Declaimer: Ninguno de los personajes de Hetalia me pertenece, son propiedad de Hidekaz Himaruya (salvo obvias excepciones) yo solo los utilizo aquí con fines de entretenimiento y sin afán de lucro.


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Después de escuchar en todos lados que Facebook era medio de publicidad masiva, el pequeño Sealand había llegado a la conclusión de que el también necesitaba uno. Así que una mañana después de terminar sus tareas diarias, había entrado a hurtadillas a la oficina de su padre quien había salido a trabajar, y encendiendo la computadora de escritorio, había seleccionado el buscador de internet, que era la delicia de su vida, pues era fuente de juegos virtuales y videos graciosos en YouTube. Pero ahora sin embargo, tenía la fijación de su nueva cuenta tan metida en la cabeza, que ni siquiera se dignó en jugar ni una partida del Burger-time, su juego preferido por excelencia, donde un cocinero gordito era perseguido por varias salchichas alevosas.

Peter tecleo la dirección de Facebook y enseguida apareció la doble opción de iniciar tu cuenta o crearla en el acto. Como el niño era nuevo en esto, obviamente eligió la segunda, donde pedían varios datos para iniciarse en el vicioso mundo del Facebook. El chico lleno la forma que se le pedía, incluyendo la parte donde se solicitaba su edad, que ciertamente no correspondía a su apariencia física.

Ahora ya tenía su propio perfil, pero no tenía foto de presentación, ¿que podría hacer?. A sabiendas de que sus fotografías digitalizadas solo se encontraban en la sesión personal de su padre, la cual por obvias razones tenía contraseña, Sealand decidió que podía usar las que tenían sus amigos de él en sus álbumes de Facebook. Así que comenzó a buscar a cada uno de ellos en el buscador, comenzando con Estonia. Para su sorpresa este no tenía ni una foto de él solo o siquiera de los dos juntos, tal descubrimiento le molesto bastante e inflando sus mofletes con disgusto, anoto mentalmente el regañarlo por semejante desconsideración. Hmp, por ahora simplemente lo agregaría.

¡Listo!

Su segunda opción fue Seborga, que aparecía en cada una de sus fotos lanzando besos a la cámara o comiendo en múltiples restaurantes, pero tampoco tenía imágenes de Peter, lo que le fastidio igualmente. Además, su perfil estaba lleno de estados cursis y comentarios sobre comida.

Vaya cosa, muy típico de Seborga.

Wy también tenía un perfil en Facebook, solo que la chiquilla no aparecía en ninguno de sus álbumes, pues solo tenía imágenes de pinturas, esculturas o dibujos y por supuesto ninguna foto de Sealand. Sus estados por su parte, eran todos de poesía y alusiones al arte, cosa que le aburrió bastante. Peter reprimió un bostezo y siguió con su búsqueda.

El cuarto en su lista fue Molossia, que salía en cada una de sus fotos haciendo señas obscenas o posando como pandillero, además de que ninguno de sus estados era entendible por su pésima ortografía y su costumbre de mezclar mayúsculas y minúsculas en cada palabra. Pero no hacía falta entenderlos, pues Sealand casi apostaba que estaban llenos de groserías.

El perfil de Kugelmugel era similar al de Wy, por tanto estaba lleno de obras artísticas y frases sobre lo mismo; con la diferencia de que el chico si aparecía en algunas fotos, posando de manera semi-artística y usando ropa vintage, que lo hacía ver más marica, según se dijo Peter. Igual lo agrego.

Hutt river, a diferencia de los anteriores, tenía sus álbumes bien organizaditos y con títulos rimbombantes. Salía en muchísimas imágenes y en todas posaba como estrella o miembro de la realeza, pero tampoco tenía fotos de Peter. Además, su perfil estaba lleno de condenados decretos y frases supuestamente nice, así como declaraciones pretenciosas. Una cosa bien curiosa, es que Wy no aparecía entre su lista de familiares, lo que se le pareció muy raro a Sealand, pues sabía que ambos eran hermanos; sin embargo prefirió no indagar al respecto y solo agregarle.

Niko Niko, casi no publicaba estados y tenía pocas imágenes, algunas de las cuales eran abundantes en gallinas y pollitos. Ni hablar, lo agregaría igualmente.

El perfil de Ladonia, era quizás el más extenso hasta el momento, lleno de múltiples álbumes y estados belicosos contra su hermano mayor, Suecia, quien al parecer los ignoraba olímpicamente. Además, el perfil del niño poseía hipervínculos hacia su cuenta de Twitter y una página de internet. Ladonia, que solía ser bastante fanfarrón, tenía miles de amigos en Facebook, por lo que Peter esperaba que no se pusiera los moños para aceptarlo.

Entre las sugerencias que ahora le aparecían, venia el perfil de su némesis, Chipre del Norte. No quería agregarlo pero, a saber que publicaba el infeliz sobre él, seguro que puras difamaciones y no le daría el gusto de que se salvaran de sus agudas contestaciones, no señor. Así que finalmente también lo agrego.

La siguiente en ser adicionada fue Vikesland, una niña súper tranquila con la que casi no se relacionaba, pero que pertenecía al pequeño club de Sealand, motivo por el que no podía hacerla aun lado. El perfil de la chica incluía muy variados álbumes, que iban desde obras caritativas, hasta su propio programa espacial, fotos en las que la niña posaba junto al pequeño cohete que lanzaría. Peter anoto mentalmente el comentarle a sus reyes que también crearan sus propios cohetes y siguió revisando el perfil de la chiquilla. Ella tenía agregado a Molossia en su lista de familiares y aparecía en varias fotos con él. Sus fotografías eran, por cierto, las de mejor calidad hasta el momento; lo que tenía mucha lógica, si se consideraba que su fundador era un fotógrafo profesional.

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En fin, no había encontrado material para su imagen de perfil, pero había en cambio logrado agregar a varios de sus amigos y conocidos, por lo que se sentía bastante satisfecho. Sealand se desperezo un poco y opto por tomarse un descanso, tal vez le vendría bien una soda, ya continuaría cuando volviese.

Pero tras tomar la gaseosa del frigorífico, recordó un detallito olvidado, Islandia. Porque no lo había pensado antes, él era como su amigo ¿no?. Seguro que tendría fotos suyas, claro que sí, no podía imaginarse un motivo por el que no fuera así.

El pequeño corrió rumbo a la computadora con la gaseosa aun sin abrir y tecleando el nombre de su "camarada", se aboco a buscar alguna imagen suya. Mas su chasco no se hizo esperar, pues si bien Islandia tenia cientos de fotos, ninguna era sobre Peter.

¡Pero porque! –gritar fastidiado, pues no entendía como podía ser aquello.

Paso un buen rato para que el disgusto se le pasara y cuando por fin se sosegó, sus pensamientos lo llevaron hasta Inglaterra, su infame hermano mayor, el mismo que se la pasaba frustrando sus intentos por colarse en las reuniones del G-8 y que nunca se cortaba un pelo para minimizarlo. No le agradaba ni tantito, además podía apostar que no lo aceptaría, incluso si se dignara a mandarle invitación. Pues ni hablar, Arthur quedaba fuera.

Peter se sujetó la cabeza con las manos como si eso fuese a ayudarle a pensar, pero parecía que si funcionaba, pues a su mente vino otro nombre: Finlandia.

Le busco en la barra correspondiente y le agrego, más como su perfil tenia restricciones de privacidad, no pudo ver ni uno solo de sus álbumes.

Caray, ni que lo fuera a secuestrar, en fin… Haber, ¿haber quien más falta? – y Sealand casi se golpea el rostro con la palma de su mano, de verdad que era tonto a veces, como se le pudo pasar por alto. ¡Su papa!, el sí que tendría alguna foto suya.

Nada más teclear su nombre y el perfil de su padre ilumino la pantalla, causando que el niño se sonriera encantado, pues la imagen principal era una de ambos sentados en el sillón de la casa. Y pensar que se había pasado toda la mañana revisando álbumes de otros, solo porque supuestamente tendrían alguna foto suya, cuando la solución más obvia estuvo siempre a su alcance.

Jaja, pero si era lógico – se dijo el niño, rascándose la nuca divertido.

Creo que no es necesario aclarar que si encontró lo que buscaba, de hecho encontró muchísimas opciones, tendría que anotar también en su lista de recordatorios, el ser más atento con su padre, ya que al parecer era el único que no lo había olvidado.

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FIN