EL REY DE LOS SUEÑOS
Por Fanny & Camili
Prólogo
Tomoeda, Japón.
Miró su reloj por quinta vez desde que salió de casa, algo no propio de ella, Ieran Li, pues se caracterizaba por ser una mujer decidida, seria e inusualmente fría.
Su manera de ser era algo que se percibía al ver a sus cuatro hermosas hijas, cada una con una sed de cariño que hacían que más de uno huyera de sus encantos y un jovencito que rechazaba por completo las muestras de afectos, por considerarlas innecesarias. Pero eso era hasta que conoció a esa niña japonesa que saco en él su lado más adorable, claro esta que solo era con ella y eso era algo que la señora Li agradecía.
Sonrió un poco para sí misma sabiendo que la conversación que había tenido años atrás con el señor Kinomoto tenía que terminarla esa noche, aunque le había prometido al mismo que lo harían cuando su hija terminara sus estudios, pero no podía esperar más, ese presentimiento de que algo perverso rondaba la llenaba de inseguridad.
Miró nuevamente el reloj, eran la 11:15 pm y ella estaba próxima a llegar a su destino. Una vez que llegó, bajo del auto con elegancia, tocó una vez a la puerta esperando pacientemente a que abrieran, al otro lado se escuchaba la voz del señor Kinomoto.
- Buenas noches -dijo el hombre apenas abrió la puerta- Pase, la estaba esperando -le dijo haciéndose a un lado.
- Buenas noches, señor Kinomoto -le dijo dedicándole una ligera sonrisa.
Se sentaron en la sala y, una vez asegurados que nadie más escuchaba su conversación, la señora Li le informó sus presentimientos y los fundamentos para llevarse a la pequeña Sakura a Hong Kong. El hombre en respuesta solo asentía de vez en cuando.
- Está bien -dijo el señor Kinomoto- En alguna ocasión hablé con Sakura al respecto y estaba entusiasmada -sonrió tristemente- Solo quiero pedirle que cuide mucho de ella.
- Eso no tiene ni que dudarlo -dijo la señora Li con seguridad mientras jugaba con un bello colgante en su cuello.
Hong Kong, China.
- ¿Sabes dónde fue mi madre?.
- Si y tú también.
La miró de reojo.
Estaba en el gran salón, mirando por uno de los ventanales. Ella camino a su espalda y tomó asiento en un sofá.
- No estés nervioso.
- No lo estoy.
- Shaoran, en serio, llevan siete años juntos, no puedes ponerte como un adolescente enamorado.
- Si… -dudo en continuar- Pero sabes que han sido siete años a distancia.
- Shaoran, te negaste a casarte conmigo por ella, no permitiré que ahora lo arruines –se puso de pie y se colocó cerca de su primo- Estarán bien. Hablan todos los días, se veían en vacaciones. Ahora solo estarán todos los días juntos –sonrió- Será divertido, ¿qué podría salir mal?.
Él miró por el ventanal hacia el cielo, la luna estaba llena y alumbraba todo de forma mágica. Sintió un calor en su interior, él no dudaba de que todo estaría bien…él solo estaba nervioso de verla de nuevo considerando lo que había pasado entre ellos la última vez.
- ¿Te has puesto rojo? –inspeccionó Meiling el rostro de su primo, quien al verse descubierto se alejó de la ventana.
- No –respondió nervioso- ¿Qué estás haciendo? –preguntaba mientras intentaba alejar la cara de Mieling de su rostro.
- Shaoran, ¿me estás ocultando algo? –volvió ella a acercar e intentar mirar su rostro.
- ¡Que no, Meiling! Ya deja el tema.
- ¡Estas rojo de nuevo! –y le salto encima, como cuando tenían 10 años, lo lanzó al sillón, y lo atrapo.
- Meiling, no seas molesta. Ya quítate.
- Mírame –exigió.
- Que no –dijo- Que me dejes –insistía el muchacho hasta que sintió que ella se quedó tranquila, abrió los ojos y la miró. Ella lo miraba directamente.
Lo había descubierto.
- ¡Lo hicieron! –gritó la pelinegra emocionada y dejando libre al castaño.
- Pero…pero… ¿De…qué…estás…hablando? –pronunciaba apenas.
- ¡Por eso estás tan nervioso! –y dio un gritito de emoción- ¡Qué lindo!.
- Meiling –la llamó el castaño guardando la compostura- Por favor…no sé de qué hablas….y de ser así…esas… -carraspeo aclarándose la garganta- Son cosas privadas…por favor…tú solo…
Y la pelinegra le salto encima de nuevo, aferrándose a su cuello y besando su mejilla.
- No te preocupes –lo tranquilizó- Yo no sé nada -y salió de la habitación cerrándole un ojo.
Shaoran quería salir corriendo. No quería que nadie se diera cuenta, pero estaba tan nervioso con toda la situación que era obvio que Meiling lo notara, solo esperaba que ella fuera lo suficientemente discreta, pues era algo entre Sakura y él.
Volvió a acercarse al ventanal.
- Sakura…
Tomoeda, Japón.
El viento agitaba suavemente su cabello con una brisa gélida anunciando la proximidad del invierno. Sus pasos eran pausados, torpes y hasta temerosos.
Miro al cielo un poco desconcertada, ya que éste había oscurecido de pronto y cientos de aves se arremolinaban alrededor de la luna. El cielo rugió con furia al tiempo que gotas inmensas caían de él.
Pensó en usar su báculo, pero fue entonces cuando se percató que traía puesta su pijama y la pequeña llave no colgaba de su cuello. Los ojos se le llenaron de lágrimas, estaba asustada, no, estaba aterrada, más aún cuando miró con más atención a esas aves y vio que cada una tenía nueve cabezas y volaban a ella.
Comenzó a correr por la calle desesperada buscando algún refugio. A lo lejos pudo ver una farola iluminando con fuerza y bajo ella un pequeño bulto. Cuando llegó hasta allí pudo ver con más atención el bulto, era un gato de color blanco, pero con sus orejas negras.
-Ven -le dijo.
Corrió hasta él más asustada por las aves que por el gato que le había hablado, se colocó a su lado bajo la farola y vio como las aves daban de lleno contra el piso a un metro de ella, uniéndose y formando una especie de gárgola que se movía violentamente apenas terminó de formarse.
- ¡Es mía!-gritó con furia la gárgola.
- ¡Nunca! -respondió el gato sin moverse.
De pronto vio como las sombras comenzaban a meterse a la luz de la farola y cubrían sus pies. Gritó aterrorizada.
- ¡Sakura! -le gritó el gato- Despierta…
Abrió los ojos bruscamente, estaba empapada, tenía la boca seca, miró con sorpresa y miedo a todos lados, estaba en su habitación.
- Sakura, ¿estás bien? -preguntó Kero con preocupación.
- Sí… -dijo ella un poco apenada por las miradas de los presentes.
Yuki, Touya y Kero estaban a su lado con cara de preocupación, mientras su padre y la Señora Li estaban junto a la puerta.
- Creo que llegue justo a tiempo -dijo la Señora Li con preocupación.
Tomoeda, Japón.
- Cuídala.
- No es necesario que me lo pidas, sabes que lo hare.
- Tú no, Yuki –frunció el ceño- Tú eres muy permisivo con Sakura.
Yukito lo miró sorprendido y luego le sonrió amablemente, como siempre lo hacía.
- ¿A qué le temes? -de respuesta solo obtuvo un gruñido- Llevo años diciéndote que lo aceptes, Touya. No puedes seguir enojado toda la vida con el joven Li –volvió a recibir un gruñido de respuesta- Sabes que la hace feliz, incluso a distancia. La pequeña Sakura brillaba cuando él hacía las visitas en vacaciones.
- A eso me refiero. Jamás le perdonare que me quitara lo que cuide toda mi vida.
- El joven Li también la cuida y lo sabes -volvió a recibir un gruñido de respuesta- Mi otra identidad quiere que sepas que también la cuidara.
Y una luz brillante cubrió la habitación y Yukito dio paso a su otra identidad.
Touya siguió sentado en su escritorio mirando por la ventana, sin inmutarse, esperando.
Yue camino los dos pasos que le quedaban para quedar justo atrás del mayor de los hermanos Kinomoto.
- ¿Tú si la cuidarás? –dijo el pelinegro.
- Siempre lo he hecho.
- Sabes a lo que me refiero.
- No puedo entrometerme, si es lo que pretendes.
- Solo quiero que ese mocoso mantenga las manos donde debe –se gira en la silla y queda mirando al guardián- Lejos de mi hermana.
Yue miró la luna llena.
"…ya es un poco tarde para eso".
- Cuidaré a Sakura de todo peligro. Te lo prometí hace años, cuando me entregaste tus poderes.
Touya sonrió. Luego se volvió a girar en la silla y volvió a mirar por la ventana.
- Ya sé que es tarde –confesó y Yue abrió los ojos sorprendido- Perdí mis poderes, pero no mi inteligencia –confeso- ¿Querías conocer Chile? Y qué me dices de Kerberos ¿Quería ir a México? ¿Ambos en el mismo momento a lugares muy lejos de aquí? –bufó- Además, conozco muy bien a Sakura. Sé cuándo le ha sucedido algo -tras decir eso se puso de pie- Tú, déjale las cosas claras al mocoso, Yukito lo haría de forma muy amable.
Yue lo miró a los ojos. Se conocían hace tanto con el hermano de Sakura, que comprendía lo que sentía, pues él mismo veía a Sakura como más que su ama, para él Sakura era su hermana pequeña y no se perdonaría que algo la dañara, pero eso, por supuesto, nunca lo diría en voz alta. Sin embargo, Touya sabía que él se sentía así y que podía compartir con él la sobreprotección para con la pequeña Sakura.
Touya lo miraba en busca de una respuesta.
Yue solo asintió y sus alas lo cubrieron, la luz nuevamente cubrió la habitación y Yukito volvía a la normalidad.
- Tú y él no deberían parecerse tanto –dijo amablemente Yukito.
Touya sonrió y salió de la habitación a buscar un poco de té.
Yukito lo miró y sonrió.
- Esto será muy divertido –dijo a la nada.
Londres, Inglaterra.
Miró con cierta nostalgia el cielo a través del gran ventanal. Los atardeceres le daban cierta melancolía. Revolvió un poco su cabello oscuro y miró nuevamente a su acompañante.
Sonrió, más para sí que para ella, pues cuando regreso a su país, después de ayudar a Sakura con la transformación de las cartas, jamás imagino pasar la mayor parte del tiempo junto a Tomoyo.
- Sakura acaba de llegar a Hong Kong –comentó dulcemente la amatista.
- Ya veo –dijo Eriol simulando una sonrisa, lo que no pasó desapercibido para la chica- Nuestro vuelo saldrá pronto.
- La Señora Li fue muy amable en invitarnos a quedar en su casa –hizo el comentario como algo banal.
Eriol suspiró, Tomoyo era demasiado suspicaz como para pasar por alto ese detalle.
- Apenas me comentaste que la madre de Shaoran adelantaría las cosas tuve que llamarla. No suele ser una mujer impulsiva y todos sabíamos que se llevaría a Sakura cuando terminara todos sus estudios. Tenía que consultar el motivo del cambio de planes.
Tomoyo sonrío.
- Es cierto, tiene todo fríamente planeado. No adelantó la partida de Sakura sin razón –dijo, no quería darle toda la información, quería descubrir qué tanto sabía Eriol de lo que estaba sucediendo.
- También pude sentirlo –confeso el chico- Es algo maligno –se quedó pensativo un momento y continuo- Llevo un par de meses tratando de encontrar el punto exacto de donde proviene –miró nuevamente por el ventanal del aeropuerto- Por un momento, quise creer que solo era energía sin propósito.
Tomoyo no dijo nada. Cerró los ojos con una sonrisa. Eriol era muy persuasivo, sobre todo si se trataba de Sakura.
- Los pasajeros con destino a Hong Kong, abordar puerta 7. Los pasajeros con destino a Hong Kong, abordar puerta 7.
- Es nuestro vuelo. Sakura estará feliz de volver a verte.
- Y yo a ella.
- Lo sé, pero… ¿Estás seguro de querer ir? Digo, ya sabes, estarán juntos… ¿Será lo mismo que cuando teníamos diez años?
- No interferiré, si eso quieres preguntar.
- No será necesario que lo hagas, Li siempre te ha visto como un rival cuando se trata de Sakura –dijo esto con una risita traviesa.
Eriol también río.
- Lo sé, pero tengo que ayudarla.
Ya habían pasado todos los controles de seguridad para subir al avión que los llevaría a su destino. Ya acomodados en sus asientos Tomoyo miró por la ventana pensativa.
- Sakura es muy afortunada. Siempre lo ha sido –luego meditó un momento- Y a pesar que ahora se avecine un peligro, sé que estará bien. Siempre ha superado los problemas que se le han presentado.
- Espero que así sea –dijo el inglés para luego dejarse llevar por sus pensamientos.
Tomoyo miró el perfil del joven inglés de forma comprensiva. Sabía que cuando eran pequeños ella fue la que le dijo a Shaoran que el cariño que había en Eriol al mirar a Sakura no era precisamente de amor, como era el que sentía el castaño. Pero quizás, y solo quizás, en esa ocasión se había equivocado. No había duda que Eriol le tenía un cariño enorme a su amiga Sakura, pero ¿hasta qué punto eso dejaba de ser amor por amistad y pasaba a ser la persona más especial para él? Tomoyo no tenía una respuesta, pero quizás en este viaje lo descubriría.
NOTAS DE LAS AUTORAS:
Bien esta fue solo una provadita de nuestro nuevo ficti como algunos verán si ven nuestro perfil se nos extravió la contraseña del correo anterior, esperamos que sea de su agrado y no duden en hacer sus comentarios
