Ninguno de los personajes de MLB me pertenece (desgraciadamente), lo único mio es la historia
.
.
.
.
.
.
—No digas eso Chatnoir
— ¿Y por qué no? Princesa cualquier tipo que no se fijé en una chica como tú, sin duda debe ser un perfecto idiota y aparte ciego
Marinette no pudo evitar pensar en cómo fue que su perfecta tarde se convirtió en una acalorada discusión con el héroe de París. Dicho personaje estaba desparramado en el diván de la pelinegra mientras ella se encontraba en su escritorio.
—Estas exagerando, además es posible que no lo vuelva a ver en una larga temporada, así que no veo el inconveniente
—Si no se van a volver a ver ¿para qué es eso? —El rubio se giro y la miró fijamente mientras apoyaba su peso en sus codos
— ¿Esto? — La joven levanto algo negro que parecía encaminado a ser un jersey algún día, mismo que era culpable de su discusión con el flamante héroe de Paris —no es nada, sólo que me pareció un buen detalle despedirme de alguna manera
El joven rubio la miro con escepticismo —Me parece innecesario, se van a graduar no te vas a ir del país— la joven diseñadora giro los ojos en respuesta, antes de continuar con el jersey
—Bueno, pues no me importa voy a terminar con esto porque así se me viene en gana ¿vale?
—Y dime ¿qué méritos ha hecho ese para gozar de tanta consideración? —la joven lo miro con los ojos entrecerrados antes de girar el rostro derrotada —eh? Ni siquiera tú me puedes dar una buena respuesta, seguro es un tipo insoportable
—Eso no es cierto es un chico lindo, amable, responsable, educado...
—Es un tonto— la interrumpió el minino con cierto deje irritado en su voz —un tonto que no te merece, mira que dejar pasar tanto tiempo sin ir tras de ti
—No es todo su culpa, suelo ponerme muy nerviosa al punto de no poder armar una oración coherente y me vuelvo más torpe de lo usual cuando está cerca
—Más a mi favor, el debió notar que tenias algo raro con el princesa, además ¿qué le dirás cuando se lo entregues? "He estado enamorada de ti por años, pero caí en cuenta que ni me miras, así que no seguiré perdiendo mi tiempo contigo y te daré un jersey como medalla a la idiotez, pero fue un placer conocerte, bye"
—Aunque lo digas de esa manera, si fue un placer conocerlo, creo sinceramente que todas las personas que entran en tu vida son para bien
— Tú crees eso porque eres demasiado buena Marinette pero yo pienso que…
—Suficiente, no voy a discutir está situación ahora— Marinette compuso una sonrisa conciliadora — ¿Qué te parece si vemos una película o algo?
—Mejor, así dejas de pensar en ese y concentras tu atención en el monumento que tienes en tu diván— dijo el chico con su acostumbrado tono bromista, la chica se limitó a negar divertida. Sin duda Chatnoir no tenía remedio.
Todo había comenzado porque Marinette a punto de terminar el ciclo escolar consideró que después de lo que había vivido en los últimos dos años, era momento de dejar todo atrás se graduaría del colegio y comenzaría la universidad todo en cosa de un par de meses. A sus 17 años tenía muchas cosas que pensar, sus aventuras como Ladybug la habían fortalecido en varios aspectos y también le habían hecho madurar, sus dulces sentimientos hacía Adrien seguían en alguna parte de su corazón, pero ahora que iban a tomar caminos separados Marinette creyó conveniente desterrar aquellos sentimientos a fin de no salir lastimada. Ahora que Le Papillon había sido derrotado, Marinette decidió que era hora de comenzar una nueva etapa y dejar atrás muchas cosas, entre las cuales estaba su primer amor. A manera de despedida decidió poner su esfuerzo en algo especial para el modelo, para así, simbólicamente, deshacerse de todo y comenzar una nueva etapa más enfocada en su realización personal.
Infortunadamente, mientras ella trabajaba en esto, el desprevenido receptor de dichos sentimientos había entrado por su ventana bajo la apariencia de Chatnoir, mismo que al ver a su querida amiga tan sumergida en ese presente no perdió la oportunidad de investigar de que se trataba, más al enterarse de que toda esa dedicación iba destinada al primer amor de su princesa, no pudo evitar sentir cierta frustración, pues por más vueltas que le daba al asunto ni cómo héroe ni como civil había logrado descifrar la identidad de quien robara los suspiros de Marinette, cabe aclarar que lo suyo era mera curiosidad, el malestar en su estómago y el sabor amargo cada vez que ella hablaba de su misterioso "alguien" no significaban nada, porque Adrien Agreste no era un chico celoso, tal vez ligeramente sobre protector, sí, eso era, la dulce Marinette le invitaba a desear protegerla pero nada más. La única dueña de su corazón era su lady, aunque, por mucho que le doliera admitirlo no estuviera en mejores condiciones la pelinegra puesto que sus avances amorosos con la del traje moteado eran nulos.
En el colegio François Dupont se respiraba un aire nostálgico debido a la partida de una generación, misma de la cual secretamente formaron parte los héroes de Paris.
Adrien guardaba con sumo cuidado las cosas que seguían dentro de su casillero, al terminar se dirigió con parsimonia hacia su casa. No volvería al colegio en una temporada y su mente le llevaba a pensar en todo lo que había vivido ahí comenzaría la universidad, en su afán de liberarse de su padre se había matriculado en Oxford, así que viajaría a estudiar a una nuevo país, con personas nuevas y costumbres nuevas, a pesar de que estaba emocionado no podía evitar sentirse nostálgico por tantas cosas que se quedarían en Paris, pero sin Le Papillon de por medio le pareció que era momento de alejarse para sanar y dicho sea de paso tratar de olvidar a su lady, como estaba haciendo Marinette.
Sin darse cuenta había llegado a su casa entro aun perdido en sus cavilaciones a su habitación y se tiró de espaldas al sofá, llego la tarde y en busca de libertad decidió que Chatnoir necesitaba un paseó, se transformó y salió dispuesto a pasar un rato con la única amiga que tenía en común con su alter ego.
Llego a la conocida habitación en tonos rosas misma que se encontraba vacía, terco cómo el solo decidió no moverse hasta que volviera la Franco-china. Se tiró en el diván con uno de los libros de la chica en la mano para pasar el rato mientras volvía su princesa.
Ladybug atravesaba la ciudad de Paris de vuelta a la panadería de su familia mientras pensaba en lo que había dicho Chatnoir ciertamente para ella había sido un placer conocer a Adrien, gracias a el había aprendido a confiar más en sí misma, y también a dar segundas oportunidades (sin mencionar que a este punto podría ser una habilidosa investigadora privada) sin duda Adrien era una persona maravillosa y un muy buen amigo así que no se arrepentía de conocerlo ni de haberse enamorado de él. Con esto en mente llego a su terraza, estaba a punto de entrar cuando notó que la trampilla que conectaba la terraza y su habitación se encontraba abierta, con algo de desconfianza se asomo por la ventana descubriendo al minino más célebre de París (obvio después de Félix*, porque vamos quien no conoce a Félix) al borde del pánico la joven volvió a su estado civil y entro silenciosamente, cual habrá sido su sorpresa al encontrar dormido con su edición especial de Romeo y Julieta en la cara al aclamado héroe, con los nervios en punta por el reciente susto procedió a despertarlo de manera delicada.
—¡Qué demonios! — exclamó el gato negro mientras caía del diván con la cara mojada
—¿Qué haces aquí Chatnoir? ¿Imaginas lo que pudo pasar del haber entrado alguien más a mi habitación?
—Lo lamento princesa quería verte y cómo no estabas decidí esperarte, comencé a leer esto pero me pareció tan cursi que me quede dormido— refunfuñando algo sobre la nula apreciación artística de Chatnoir la pelinegra dejó su bolsa con Tikki en el buro lejos de ojos curiosos (felinos y verdes sin duda)
—Está bien Chaton, cuentame a ¿qué debo el honor de tu visita?
—¿Acaso necesito una razón para visitar a mi princesa? — dijo el rubio haciendo uso de sus "encantos", la pelinegra se limitó a mirarlo con escepticismo —quería saber cómo te fue con el idiotus maximus que te gusta
—No lo llames así... Y-y ya no me gusta- respondió la chica con un mohin y con un leve sonrojo
—Bueno en ese caso ¿Cómo te fue con el idiotus maximus quenotegusta?
—Aunque lo digas con ese tono, lo he superado le deje el regalo y he dado por terminado ese asunto. Marinette Dupain Cheng es oficialmente libre de sentimientos extraños
—Bien por ti princesa, ahora describe para mí la cara del inútil cuando le diste el regalo
—No se lo di en persona Chatnoir, ese era el plan inicial pero como no estaba lo deje en su casa— la realidad era que lo había hecho ladybug pero bueno eso no hacía falta mencionarlo —pero dentro deje una nota y ahí acaba todo
—Chatnoir está orgulloso de ti, deberíamos comer galletas para celebrar ¿no crees?— dijo mientras le daba su mejor sonrisa felina y arqueaba las cejas de manera sugerente, la joven se limitó a reírse mientras iba en busca de lo solicitado.
Después de comer galletas (y croissants) cómo si no hubiera mañana Chatnoir saltaba sobre los techos de Paris con camino a casa, entro por la ventana de su habitación dejando en libertad a Plagg, mismo que procedió a exigir su amado camembert, Adrien bajo por un plato del famoso queso y lo subió a su habitación. Mientras Plagg lo devoraba noto un pequeño paquete envuelto en papel azul marino con una cinta dorada, extrañado porque no tuviera siquiera una nota procedió a desenvolverlo con curiosidad, con una sonrisa boba en su rostro extendió frente a él un jersey de punto color negro con detalles en verde, que por alguna razón le pareció conocido, cuando una pequeña nota calló de este. "Fue un placer conocerte" era lo único que decía la nota, nada mas ningún nombre, que le indicará de donde había salido.
—Tienes razón, Marinette se enamoró de un perfecto idiota y por añadidura ciego— dijo Plagg. Adrien abrió mucho los ojos ante lo que acaba de descubrir, un sentimiento cálido se extendió por su pecho y un sonrojo inundo su atónito rostro, tantas noches en vela tratando de averiguar la identidad del misterioso "alguien" de su princesa, un "alguien" que era su amigo, con quien actuaba nerviosa y que no vería en una buena temporada, todo encajaba. Sin duda Plagg tenía razón había sido un tonto. Una idea cruzo por su mente, iluminando su rostro y dejando una sonrisa que le quedaría corta a la del gato de Cheshire.
— No Adrien no se lo que estés pensando pero seguro es una mala idea
—Vamos, Plagg con lo talentosa que es Marinette que de raro tendría que Central Saint Martins* le diera una beca y curiosamente queda a una hora Oxford. Sería una casualidad magnifica ¿no crees? — después de todo Adrien podría ser un idiota, pero no un estúpido.
.
.
.
.
.
.
.
*El gato Felix del cine mudo
*La mejor Universidad (según ELLE) de moda del mundo, ubicada en Londres claramente
Gracias a los que han llegado hasta aquí, Retales es una colección de oneshots que forman parte de una misma historia, pero no van a llevar una secuencia ni un orden, solo hablan de como se podría ir dando una relación adrienechatbug (¿? no me arrepiento, al final todas desembocan en lo mismo)
Nos leemos pronto, Aggie
