Hola mundo de Fanfiction! He vuelto con un fic que es colectivo, lo hago junto con mi hermana Otaku_Madara94. Ella lo tiene publicado en su cuenta en Amor Yaoi.

Sin mas que decir, solo gocen del capitulo y dejen review nwn.

El joven de no más de dieciséis años, se encontraba durmiendo de lo más cómodamente sobre su lecho; Estaba tan hundido en la comodidad de las sabanas, con la respiración tranquila y una postura boca abajo. Cortos minutos pasaron, los pasos se escucharon, la perilla de la puerta rechino, dejando ver una figura madura. El hombre que estaba al pie de la puerta, observaba la belleza de aquel adolescente que dormía sobre su cama; se veía tan tranquilo y pacifico dormido.

—"Ojala y así estuviese todos los días" -Fue lo que pensó el mayor y sin más, Fugaku tomo un jarrón que se encontraba a un lado y sin pudor alguno, derramo su contenido sobre el rostro del puberto.

—¡Mierda! - grito el joven pelinegro mientras se levantaba rápidamente de su cómodo lecho y prácticamente saltar para no mojarse más.

—¡¿Por qué? - pregunto indignado Itachi.

—Ya es tarde. Hoy es tu primer día en la preparatoria y no quiero que des mala impresión. Ya está el desayuno en la mesa y tu hermano y tus primos te esperan abajo. -Dice serio el hombre, provocando un gruñido en Itachi. Sin más, cuando el mayor se salió de la habitación, Itachi se desvistió de sus pijama y se coloco un pantalón de mezclilla y una playera blanca; ato en una coleta sus largos cabellos y sin más, bajo a la sala donde se encontraban Sasuke desayunando y con su uniforme de secundaria. Madara se encontraba sentado en la silla con los pies sobre la mesa y por su parte, Izuna dormía recargándose sobre sus brazos.

—Hm, te ves fatal primo. -Dice burlón Madara.

—Calla Madara - le miro con cara de perros.- Mejor despierta a Izuna, no se vaya a ahogar entre sus babas - dijo el menor mientras se sentaba al lado de su hermano.

—No me haces gracia, Itachi - un golpecito que sonó como un "poke" fue a parar a la frente de Itachi, quien mantenía sus ojos cerrados mientras comía y los abrió perplejo al sentir el golpe.

—¿Q...qué paso? -Pregunto aturdido Izuna al ser despertado de su ensueño.

—Termina de comer, Izuna. En diez minutos nos vamos. -Dice serio Madara, por su parte, Izuna sintió un rubor en sus mejillas, se había quedado dormido sin darse cuenta.

—Hai. -Dice, tomando los palillos para comenzar a engullir su alimento.- ¿Como dormiste Itachi-san? -Pregunta Izuna, mirando hacia el nombrado.

—Muy bien, hasta que me mojaron la cara - contesto mientras se frotaba el golpecillo en la frente.- ¿Y tu Izuna-kun?

—Bien, aunque estaba algo acostumbrado a Dormir hasta tarde - sonrió un poco nervioso el menor mientras agarraba su vaso con té verde para luego tomar un poco de la infusión.

—Vámonos - Ordenó el Uchiha mayor, mientras tomaba su mochila.

Dicho eso, todos asintieron y posteriormente, se encaminaron a la que de ahora en adelante seria su preparatoria. Ya estaban detrás de la puerta principal, pero, fueron interrumpidos por una voz femenina.

—¡Chicos! ¡Déjenme tomarles una foto! -Dice alegre Mikoto, agitando una cámara fotográfica y asustando un poco a los jóvenes.

—Madre, ya estamos grandes para eso. -Dice Itachi ruborizado.

—Vamos primo, ¿No te gustaría ver en unos años, cuando seas un viejo amargado y con las ojeras aun más marcadas, lo lindo que eras a tus dieciséis años? - Madara atrapo entre sus manos las mejillas de su primo, obligándolo a "sonreír" mientras los menores solo se carcajeaban. En eso Mikoto aprovecho para sacar la foto

—Pero que lindos salieron - comento la mujer mientras miraba la foto en la pantalla de la cámara.

—Madre... Por favor borra eso - comento avergonzado Itachi.

—¡Nada de eso jovencito! Ya tengo una nueva foto para agregar al álbum. -Dice con una sonrisa, mientras que un brazo envolvió su cuello.

—Madara, procura no ser tan problemático. Por favor. -Dice con el ceño fruncido.

—Lo intentare, pero, no prometo nada. -Dicho eso, los cuatro adolescentes comenzaron a correr ya que el tiempo se les había escapado. Corrieron varias avenidas, siendo saludados por todo el vecindario. Después de todo, su vecindario estaba compuesto por la familia más prestigiosa de la ciudad de Okinawa, osease, los tan odiados, temidos y respetados Uchiha, encargados del ejercito japonés con armamento moderno y entrenamiento arduo.

Los tres jóvenes se encontraban en la puerta principal de la preparatoria "Hikari Gakuen".

Rápidamente los Uchiha se fueron a sus respectivos salones. La secundaria de Sasuke estaba enseguida de la preparatoria de sus primos, por lo que solo tenía que irse corriendo a otro edificio.

Mientras los Uchiha mayores corrían para ver en qué grupo les había tocado.

—Niisan, me toco en el grupo "A" ¿A ti en cual? - pregunto Izuna mientras miraba sus horario.

—Me toco en el "C". A ti ¿Itachi? -Preguntó Madara mirándole con el rabillo del ojo.

—En el "A". -Dice secamente.

—...-Madara lanzo un bufido, cruzándose de brazos.

—¿Que ocurre niisan? -Pregunto Izuna al ver la reacción de Madara.

—No tendré a nadie a quien molestar... Y eso me irrita. -Dice a lo que Itachi e Izuna se fueron de espaldas y con una gota en su sien.

—Aja, nos vemos Madara - ambos primos se fueron mientras Madara miraba su horario de clases.

—Y para acabarla de joder empiezo con Química, ahí empezamos mal - se encamino de malas a su salón correspondiente. Al llegar noto que todos estaban adentro y el sensei apenas se estaba presentando.

—Oh, hola joven. Pasa. -Dice el profesor al ver a Madara en la puerta, este solo cerró los ojos con el ceño fruncido y sin más, se sentó en un lugar que se encontraba en medio del salón. A su lado, se encontraba un joven de piel oscura, cabellos negros, músculos muy bien trabajados y ojos extrañamente verdes con café oscuro. El adolescente llevaba una chamarra con capucha y tenía una expresión de seriedad. Tan solo miraba a ver a qué hora terminaba de hablar el profesor.

—Bien jóvenes. Para ustedes seré el profesor Orochimaru, licenciado en biología y anatomía. Por favor, preséntense ante el grupo. -Dice sonriente el hombre, poseía una piel anormalmente pálida, cabellos largos y negruzcos y en sus ojos había un par de marcas moradas.

—"Este tipo no me da nada de confianza" - Pensó Madara mientras sus compañeros se presentaban.

Mientras con los Uchiha más jóvenes, ellos ya habían llegado a su clase de literatura, se sorprendieron mucho al ver que su profesor no había llegado; Se sentaron en las butacas que vieron libres, junto a la ventana. Al momento de sentarse apareció un tipo con la cara tapada por un cubre-bocas.

—Hola perdonen la demora chicos, es que me perdí por el sendero de la vida - dijo con un ojito feliz mientras a sus alumnos solo les salía una gota por la cabeza.- Bueno, yo soy su profesor de literatura, Kakashi Hatake. Para comenzar bien este año, deseo que se presenten ante su grupo.

—Pero, ¿Como nos presentamos? -Pregunto un albino con ojos lilas y un colgante en su cuello en clara muestra de que pertenecía a la religión Jashinista. Vestía un pantalón de mezclilla bastante ceñido a su cuerpo, marcando esas hermosas piernas y glúteos masculinos; Y una blusa de manga larga con los cuatro primeros botones abiertos, dando la vista de un bello pecho. Era toda una belleza de joven.

—Bueno, solo di tu nombre y lo que te gusta. -Dice sonriente el profesor.- "Estos jóvenes si que tienen energías". -Pensó sonriente el profesor.

—Si quiere - Dijo el albino mientras se paraba de su asiento.- Me llamo Hidan, me gusta sacrificar animales en nombre de mi Dios Jashin, también me gusta hacerme daño a mí mismo y soy gay ¿Algún puto problema, ateos? - pregunto desafiante mientras todos negaban con la cabeza.- Eso pensé - Se volvió a sentar mientras jugueteaba con su collar.

—"Demasiadas energías" -Pensó Kakashi con más de una gota en su sien.-Tranquilo Hidan, aquí no discriminamos. -Dice aun más sonriente.

—Hm.-Fue lo único que soltó el albino.

—Bueno, eh... Mi nombre es Konan, me gusta hacer figuras de origami, las flores y hacer deporte. -Dice tímida una joven de cabellos azules y ojos rojos. Lucia una blusa de manga corta que ocultaba unos muy notorios senos. En la cabeza tenía una flor hecha de papel.

—Mi nombre es Uchiha Izuna - Dijo sonriente el menor.- Tengo quince años, me gusta mucho entrenar artes marciales con mi hermano mayor y mi primo, también me gusta leer y dibujar - Dijo con una sonrisa el de cabellos negros mientras algunas chicas se derretían por el joven.

—Mi nombre es Uchiha Itachi, me gustan los dulces, la lectura, entrenar artes marciales y pasar el tiempo molestando a mi primo mayor.

Dijo serio Itachi, ganándose por ahí algunas admiradoras al igual que Izuna. El profesor les miro serio a ambos, nunca habían tenido alumnos que pertenecieran a la familia Uchiha.

—"Esta generación nos ha traído sorpresas" -Sonrió de medio lado el profesor, así, varios fueron presentándose ante el salón, perdiendo así el miedo y nerviosismo que provoca el primer día de clases.

Mientras tanto en el salón de Madara, al igual que en el de Itachi e Izuna. Todos se encontraban presentándose y ahora, era el turno del joven encapuchado.

—Yo soy Kakuzu. -Paró por unos segundos antes de continuar.- Vivo solo, sin nadie a mi lado. Me gusta trabajar y ganar dinero, me excita demasiado el dinero. Odio a la gente idiota y mediocre, odio a las ofrecidas. Me gusta ejercitarme todas las mañanas y caminar por las noches. -Dice el moreno ganándose varias miradas de desprecio.

—"Interesante... hoy en día ya no hay seres como el" -Piensa Madara sonriendo de medio lado. Todos en el salón miraban a Kakuzu con odio, pero, Madara podía ver en él una persona madura y seria. -"Tal vez la escuela no sea tan mala" -Pensó Madara- Mi nombre es Uchiha Madara, me gusta joder a la gente y utilizarla a mi beneficio. Me gusta practicar artes marciales, pasar el rato con mi hermano y mi primo. Odio a la gente hipócrita, odio que me estafen, que se metan conmigo y si alguien me hace algún mal... No se la acaba. -Dice con el ceño fruncido y un brillo asesino en sus ojos, asustando a varios en el salón. Por su parte, el moreno de ojos verdes, le miraba con una sonrisa de medio lado, le simpatizaba demasiado ese joven. Tal vez la preparatoria no fuese tan aburrida después de todo.