarse y sentirse más cerca, derretirse ante las caricias, besos y esos pequeños sonidos que a ambos les gustaba, fascinaba, excitaba escuchar.

-Ha-Haruka!...-

-ah, Michiru!-

Hasta que ambas partes terminaban satisfechas, con la respiración entrecortada, ligero sudor por doquier, besos delicados donde antes había mordidas, apretones y algunos rasguños.

-me encanta tu cuerpo Michiru- decía Haruka al oído de su novia para después besarle el cuello

-solo mi cuerpo?-sonriendo ante el cosquilleo de los besos de su amante

-aun no terminaba, me encanta también tu olor, tus ojos-mirándola-tu cabello, tu sonrisa, todo lo que eres Michiru, cada vida que estoy contigo este amor crece más y más por ti; siento que explotare, por eso nunca me dejes-

-al parecer tengo que hacer algo con esa desconfianza que tienes-sonriéndole divertida por la desconfianza de Haruka.

Y es que para Michiru le hacía feliz e increíblemente especial el que Haruka mostrara facetas que jamás mostraría ante terceras personas y eso incluía su único secreto y ese era que Haruka era mujer.

-es que odio como se te quedan viendo todos pero en sí creo que es al revés Michiru-le decía de una forma entre seria y llena de amor con devoción.

En cambio Michiru se empezaba a sentir un poco ansiosa que se animó a preguntar.

-y que harás?-

-... Hacerte la pregunta del millón-le contestaba divertida mientras se sentaba en la cama sin dejar de mirarla

-es por eso que me has pedido que adelantemos el año escolar para tener este año de viaje antes de entrar a la universidad?-haciendo lo mismo que Haruka

-siendo... honesta ya no podía, ni quería seguir esperando Michiru, para preguntártelo en privado-

Haruka tomaba un poco de aire y aclarar su voz para decirle

-Michiru te casarías conmigo?-

y como si se tratara de un truco de magia, Haruka hacia aparecer una cajita aterciopelada de color blanco abierta dejando ver un anillo de oro con un pequeño zafiro en él. Pero por otra parte Michiru simplemente observaba cada detalle de la única persona que le había entregado todo y que estaba dispuesta a todo por ella, estaba dispuesta de dar hasta su propia vida, no una ni dos veces, sino más allá de la eternidad misma y eso ya lo ha hecho en indefinidas ocasiones y es que el reencarnar no significaba otra cosa más que sorprenderse entre ellas y vivir una vez más su amor de una manera distinta, como ahora que tenía Michiru a una Haruka más sentimental, apasionada y rebelde, aunque siempre lo haya sido esta vez era diferente.

-si me dices que no, esta bien Michiru, puedo intentarlo de nuevo, no me rendiré-su dulce voz le hacia reaccionar de nuevo, para sonreírle

-deberías de saber y entender que solo tengo ojos para ti, tonto-

-es-espera un segundo, estás diciendo que si quieres casarte conmigo?-mirando nerviosa

-así seria mas fácil alejar a todas esas chicas, mujeres mayores, casadas, prometidas que andan detrás de ti-

-estas celosa?-

-como podría, solo digo que si te ven con el anillo nadie se te acercara por lo menos a quince o veinte metros de distancia-

-sabes que solo son cumplidos-

-el corazón de las mujeres de ahora son demasiado fáciles de tener cuando sabes que en estos tiempos es casi raro ver a alguien con tus cualidades mi príncipe o debería de decir mi rey del viento-

le sonreía Michiru a su ahora ya prometida antes de acercarse y darle un beso en la boca para sellar de nuevo un destino que está más que forjado y sellado y eso era lo de menos porque a ambas les encantaba estar atadas entre ellas.

No paso mucho tiempo para hacer traer a todas sus amigas y aliadas hasta un país lejano en un lugar demasiado reservado para la ocasión. Todo había sido perfecto de principio a fin y después de eso era más que perfecto, porque todo lo que quiso Haruka ahora lo tenía y no podía estar más que feliz o eso creía la corredora hasta que un mes después veía a su ahora esposa suspirando y mirando a lo lejos haciéndola sentir débil y mal, por no saber que sucedía, había cometido un error, se preguntaba la rubia

-hey-le decía con suavidad la corredora mientras la abrazaba-a dónde quieres ir?-

por otro lado Michiru reaccionaba asustándose un poco siendo la primera vez que le pasaba pero relajándose enseguida sabiendo que era su esposa quien la abrazaba.

-sabes que a ningún lado sin mi Haruka-le decía Michiru mientras giraba sobre el abrazo de su esposa

-segura?-

-si-poniendo sus manos sobre las mejillas de la corredora y mirando sus ojos-no te preocupes-

Dándole uno de sus besos delicados esos que a Haruka le hacían perder la razón sin dejar que sus propios cuestionamientos la molestaran y atormentaran de nuevo. Pero eso no fue asi la corredora veía cada vez más distraída, nostálgica y pudiera asegurar que triste tomando la decisión de hacerle frente, ya que no podía entender el por qué ahora le ocultaba las cosas jamás lo había echo ni en sus vidas pasadas como para que ahora lo hiciera y eso le atormentaba.

-mi hermosa sirena te gustaría dar un paseo?-

-sabes que no tienes que preguntarme mi Haruka; a donde tu quieras ir yo te seguiré-

-eso lo se amor, pero estaba indecisa con eso de que es nuestro último día en este país quise saber que querías hacer-

Aunque a veces su forma de ser con ella la hacía perder su decisión pero sabía a la vez que ahora era solo como una especie de camuflaje del verdadero problema el cual quería saber la corredora

-sabes también que cualquier lugar me va bien si tu estas conmigo-

No dejando que siguieran así las cosas Haruka llevo a su esposa a comprar algunos suvenires con el pretexto de también llevarles regalos de agradecimiento a las demás chicas por haber ido a su boda. Haruka no dio espacio a Michiru para que se distrajera y pensara en la lejanía hasta que había llegado la hora de hablar con seriedad y para esto, la corredora llevaba a su esposa a la playa a ver el mar siendo el reflejo y termino del día, recargándose en el auto que habían alquilado para ese día...

-nee Michiru...-llamaba la rubia haciendo que se perdieran el atardecer de ese dia-que esta pasando contigo?...-

la violinista preocupada de las palabras de su único amor quiso hablarle pero Haruka no dejo que le endulzara la realidad de nuevo, eso le empezaba a fastidiar

-... Y por favor no me digas que nada, porque creo conocerte y sé que me ocultas algo al ver a lo lejos, dime la verdad créeme que lo soportare sea lo que sea que esté ocurriendo, por favor-

Terminaba de decir la corredora mirándola con amor y un poco de miedo haciendo a la violinista reaccionar entendiendo por fin el malentendido y el daño que ha estado causando. Michiru poso su mano derecha en el pecho de Haruka mientras que su mano derecha acariciaba con amor su mejilla, encontrando las palabras adecuadas para decirle que era lo que ocultaba..

-Haruka lamento el haberte preocupado solo que...-

Michiru estaba a punto de decirle que era ese malestar cuando se escuchaba un fuerte sonido que azotaba contra el piso haciendo que voltearan y se encontraran con alguien tirado en el suelo notando que los segundos pasaban sin que se levantara, Michiru decidió ir hasta donde estaba aquella persona preocupada seguida de Haruka..

-estas bien?... Hey me escuchas?-descubriendo que era una chica en mal estado..

No obteniendo repuesta la violinista miro a Haruka con miedo y preocupación que sabía que se había acercado también. Y sin pensarlo dos veces Haruka cargaba a la chica entre sus brazos e iban inmediatamente al hospital más cercano..

-ustedes trajeron a la chica verdad?, saben algo de sus parientes o son conocidos?-

Por primera vez también Haruka notaba que Michiru se preocupaba más de la cuenta por alguien más en tan pocas horas y más por alguien que jamás había visto en su vida

-soy su hermana y no sabia de ella hasta ahora que le sucedió?-

el doctor dudo por un momento ya que no vio el parecido entre la chica que habían traído y la hermosa mujer que tenía enfrente pero tampoco dudo demasiado por la misma así que le dijo tratando de calmarla

-su hermana está muy mal, no sé qué habrá sucedido pero al parecer había estado viviendo en la calle por lo menos durante tres meses y teniendo en cuenta de que está embarazada ha sido peor pero digamos que el estar ambos aún con vida ya es un milagro-

La corredora noto como su esposa se quedaba en silencio preguntando por ella

-pero ahora estará bien verdad?-abrazando a su mujer

-como se lo dije antes está en un estado delicado, esperemos que sobrevivan ambos aunque les diré que teniendo su cuerpo en apenas formación y estar embarazada en esta situación debo decirles que se preparen para lo peor-

-podemos verla?-

-en un par de horas veremos si se despierta y con gusto dejaremos que pasen a verla-

-gracias doctor-

Después de eso Michiru no hablo y ni Haruka hizo intento de hablarle hasta que las llamaban dándoles acceso a la habitación de aquella desconocida. Al entrar veían a una energética joven muy joven en verdad de piel blanca, cabello color café claro y ojos color azul de ese tono que tenía la corredora de fórmula 1 y eso era extremadamente raro de ver como de encontrar, comiendo como si su vida dependiera de ello hasta que noto la presencia de alguien más dejo de comer..

-puedes terminar de comer no te preocupes por nosotros-

Haruka no sabía que sucedía específicamente pero lo que si sabía era que Michiru tenía un interés enorme en aquella jovencita y eso también era extraño

-fueron ustedes los que me trajeron aquí?-hablaba tímidamente

-si-contestaba Michiru

-yo...-

-no te preocupes-interrumpía la violinista-nos haremos cargo de ti verdad Haruka?-mirando a su esposa

-por supuesto, una linda jovencita como tú no debe de andar por la calle asi, dime quien ha sido e iré a que desee no volver a tratarte así-

La chica se puso por un momento feliz por aquellas palabras pero en un segundo después volvía a su estado depresivo..

-no tienes por qué decirnos-hablaba de nuevo Michiru-ahora lo importante es que se recuperen-dedicándole una sonrisa-ya no te preocupes de lo demás-

La joven extraño que le pareciese toda esa ayuda no dudo ni un segundo en aquella mujer de cabello aqua y mirada pacifica como si viese las olas del mar en ellos. No paso bastante tiempo para que aquella jovencita estuviera en condiciones de salir del hospital y ser invitada a vivir con la pareja en el departamento que alquilaban y que aquella joven hablara de lo sucedido

-era una chica cualquiera de 17 años enamorada por primera vez de un hombre que me trataba como si fuese la mujer de su vida, o bueno así lo sentía yo en ese momento, por que todo iba bien salíamos, nos divertíamos, disfrutábamos de la compañía del uno y del otro hasta que le entregue mi virginidad... Es la típica historia ahora que lo pienso ya que después de haberlo hecho sin protección varias veces empecé a sentir los cambios, mis miedos se hicieron más grandes por un momento veía todo negro hasta que recordé que tenía a un príncipe o mejor dicho un chico calenturiento sin deseos de hacerse responsable dejándome diciendo que no era su culpa que yo debía de haberme cuidado, se supone que una relación como un hijo se es de dos no es cierto?, pero al final me dio la espalda y eso no fue lo peor, cuando me atreví a decirles a mis padres solo oyeron la palabra embarazada y me corrieron sin pensarlo dos veces, vendí mis cosas para obtener dinero y así pagar un cuarto por lo menos para un rato hice lo que pude pero no me dejaban trabajar por el embarazo todo iba de mal en peor me encontraba en el tercer mes cuando se me acababa el dinero y tiempo después me corrían de donde estaba, mis amistades me daban la espalda por los rumores que aquel había dicho a mis espaldas y después me encontraba vagando por la calle hacia lo que podía para seguir con vida y pude hasta que me encontraron y me ayudaron sin pensarlo dos veces aun sabiendo que ni conocían mi nombre me dieron una mano por eso les agradezco y les seguir eternamente agradecida por todo lo que hacen por nosotros...-

-y seguiremos estando al pendiente de ustedes Aislin, no te preocupes-le decía con confianza Michiru

-pero ya han hecho suficiente y no sé qué hacer para agradecerles me siento de lo peor teniendo, recibiendo todo lo que me dan-

-no te preocupes en verdad, verdad Haruka-

-por supuesto-decía con seguridad la corredora

el tiempo seguía pasando, momentos gratos remplazando los malos sabores pero para Haruka era diferente estaba feliz de saber que ayudaba a alguien pero lo que le hacía sentir extraña era el comportamiento de su esposa, no podía preguntarle por qué estaba al pendiente de aquella jovencita pero la duda estaba sembrada y quería saber la verdad obteniéndola de una manera no muy grata.

Por fin llegaba la hora del parto el pronóstico daba más positivo que negativo y era ahí cuando entendía todo la corredora.

-resiste un poco más Aislin-

La pareja había ya experimentado tener un bebe, cambiar pañales, enseñado a comer, leer, escribir, a andar en bicicleta y de mas pero eso había sido tan rápido, en unos meses y aun así estaban felices que les dijera su hija; Haruka-papa y Michiru-mama en verdad amaban a su hija adoptiva, pero ahora su hija era grande y entendía perfectamente quienes eran por eso la niña había convencido a su papa-Haruka de adelantar un año y salir de viaje con su mama-Michiru disfrutar un poco de la paz existente de la tierra encontrándose en ahora esta situación que si bien pudiera haber sido previsto por la violinista, la corredora no entendía el por qué tanto secreto.

-doctor sus signos vitales se están debilitando-

-qué?-

-necesitamos que salgan de aquí-

-pero por qué, que está pasando?-

-lo sentimos tienen que salir ahora-

-Haruka...-

-Michiru tranquila tenemos que esperar ella estará bien-

y asi lo hicieron la pareja aunque tuvieron que pasar por lo menos una hora antes de ver de nuevo al doctor, un simple gesto de negación y mirando el piso era más que suficiente para entender que la chica había muerto...

-pero y el bebe?-cuestionaba la peli-aqua con miedo entre líneas

-ella está bien tuvimos que decidir a quién salvar en ese momento y.. Lo lamento mucho-

-pero estará bien la bebe?-hablaba ahora Haruka

-si, pronto podrán verla y de nuevo disculpen-

el tiempo de nuevo paso rápido para que la pareja joven de casados viera, cargara a la bebe

-están hermosa verdad Haruka?-

-si-

y en ese momento la pequeña abría los ojos

-tiene tus ojos-

-Michiru...-

-Haruka lamento ser tan egoísta-volteando a verla-pero...-

La corredora solo poso delicadamente sobre los labios de su mujer un dedo, silenciándola

-el ser egoísta me tiene sin cuidado, puedes serlo tanto como tu quieras conmigo pero...-

Esta vez era la violista quien la hacía callar tomando la mano de su esposa para que la posara en una de sus mejillas

-eres demasiado estricta que si te lo decía te negarías-

-pero sabes por qué-

-lo se y aunque estemos aquí solo para cuidar el bienestar de nuestra princesa no tiene nada que ver con que tu y yo peleemos por lo nuestro, quiero una familia con el amor de mi vida, no entiendo porque solo la princesa puede ser feliz mientras que nosotras estamos luchando por este planeta donde la mayoría de los humanos son malos... Por favor Haruka, no quieres? Quisiera ser lo más normal posible, se que tu también lo quieres me lo dijiste hace tiempo, vivir cada día con quien amo antes de volver a separarnos y no saber hasta cuando volveremos a encontrarnos-

-Michiru...-Haruka no lo dudo más y abrazaba a su esposa con cuidado por la bebe-sabes que si me dices que esto te haría feliz lo haría y aceptaría con todo mi ser-

así sellaban su nuevo inicio de vida una pareja también joven de 18 años recién casada y ahora con un integrante más en la familia aprendiendo a ser padres