Salí de la cueva al escuchar un ruido, era extraño ya que todos deberían de estar durmiendo a estar horas de la noche. Grande fue mi sorpresa al ver a Nala sentada dándome la espalda mientras al parecer sollozaba. No era que me interesaran sus problemas pero me intrigaba saber el porque estaba llorando.
Me acerque cautelosamente mientras escuchaba como ella seguía sollozando, sin que se percatara de mi presencia me senté a su lado y la observé por algunos segundos antes de aventurarme a preguntar.
—¿Qué sucede Nala?
Ella dio un respingo al escucharme y se alejó de mi poniéndose en posición de ataque mientras me enseñaba los colmillos y sus garras desenfundadas.
—¿Porqué estas aquí?—preguntó ella devuelta mientras me gruñía
—Sólo quería saber que le pasa a mi leona favorita—le dije con cierta picardía en la voz que al parecer la desarmó pues mostró una mirada de desconcierto y luego se sentó mirándome curiosa
—¿Tu leona favorita?—preguntó como si quisiera confirmar mis palabras
—¿Me dirás lo que te sucede o no? tengo mejores cosas que hacer—le respondí levantándome mientras me daba la vuelta para irme
—Espera
Su voz me detuvo, giré levemente mi cabeza y vi como ella se acercaba a mi, me miró un poco indecisa pero luego se sentó, me miró a los ojos y luego volvió a apartar la mirada
—¿Quién te hace estar así?—le pregunté sentándome a su lado y pasándole una pata sobre sus hombros acercándola más a mi para reconfortarla
Al parecer el contacto la asustó pues la sentí tensarse pero luego se acercó un poco más a mi escondiendo su cara en mi oscura melena, extrañamente sentí algo que hacía mucho había olvidado que estaba ahí.
Mi corazón.
Sentí como este se contraía al sentir el rostro de Nala tan cerca de mi pecho, la sensación fue tan extraña que hasta me estremecí pero aún así Nala no se apartó de mi.
—Promete que esto sólo quedará entre nosotros—me dijo mientras acariciaba mi pecho con su rostro
—Sólo di lo que te sucede—la corté en seco, esto se estaba empezando a tornar íntimo
—Bien—suspiró en mi pecho—hoy volví a ver a un león que hacía mucho no había visto, me sentí tan feliz de volver a verlo, pero él me esconde algo, yo quiero que me lo diga pero el sólo me aparta de su lado.
Al escuchar que había conocido a otro león sentí como ese estorbo en mi pecho se contrajo causándome un ligero dolor, al parecer le enojaba que Nala mencionara a otros leones cuando estaba conmigo. Pero no lo culpaba, Nala era muy bella, incluso tenía en mente convertirla en mi reina para tener su belleza a mi lado.
—Nala, debes comprender que él ha pasado por circunstancias muy difíciles y que no le es fácil hablar de ello, tal vez cuando esté listo te hablara sobre sus problemas pero hasta entonces sólo debes dejar que él te tome la suficiente confianza como para abrirse contigo.
¿De dónde carajos saqué eso?, al parecer Nala también se sorprendió de mis palabras ya que se apartó un poco de mi pecho mirándome impresionada pero luego me sonrió alegremente.
Eso hizo que el estorbo en mi pecho diera un vuelco y comenzara a latir más rápidamente causándome una molesta jaqueca con su agitada carrera.
—Gracias Scar—me dijo sonriente alejándose de mi lado
Me disponía a ir de regreso a la roca del rey cuando Nala regresó conmigo y me lamió la mejilla seguramente como un acto de agradecimiento pero el estorbo en mi pecho lo tomó como algo más, como algo único e irrepetible lo cual de algún modo me agradó pero por el otro lado me dio una noche de insomnio al no poder dejar de pensar en ella.
