Sigo intentándolo y fallando (xD), pero ahora salieron 778 palabras y voy más cerca cada vez. De cualquier manera, espero que puedan perdonarme mi desliz; lo cierto es que la historia no me gustó mucho, pero siempre tuve curiosidad de hacer algo de este tipo, pero nunca tuve corazón hasta hoy.

Naruto no me pertenece en absoluto. Mi única finalidad es entretenerme y entretenerles a ustedes.

¡Advertencia! Pues Sasori ama a Itachi (xD), tremendo OoC, AU y Tayuya es hermana de Sasori (no me van a decir que no tienen cierto parecido (.w.), ¿o es imaginación mía?)


((*~* [UNTIL] *~*))

.ͼͽ.

« Nunca conocerás […] cómo se siente quedarse atrás y verte decir su nombre »

Sam Smith, Leave your lover.

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Sasori adora tomar chocolate y quedarse con los labios ocultos tras una capa de espuma, porque Itachi ríe divertido antes de extender el brazo y limpiarle con su pulgar. Después inclina la cabeza a un lado, —quizá— enternecido por el leve sonrojo del taheño, el cual atribuye a una vergüenza más bien infantil.

También le encanta el agradable peso del Uchiha cuando rodea sus hombros y lo atrae hacia él, señalando alguno de los grandes edificios por los que Akasuna guarda cierta fascinación, pues su estructura y diseño son hermosos. Mientras Itachi le obliga a levantar la barbilla con una mano y se acerca a él para hablarle, apoya su mentón sobre la cabeza del pelirrojo. La cercanía le permite disfrutar del café negro que Itachi acaba de tomarse en uno de los restaurantes.

Él quisiera sentarse todo el día en el piano de su casa, interpretando mil melodías que susurren acerca de todos esos sentimientos guardados que hinchan su corazón cuando está próximo al moreno. Este instrumento, libertador de pasiones, es la carta de un enamorado a su amado, quien le observa atentamente, con los ojos de rubí como hechizados por el rápido y pasional movimiento de sus manos sobre las teclas.

Sasori cree que podría encloquecer de felicidad cuando bailan en la habitación de Itachi: Ambos tomados de la mano entretanto, el joven obedece —torpemente— sus instrucciones. Después de un rato (y siendo pisado algunas veces por el Uchiha), cobra una especie de confianza y se desliza a través del espacio con agilidad. Sasori lo felicita e Itachi ríe entre dientes, agradeciéndole que lo socorra en este asunto con tanta paciencia. Entonces, se acerca hasta que sus pechos se tocan y Sasori teme que, a través de la ropa, pueda sentirse el irregular latido de su corazón.

En otras ocasiones, cuando nota que las manchas bajo los ojos del joven son especialmente oscuras, Sasori le dice que puede utilizar sus piernas de almohada. Luego de quedarse en silencio un momento, accede al fin y recuesta la cabeza en su regazo, boca arriba para hablar con el Akasuna hasta que el cansancio lo vence. Y el marionetista sonríe discretamente mientras sus ojos se encuentran, aguardando por el sueño del moreno, que resulta un gran aliado y le permite acariciar los largos y sedosos cabellos, negros como las plumas de un cuervo.

Ama escuchar la suavidad de su respiración y la leve insinuación de sonrisa que levanta sus comisuras, haciendo que el pelirrojo se pregunte con qué estaría soñando. Lo contempla como el artista frente a la obra de arte más grandiosa de la tierra, la que no le pertenece ni lo hará jamás.

De eso es consciente sólo cuando la burbuja de su amor se rompe y aparece ella, con sus grandes ojos cafés tan parecidos a los suyos, y los largos cabellos rojos como las rosas. Tayuya le sonríe, sin darse cuenta que su presencia atropella la absurda felicidad de su hermano, quien se esfuerza por no gruñir a su saludo o echarse a llorar ahí, mientras la pelirroja despierta a Itachi y éste le sonríe tiernamente.

Sasori lo deja ir, tratando de no pensar demasiado en el apabullante dolor de su alma, tratando de convencerse que simplemente debía acostumbrarse a vivir con el amor unilateral que profesaba al novio de su hermana.

Diciendo que bastaba con ser su amigo y recibir pequeños gestos como que le limpiara la espuma del chocolate cuando lo arrastraban hasta el restaurante donde tendrían una cita doble; insistiendo en que podría soportar impasible la tercera risa que rompía el silencio en los paseos nocturnos; tratando de mantener el ritmo de la sonata cuando veía, por el rabillo del ojo, que las manos de Tayuya se enredaban en el cuello de Itachi y rompía con la magia del piano; convenciéndose de que llegaría un día en que fuera él, y no Tayuya, la razón por la que Itachi practicaba horas del día bailando.

Él sostendría la farsa de amigo y la sonrisa falsa, porque amaba a Itachi y no quería traerle una tormenta por sentimientos que únicamente, lo harían infeliz.

En secreto, el pelirrojo se preguntó cuándo había dejado de ser tan egoísta.

O quizá, continuaba siéndolo, pues a fin de cuentas… él se aprovecharía de la ingenuidad de Itachi para amarlo en secreto y estar a su lado, aunque fuera en esos pequeños momentos que siempre terminaban rompiéndose hasta hacerlo morir un poco cada vez que esa mirada, roja como el granate, le sonreía.

FIN


A quien corresponda: ¡Gracias por leer y mil gracias más si dejan un review! (:D)

Matta ne~

PD: Soy terrible, lo sé, pero tenía ganas de hacer sufrir a Sasori, porque en mis historias, siempre me paso con Itachi (xDD)