Hola! Me da tanto gusto estar por aquí de nuevo =D ha pasado tanto tiempo desde la última vez que subí una historia que siento de nuevo la emoción xD Sé que quizás debería estar actualizando Cartas por San Valentín, pero de plano la inspiración para esa historia me abandonó por completo ¬¬ espero me sepan disculpar y cualquier comentario es bienvenido.
En fin, pasando a esta historia, serán relatos cortos de mis parejas favoritas en este tipo de situaciones donde una sola noche común y corriente se convierte en algo sumamente especial. Espero de todo corazón que les gusten tanto como a mí. Las parejas irán cambiando conforme suba capítulo.
Todo lo que no reconozcan salió de mi imaginación.
Sólo quería un vaso con leche (Harry/Ginny).
Ginny, que aún tenía el cabello húmedo por la ducha que acababa de tomar, observó el techo de su habitación donde sólo se escuchaba la respiración acompasada de Hermione. No sabía cuánto había extrañado a su amiga hasta que la había abrazado en el funeral de Fred. Ella había sido el soporte de ella y de Ron durante esa última semana, donde toda la familia estaba en un estado de sensibilidad extrema, sobre todo George.
Desde hacía bastante tiempo que Ginny no podía dormir, no podría decir que desde que la guerra había comenzado, pues sabía que era desde mucho tiempo atrás, cuando las pesadillas por lo vivido en la cámara de los secretos acudían a su mente casi todas las noches. El único que alguna vez había podido lograr que se olvidara de eso, había sido él. Harry, de quien en sólo pensar ya le arrancaba un suspiro involuntario. No era que hubiera pensado todo el tiempo en él, ni que cada vez que pasaba por el lago del colegio en ese año, en el que no estuvo a su lado, quisiera tirar todo a la basura e ir a buscarlo… no, ella sólo quería estar con él, no era necesario ser pareja, al menos por el momento, pues cada uno tenía asuntos que atender, pero no podía evitar sentirse sola aún cuando él dormía en la misma casa.
Harry había estado muy distante los últimos días. Después de los funerales y cuando todo el peso de la batalla cayó sobre sus hombros, el pobre ya no podía ni sonreír, tampoco era que todos en la familia Weasley lo hicieran ya, pero Ginny sospechaba que haber conocido al hijo de los Lupin en persona lo había hecho sentir más culpable que nunca. Hermione era la única que podía acercarse a él y sonsacarle alguna que otra palabra.
Con esos pensamientos frescos en su memoria y cansada de dar vueltas en su cama, Ginny se calzó las pantuflas de conejitos que su padre le había obsequiado en su penúltimo cumpleaños y salió de su habitación para buscar un vaso con leche tibia, con lo que quizás podría dormir. Caminó lo más silenciosamente que pudo, a pesar de saber que nadie estaría dormido de todos modos. El silencio se había posado en La Madriguera como un contrato no hablado en el que se respetaba la memoria de los caídos. Sus ojos se empañaran al recordar a Fred, yaciendo inerte en el piso del Gran comedor y a George… llorando la muerte de su hermano gemelo.
Al entrar en la cocina se llevó una gran sorpresa. Harry estaba allí, recargado cerca de la estufa, donde un poco de leche estaba calentándose a fuego lento.
-Hola- dijo Harry forzando una sonrisa.
-No creí que hubiera alguien aquí- dijo Ginny intentando devolverle la sonrisa. Le dio la espalda con la excusa de buscar el tarro de galletas, no le gustaba que la vieran tan deshecha, con los ojos hinchados y rojos por el llanto que casi no había cesado.
-No has cenado nada- comentó Harry como si ese fuera el motivo de su insomnio. Acto seguido, vertió la leche tibia en una taza y se la ofreció a la pelirroja- Iba a llevártela en un momento, sé que te ayuda a dormir.
Ginny recibió la taza con desconcierto. No tenía idea de que Harry se hubiera fijado en ese detalle o que supiera que seguía despierta a media noche. Se sonrojó un poco, infantilmente, al saber que él seguía recordando detalles sobre su vida que ella misma le había contado cuando aún salían.
-Gracias- musitó sintiéndose de nuevo como la niña que metía el codo en la mantequilla-. No tenías que haberte molestado.
Harry no dijo nada y tomó el tarro de galletas que ella sostenía para ponerlo sobre la mesa, invitándola a sentarse con él.
-Como sabes… mañana nos marchamos a Australia a buscar a los padres de Hermione- comenzó Harry un tanto ruborizado por haber pasado tanto tiempo sin hablar con ella, quizás sólo habían hecho el amago de tomarse las manos bajo la mesa, pero nada más- y quería asegurarme de que estás bien, ya sabes…
Harry podía ver la cara de tristeza de Ginny bajo la luz de la única vela de la estancia, posada cerca de ellos.
-Estoy bien- aseguró ella con firmeza, odiaba sentirse débil ante él. Le costaba horrores verlo a esos ojos verdes que la analizaban como si fueran de rayos X, pero se obligó a hacerlo cuando él tomó sus manos entre las suyas en un gesto tan íntimo que le dieron escalofríos. Eran tan fuertes y cálidas como recordaba, aunque con algunas marcas palpables que antes no habían estado allí.
-¿Segura?- preguntó él sintiéndose mal por no poder hacer algo más. Ginny asintió-. Entonces come, anda.
Ginny lo observó con cariño, algo que Harry había extrañado.
-¿Cuándo dejarás que alguien cuide de ti, Harry?- preguntó ella con delicadeza.
Él se sorprendió con esa respuesta, un nudo se había posado en su garganta inevitablemente. ¡Merlín! Vaya que la había extrañado. Casi como un reflejo, llevó una de sus manos al rostro de la chica y la acarició, grabando en su memoria cada uno de sus rasgos, para no olvidarlos jamás. Esa chica podía hacerle sentir miles de emociones en un solo segundo.
Lentamente sus rostros se fueron acercando hasta sumirse en un ansiado, pero suave beso. Ginny juntó su frente con la de él y lo abrazó por el cuello, sintiendo la calidez y el tacto que había extrañado tanto.
Quizás pasaría algún tiempo hasta que volvieran a ser una pareja formalmente, pero eso a ella no le interesaba, pues en el fondo sabía que nunca habían dejado de quererse.
Una vez en su habitación, Ginny no pudo evitar sonreír de manera sincera por primera vez en mucho tiempo.
El siguiente quizás sea un Rose/Scorpius, extraño escribir sobre ellos. El asunto de Fred… aún no lo he superado, sigo triste porque creo que Rowling no tenía por qué hacerlo! D:
Un beso y abrazo a todos!
Pd. Viva México!
