Eterna Oscuridad.
Por Alisse.


I. Perdido.


Le era difícil pensar en esa situación. Cuando recordaba cómo era que había llegado ahí, con la intención primera de ayudar, pensaba que quizás se estaba volviendo loco de a poco… a ratos le costaba pensar con claridad. Entre tanta oscuridad, a veces pensaba que toda su vida la había vivido así, y que su familia y amigos sólo los había imaginado durante las largas vigilias.

Pero en esos momentos que su cabeza le gritaba que no debía pensar así, que no debía perder la fe y que tenía que continuar viviendo, sobreviviendo.

No tenía idea cuánto tiempo había pasado. Ya no habían días claros, de sol y con calor, al contrario, estaba siempre nublado, casi oscuro, con la luz a penas alcanzando para caminar y poder ver más adelante hacia donde se va. Pero no era peor que las noches. Nada se comparaba con las noches.

Era cuando ellos salían a cazar. Muy pronto, al quedarse solo, comprendió que las noches debía pasarlas a cubierta, ojalá con alguna luz que durara toda la noche para mantener a ellos alejados, sin poder acercarse a ellos.

Las noches también era de espera, sólo esperar… que ellos no los encontraran, que pasara el tiempo rápido, no quedarse dormido en las guardias… poder sobrevivir una noche más.

Durante el día, se dedicaba a recorrer. Buscaba provisiones, lugares para pasar después del anochecer, agua, cosas con las que hacer fuego… le gustaba pensar que uno de esos días, cualquiera, llegarían a buscarlo, lo llevarían de nuevo a casa y podría descansar de verdad. Pero hasta el momento, no había tenido suerte.

Recordaba que a él y a sus amigos les habían asignado una misión, pero por los mismos acontecimientos, él tuvo que separarse de su grupo, ni siquiera él lo tenía claro hasta ese momento.

Simplemente, en un momento él estaba de pie en medio de una ciudad; miraba a su alrededor, tratando de reconocer dónde podría estar, a la vez que la gente a su alrededor lo miraba con notable curiosidad.

-Rob- dijo, tocando su comunicador -¿Puedes ayudarme? No tengo idea dónde estoy y ya quiero irme a casa.

-Es broma, ¿cierto?- le dijo el otro, con tono burlesco y a punto de soltar la carcajada.

-No, no lo es- gruñó Wally, irritado. Mirando a su alrededor, pudo notar la cordillera de Los Andes. Demonios, de verdad se había alejado mucho –Dime dónde están para ayudar con la misión.

-La misión ha terminado- replicó Robin, aún con burla en su voz –Mejor dirígete a…- de pronto, hubo sólo estática. Se había cortado la comunicación con su amigo.

-¿Rob? ¿Robin?- soltó un suspiro mirando a su alrededor. No podía creer que justo en esos momentos la famosa maquinita no funcionaba. Trató de comunicarse también con su tío Barry o con Batman, pero tampoco tuvo suerte. El celular también fue inútil.

Estaba anocheciendo cuando decidió moverse, debía correr si deseaba llegar pronto a casa. Pero, al poco andar, se dio cuenta que no llegaba a la súper velocidad, al contrario, era muy lento. Después de avanzar unos cuantos metros, se detuvo. Estaba tratando comprender qué era lo que ocurría, cuando lo escuchó por primera vez.

Ya era de noche en la ciudad, la gente caminaba a su alrededor mirándolo levemente. Wally se estaba angustiando. Sin poderes y sin forma de comunicarse con la Liga o su tío, ¿qué podía hacer en ese lugar tan lejano?

Después, una noche, Wally pensaría en el miedo que sintió esos momentos no se comparaba con los de después, cuando, de pronto, se cortó la luz de todo el lugar y, desde el lugar en que estaba, sólo escuchó unos alaridos, momentos antes que comenzara la cacería.

Aún no entendía cómo había sobrevivido aquella noche, pero ni siquiera se esforzaba. No deseaba pensar cuántas vidas a su alrededor se habían perdido, porque podía sentir cómo a su alrededor las personas gritaban pidiendo auxilio. Él trataba de ayudar, pero no era suficiente.

En esos momentos era una persona normal, ya no era un súper héroe. Era sólo un chico de quince años, en un lugar desconocido para él y en algo que era lo más parecido al apocalipsis que jamás había pensado en su vida.

En las noches, frente al fuego, pensaba en su familia. ¿Qué sería de ellos? Wally esperaba que tuvieran la suerte de estar juntos, lo mismo sus amigos.

Wally sólo esperaba que ellos no sintieran la soledad que él sentía en las noches y en los días. Después de todo, era sólo por ellos y sus deseos de volver a verlos lo que le daba fuerza para continuar.


Hola!

He aquí mi fic apocalíptico. La idea salió mientras jugaba a "Minecraft" con mi hermano. Los que lo conocen, saben a qué me refiero.

Los capítulos serán así de cortos y, por eso mismo, seguramente saldrán más seguidos que los otros fics. Si me demoro en publicar no culpen a este fic, es sólo culpa de la tonelada de trabajo que tengo, en donde quieren todo para ayer.

¿Ubicación espacial de Wally? Lo dejé más o menos claro al nombrar la cordillera de Los Andes. Es en Sudamérica, pero no diré ninguna otra referencia y creo que no daré nombre a los lugares en que esté.

Eso, que estén bien.