Acá les traigo otro fic k me gusta muxo y k lo tenia en mi pc desde hace años. No se kien es su autora pero creo k es bueno k ustedes también lo disfruten y por eso lo subo a esta pagina. El otro fic dije k era mio pk no me acordava de donde lo había bajado ni tampoco kien lo escribió. Sabia k si decía k no era mio me ivan a insultar como lo han hexo pero me vale madre lo k me digan pk seguire subiendo fics k me gustan y k tengo guardados. Gracias a las k me apollan y me defienden y espero k den su opinión sobre este hermoso fic.

Sueño premonitorio

Siente satisfacer sus propios dedos, animados por el deseo de ser desvestida del camisón y revelarle aquellos senos perfectos, los cuales a menudo pone descaradamente en exhibición con vestidos breves y provocativos, como si le gustara burlarse de él y de su autocontrol.

Disfruta rasgando su ropa femenina como si fuera de papel de seda, y se presta a ahogar sus protestas más o menos tontas presionando toscamente sus labios a los de ella, de la mejor manera que ha encontrado para hacerla callar. Y luego, se dispone a descubrir el calor de su piel, el sabor de sus labios, el sonido embriagador de sus gemidos, justo en el momento en que la tiende bajo sí y se prepara para desahogar el impulso que lo persigue durante días..

Nota, como única percepción, aquellas manos fuertes que, exigentes e impetuosas, le recorren la piel sin hacerle ningún mal y la obligan a agarrar convulsamente la manta, haciéndola incapaz de contener el frenesí que, con aquel toque casi candente, está arrastrando cada fibra de su ser.

Siente entrar en ella con una cautela de la que jamás hizo uso con ninguna otra hembra que compartiera su cama, apelando a su último atisbo de racionalidad con la única intención de no hacerle daño, maldiciéndose internamente por esta actitud en la que no se reconoce, pero sin embargo, olvidando esa inquietud en cuanto siente sus piernas sutiles entrelazadas tras su espalda y sus suaves manos atrayendo su rostro hacia sus labios.

Abre los ojos de repente, sorprendiéndose por su delicadeza. Y con rapidez, lo besa, perdiéndose en sus negros iris en un intento de sondear sus profundidades, de comprender y anhelar si algún día sería capaz de superar aquella barrera intransitable y encontrar un tenue resplandor de emoción o sentimientos en aquellos espejos negros e inexpresivos.

La nota arquearse contra su pecho, sonríe al disfrutar conscientemente de la indefensa mujer entre sus brazos, cuyos labios se encuentran entornados en una expresión de ensueño, y comienza a alimentarse del placer que aflora de sus ojos de azul infinito, los cuales reflejan un deseo extrañamente satisfecho. Un deseo que ambos comparten.

Goza uniéndose al asesino que ha acogido bajo su techo, le araña la espalda hasta casi hacerle gruñir, grita al alcanzar el éxtasis contra su cuello, antes de caer exhausta sobre el colchón invadida por un desconocido sentido de felicidad, cuando él, derrumbado, se tumba a su lado.

Un gemido escapa de sus labios, quebrantando el silencio que les rodea. Se despiertan en el mismo instante, ambos jadeantes y trastornados por aquellas imágenes que los persiguen cada noche; ella, demasiada asustada para preguntarse qué es ese inaceptable deseo que siente en las profundidades de su corazón, el otro, simplemente demasiado orgulloso para admitir que, entre sus pensamientos, aparece alguien diferente a un Kakarotto derrotado.

Pero el sueño persiste, cada vez más nítido y real, desvaneciéndose a las primeras luces del alba con una delicada señal de añoranza. Y cuando se encuentran en el desayuno, se desafían entre sí y se pelean como todas las mañanas, sin bajar nunca la mirada, intentando descubrir el uno en el otro, si una parte de aquellas tontas ilusiones se reflejan en sus ojos.

FIN