Disclaimer: Nada me pertence todo es propiedad de la grandiosa Jotaka, lo unico mio es la disparatada trama de este fic

Advertencia: Contenido Sexual explicito. [Estan advertidos eh!]


Capítulo 1 ..::

Hacía más de medio año que la batalla de Hogwarts había finalizado muchos alumnos de séptimo curso habían vuelto al colegio a retomar el último año. Todo parecía ser normal otra vez. La paz de nuevo gobernaba sobre el mundo mágico y ahora, todo era tranquilidad.
A pesar de todo el tiempo que había pasado, a pesar de que hubiera retomado una vida normal y de que casi hubiera olvidado el terror que durante los primeros días le provocaba recordar lo vivido durante la guerra, le resultaba imposible olvidar lo que había sucedido. Aquello con lo que durante tantas noches aun soñaba.
Aun no podía terminar con aquella maldita duda.

Flash Back ..::

Los rayos de luz de todos colores atravesaban el aire velozmente hasta detenerse en sus objetivos.
Un grito llego hasta los odios de la castaña obligándola a voltearse.
-¡Lavender!
Nunca fueron amigas, ni siquiera le agradaba, pero no podía quedarse ahí sencillamente contemplando lo que ocurría.
Corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron, esquivando trozos del castillo reducidos a piedras y escombros y a la vez evitando ser alcanzada por algún hechizo desviado. Estaba a punto de alcanzarla, cuando de pronto se vio en suelo gracias al cuerpo ya sin vida de Antonin Dolohov. Intento levantarse velozmente, pero sintió de pronto un líquido tibio comenzar a escurrir por su pierna, mojando su pantalón.
-¡Mierda!- exclamo recargándose sobre la fría pared de piedra para no caer.
Apoyo lentamente su peso sobre su pierna herida.
-¡Ouch!
Apenas podía sopórtalo. ¿Por qué tenía que pasarle en ese preciso segundo?
Hizo acopio de todas sus fuerzas y volvió a caminar lo más rápido que su pierna lastimada le permitió. Llego dando trompicones hasta donde Lavender se encontraba.
-¡No!
Era tarde. ¡Maldita sea! Sintió una especie de culpa, terror y profunda tristeza comenzar a extenderse por todo su cuerpo.
Fenrir Greyback estaba inclinado sobre el cuerpo ahora sin vida de la chica.
-¡Desmaius!- exclamo la chica lanzando el hechizo directo sobre la espalda del hombre lobo, pero esto solo consiguió obligarlo a voltear hacia Hermione. Con la sangre fresca aun chorreando de su boca. ¡Era asqueroso!
Greyback levanto la vista de su presa y la fijo sobre la chica de cabellos castaños que se detenía con dificultad de la pared de piedra.
-¿Pero que tenemos por aquí?... Deliciosa carne fresca- mascullo poniéndose de pie y comenzando a acercarse lentamente a la chica.
La castaña quiso echarse a correr, pero el dolor en su pierna había comenzado a resultar insoportable.
Intento dar un par de pasos, sin embargo un quejido escapo de sus labios.
¡Maldita sea! Pensó.
-Exquisito.
Greyback estaba alarmantemente cerca de la castaña y a esta le resultaba imposible echar a correr.
-¡Desmaius!
-No servirá conmigo, cariño- musito el hombre soltando una sonora carcajada.
Una vez más Hermione intento correr pero el dolor de su pierna apenas le permitió dar más de dos pasos.
-¡Petrificus Totalus!
Pero nada, el hombre lobo continuaba ahí, con la sonrisa burlona en sus labios y cada vez más cerca de la chica.
Hermione miro hacia ambos lados del, curiosamente, desierto corredor, tal vez con la esperanza de encontrar a alguien que pudiese ayudarla.
El hombre lobo volvió a soltar una carcajada al ver la mueca de terror impresa sobre el rostro de la chica que apenas podía mantenerse en pie.
Estaba a tan solo un paso de ella. Todo había terminado, la había acorralado entre la fría pared de piedra y su cuerpo.
-Mmm… delicioso- musito el hombre respirando sonoramente cerca del cuello de la chica.
Hermione no hubiera encontrado palabras para describir el asco que le causaba sentirlo tan cerca. Despedía un nauseabundo olor a sangre entremezclado con sudor y mugre.
Sintió de pronto, los labios del licántropo posarse sobre su cuello. La castaña quiso alejarlo de un empujón, pero apenas consiguió moverlo.
-Deliciosa carne fresca…- susurro el hombre cerca del oído de la chica.
La castaña soltó un grito al sentir las manos del hombre comenzar a deslizarse por su cuerpo. No se dio cuenta, en que momento había perdido su varita. Ahora se encontraba indefensa sin ningún medio para defenderse y peor aún, herida. Si, definitivamente ese sería su final.
El hombre se había desecho ya de la camisa de la castaña, mientras esta soltaba patadas y puñetazos desesperadamente, pero de nada servirían. Seria vilmente violada y después asesinada sin que nadie siquiera se percatase. La chica una vez más, intento alejar al hombre de un empujón pero este le propino una patada en la pierna herida, lo que la obligo a soltar un grito de dolor.
-¡Avada Kedavra!
El cuerpo inerte de Greyback cayó al suelo, arrastrado consigo a la castaña.
-¡Mierda!- exclamo la chica al sentir el peso del cuerpo del hombre caer precisamente sobre su pierna lastimada.
Se incorporó casi con dificultad, en busca de aquel o aquella que había salvado su vida, pero solo alcanzo a ver, la ondeante capa negra detrás de los silenciosos pasos de un hombre, que podría reconocer en cualquier sitio.
-¡Profesor!- exclamo la castaña. Pero el hombre la ignoro, desapareciendo al torcer por un corredor.

Fin Flash Back ..::

Y eso era. Él había salvado su vida aquella noche, y sin embargo había desaparecido del corredor sin siquiera mirarla.
¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué habría de salvar su vida cuando ella no era más que otra Sangre sucia? ¿Por qué habría asesinado a Greyback, siendo el un mortífago al igual que Snape?
Debía existir una razón, tenía que haber una.

•••••

Y ahora se encontraba en medio de una clase de pociones, medio año después, y aun preguntándose por qué diablos lo había hecho.
Snape paseaba entre las mesas como siempre, haciendo ácidos comentarios hacia todas las opciones de los Gryffindor e ignorado la mierda que tenían por pociones los alumnos de su casa.
-5 puntos menos Gryffindor- musito este mirado con desprecio la poción de Neville.
-Señor Longbottom, no sé cómo pudo atreverse a volver al colegio este año.
Neville temblaba incontrolablemente, al tiempo que removía su poción con desesperación, esperando que esta mágicamente pasara del color verde vomito que había adoptado al tenue morado que debería tener.
-Neville- susurro Hermione situada a su lado -Debes agregar dos ojos de pez globo…
-¡Vaya! La insufrible sabelotodo no puede mantener un solo segundo su enorme bocota cerrada.
La castaña se irguió en su sitio con la cabeza bien en alto, sin demostrar el miedo que le causaba el ser descubierta por Snape.
-20 puntos menos Gryffindor, y está castigada durante una semana señorita Granger.
¡Maldito murciélago! Pensó la castaña.

•••••

Era una noche fría, a pesar de encontrarse en mitad de una calurosa primavera. Una fuerte tormenta había comenzado aquella tarde, tomando a todos por sorpresa. La castaña escuchaba el ruido de las gotas de lluvia repiqueteando sobre la ventana al tiempo que cruzaba por los pasillos del castillo en dirección a las mazmorras.

-Reordenara los ingrediente que se encuentran en mi almacén, creo que usted sabe perfectamente en donde esta- musito el hombre sin apenas despegar la vista de los ensayos que se encontraba corrigiendo.

-Profesor, ya he terminado- musito la chica suavemente de pie en la puerta del despacho del profesor Snape, dos horas más tarde.
-Ya lo he notado Granger, váyase
La castaña dudo por un segundo, sin moverse de su sitio.
-¿Bien?- inquirió el hombre levantando una ceja mientras contemplaba a la chica -¿Qué diablos espera?
-Yo… ¿Puedo preguntarle una cosa?
El hombre pareció extrañado ante las palabras de la chica, pero asintió, volviendo a fijar la vista en el libro que hasta hace unos momentos había comenzado a leer.
-Usted… yo… es algo que quiero preguntarle desde hace tiempo pero no había encontrado la manera de hacerlo.
-Granger vaya al grano, no tengo su tiempo- la corto el hombre.
-Usted… ¿Recuerda la guerra?
-Granger creo que todo mago vivo en estos días recuerda esa guerra, no sea tonta.
La chica se removió incomoda.
-Bien… yo quería saber… ¿Por qué fue que usted me salvo?
Por un segundo Snape pareció tensarse, pero continúo con la vista fija en el libro.
-No sé a qué se refiere Granger, y le pido se vaya, no tengo su tiempo.
-Solo responda a mi pregunta, profesor. ¿Por qué fue que usted lo hizo?
La chica dio un paso hacia su profesor, ya un tanto decidida y perdiendo el miedo que hacia un momento la había hecho balbucear casi de manera incontrolable.
-No entiendo para que quiere saberlo, el punto es que está viva ¿No? Ahora lárguese y deje de molestarme.
-Dígame porque lo hizo, profesor. Solo quiero saber la razón.
-Señorita Granger, por favor no insista más y retírese- susurro Snape visiblemente fastidiado.
-Yo sé que existe una razón, Severus- susurro la castaña
El pocionista no pudo evitar levantar la vista al escuchar su nombre de pila en los labios de aquella Gryffindor.
-¿Cómo me ha llamado?- inquirió clavando sus profundos ojos negros sobre los melados de la castaña.
-Severus- replico la chica sin titubear.
El profesor se puso de pie, acercándose peligrosamente a ella.
-No me provoque Granger- susurro de pronto lanzando a la chica contra la fría pared de piedra. Y acorralándola con su cuerpo. Colocan sus brazos a ambos lados de la cabeza de la chica, inclinándose hasta quedar a tan solo unos centímetros de los labios de la chica.
La respiración de la chica comenzó a alterarse. El olor de Snape flotaba hasta sus fosas nasales, embriagándola.
El dulce perfume de la castaña se coló por la nariz el pocionista, extasiándolo.
-¿Por qué lo hiciste?- insistió Hermione con la voz consumida por aquel deseo que comenzaba a atontarla.
-Tendré mis razones- repuso el pocionista dejando resbalar su mano por el costado de la chica hasta su cintura.
-Hermione sentía el cálido aliento de Snape acariciando su cuello. Snape acerco lentamente sus labios hasta el oído de la chica.
-No sabe en qué se está metiendo Granger- susurro rozando su oído con sus labios.
-¿A no?- repuso la chica retadora, rosando los labios de este con los suyos, antes de alejarse de él por debajo de su brazo, dispuesta a irse.
-Ya se lo he dicho Granger, no me provoque- susurro el hombre sujetando a la chica por detrás, sujetándola por la cintura y dejando su aliento recorrer su cuello.
La chica suspiro. El pocionista dejo escapar una ligera risita. La atrajo más había sí recargando la espalda de esta contra su pecho.
Snape acero su mano hasta el cabello castaño de Hermione, y lo movió hacia un lado, dejando al descubierto su apetecible cuello.
-No es bueno jugar con fuego Granger- susurro rozando su cuello con sus labios. Pero este, sin poder resistirlo más comenzó a besar lentamente el cuello de la castaña. Torturándola.
-Puede quemarse- musito ascendiendo hasta su oído y dándole un ligero toque con la lengua
-Usted apaciguara el fuego ¿Cierto profesor?- repuso la chica pegándose más al cuerpo del pocionista, si era posible.
-¿Esta segura Granger…- inquirió el profesor y sin esperar respuesta giro a la chica en su mismo sitio, sin apenas soltarla.
-Completamente, Severus- repuso la castaña, parándose sobre las puntas de sus pues y dándole un toque con la lengua en su oído.
Snape dejó escapar un gemido. La castaña sonrió. Se contemplaron por un segundo.
-Esto es una locura Granger- susurro el pocionista perdiendo aquel toque irónico en su voz. Atrapo los labios de la castaña con hambre, casi desesperado. Un segundo después, el pocionista sujetaba fuertemente a Hermione por la cintura acercándola más a su cuerpo y esta, lo rodeaba por el cuello, profundizando el beso.
Para cuando Hermione se dio cuenta, se encontraba sentada a la orilla del escritorio del profesor, rodeándolo con las piernas por la cintura y deshaciéndose desesperadamente de su camisa negra. Aun se besaban apasionadamente.
-Creo que este no es un sitio muy cómodo- susurro la castaña en el oído del profesor atrapando el lóbulo de su oreja entre sus labios.
Snape sonrió de lado clavando sus ojos color negro en los melados de la chica.
Rodeo a la castaña por la cintura, y aun con ella rodeando por la cintura con las piernas, la guio hasta sus habitaciones.
La deposito delicadamente sobre la cama de mantas negras.
El profesor comenzó a deshacerse de su corbata y camisa blanca dejando al descubierto un lindo sostén rosa de encaje. El profesor soltó una risita. Ascendió una vez más hasta los labios de la castaña y comenzó a trazar un camino desde su cuello hasta su vientre.
La castaña había comenzado con la tarea de desabrochar el pantalón del profesor pero un arranque de desesperación agito su varita y ambos se encontraban completamente desnudos.
-Paciencia Granger, paciencia- susurro el profesor en el oído de la chica provocando que un escalofrió recorriera toda la espina dorsal de la castaña.
Volvió a descender por toda la anomia de la castaña, hasta detenerse en su pecho.
-¡Merlín! ¡Profesor!- exclamo la chica soltando un sonoro gemido.
-¿Le gusta Granger?- inquirió el hombre con voz burlona.
El hombre dejo de lado el pecho de la chica y continuo descendiendo hasta detenerse donde la castaña tanto ansiaba.
El pocionista dio un toque con su lengua al hinchado clítoris de la castaña, obligándola a soltar otro gemido.
-¡Severus! Te quiero en mi ahora…- exclamo la castaña sin poder aguantar un segundo más.
-No sé si este lista…- susurro Snape dando un nuevo toque al clítoris de la chica.
Deslizo lentamente su lengua por toda la intimidad de la castaña para luego deslizar un fino y largo dedo en su interior.
-¡Merlín!- exclamo la chica.
El pocionista soltó una risa introduciendo un segundo dedo. Y más tarde un tercero, comenzando a bombear lentamente.
-¡Merlín Snape!
-¿Quiere la señorita Granger que me detenga?- inquirió el hombre parando repentinamente, divertido.
-¡No te atrevas!- exclamo la chica fuera de sí, comenzando a acariciar sus erectos pezones.
Snape volvió a soltar una risita, continuando con su tarea de darle placer.
La castaña comenzó a sentir su cuerpo tensarse y su espalda arquearse ante su inminente orgasmo soltando un sonoro gemido.
Snape se separó un segundo de ella, permitiéndole regular su respiración.
-Creo que estas suficientemente lista- susurro Snape en el odio de la chica, comenzando de nuevo a besar su cuello.
-Bastardo- murmuro la castaña dando un beso en la frente del profesor. El hombre sonrió de lado.
Se acomodó entre las piernas de la castaña y la penetro de una sola embestida.
-¡Merlín!- La castaña soltó un grito de placer al sentir todo el miembro de Snape al fin dentro suyo. Snape soltó un gruñido.
-¡Por Merlín Hermione! Eres tan… tan estrecha- gimió el hombre comenzado con una lentas embestidas.
Hermione gemía descontroladamente mientras Snape aumentaba la fuerza de las embestidas en un intento de que ella alcanzara un segundo orgasmo.
Las aterciopeladas paredes de la castaña comenzaron a absorberlo, al tiempo que ambos se unían en un ruidoso orgasmo.
Snape cayó rendido al lado de la castaña, y después de un momento, quedo dormido.

•••••

El sueño había comenzado a caer sobre ella, la lluvia aun repiqueteaba sobre las ventanas de la fría habitación de Snape, cuando un relámpago ilumino la habitación con una brillante luz blanquecina.
El sonido del trueno retumbo por todo el castillo haciendo dar un brinco a la castaña, y pegarse aún más al cuerpo de Snape, así temblando; lo que hizo despertar al pocionista.
-¿Cómo es que a la valiente Señorita Granger le dan miedo los truenos?- susurro el hombre burlonamente.
La castaña no respondió y se pegó aún más contra el cuerpo del hombre al escuchar retumbar un segundo relámpago.
-¡Merlín Granger! Es solo un trueno. Musito Snape visiblemente fastidiado.
-Lo… lo siento- musito la chica separándose un tanto de él.
El pocionista dio vuelta en la cama, dándole la espalda a la castaña, volviendo a dormirse profundamente. Sin embargo, a la castaña no le resulto tan sencillo, pues a cada relámpago que resonaba, ella daba un brinco. No podía negarlo, los truenas la aterraban.
-Pro-pro-profesor- lo llamo.
-¿Mmm?- respondió el hombre más dormido que despierto.
-¿Podría abrazarme?
El pocionista reacciono e golpe ante lo dicho por la chica, estuvo a punto de negarse, pero ¿Qué más daba? Acaba de acostarse con ella, era solo un abrazo.
El pocionista volvió a girarse en la cama y poso su mano sobre el vientre de la castaña sin apenas acercarse a ella.
-Ahora Granger si me hace el favor de estarse en paz, algunas personas necesitamos dormir. Y volvió a quedar profundamente dormido. El sueño también cato, de pronto, sobre la castaña.

•••••

Abrió los ojos lentamente al sentir los primeros rayos del sol de la mañana golpeando contra su rostro.
Se removió un poco entre las mantas y se topó con una espesa cabellera. Levanto la vista soltó una carcajada ante su postura.
Ambos estaban envueltos en las sabanas negras, enredados como un solo cuerpo.
Snape abrazaba posesivamente a la castaña contra su cuerpo. Con su fuertes brazos rodeándola por su abdomen y su cabeza sepultada entre sus alborotados rizos castaños.

Snape estuvo a punto de levantarse, con el pretexto de tener ensayos que revisar, pero… ¿Qué más daba? No podía negar, que se estaba bastante cómodo así.
Volvió a recostarse sin soltar a la castaña, atrayéndola más hacia sí, y volvió a quedar profundamente dormido.


Holis!

Creo que me excedí un poco con la extacion del capitulo, pero equis! xD

Espero les gustara y dejen reviews.

Es una historia corta y con poco trama, solo un pretexto para escribir algo...

Un beso

Feer :3