De amor y muerte

El precio de amar a un Dios.

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Miro a la negra libreta, sobre la mesa. Sabia lo que tenia que hacer, alzar su lápiz como si de la temible hoz se tratara y cegar las vida de los malvados, porque no estaba mal si era gente que se lo merecía ¿verdad?

Sabía que tenía que hacer, aunque el grito de miles de voz fueran a atormentar sus sueños por el resto de su vida. Vidas que podrían haber cambiado, arrepentirse sinceramente de su actos, pero que ya nunca nadie lo sabría porque ahora descansaban bajo un suave colchón bajo tierra.

Lo haría, porque eso le había prometido a Light, su dios, su amor eterno. Claro que él sabia muy bien el amor y admiración que sentía por su persona, por eso es que le había pedido eso. Porque sabia bien que el amor nublara la razón y moral, que por amor una persona podría llegar a quitarse la vida si con eso hacia feliz a su amado.

Ah… el amor, bendito seas.

Y ahora, en la soledad de su cuarto, frente a la mas grandiosa de las armas, dictaría su sentencia de muerte a miles de criminales, a pesar de saber que solo era un instrumento, una herramienta para su amado Light, y que talvez nunca llegue a mas que eso, porque los dioses no ama ni odian, porque los dioses no necesitan a nadie, pero aun así el amor y la esperanza de que tal vez, solo talvez Light sienta un ápice de cariño por su persona le hacia sentir que ese doloroso labor valiera la pena.

Varias vidas habían sido cegadas cuando sintió una cálida mano en su hombro, sabia que se trataba de Light. Sintió su cálido aliento en su mejilla, contemplando su trabajo.

-Hiciste lo que te dije… me siento muy complacido…

No podía evitar temblar levemente, estaba feliz de escuchar su voz aprobatoria. Su Light estaba orgulloso, haría lo que fuera con tal de que Light fuera feliz.

-Bien echo… Elle.

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Jaja ¿cuantos pensaron que era Misa? Los engañe jaja