Hola a todas las fans de esta pareja!

Eh yo aquí con una nueva historia para ustedes!

Esta está dedicada para dark warrior 1000 quien gano nuestro concurso y que espero más de un año para ver su premio!

Así que las dejo con los términos legales…

DECLAMER: Los personajes son gracia y obra de mi comadre Stephanie Meyer, la historia le pertenece aquí a su servilleta… la cual desgraciadamente no gana nada al hacer esto… solo los reviews son los que me animan a seguir escribiendo, así que mis angelitas no me desamparen ni de noche ni de día… XD

Summary: -TODOS HUMANOS- Todo lo que Bella quería era estar con Edward y dejar de lado esas tontas reglas que ellos dos habían implantado. Así que decide irse para no terminar lastimada llevándose el secreto de que lo amaba en el corazón.

Así que sin más las dejo con el primer capítulo!

Enjoy it!

oOoTEAMoOoEMMETTo&oJACOBo&oJAREDo&oKYLEo&oJOEo&oVASILYo&oGUSo&oHARETONo&oGORDONo&oAUSTINo&oJACEoOo

_- Secretos del Corazón -_

- Capitulo 1 -

Pv. Edward

Había tenido un mal día, al menos había logrado la firma con los inversionistas, algo bueno dentro de toda la semana complicada que eh tenido. Estaba por irme directo a mi casa pero entonces pensé en ella… Marie.

—¿Bueno? —contesto al otro lado del teléfono.

—Hola hermosa… —salude como de costumbre.

—¡Edward! —estaba animada por mi llamada—, ¿Vienes a mi casa? —me pidió.

—Seguro… llego en veinte… —colgué el celular, entre a mi Volvo y conduje rápidamente bajo la tenue lluvia de Agosto. Las imágenes de Marie desnuda sobre su cama me hicieron pisar el acelerador para estar más pronto con ella.

Pv. Bella

Recién había colgado para pedir algo de comer para mí y para Jake cuando la llamada de Edward me sorprendió. Subí a mi recamara para poder ponerme el corsé y el liguero que me había comprado especialmente para esta ocasión. Era rojo con encaje negro. Me mire al espejo y realmente me gustaba lo que veía, el atuendo hacia que resaltara mi pálida piel.

El timbre me sorprendió haciendo que saltara del susto, me puse un poco nerviosa pero logre encontrar una bata para ponerme antes de bajar, me mire antes para ver si no se veía algo pero lo único que sobresalía debajo de esto era apenas y las medias.

—Son realmente rápidos ¿Cuánto te debo? —pregunte al abrir la puerta, pero después vi que era Jake.

—No creo que te haya prestado nada Bella —no pude evitar reírme tontamente.

—Muy gracioso Jake… —entre cerré los ojos—. ¿Qué haces aquí? —pregunte histéricamente.

—¿Se te olvido que iba a venir? —pregunto levantando una ceja de incredulidad.

—Si... —dije riéndome—. Pero es que Edward no tarda en llegar —mire a la calle principal donde el debería de aparecer un poco preocupada.

Suspiró—. ¿Vendrá? —pregunto borrando la sonrisa de su rostro.

—Llamo hace rato… —dije apartándome de la puerta para que pasara.

—Pero habíamos quedado de ir a la fiesta de Rosalie… juntos… ¡Sabes que no la soporto! —me hizo el gesto al que nunca le negaba nada. Sabía que era el mismo que usaba con las mujeres para conseguir lo que quisiera.

—Jake… ¿Qué parte de Edward viene no entendiste? —pregunte molesta cruzándome de brazos.

—Tal vez la de… —se detuvo a media frase—. ¿Edward viene? —pregunto con sarcasmo—. Eso cambia las cosas… debería irme, dejar que venga, se acuesten y se vaya enseguida… —el tono de sarcasmo seguía—. Mejor vuelvo en una hora… —dijo dándose vuelta dispuesto para salir por la puerta.

—¿Una hora? —pregunte fastidiada.

—Tienes razón… —se dio la vuelta para verme—. Me mandas un mensaje cuando llegue, cuento quince minutos y regreso por ti para ir a la fiesta. —dijo burlonamente.

—Edward no es tan… precoz como tú… —sonreí maliciosamente.

—Hey, hey, hey… te aseguro que no lo soy… además yo no las abandono al llegar al climax, a diferencia de tu adorado Edward yo paso toda la noche con ellas… —defendió su virilidad, en ese momento se me vino a la mente Amy, Honey, Brandy, Mari, Scarlett, y las otras a las que ni siquiera se preocupaba por preguntarles su nombre, de las cuales me había contado sus anécdotas.

—No tengamos esta conversación de nuevo ¿Si? —le pedí a el, fastidiada del sermón que siempre me decía Jake.

—Al menos yo no las vuelvo a llamar si es únicamente para sexo… eso me deja a mi como un dios… Edward no puede conseguirse otra… —Jake salió molesto de mi casa azotando la puerta.

Respire hondo para tranquilizarme y no ir tras el y gritarle unas cuantas verdades. Jacob me acababa de decir rogona, arrastrada, zorra, prostipirugolfa… y todos los adjetivos que se me vinieron a la cabeza en ese momento, Jacob nunca se acostaba con la misma chica mas de una vez, en cambio Edward siempre me buscaba para tener sexo cuando el quisiera, ese era nuestro trato, ¿Qué tenia eso de malo?

El timbre volvió a sonar y salí a abrir.

—¿Ahora que se te olvido? —pregunte molesta al abrir la puerta.

—Em… disculpe usted solo fueron unos segundos de retraso —dijo el joven repartidor un poco atemorizado.

—Disculpa… ¿Cuánto te debo? —pregunte sacando mi cartera para pagarle.

—Son treinta y cinco dólares… —me sonrió amablemente a pesar de la primera impresión que le había dado. Le di cuatro billetes de diez dólares.

—Quédate con el cambio —sin querer ser grosera le arrebate las bolsas y cerré la puerta detrás de mi, se alcanzo a escuchar el gracias del chico pero ya estaba a medio camino a la cocina. Vacié el contenido de cada recipiente en los platos para que se viera como que yo la prepare, tire la basura a al bote y lo tape con otras cosas para disimular lo del fondo. Esta vez si haría que Edward comiera un poco antes de irse.

Nuevamente el timbre sonó, y esta vez estaba segura de que era Edward, me puse las zapatillas que combinaban con el atuendo, deje la bata en el armario debajo de las escaleras y me apresure a abrirle.

—Hola —salude sensualmente mientras ponía una mano en mi cadera y la otra la alzaba para darle más dramatismo. Sus ojos esmeraldas brillaron con lujuria al verme. Lo mire por unos segundos y note que su cabello estaba humedecido por la lluvia por lo que el radiante cobrizo se había oscurecido y caía ligeramente.

—Hola —saludo el seductoramente, le sonreí apartándome de la puerta para que el pudiera entrar.

Al entrar el inmediatamente se abalanzo sobre mi, alcance a escuchar la puerta azotarse. Rodeo mi cintura con un brazo y me apretó contra su cuerpo, alargue los brazos hacia el para ponerlos sobre sus hombros. A pesar de sentir su ropa fría, su cuerpo estaba caliente, su piel ardía con tanta intensidad, que inmediatamente mi entre pierna sufrió un repentino refrescor. Probamos nuestros sabores con un candente beso mientras Edward me acariciaba por enzima del corsé sobre mi cintura, abdomen y mis pechos. Repentinamente dejo mis labios e hizo un camino de besos a mi cuello sin dejar de acariciarme por encima de la ropa, y siguió el resto del camino hacia mis pechos con ligeras chupadas, deteniéndose en el borde del corsé, con una mano apretó mi trasero mientras que con los dedos de la otra acariciaba el borde entre el corsé y el nacimiento de mis pechos. Mi entre pierna seguía sufriendo cada vez mas tenia la necesidad de ser tocada por el.

—Vamos arriba —dijo Edward separándose un poco de mi. Lo obedecí tomándolo de la mano, comencé yo a subir las escaleras para provocarlo con el sensual contoneo de su cadera.

Pv. Edward

—Marie no hagas eso… —gruñí excitado por el espectáculo que me ofrecía.

—¿Hacer que? —pregunto seductoramente mientras volteaba a mirarlo. No pude evitar sonreír ante la "inocencia" de ese comentario, seguía sorprendiéndome cada vez que nos veíamos, era como si nunca la terminaría de conocer. Después de veinte tortuosos escalones llegamos a la recamara de Marie. Decorada al estilo espartano, lo que la hacia parecer mas grande de lo que era, la cama King-size con el edredón azul sobre salía de todo el cuarto, como dándonos la bienvenida, tome a Marie por el hombro y la gire para poder besarla, nuevamente me apetecía probar sus exquisitos labios rosados que tanto me provocaban.

Deje sus labios y me fui a su hombro donde deslice delicadamente un tirante para dejar un beso en ese lugar, pero no me basto así que comencé a chuparlo de ahí hasta su cuello donde mordí ligeramente hasta que soltó un maravilloso gemido.

Pv. Bella

Cada caricia de él era una como una corriente eléctrica que llegaba a cada nervio de mi cuerpo, y que decir de las mordidas… pero el todavía tenia mucha ropa, desabroche su camisa lentamente mientras chupaba el pecho que se iba descubriendo, como siempre, Edward comenzó a impacientarse, tratando de ayudarme con el pantalón.

—Calma… —voltee a verlo maliciosamente mientras desabrochaba el último botón de la camisa.

—Marie tengo que ir a una cena a las once, apenas tengo tiempo de regresar a casa y cambiarme…

—Debiste de haber traído tu traje —le reclame.

—Ok, será para la próxima… —la mano que seguía inmóvil jaló un cordón del corsé, haciendo que la presión sobre mi pecho disminuyera. Deslizo el otro tirante y el corsé cayo al suelo, dejándome prácticamente con mi braga y el liguero colgando del corsé. Me levanto y coloco en la cama delicadamente, me quito las medias dejando besos que hacían que me excitara mas. El frio aire entro por la ventana pegándome directamente, me retorcí un poco por la sensación y se escapo un gemido de mi garganta.

Edward se levanto y se bajo el pantalón y el bóxer briefs a la vez para quedar desnudo frente a mis ojos.

—Nunca me cansare de verte así… —dije seductoramente mientras se mordía mi labio inferior. Edward no dijo nada, pero se acerco y me beso, sentí parte de su peso sobre mi, mientras que con una mano soportaba su peso y con la otra me masajeaba un pecho, los gemidos comenzaron a salir de mi garganta sin poder callarlos, eso hacia elevar el miembro de Edward, que mas bien lo sintió en mi vientre, baje la mano y lo acaricie desde la base a la punta y viceversa para comenzar a masturbarlo y su pene creciera mas.

Pv. Edward

Las caricias de Marie hacían que mi pene se erectara mas, no pude contenerme, deje de estimular su pecho y baje a su entrepierna, pase delicadamente su mano por encima de la única prenda que tenia para después meter mi mano dentro de esta y poder tener acceso a su vagina. Estaba tan excitada que se me hizo agua la boca, pero mejor metí un par de dedos y masajee su clítoris para excitarla mas, cosa que paso ya que Marie vibro a al contacto. Se iba retorciendo con cada movimiento, así que cuando sentí que movió su cadera para arriba me detuve, provocando una mirada de reclamo de su parte, levante mi mano y chupe mis dedos mientras tomaba mi pene nuevamente en su mano. Aparte su mano y fui a buscar mi ropa.

—¿A donde vas? —pregunto Marie preocupada.

—Un condón… —dije buscando en la bolsa del pantalón, yo recordaba que había dejado uno ahí.

—Yo tengo ahí —dijo Marie señalando al pequeño mueble junto a la cama, la mire confundido y un poco celoso pero fui a buscarlo, pensando en el numero de tipejos que habían estado ahí antes, abrí el pequeño cajón y ahí había una caja, recordé entonces que en las anteriores ocasiones cuando también se me olvidaban, ella siempre sacaba uno, en ese momento deje de pensar en esas cosas y me concentre en ella. Me coloque el condón con la mirada de Marie llena de lujuria sobre mi miembro. Sonreí al verla concentrada en el, me acerque a ella y finalmente le quite su braga, dejando su delicioso olor en el aire, ella inmediatamente abrió las piernas y me dejo ver su rosado y erecto clítoris, recordé que no tenia mucho tiempo así que me apresure y me coloque en su entrada.

Pv. Bella

Sentí su endurecido miembro en mi entrada, lo metió delicadamente mientras yo gemía al sentirlo llenándome completamente. Comienza a moverse con ritmo pausado, pero mi necesidad va aumentando.

—Házmelo mas fuerte —le pedí empujándolo con mis piernas y levantando mis caderas. Pero el siguió con el mismo ritmo, mientras que con su pulgar masajea mi clítoris, haciendo que mas gemidos salgan de mi garganta, el cosquilleo en el clítoris se intensifica, estaba tan húmeda que entraba y salía de mi interior como si nada. Con otro gemido, nuevamente alce el trasero contra él.

A lo mejor eso era lo que estaba esperando, porque incrementó el ritmo. Oí el sonido de nuestros cuerpos al chocar, y sus embestidas se volvieron tan poderosas que la cama comenzó a sacudirse ligeramente. Gemí con más fuerza al sentir que retorció mi pezón, pero su dedo en mi clítoris es lo que necesite para poder estallar. Sus embestidas eran tan rápidas y potentes que me tuve que aferrar a las sabanas para no rasguñarlo. Sus pequeños gruñidos de placer son tan excitantes, que estaba tan cerca de llegar, solo un poco más para que mi vagina se cerrara sobre su pene y mi clítoris se tensara.

Grite su nombre llena de placer mientras un segundo orgasmo me alcanza. El dio un par de embestidas más y grito con voz ronca mi nombre. Nos quedamos respirando jadeantes mientras recuperamos la calma. Las contracciones vaginales se van calmando aun con el miembro de Edward dentro. Cuando estábamos más tranquilos se levanto y comenzó a vestirse.

—¿No quieres comer algo antes de irte? —recordé la comida que había comprado.

—Tengo que estar listo para la cena… —dijo abotonándose la camisa que tanto trabajo me había costado quitársela.

—Nos vemos luego Marie… —me dijo recargado en el marco de la puerta.

—Espera te acompaño a la puerta… —comencé a levantarme.

—No te preocupes, conozco la salida —me interrumpió a media frase, se dio la vuelta y desapareció. No me levante hasta que ya no escuche el ruido del motor de su coche. Fui al baño y me duche, un poco triste por tener que borrar las huellas de Edward pero alegre de que lo hubiera visto hoy. Salí del baño con una toalla enredada en el cuerpo.

—Deberías de poner aromatizante en este cuarto… —salte del susto al ver a Jake con cara de asco recargado en el marco de la puerta.

—Jake… ¿Cómo demonios entraste? —pregunte sorprendida mientras trataba de que la toalla no cayera.

—La llave debajo de la maseta… —dijo como cosa obvia.

—Pero la cambie…

—A abajo del tapete —trato de imitar mi tono de voz—. Te recomiendo el Gley, ese usa Sarah para el cuarto de las gemelas.

—No huele mal —me defendí abriendo una ventana por si acaso.

—Claro… —arrugo su nariz al acercarse a mí—. Hueles a sexo… que en otras chicas olería bien, pero en ti no… –me miraba de mala gana.

—Ya déjate de esas cosas… —dije caminando a mi cajonera para sacar algo de ropa interior.

—No creo que eso convine con esto —voltee a verlo y levanto de la cama un vestido elegante, negro y realmente lindo.

—¿Eso para la fiesta de Rose? —pregunte confundida.

—Nop… hace rato me llamó papá para decirme que tenia que estar en la cena de beneficencia… diremos un discurso y todo… —sonrió maliciosamente.

—Pero, pero…

—Nada, nada… no me lo agradezcas —dijo con sarcasmo—. Es un pequeño castigo.

—¿No puedes llevar alguna otra chica? —pregunte esperanzada a que dijera que había encontrado una y necesitaba que le arreglara aquí en mi casa.

—Por supuesto —dijo como cosa obvia, lo que a mis oídos sonó como música celestial—. Pero no puedo llevar a cualquiera… —se rio al ver mi cara de decepción—. Lo siento… es lo que ganas por ser la mejor amiga de tu jefe.

—¿Y si yo no quiero ir? ¿Y si hago todo lo que sea posible para que no vayamos? ¿Y si me tardo arreglándome? ¿Y si ya no quiero ser tu amiga? —le pregunte retadoramente.

—Entonces tendré que arreglarte yo mismo, digo ¿Qué tienes tú que no haya visto ya en cualquier otra mujer? —camino a mi cajonera y la reviso–. Además no puedes dejar de ser mi amiga, tu padre me hizo prometer que te cuidaría…

—Espera, espera estas desordenándolos… —grite tratando de detenerlo, ignorando el comentario de mi padre.

—Toma este quedara perfecto… —me dio un brasier sin tirantes negro, sin levantar la mirada mientras seguía buscando.

—Ok, ok… yo misma puedo hacerlo —saque sus manos de mi cajón.

—Así me gusta… —sonrió triunfante, pero lo mire de pies a cabeza y el tampoco estaba listo. Lo voltee a ver incrédula—. Ok, me voy a cambiar en el cuarto de Charlie… ¿contenta? –pregunto levantando los brazos.

—Si, dame una hora… —dije entrando al baño para ponerme la ropa interior. Salí del baño con la toalla todavía enredada, me maquille y peine con el cabello recogido. Realmente me gustaba lo que veía frente al espejo. Cerré la puerta para ponerme el vestido. Me sorprendí al ver que realmente me ajustaba perfectamente. Pero entonces mire el en espejo mi reflejo y una pequeña mancha llamo mi atención. Era la mordida de Edward, me reí tontamente al recordar eso.

—¡Ya paso la hora! Lista o no haya voy… —dijo abriendo la puerta, desvié la mirada de mi cuello a la puerta.

—Wow… tengo que darle un premio a Irene por esto… —dijo mirándome de arriba a abajo.

—¿Quién es Irene? —pregunte sentándome con cuidado en la silla para maquillarme la mordida.

—La chica de la tienda… ella escogió el vestido…

—¿Y te revolcaste con ella? —pregunte poniendo algo de base.

—¿Qué tipo de hombre crees que soy? Si me acuesto con muchas chicas pero no con cualquiera que se me cruza en el camino —frunció el seño molesto—. ¿Qué te maquillas? —pregunto acercándose a mí—. Wow Bella… que mordida…

—¿Se nota mucho? —pregunte preocupada.

—No, solo si se acercan a observar… vamos que llegaremos tarde —me ofreció su brazo pero me di la vuelta y fui a mi armario donde había unas zapatillas perfectas para este vestido, me las puse y crecí unos pocos centímetros.

—Ahora si… —salimos de mi cuarto y al bajar las escaleras me acorde de la comida—. Espera… —comencé a caminar a la cocina.

—No te preocupes… hasta me dio tiempo de mandarla a la cena al evento para que eso comamos… —se rio de mi.

—Muy gracioso Jacob… —dije su nombre completo.

—¿Me llamaste Jacob? —pregunto incrédulo.

—Si… —seguí caminando a la puerta.

—Ok, realmente estas molesta conmigo… —dijo con sarcasmo.

Salimos de mi casa y afuera ya estaba el Corvette de Jake, realmente no me sentía a gusto en su coche pero era una cena elegante, no creí oportuno decir que nos fuéramos en mi Chevy. Jake abrió la puerta para poderme subir y la cerró al estar acomodada, rápidamente se dio la vuelta y nos fuimos rumbo a nuestro destino. Mi casa estaba en Sunnyside, Queens y llegar al Empire State nos llevaría media hora, así que comenzamos a platicar del trabajo pero el me cambio la platica.

Pv. Jacob

—¿Hace cuanto que conoces a Edward? —pregunte sin quitar la mirada de la carretera, fastidiado de hablar de los problemas de adolecentes de mis hermanas.

—Como dos años… ¿Por? —pregunto Bella curiosa.

—¿Qué es lo que sabes de el? —nunca me dejaba preguntar de el, así que ahora a veinticinco minutos de nuestro destino no podía evadirlo.

—Pues nada… Jake ya te dije que esto no es nada serio… ¿Por qué el repentino interés nuevamente? —pregunto confundida.

—Bella, sabes que te quiero… pero no quiero que sufras mas… si no pude hacer nada para impedir que salieras con Damon…

—Ni lo menciones —me interrumpió. Ella había intentado suicidarse una vez que le dijo que no iba a dejar a su esposa por ella, una chica simplona y sin chiste, lo había escuchado y había entrado a golpearlo para sacarlo de la casa de Charlie, el estaba en el hospital por esa época.

—Ves… no quiero que te vuelvan a lastimar, y realmente espero que lo tuyo con el no sea nada serio… pero me gustaría que si llegas a sentir algo por el me lo contaras, para apoyarte en cualquier decisión que tomes —en parte era cierto, pero si eso llegaba a pasar tendría una larga charla con ese tal Edward.

—Gracias Jake —se acerco a mí y me abrazo—. Ok, ya no hablemos de esas cosas… mejor cuéntame como es Irene.

—¿Por qué? Si ni siquiera me revolqué con ella.

—Por eso… no te revolcaste con ella… —dijo como cosa obvia.

—Es delgada, un poco más alta que tu, rubia, ojos verde azulados, lindas piernas… —comencé a recordar a la sexy vendedora.

—¿Cuándo cambiaras? —pregunto con ironía.

—Cuando tú te cases… —dije de broma.

Pv. Edward

Me había retrasado unos cuantos minutos, por suerte no había comenzado la ceremonia, entre rápidamente y me senté junto a mis colegas en la mesa que nos habían asignado.

Las luces se atenuaron y un reflector avanzo junto con una pareja que salía al escenario. Cual fue mi sorpresa al ver a Marie del brazo de un tipo X.*

—Buenas noches —saludo el amablemente acaparando el micrófono, esperaba que ella hablara—. Agradecemos su presencia esta noche —siguió hablando pero la verdad es que no podía quitar la mirada de ella, ya la consideraba hermosa, pero ese vestido la hacia ver como una diosa, mas que hermosa, como si de una maravilla se tratara.

Sus mejillas tenían un ligero rubor que pocas veces había visto y que tanto me gustaba. Ella estaba a unos pasos del sujeto mirándolo atentamente, me imagine que tenían una relación por la manera en que el la volteaba a ver.

Finalmente el discurso termino y ambos bajaron, las luces se encendieron y comenzaron a servir la comida, ella estaba del otro extremo del salón, pero por mas que me esforcé para que me viera, no lo logre, ella estaba muy platicona con el tipo ese y pocas veces platicaba con alguien mas de la mesa.

La velada fue avanzando y ella no se levantaba de la mesa, arto de esto me levante ignorando a mi compañera Tanya, y fui a su mesa.

—¿Bailamos? —pregunte extendiendo mi mano.

—¿Edward? —me miro ella extrañada. Volteo a ver al sujeto y después me tomo la mano, la ayude a levantarse para ir a bailar—. Estas aquí… —dijo para romper el hielo. Una vez que puse mis manos en su cintura y ella puso las suyas en mis hombros.

—Yo me quede con la boca abierta al verte así —baje la mirada a su escote mientras la acariciaba con mis pulgares.

—De haber sabido que estarías aquí, no me hago del rogar tanto para que Jacob me trajinera —sonrió ampliamente.

—¿Jacob? —pregunte extrañado—. ¿Es algo tuyo? —inquirí.

—Eso es de mi vida personal Edward, tu dijiste que sin preguntas…

—Era simple curiosidad… —me encogí de hombros—. ¿Quieres ir a un lugar mas privado? —le propuse.

—Claro… —le ofrecí mi brazo y caminamos rumbo a la salida del salón, en el vestíbulo la atraje hacia mi y la bese. Sentí sus suaves labios presionando los míos, probé su dulce sabor mientras la acariciaba por encima del vestido—. Vamos a algún lado… —chillo sobre mis labios.

—No creo que Jacob quiera que desaparezcas de la fiesta… —dije un poco herido.

—Tienes razón… —se quedo pensativa—. Sígueme…

Al principio me quede viéndola caminar, mi imaginación comenzó a volar mientras la veía mover sus caderas.

—Marie… —nuevamente la regañe. Ella simplemente se comenzó a reír y entro al que reconocí como el baño—. Que original… —dije con sarcasmo.

—¿Alguna otra idea Einstein? —dijo burlonamente mientras se acercaba a mi después de poner seguro a la puerta.

—Ok, esta vez lo dejare pasar —dije condescendientemente, mientras la tomaba de la cintura para atraerla hacia mí, me gustaba mucho la sensación de nuestros cuerpos juntos, sus labios junto a los míos, pero simplemente la adoraba.

Ella repentinamente dejo de besarme, lo que me sorprendió, pero al sentir las manos sobre mi cinturón y descender a tal punto de ponerse de rodillas.

Pv. Jacob

Hacia rato que había visto a Bella salir del salón con ese tipo. Y sabía que no precisamente habían salido a tomar aire fresco.

—Me disculpas Sonia… —dije a la chica con la que bailaba.

—Soy Tanya… —se molesto. Odiaba que las chicas se quedaran así, así que simplemente la bese y salí de ahí. En los pasillos no estaban, ni en las escaleras, pero un repentino… gemido me sorprendió al pasar por el baño.

—¿Tardaran mucho?… —toque estrepitosamente la puerta fingiendo la voz, después pegue el oído a la puerta y se escucharon unos repentinos tosidos, como si hubiera tratando se tomar aire cuando algo se le sube—. No quiero interrumpir pero es una emergencia… —se escucharon ruidos dentro, pero no me quería quedar a ver la cara que tendría al salir, así que regrese corriendo al salón donde en la puerta me encontré con la chica que había estado bailando.

—Tanya… —la tome del brazo y la guie a la pista de baile.

—¿Qué paso? —dijo frunciendo el seño.

—De eso hablamos después, si preguntan no me eh separado de ti en toda la noche, ¿Si? —le sonreí mientras acariciaba el cuello.

—Claro —cerró los ojos, supuse que estaba disfrutando la sensación.

Entonces voltee a ver a la entrada y Bella venia entrando unos pasos después del tal Edward, pero ella tenia una mirada que ya había visto antes, esa misma que le causo tanto dolor después de que Damon la dejara…

—Creo que lo dejaremos para después, tengo una emergencia —me separe de ella, pero me detuvo del brazo y me entrego una tarjeta. Era su número… le sonreí y seguí mi camino.

Pase junto al tal Edward mirándolo con desprecio y llegue hasta donde estaba Bella.

—Tenemos que hablar… —la tome del brazo y salimos juntos del salón, ella al principio forcejeo, aunque no la lastimaba, pero al ver mi cara dejo de hacerlo y se resigno.

Pedí mi coche y esta vez fuimos a mi departamento.

—¿Ahora si me vas a decir que te traes? —pregunto por enésima vez. Entre al mini bar y nos serví unos tragos, necesitaba un poco de valor antes de soltarle la bomba.

—Bella, tú podrás decir lo que quieras pero desde donde yo lo veo, para Edward puede ser nada serio, pero para ti ya no lo es… —la mire con los ojos entrecerrados. Ella se quedo callada pensando.

—Claro que no… —se defendió—. Yo no siento nada por el…

—Bella, sabes que te conozco desde hace tiempo y nunca has sido buena mintiendo ¿Verdad? —me comenzaba a molestar con ella.

—Jake, enserio yo no… —se estaba defendiendo cuando su celular comenzó a sonar, dejo de hablar y se puso a buscarlo en su bolsa como loca. Lo saco y se lo arrebate de las manos. Mire el remitente y era el tal Edward.

Conteste la llamada pero sin hablar.

—Hola Marie hermosa ¿Estas bien? —el tono de su voz me dio asco—. Te vi salir con el tipo ese y no te eh visto…

—Ella esta bien… —conteste por fin—. Al parecer el tipo ese la trajo a su casa… —le dije sugestivamente, para hacerlo pensar que algo pasaría, pero en ese momento colgué.

—¿Qué es eso de Marie? —pregunte confundido.

—¿Era el? –pregunto alarmada—. ¿Por qué no me dejaste hablarle? —me reprocho.

—Bella tu y yo estábamos hablando de algo… —le recordé—. ¿Qué no sentías nada por el? Mira como te pusiste ahorita…

Pv. Bella

—¿Por qué dices que siento algo por el? —pregunte confundida, después de la acusación.

—Bella, no solo es de ahora, desde hace tiempo que te veo cambiada, pero siempre insistes en que no es nada cerio, pero te vi hace rato… tienes la misma mirada que cuando estabas enamorada de Damon… —me dijo casi gritando. Y después siguió hablando pero había dejado de escuchar después de eso.

¿Era cierto lo que mi amigo me decía?

Me levante del banco y fui a sentarme al sillón para pensar en lo que había dicho.

—Sabes que te quiero como a una hermana —dijo pasándome el brazo por la espalda para abrazarme.

—No puede ser cierto —trataba de convencerme, pero por mas vueltas que le daba en mi cabeza, no dejaba de ser la puritita verdad.

Me había prometido no enamorarme de un hombre mas, no quería sufrir lo mismo otra vez, era por eso que había aceptado ese tipo de relación con Edward. Sin preguntas, sin compromisos y sin promesas. Únicamente sexo. Por eso mismo le había dicho mi segundo nombre, el cual nadie conocía, salvo Jake.

—Pero si el no siente nada por mi… —no sabia como seguir la frase.

—¿Qué vas a hacer? ¿Tratar de suicidarte como la última vez? —pregunto Jake molesto.

—No me refería a eso… —voltee a verlo y el me miraba sorprendido—. ¿Estaría bien si lo sigo viendo aunque sea yo la única que sienta algo? –pregunte confundida.

—Bella tú vales más que un simple acoston, yo te recomendaría que terminaras con esto que están haciendo… solo por tu bien, y no es por hacerte sentir peor, pero no sabes si tiene familia o novia, no sabes nada de el… —tenia mi cara entre sus manos.

—Lo se Jake, pero no se que hacer…

Pv. Edward

Hacia un mes que le había llamado a Marie y me había contestado el tipo ese. No sabia si llamar o no, ¿Y si era su novio?

—¿En que piensas? —pregunto repentinamente mi prima Rose.

—En nadie… —dije sin quitarle la vista a mi celular.

—No pregunte en quien, sino en que… —me di cuenta de mis palabras hasta que ella se burlo—. ¿Quién es ella? —se sentó a mi lado esperando a que le contara.

—No es nada cerio, pero no puedo dejar de pensar en ella… —seguí jugando el celular en mis manos.

—¿Algo va mal? —inquirió.

—No lo se, la ultima vez que la vi ella se fue con un tipo y le llame pensando que algo había pasado, pero contesto el… —me quede pensando en ese día.

—¿Pero no que no era nada serio? Si ella lo sabe, tiene derecho de salir con otras personas… —se recargo en el sillón mas cómodamente.

—Lo se… —pero no quería creerlo.

—¿Entonces cual es el problema? —pregunto mi prima sin entender.

—Solo que hay algo que no me gusta, pero le voy a llamar y saber que pasa… —me decidí a llamarle, me levante del sillón y salí al balcón donde mi prima no me escucharía.

—¿Bueno? —contesto un poco distraída.

—Hola hermosa… —salude como de costumbre—. ¿Podemos vernos? —pregunte esperanzado.

Pv. Bella

—Hola hermosa… —esa voz—. ¿Podemos vernos? —pregunto esperanzado.

Había estado esperando su llamada desde hace días, pero como siempre llamaba cuando menos me lo esperaba.

—Si, solo dame una hora y nos vemos donde siempre… –dije naturalmente.

—¿En tu casa? —pregunto extrañado.

—Claro… –nuevamente hable como si no fuera el.

—Entonces nos vemos en una hora —colgó en ese momento.

—¿Edward? —pregunto Jake.

—Si, pero en que nos quedamos… —dije quitándole importancia.

—Bella… —me advirtió—. Lo vas a ver ¿Cierto?

—Si Jake, decidí que aunque no sienta nada por mi voy a seguir viéndolo… —dije convencida.

—Sabes lo que pienso al respecto, no soy quien para decirte que hacer… pero a un así voy a tener lista la pistola para el… —no estaba riéndose por lo que me preocupe un poco.

—No creo que sea necesario… —dije un poco nerviosa—. Mejor sigamos… quede de verlo en una hora… —tome de nuevo los papeles y los seguí leyendo.

Después de terminar el trabajo, Jake me dejo ir, así que conduje lo más rápido posible de regreso a casa, fue un milagro que no tuviera un accidente. Cuando llegue vi el Volvo plateado de Edward estacionado enfrente de mi casa, estacione el mío detrás del suyo y baje del coche. En ese mismo momento el bajo del suyo, con su mirada que me derretía me saludo.

—Siento haber tardado… —me disculpe mientras le hacia señas para que me siguiera, estaba abriendo la puerta cuando una voz bastante conocida me sorprendió.

—Pero niña ¿Qué haces aquí tan temprano? —saludo la señora Stanley

—Hola señora Stanley —salude cortésmente aunque quería ignorarla—. Lo que pasa es que olvide unas cosas del trabajo, si me disculpa estoy un poco ocupada —no espere a que dijera algo mas por que si no se seguiría con la platica, y no estaba de ánimos para eso, aparte de que Jake solo me había dado un par de horas libres y tenía que volver al trabajo inmediatamente.

—Que molesta —comento Edward antes de acorralarme entre sus brazos contra la puerta.

—Tú no tienes que aguantarla todos los días, pero no hablemos de ella, ¿vamos arriba? —pregunte levantando la ceja y sonriendo maliciosamente.

El no dijo nada pero me tomo de la mano y guio a mi cuarto. Al entrar inmediatamente me empujo cuidadosamente a la cama. Las carisias se hicieron más demandantes y la ropa comenzó a sobrar. Estaba demasiado concentrada en las caricias de Edward que no había notado que un celular estaba sonando, solo hasta que el se levanto rápidamente a contestar.

—Hola cariño —saludo animadamente.

¿Qué? ¿Cariño? Ósea ¿Como se atrevía? Ay pero que digo… recuerda Bella, no es nada serio, no tienes por que sentir eso…

—Demonios —dijo al colgar, la verdad había estado molestándome que ni atención le había puesto a su conversación.

—¿Pasa algo? —pregunte mas por compromiso que nada.

—Necesito irme, lo siento Marie, nos vemos después ¿Si? —se sentó en la cama para besarme y acto seguido comenzó a vestirse.

—Ok, no hay problema —me levante, tome mi ropa y entre al baño. Necesitaba un baño antes de que regresara a trabajar.

—Marie, me voy, nos vemos después —escuche sobre el ruido de la regadera, un "uhum" salió de mi boca, aunque en ese momento sentía que si hablaba mi voz se escucharía quebrada por las ganas que tenía de llorar.

¿Cómo se me había ocurrido comenzar esto con el?

Sabía que había sido por despecho y por que en ese momento me sentía menos que cualquiera, pero ahora ya no me sentía así, el mismo me había ayudado a eso. Lo quería, pero era obvio que el no sentía nada por mi, sino no me hubiera dejado así como así.

Salí de mi casa rápidamente y me fui al trabajo, donde me encontré con Rose que era una de las modelos, y también una muy buena amiga.

—Hola Bella —saludo abrazándome.

—Hola Rose, ¿Cómo estas? —pregunte al notar su radiante sonrisa.

—De maravilla, de haber ido a mi fiesta te hubieras enterado… ¡Estoy embarazada! —grito emocionada.

—¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? Digo, felicidades… —la abrace feliz por ella—. ¿Y quien es el afortunado padre? —pregunte después de abrazarla.

—Se llama Emmett, el chico del comercial Calvin Klein… —me dio referencias, y el chico en ropa interior se apareció en mi mente.

—¿Dónde se conocieron? —pregunte confundida.

—Ay Bella ¿Dónde has estado? Fue aquí, ¿Qué no te acuerdas? Ese día ibas con prisa, por accidente me empujaste y fui a dar a sus brazos, te dije que tuvieras cuidado y solo dijiste "lo siento" y seguiste tu camino igual de rápido, sin voltear a vernos.

—No la verdad no me acuerdo… —ni trate de acordarme.

—Bueno, el punto es que ahora tengo tres meses… y vine a ver a Jake solo para informarle.

—Ok, yo tengo que seguir con mi trabajo, después te veo ¿Si?

—Seguro, cuídate Bella, nos vemos.

—Nos vemos... —me despedí y camine a mi oficina, donde las toneladas de papeles me esperaban.

—¿Por qué después de tres meses viene y me dice que esta embarazada? —pregunto Jake molesto sentándose en la silla delante de mi escritorio.

—Ella me dijo que lo anuncio en su fiesta, a la cual no fuimos por ir al evento ese de caridad… —dije sin quitar la vista de los papeles.

—No tienes buena cara… ¿Qué te hizo? —pregunto evidentemente molesto.

—Nada, solo se fue por que tenía una emergencia… —dije quitándole importancia.

—Te dejo así como así… en pleno…

—No te voy a contar los detalles, solo que se fue y me dejo ahí, oh y la señora Stanley nos vio entrar a la casa.

—¿Y que con eso? —pregunto como si nada.

—Olvídalo…

—Eso mismo te digo… olvida al Edward ese…

—Ya no puedo, pensé que nada pasaría… pensé que si las cosas eran casuales no me enamoraría de un completo extraño, no me gusta como están pasando las cosas… —las lagrimas comenzaron a salir— Jake, lo quiero, pero el no ve eso…

—¿Y por que no se lo dices? —pregunto escéptico.

—Sabes que lo nuestro no es nada serio… yo misma accedí a eso… es mi culpa… —el vino y me abrazo.

—Bella, no me gusta decirlo… pero te lo dije… te estas haciendo daño.

—Y no puedo creer que no sabía nada del embarazo o la relación de Rose, se supone que soy su amiga…

—Cariño, estos meses has estado muy distanciada, solo te veía reaccionar cuando el celular sonaba y era obvio quien estaba del otro lado.

—¿Qué hago Jake? —pregunte desesperada.

—¿Estas segura de que no siente nada por ti? —pregunto levantándome la cara.

—Si hubiera sentido algo, no me hubiera dejado ahí tumbada en la cama cuando alguien lo llamo.

—Ok, solo deja de verlo… —dijo como cosa obvia.

—Pero no creo que sea posible, sabe donde vivo… —mi cuerpo tembló con los sollozos.

—Ok, Bella, te nombro vicepresidenta de Black Enterprises de Francia… quería decírtelo de otro modo, pero creo que esto es lo mejor —me sorprendió con mi nombramiento.

—¿Qué? —deje de quejarme en ese momento, la verdad que aun me dolía, pero había querido ser mi propia jefa desde hace tiempo, pero no quería dejar pasar esta oportunidad.

—Como lo escuchaste Emmie necesita alguien de confianza, así que quien mas para hacer el trabajo, me iría yo, pero yo ya soy vicepresidente de aquí… Billy me mataría antes de dejarme ir a otro lado… —dijo un poco más preocupado de eso.

—Pero no le caigo bien a tu tía… —eso no era una excusa, pero no quería estar en un lugar en el que no me sintiera a gusto.

—Bella, eso no es cierto, ella te adora… pero en otro sentido… por eso parece como si te odiara…

—No entiendo…

—Ya lo veras cuando llegues allá, por ahora vete a tu casa, al rato paso a verte y te cuento con mas detalles… —dijo secándome las lagrimas de los ojos.

—¿Seguro? Todavía hay trabajo pendiente… no quiero dejarlo así como así… —dije acomodando un poco el escritorio.

—Vete luego arreglamos eso, mi tía te necesita haya lo mas antes posible, hace días que despidió a vicepresidenta y no puede encontrar a alguien adecuado, así que empaca por que mañana sales a primera hora del día ¿Ok? —ya estaba junto a la puerta, le asentí con la cabeza y el salió de la oficina cerrando la puerta detrás de el.

Esto era lo que necesitaba, una excusa para estar lejos de Edward, había roto nuestro trato y no iba a quedarme a esperar que el hiciera lo mismo, el que no supiera nada de el me ayudaba un poco mas.

oOoTEAMoOoEMMETTo&oJACOBo&oJAREDo&oKYLEo&oJOEo&oVASILYo&oGUSo&oHARETONo&oGORDONo&oAUSTINo&oJACEoOo

*Para ilustrarlas más, el vestido y la escena es la misma que la entrega de los Oscares (2010) donde Kristen y Taylor presentaron un tributo a las películas de terror…

Ahora espero con ansias sus reviews y tomareviews!

XoXo

3DiTh-McBl4cK-H0w'Sh3a