Hola, soy Hermione Granger, una mujer común y corriente, tengo una familia compuesta por mi esposo Ron, Ronald Weasley y mi hijo Lyncis. alias: Lynx. Bueno, mi pequeño tiene ocho años, y le gusta que le llamen Lynx porque... bueno, supongo que es porque es más corto. Ya que no me gusta mucho hablar de mi. Hablaré de Lynx. Bueno, físicamente es muy, que digo muy. Demasiado parecido a mi. Cabello castaño y alborotado, nariz pequeñaPero bueno. Tiene los ojos de su padre. Azules. Un hermoso color azul.

Bueno, ahora solo vivo con mi hijo. Ronald ha tenido que viajar por su trabajo. El estudió diseño Gráfico. Y lo han solicitado en Ucrania, un tal... ¿Kaisser Rolf? creo que así se llamaba. Yo vivo en Londres, no cerca de la ciudad, sino que...más, más, más alejado de ella. Mi casa en muy acogedora, me gusta mucho en realidad. Es sencilla, cómoda, cálida y grande. Tiene un gran patio donde Lynx puede jugar como y donde se le de la gana.

Hmm...extraño a Ron...

Pero bien, cambiando de tema. Yo trabajo. Claro, no soy una de esas mujeres que se tiran al sillón de casa y ve telenovelas todo el maldito día. Yo tengo mi trabajo, tengo mi dinero, pago lo que quiero con MI dinero. Lo cuál significa, que no necesito de Ronald para ir al negocio de la esquina (?). Aún así es divertido. Hay mujeres que le piden dinero a sus esposos o...novios; para comprarse ropa, zapatos, joyas, etc, etc. Yo tengo mi dinero y con suerte me compro una sudadera, PERO... eso no significa que no tenga ropa. Por supuesto, nadie puede vivir sin ropa. Ridículo, muy ridículo sinceramente.

*Toc-Toc-Toc*

¿Hm? quién será, Ronald está en Ucrania, Lyncis en la escuela... no creo que sean Arthur y Molly. O...¿Ginny? maldición, no quiero un día de compras por todas las tiendas disponibles de moda en Londres.

Me acerqué a la puerta principal solo rezando por una cosa:

"Que no sea Ginny, que no sea Ginny, que no sea Ginny..."

Le saqué el pestillo a la puerta y la abrí.

...

...

...

Okay... unos hombres vestidos a lo Hombres de Negro, completamente desconocidos para mi. Bien, decidido, no es seguro, cerraré la puerta.

Estaba por cerrar la puerta pero uno de ellos, que eran cuatro; la detuvo. Yo lo miré con una mirada interrogativa y mientras ese detenía la puerta, otro habló:

- ¿Es usted...la señorita Hermione Granger? - me pregunto serio, serio, serio. Imaginarán que quiero decir. ¿¡Que demonios le pasaba?!¡era como hablar con la pared!

Pero bueno...no hay que ser mal educada. Puede ser importante.

- Si...soy yo. ¿Desea algo? - le pregunte desconfiada y mirándolo con los ojos entrecerrados.

- Si. La necesitamos a usted. Que venga con nosotros por favor - ¿eso era pedir algo? Este tipo casi me estaba ordenando hacerlo.

Que demonios.

- Lo siento mucho. Ahora, no puedo irme por mucho tiempo. Son las una treinta y tengo que recibir a mi hijo. Si me disculpa - comencé a cerrar la puerta.

Otra vez detuvieron la puerta.

Que se larguen maldita sea.

- Usted nos tendrá que disculpar señorita Granger, pero la necesitamos ahora ya...en Italia - dijo.

Momento.. dijo... ¿¡ITALIA?!¿de que demonios habla esta pared?¿que me necesitan en Italia?

Y de un momento a otro ya no tenía los pies en el suelo.

Mierda.

- ¡Esperen!¿por qué Italia? mi hijo...¡Lyncis está en la escuela y soy la única en casa! - le grité a la pared dos mientras le golpeaba la espalda.

- Ya nos hemos encargado de su hijo Señorita Granger.

¡¿QUÉ?!

- ¡Dígame que quiere decir con eso!¿qué le han hecho a mi hijo? - pregunte alterada.

- Nada. Solo lo hemos recogido de la escuela. Supusimos que querría a su hijo con usted - dijo.

¿Huh?

Luego ya estaba en el auto, era negro, lo había visto al abrir la puerta, y bueno...ahora que lo pruebo, es muy cómodo. Pero que mierda, debería estar preguntando por qué demonios me han 'secuestrado'.

- Hm...disculpa.. - murmuré tocándole el hombro a la pared número tres. Qué era un tipo de piel blanca y cabello oscuro, entre castaño y negro. Sus ojos no me eran visibles por el hecho de que llevaba gafas negras.

Se giró a verme, aunque bueno...yo no lo le pude ver los ojos.

Supuse que me estaba dando la palabra.

- ¿Para qué me necesitan ustedes? - pregunte con una ceja alzada y una mirada confundida.

El hombre sonrió y volvió su cabeza al frente.

- Nosotros no te necesitamos. Quién te requiere es el señor Malfoy - me dijo como si estuviéramos hablando del clima.

...

...

¿Qué?

El apellido Malfoy me suena...pero no se de dónde...