Disclaimer: La mayoría de los personajes pertenecen a Stephenie Meyer.
Prólogo.
Whitechapel, Londres, Reino Unido. Año 1868. Habitual escenario de los asesinatos llevados a cabo por uno de los asesinos seriales más temidos del mundo y jamás capturado: Jack el destripador. Aunque, por ahí no va esta historia. Sin embargo, es el lugar donde todo comienza.
El amor no tiene medida, porque es imposible medir algo tan grande. El amor no tiene final porque es imposible pensar en eso. El amor no tiene color, porque tiene todos los colores juntos. El amor no causa dolor, sino un placer doloroso. El amor es nostalgia, pero una nostalgia alegre. El amor es… Aquello que te hace pensar que, aún estando en el más miserable de los estados, alguien puede venir y salvarte.
Isabella Meynel Swan alguna vez tuvo una buena vida, una gran familia, unos amorosos padres. Alguna vez estuvo encaprichada, fue desconsiderada y creía tener el destino en la palma de su mano, para controlarlo a su antojo. Pero dejó de ser Isabella Meynel Swan cuando cayó en manos de un hombre que no la amaba, cuando la imagen y el dinero era todo lo importante, cuando un caballero apuesto la hipnotizó con tan solo unas palabras. Y por culpa de su inmadurez ha ido a parar a uno de los barrios más pobres de todo Londres. Ahora se encuentra en el fondo de la gran escala social. La gente la repudia a ella y a su trabajo. Los hombres la explotan y la maltratan. La vida le cobra cada cosa que hizo estando cegada por el dinero y la buena vida.
Y luego está esa noche... La noche que lo cambió todo. La noche en la que, por algún motivo, se sintió esperanzada. La noche que le brindó una oportunidad.
Sin saberlo, sin pensarlo, forjaron las cuerdas del destino aquella noche. Escribieron la primera página en blanco, del primer capitulo, de su propia historia. Entrelazaron con un laso más fuerte que otra cosa en el mundo, sus propias vidas. Aquel acto que por casualidades de la vida pasó una noche de febrero, en un prostíbulo sucio de Londres, los unió años más tarde, cruzando sus caminos para no volverlos a separar nunca más. Tienen un lazo que los une y una fuerza que los separa.
¿Pero, quién dijo que el amor es tan fácil?
Son piezas de ajedrez, de bandos contrarios, movidos a la merced de alguien más poderoso y grande que ellos. Las cadenas impiden que se junten. Son dos personas totalmente diferentes. Él, un marqués que tiene dinero a montones. Ella, una prostituta que intenta remediar su vida con un empleo de sirvienta. La sociedad no los quiere juntos. Es prohibido, es algo incorrecto, casi una abominación. La sociedad los ata, no dejan que se den una oportunidad. Ambos son cobardes, ambos tienen miedo de saber qué ocurrirá. Pero al amor no se le ordena, se le obedece, porque te vuelve tan loco que no piensas, ya no razonas.
¿Serán capaces de romper todas las cadenas que los atan, para poder estar juntos?
"Todos los problemas tienen la misma raíz: el miedo, que desaparece gracias al amor; pero el amor nos da miedo"
