Aclaración: Harry Potter es propiedad de J.K Rowling. Esta historia es mía.
Proyecto Piloto
¿Esta es mi verdadera Casa? [Harry Potter] [Teoría/Historia]
Esta historia está basada en la teoría de que: "Harry y sus amigos no pertenecen a Gryffindor", yo solo tomé la teoría, no la estoy apoyando o recriminando ¿ok?.
PD: Si les agrada la idea de esta historia, díganmelo y yo con gusto seguiré.
Teniendo eso en cuenta... pasen y enloquezcan con estos tres chicos ;)
¿Esta es mi verdadera Casa?
Capítulo I: La nota.
La castaña ingresó a toda velocidad al Gran Comedor, buscando con la mirada a sus dos mejores amigos; encontrándolos sentados en la mesa de los Leones, conversando y desayunando tranquilamente. Sonrió de medio lado y corrió hasta ellos, dejando con fuerza el gran libro que traía entre las manos.
- Buenos días – saludó, sentándose al lado del ojiverde.
- Buenos días – contestó cortésmente Harry, mirándola por el rabillo del ojo.
- Hola Hermione – respondió el pelirrojo, arrugando la nariz al ver el libro que estaba sobre la mesa.
- ¿Qué es ese libro, Hermione? – preguntó Harry, tomando un sorbo de su jugo de calabaza.
- Oh ¿esto? – señaló al viejo objeto, Harry solo asintió – es un poco de lectura nada más… es que ya leí todos los libros que si y no me interesaban de la biblioteca.
- ¿Todos? – cuestionó a gritos un impresionado Ronald – espera un momento… si ya leíste todos los libros… eso significa que… ¿sacaste este libro de la Sección Prohibida? – lo ultimo lo dijo en un susurro.
- Si, lo hice – aseguró tranquila - ¿y qué?
- Que está prohibido – dijo el pelirrojo como si fuera lo más obvio.
- ¿Ya no hemos hecho eso muchas veces? – interrogó, rodando los ojos con fastidio.
- Si, pero casi siempre no estabas de acuerdo con eso – recordó, lanzándole una mirada pesada. Harry se mantenía callado y al margen de la conversación.
- Bueno, si… pero es que, ¿cómo no ir allí, cuando tienen libros tan interesantes? – se excusó la chica – escuchen esto: muchos magos antiguos aseguran que hay mundos paralelos, donde las cosas son muy distintas a lo que sabemos o conocemos. Ejemplo: las personas que están muertas en nuestro mundo, allá pueden que estén vivas; o dos personas que se odian a muerte aquí, allá pueden haber entablado una fuerte amistad, incluso puede existir una realidad en donde las personas cambien de género – leyó, pasando discretamente la mirada varias veces a los ojos de sus compañeros.
- ¿Mundos paralelos? – murmuró Ron, sin comprender por completo aquel texto.
- Si – volvió a plantar los ojos en la hoja – aunque también afirman que ir a una realidad como esas es muy peligroso, pues podría alterar el orden de ese tiempo o el nuestro – terminó de leer, cerrando el libro con cautela.
- Eso quiere decir: que puede existir un mundo donde Voldemort es… ¿buena persona? – cuestionó Harry, dejando la copa dorada a un lado.
- Si, y tal vez – ahora miró a su otro amigo – un mundo donde el Señor y la Señora Weasley hayan tenido puras niñas y un solo niño.
- Eso sería una locura – rió Ron, cortando la punta de una tarta de frambuesa – una horrible locura – añadió después, comiéndose el pedazo de tarta que había cortado.
- Si, pero realmente no importa, porque nunca haremos algo así – dijo Hermione, bajando el libro de la mesa, poniéndolo a su lado.
- ¿Estas de broma, no? – ironizó Ron, mirándola incrédulo – primero vienes y aumentas nuestra curiosidad, para luego decir: "nunca haremos algo así" – trató de imitar la voz de la chica, sin mucho éxito - ¿y esperas que obedezcamos? – miró a Harry, en busca de apoyo.
- Olvídalo, es peligroso – respondió indiferente, encogiéndose de hombros a la vez.
- Pero Harry – insistió - ¿no escuchaste? ¡las personas que están muertas aquí, en otro mundo puede que estén vivas! ¿es que no quieres conocer a…? – antes que pudiera terminar de hablar, Granger se levantó de pronto, golpeando fuertemente la mesa en el proceso.
- ¡Que no, Ron! – dijo un poco alto, atrayendo la atención de algunos de sus compañeros de Gryffindor - ¿Qué no ves que lo puedes lastimar? ¡¿Qué acaso no eres su amigo?!
Ron se quedó mirándola en silencio, sin saber que contestar. No tenía ni la más mínima idea del porque había reaccionado así. Harry sonrió cariñosamente, sabia la respuesta de la reacción de su amiga y le parecía muy dulce de su aparte preocuparse por él.
- Cálmate, Mione – le dijo con la voz calmada, haciendo que su amiga se sentara con la mirada perdida.
- ¿Por qué reaccionó así? – preguntó, alejándose un poco de ella - ¿Por qué siempre reacciona así?
En la noche
En la Habitación de los Chicos
- Que cansancio – se tiró en su cama, dejó los lentes en la mesita de noche y cerró los ojos, para descansar la vista.
- Limpiar todos los salones de clase es muy difícil… más de lo que pensé – imitó la acción de su mejor amigo y cerró los ojos también.
Ambos chicos habían sido castigados por "lastimar" a Malfoy en clases de Pociones. Harry tenía puesta una camisa blanca, y el pantalón apenas se sostenía, pues el chico estaba luchando para quitárselos sin tener que moverse mucho. Mientras que Ron no tenía nada que le cubriera el pecho, tan solo tenía puesto un pantalón corto.
- Ni lo menciones, ese castigo es lo peor – dijo una voz entre las sombras.
Harry y Ron miraron en la dirección en que se escuchó la voz, topándose con su gran amigo Neville.
- Lo siento, ¿te despertamos? – se lamentó Potter, enderezando la espalda y terminando de quitarse los pantalones.
- Para nada, de hecho los estaba esperando – informó, levantándose de la cama y dirigiéndose a su mesita de noche, donde posaba un montón de libros – tomen – de entre los libros sacó un par de hojas, entregándoselas con una pequeña sonrisa.
- ¿Y esto? – preguntó Ron, al mismo tiempo que las tomaba.
- Los apuntes de la clase del profesor Snape – avisó, quitándose la franelilla que traía – después de que fueran castigados y sacados de clase, el profesor explicó una poción un poco complicada – tomó una toalla.
- Seguro lo hizo apropósito – incriminó Weasley, sin dejar de mirar los apuntes.
- Muchas gracias, Neville – agradeció Harry, arrebatando con cuidado las hojas de la mano de Ronald.
- ¡Oye! – se quejó éste.
- Me voy a bañar – dijo Neville, metiéndose en el baño y cerrando la puerta.
- ¡Yo voy después! – se apresuró a decir Seamus, asustando a los otros dos chicos.
- ¿Desde cuándo estas despierto? – quiso saber Potter.
- Desde antes que llegaras – se sentó en la orilla de su cama – pero ya no te preocupes, ya nadie te va asustar – miró burlón a Dean, quien dormía cual bebe.
En la Habitación de las Chicas
Hermione estaba terminándose de bañar, pues también había asumido el castigo con sus amigos. Salió del baño envuelta en una toalla rosa, pasando silenciosamente entre las camas para no despertar a sus compañeras.
Se dirigió hasta su closet, colocándose una camisa rosa y un pantalón ancho gris. Se sentó en su cama, dispuesta a dormir lo que le quedaba de noche, hasta que se detuvo, pues había encontrado una pequeña notica encima de su almohada.
- ¿Una nota? – se cuestionó en voz baja, tomando con delicadeza su varita y haciendo un hechizo para que de la punta saliera luz.
La leyó detenidamente para poder meditarla. Estuvo así por unos minutos, hasta que entendió a la perfección su significado. Se puso en pie y se fue corriendo hasta la habitación de sus amigos, pues creía que también les incumbía a ellos.
En la Habitación de los Chicos
- ¡HARRY, RON! – gritó la chica, entrando sin preguntar en la habitación.
Todos se quedaron inmóviles al verse descubiertos por Hermione. Harry no traía nada puesto, solo una toalla que le cubría la parte de abajo, ya que se iba a bañar; Ron solo traía bóxers, por lo que cuando vio a la castaña lo primero que hizo fue taparse con las manos y un poco con las piernas; Neville tenía el pecho al descubierto, y sospechaba que Seamus se estaba bañando.
- ¡No mires! – exigió Ron, tirándole su camisa sudada en la cara.
- Chicos, por Merlín – pidió exasperada Hermione, quitándose la camisa de la cara y regresándosela a su dueño – llevo conviviendo con ustedes cinco años, no me es nuevo verlos al descubierto.
- ¡No me interesa! – dijo Ron, colocándose lo primero que tenía al alcance, que era una camisa roja con bordes dorados, estilo Gryffindor.
- ¡Eso es mío! – reclamó divertido Seamus, saliendo del baño – ah, hola Hermione. Qué raro verte aquí a estas horas, después de todo, tú eres prefecta.
- Hola Seamus – respondió en un suspiro al ver que ninguno de los chicos se movía, esperando que se tapase los ojos – Harry, cuando termines de vestirte, quiero que bajes a la Sala Común – dicho esto, abandono el cuarto.
- Ya era hora – anunció la chica, levantándose de su asiento. Potter estaba terminando de bajar las escaleras en compañía de Weasley.
- La próxima vez que quieras a ver a chicos desnudos, haznos el favor de irte a otra habitación – se quejó el pelirrojo, cruzándose de brazos.
- Deja de lloriquear tanto, Ronald – le dijo de mala gana Mione, mirando nuevamente a Harry – esto apareció en mi cama y creí que era importante que ustedes lo vieran… - les extendió el papelito. Potter lo cogió, mirándolo con curiosidad.
- ¿Una nota? – cuestionó Ron - ¿y eso qué?.
- Léela – ordenó inquieta, la verdad es que esa simple nota le estaba poniendo los pelos de punta, tal cual como lo hacía una película de terror muggle.
- "El libro fue removido y abierto, la hoja prohibida ha sido leía. Ahora, asumáis las consecuencias de vuestros actos, e ir al lugar que más trabajo os ha sacado" – leyó Ron obedientemente en voz alta, quedando desconcertado al igual que Harry.
- ¿Ir al lugar que más trabajo os ha sacado? – repitió Harry, mirando confuso a una pensativa Mione.
- Más trabajo… - pensó, repasando cada una de sus opciones.
- Lo que más trabajo me ha sacado, es tener que limpiar el salón de pociones, no hay lugar más sucio y pegajoso que ese lugar – comentó asqueado Ron, sin fijarse que esa era la respuesta del acertijo.
- ¡Ron, eres un genio! – celebraron Mione y Harry. Este último le dio unas palmaditas en la espalda a su amigo, mientras que la primera le besó ambas mejillas.
Corrieron lo más rápido que sus piernas les permitía, olvidándose por completo de hacer silencio; lo único importante en ese momento era llegar al salón y descubrir el misterio de esa nota.
Ingresaron al salón, encontrándose con una copa con un bonito y poderoso resplandor azulado. Se acercaron más para poder verla mejor.
- ¡No la vayan a tocar! – ordenó asustada la castaña, tomando los brazos de sus amigos – todavía no sabemos qué puede hacer.
- Es idéntica a la copa del Torneo de los Tres Magos, que se volvió un transportador – informó Harry, detallando cada parte del misterioso objeto.
- C… con ella te teletransportaste hasta la meta, ¿no? – preguntó Hermione, curiosa y miedosa a la vez.
- Ajá – aseguró.
A lo lejos, entre la oscuridad, se divisó la estricta voz de la Jefa de la Casa de Gryffindor, Minerva McGonagall. La mujer estaba tratando de saber quién era el joven que estaba infringiendo las normas.
- ¿Dices que con eso alguien se puede teletransportar a cualquier lado, cierto?. Bueno, pues supongo que también nos servirá para sacarnos de este lio – titubeó Ron, tensándose. Al instante, se soltó del agarre de su amiga, para luego tocar una de las orejas de la copa resplandeciente.
- ¡NO, RON! – fue lo último que se escuchó, antes de que ese destello azul los atrapara, cegándolos.
Cuando el resplandor cesó, ya no se encontraba nadie en esa aula.
