Los personajes son creación de Temari Matsumoto y Tomo Takabayashi

Algo AU, Mpreg; Espero que les guste…Y lo prometido es deuda.

Renacer

Por Tlacuilo

¿Y Yuuri se quejaba?, ¡difícil su vida!, la diferencia es que Murata estaba consciente de que sus acciones tenían consecuencias y no siempre eran buenas, por eso el moreno le parecía -como bien decía el príncipe Mazoku-… Henachoko ¿Y que si el, era el que gestaba un niño? ¿Que importaba que su esposo pareciera un ángel? Eso no lo hacia doncel. Si de por si Yuuri no sabía como manejar las cosas de ese: su mundo… ahora con tres mese de embarazo tenía a todo el castillo y -para desgracias del Soukoku de anteojos- el templo también… en total caos.

El gran sabio camino hasta la biblioteca donde Ulrike no lo cuestionaría y Shinou lo dejaría en paz. Muchas veces deseaba que el rubio tuviera un cuerpo, al cual… ahorcar y golpear a gusto, por que su sentido del humor lo sacaba de sus casillas. Tomo el libro que había dejado inconcluso antes de que la llamada urgente del Maou lo interrumpiera… recordó cual era al emergencia y se tuvo que masajear las sienes ¿Por donde saldría el primogénito von Bielefeld? Con la explicación de Gisela. Yuuri se asusto tanto que inundo la sala de consejo con su Maryoku, la cuestión es que… los integrantes de las familias nobles estaban… dentro. Ken como consejero y amigo tuvo que dar disculpas y explicaciones; pues el Soukoku Monarca no quería salir de su habitación, aun aterrado por su futuro… Parto.

Murata se recargo en la silla y se dispuso a descansar cerrando os ojos, ¡no podía! algo le picaba en la nariz, intento ignorarlo pero… eso lo hizo estornudar y cuando lo hizo… vio a Shinou muy sonriente con la varita con que jugaba las mascotas, aun ondeándola cerca de su cara.

_ ¿Pasa algo mi sabio?

_ Casi nada… un insecto molesto que no deja relajarme.

_ ¡Oh! ¿Y es muy molesto?

_ Si como una condena de… siglos.

_ ¡¿Tanto así? –se burlaba el Rey.

_ …

Murata decidió levantarse ya que su momento de ocio había sido interrumpido. Shinou lo siguió en silencio hasta llegar al santuario donde estaban las cajas. El rubio se sentó en una de ellas -ya no eran tan peligrosas-, la mirada del Soukoku se clavo en esa escena y algo en el Espíritu se removió incomodo al notar el dolor en los ojos negros.

_Esta bien, ya no me pueden dañar –como si fuera un encantamiento esa frase despertó a Murata quien frunció el seño y salió apresurado de ahí.

El rubio localizo al chico en los jardines y se transporto a ese lugar, la mirada del Soukoku aun estaba melancólica pero también… molesta.

_ ¿Te molesta que recuerde el pasado?

_ No… me molesta, recordarlo yo

El Espíritu lo vio con curiosidad, y Murata suspiro derrotado. Cambio el tema para olvidar ese momento incomodo.

_ Si puedes irte o quedarte en calidad de ser vivo ¡¿Por qué no escoges una opción?

_ Por que… así es divertido.

_ Solo para ti.

_ ¿Me quieres tocar… besar… o que te bese…?

_ ¡Aha, por si no te has dado cuenta me gustan las chicas!

_ Aha ¿Y por que no has intentado nada, en un lugar lleno de ellas?

_ Eso seria un pecado.

_… No te creo.

_ Te recuerdo que no soy como él.

_ Si lo eres, pues eres su rencarnación.

_ Eso… esta en discusión.

Murata tomo camino y salió del templo, por lo menos en Pacto de sangre estaba la sala de tesoro para poder descansar de Yuuri Y Shinou.

Caminaba con tranquilidad por el camino cuando vio un jinete que se acercaba en su dirección con cabalgar lento, reconoció a Sir Weller y Ken decidió esperarlo a un lado de la vereda; sentado bajo la sombra de un enorme roble. Conrad se acerco y desmontó con las riendas en la mano, llego hasta el lugar y busco un árbol mas angosto para amarrar a su caballo, ya realizada esta tarea llego hasta el Soukoku, se inclino y saludo cortésmente

_ Su eminencia.

_ Sir Weller, se dirigía a buscarme…

_ Si, su señoría.

_ No creo que sea urgente puesto que no cabalgaba con urgencia.

_ No… más bien lo que buscaba…

_ Es un concejo -y es que la sabiduría de Murata era impresionante… pero su perspicacia aun mas; y observando al hombre frente a él, supo que su problema era del corazón.

_ Yo… he pensado en salir a buscar aliados en las tierras humanas, y deseaba saber si, podría pedirle que interceda por mí con Gwendal, después de todo esto seria par el bien de nuestro reino.

_ Si podría… pero no lo hare… no lo apoyare para que huya. Sir Weller sus problema se irán con usted, no los dejara aquí, donde la pareja real lo lastima.

_ Yo…

_ No tiene que decirlo, lo supe desde que Yuuri acepto sus sentimientos por Wólfram

_ Pero yo no quiero traicionar a mi Rey con estos pensamientos.

_ Me extraña que viviendo tanto tiempo, no se de cuenta que el amor a un recuerdo no es real.

_ Usted no sabe…

_ Yo mejor que nadie lo sabe. Sir Weller no se cierre la las posibilidades verdaderas, y no pretenda que un alma no cambie.

_ Pero… le quiero.

_ ¡Por supuesto! como su Rey, como su ahijado pero nada mas… le pregunto y contésteme honestamente… ¿ha imaginado a Yuuri en sus brazos? –El castaño lo vio como si fuese una locura- lo ve, ese amor es mas paternal que de amante. Y ahora contésteme esto ¿a ella la imagino de ese modo?

_ ¡Nunca!

_ Lo imagine, de lo que usted peca Sir Weller… es de ignorancia… si ignorancia, por definir todo y cada uno de sus cariños… píenselo

_ Gracias su eminencia.

_ No hay de que, ahora si me lleva hasta el castillo se lo agradeceré.

_ Claro.

_ Los dos hombres cabalgaban conversando de trivialidades, cuando al llegar a las puertas del castillo Murata desmonto y le pidió a Conrad que no diera a conocer su presencia ahí, este asintió y ya se retiraba cuando Murata le comento.

_ Si ve a Yozak, pídale que venga a la sala de tesoros, quiero conversar con él, me ha comentado que anda en plan de conquiste… No, mas bien… le esta haciendo la corte a él y quiere que me diga todos los detalles.

Las facciones de Conrad se pusieron lívidas y fueran cambiando hasta sonrojarse, pero sin perder la sonrisa.

_ Si lo veo le diré.

Viendo como las riendas del caballo se marcaban, en las palmas del castaño -por la fuerza con que las sostenía-, Murata sonrió ladinamente Sir Weller era como un libro abierto para él Y por eso observaba que Conrad estaba tan acostumbrado a tener cerca, al de ojos azules que no se había dado cuenta que era su contraparte y la pieza que le faltaba, esperaba que se diera cuenta pronto, pues ya eran muchos años perdidos.

Continuara.

Hola, que tal es corto; por que el fic será de pocos capítulos espero que les haya gustado.