Disclaimer: Este fic participa en el Reto Especial de Aniversario "Parejas al azar" del foro The Vampire Diaries: Dangerous Liaisons.

Palabras: 380

No sé qué tal ha salido, porque esta pareja es lo más raro que jamás he tenido que escribir.

Espero que os guste :)


SOLEDAD


Sage nunca se había sentido tan desolada. Habían pasado muchos años desde la última vez que había visto a Finn Mikaelson con vida. Y, cuando finalmente parecía que podrían volver a estar juntos, tenían que llegar Stefan Salvatore y Elena Gilbert y matarlo. De verdad. Ya nunca volvería a verlo, y ni siquiera tenía unos restos que guardar, una tumba frente a la cual llorar. Todo se había esfumado. Era casi como si nunca hubiera existido.

Quería vengarse. Acabaría con Stefan Salvatore, de cualquier manera, pero todavía no podía. Apenas podía dejar de llorar, y sentía que no tenía fuerzas para nada, ni siquiera para moverse del banco en el que se había sentado. Apenas recordaba cómo había llegado allí. Sólo quería estar sola.

Cuando alguien se sentó a su lado, supo que disfrutar de la soledad no sería tan fácil. Giró la cabeza, y vio a un hombre de unos treinta y pocos años. No la miraba, y a pesar de eso Sage sabía que estaba allí por ella.

- ¿Quieres algo?

- Soy Alaric Saltzman-dijo el hombre. Como si eso significara algo para ella-. Amigo de los Salvatore.

- ¿Te ofreces a cambio de que no los mate?

- No. Yo no soy como ellos. Puede que Finn fuera un peligro para ellos, pero nunca sería capaz de justificar su muerte.

- Gracias-contestó Sage rato después, cuando Alaric ya pensaba que no recibiría respuesta-. Gracias por tener corazón.

- No es corazón. Es humanidad.

Sage lo miró. Alaric era un hombre atractivo, en el que probablemente se hubiera fijado si no estuviera tan enamorada. Enamorada de un muerto…

- Tú también has sufrido por culpa de ellos-no era una pregunta. Alaric asintió-. Así que tenemos algo en común.

- Puede.

Antes de ser siquiera consciente de lo que hacía, Sage se encontró besando a aquel extraño. Lo agarró de la nuca, impidiendo con su fuerza vampírica que Alaric se moviera, y mordió su labio inferior. El sabor de la sangre la hizo apartarse.

- Lo siento-dijo, y salió corriendo.

Ya tenía lo que necesitaba. Ya no se sentía sola. No era la única víctima de la inhumanidad de los Salvatore. Ahora podría vengarse de la muerte de su amado Finn.

- Gracias, Alaric Saltzman-le dijo a la nada.