Todo Por Ti

.

.

.

~ ¿Miedo? ~


-Sakura.

-¿Qué?

-Tengo miedo.

-No seas estúpido.

-P-pero…

La pelirrosa se encogió ligeramente al escuchar el sonido del viento, e inspiró profundamente intentando convencerse de que le convenía tener una apariencia valiente. Comprendía, desafortunadamente, el estado de su rubio amigo. El sitio era tan tétrico, que provocaba terror en cualquiera. De hecho, no le habría sorprendido encontrar a Sasuke aferrándose a su brazo derecho, mortalmente asustado por la neblina que les rodeaba y, casualmente, jamás se disipaba.

Era algo así como un cementerio, aunque no consideraba que fuera correcto denominarlo así cuando los cuerpos de los muertos se encontraban esparcidos por todo el lugar. Simples cadáveres. Una espesa bruma rodeaba el lugar, dificultándoles la vista. Estaban exactamente en el medio de la nada. No parecía haber señales de vida en kilómetros… o así aparentaba ser teniendo en cuenta su limitado rango de vista.

Kakashi se volvió hacia ellos, y Sasuke se detuvo bruscamente unos cuántos pasos más delante. Naruto tembló a su lado.

-No se dejen engañar por la fachada de este lugar… Mucho más allá está el lugar que buscamos.

-¿S-se supone que nos adentremos incluso más?-cuestionó el rubio horrorizado.

-Bueno, ese es mi plan.

-¡¿Acaso está loco, sensei?!

La frase se repitió unas cuántas veces, en un tétrico eco. El ojiazul se aferró al brazo de la Haruno.

-P-por favor, s-sensei…

-Ya deja las idioteces, Naruto.-Sasuke cruzó ambos brazos sobre su pecho.

-¿V-vas a decirme que no tienes miedo, Teme?

-Hmph. No hay nada a lo que debamos temerle.

-No, por supuesto.-ironizó- Solo a la posibilidad de que uno de estos cuerpos aparentemente inertes cobre vida y… ¡Plaf! Nos destroce.

-Nada de eso va a pasar, Dobe…

-¿Qué tal si sí?-inquirió en un susurro.

Kakashi entrecerró sus ojos, y se giró resignado. Sakura le dio un empujón amistoso al rubio para que siguieran al de cabellos plateados. Es cierto que el lugar era espantoso, pero aún no creía en las historias que involucraban gente muerta que cobraba vida repentinamente, y es que aparentemente faltaba mucho para que comprendiera que aquello era posible. La posibilidad de que los cadáveres cobraran vida se le hizo inexistente, y se aferró a esa idea para encontrar, dentro de sí, el valor escondido.

-Dime, Sakura-chan, ¿A ti no te asusta?

-Kakashi-sensei dice que solo es una fachada para distraer a los curiosos…

-Oh, vamos, ¿Qué clase de imbécil se escondería en un lugar que es capaz de horrorizar incluso al más valiente?

-Uno que no quiere ser encontrado.

-¡Pero no hablamos de uno, Sakura-chan! Son unos…-el ojiazul hizo una pausa.- Etto, ¿cuántos se supone que son? Uno, dos, tres…-comenzó a enumerar con los dedos de sus manos.-Espera, perdí la cuenta.

-No son tantos, Naruto…

-¡Son muchos, 'ttebayo! Se reproducen, ¡como conejos!

-No es como si uno fuera hijo de otro, Naruto.-indicó divertida.

-¡No digo que se engendren entre sí! Solo que… un día crees conocerlos a todos, y al otro uno nuevo aparece.

-Eso es porque son listos. Y saben que no pueden con nosotros.-bromeó, bajando la guardia en la amena conversación.

-O contigo.-masculló el rubio- Por mi parte, el simple hecho de toparme con uno me provoca escalofríos.

-No exageres.-bufó- Aún no he visto que te inmovilices frente a uno…

-Eso es porque intento mantenerme fuerte, simplemente lo disimulo… ¡Es por el bien del equipo! Para protegerte, Sakura-chan.-agregó con orgullo.

-Eres muy considerado.

-Lo soy.

El crujir de una aparente rama interrumpió su conversación. Naruto casi da un salto, mientras que Sakura se detuvo bruscamente sintiendo que su corazón abandonaría su cuerpo.

Un grito abandonó los labios de la pelirrosa cuando una mano se posó sobre su hombro. Rápidamente, se removió al sentir la misma cubrir su boca.

-¡Bfasgta!-exigió contra la firme mano.

-Ya no grites, Sakura.-bufó Sasuke, justo junto a su oído.

Joder, estúpido Uchiha.

-Está hacia el Este.-masculló el Hatake.

-¿Este? ¿Dónde?-Naruto intentó localizarlo, sin éxito alguno.

-Deja de retenernos, Dobe. Está en esa dirección.

Con la réplica seca del Uchiha, el de cabellos plateados comenzó a correr, al igual que el propio azabache. Naruto hizo ademán de golpearlo, pero Sakura lo detuvo.

-Debemos seguirlos.

-P-pero, Sakura-chan, ¿oíste lo que dijo?-la expresión indignada hizo que Sakura riera.

-Lo oí. Ahora vamos.

[…]

-Ah, detesto este tipo de lugares.-musitó el rubio con un suspiro.

Parecía un sitio sacado de una película de terror. Largos pasillos, una infinidad de puertas. Detrás de cada puerta, un lugar extenso, enorme, del tamaño suficiente para librar cualquier tipo de batalla. Con solo escuchar el eco de sus pasos, Sakura se encogía.

Maldijo internamente el que Tsunade les hubiera asignado esa misión, incluso más haber aceptado acompañar a su equipo cuando se le había propuesto quedarse trabajando en el hospital. Nadie había mencionado lo tétrico del lugar que visitarían, y por eso mismo accedió sin problema; le atraía más la idea de pelear a la luz del día con Orochimaru que buscar, en un lugar exageradamente escalofriante, a un pelirrojo que le daba un nuevo significado al espanto con sus juegos de marionetas tétricas. Y es que, como si hiciera falta mencionarlo, no estaban detrás de cualquier inútil.

Si Sakura hubiera querido escribir un libro con las desventajas de la situación, y lo negativo de la misión, no habría sido capaz de concluirlo jamás.

Akasuna no Sasori.

Tenía cabello rojo, unos ojos cautivadores, y el rostro de un ángel. Era una pena que fuera un asesino psicópata. La primera vez que lo vio, casualmente en uno de sus enfrentamientos con el Akatsuki, estaba escondido debajo de una marioneta extraña. Se le había hecho el ser más extraño del mundo; poseía una voz grave, y sus palabras sonaban tan intimidantes que se había aferrado al brazo de Sasuke cuando se atrevió a dirigirse a ella, Sasori era uno de los enemigos que, por sobre todas las cosas, le habría gustado evitar. Ese mismo día, cuando las peleas comenzaron a librarse, y ella sintió los ojos de él fijarse en ella, algo le había indicado que tenía algo por lo que temer con ese tipo cerca. Sasori había accedido a quedarse, y su compañero, un rubio histérico gritón y exagerado, se había quejado incesamente durante unos minutos. Durante la pelea, su equipo consiguió destrozar la marioneta que lo protegía. Ver al verdadero Sasori fue un deleite. Por alguna razón, minutos después, los Akatsuki se retiraron; ambos, Sasori y el rubio. Desde ese momento, supo lo mucho que le temía a aquel pelirrojo; pero también tuvo muy en claro que el muy desgraciado era uno de lo hombres más perfectos que jamás vio.

Hoy por la mañana, cuando Tsunade les asignó la misión, le pareció divertido volver a toparse con él a pesar del miedo que le generaba. Después de todo, tal vez podría observarlo deliberadamente en el camino de regreso -siempre en cuánto Sasuke le apuntara con una kunai durante todo el recorrido-. Lo cierto es que no se había imaginado que tendrían que buscarlo en un lugar así, y no había pensado siquiera lo que haría al llegar el momento de enfrentarlo. Ahora, al sentir el temblor en sus piernas, recordó que este tipo de situaciones la hacían algo inútil.

De entre todas las puertas extendidas a lo largo del largo pasillo, una abierta le indicó al equipo 7 que el pelirrojo les invitaba a seguirlo. Naruto se adelantó al notarlo.

Lo vieron entonces. De pie, junto a una de las columnas, el Akasuna movía sus dedos, ansioso. La nueva marioneta frente a él hizo que Naruto gruñera al moverse bruscamente hacia adelante.

-Yo me encargaré de él, Sakura-chan.

A un lado de Sakura, Sasuke masculló algo ininteligible e hizo una rápida posición de manos.

-Nos encargaremos de él, Dobe.

-Ah, ¡no te metas, Teme!

-¿Crees que puedes contra él?-inquirió déspota.

-Tengo más oportunidad que tú, Teme.

-Basta, ¡no sean estúpidos!

El grito de Sakura hizo que Naruto se estremeciera, aún con los fijos en el pelirrojo. Sasuke le lanzó una mirada gélida, y luego masculló algo como "molestia" en un tono despectivo. Y ella deseó poder golpearlo con el chakra que acumulaba, aparentemente para Sasori, en su mano derecha.

El pelirrojo realizó su primer movimiento, impaciente como siempre, sin decir palabra alguna. Sakura deseó que dijera algo... La marioneta se abrió, repentinamente, dejando entrever algo así como pequeñas agujas clavadas a la madera. Sakura pudo deducir que, con la orden correcta, los pequeños pedazos de metal se precipitarían hacia ellos; conocía bien las tácticas de los marionetistas gracias a Kankuro. Avanzó, incluso antes que Naruto y Sasuke, y cayendo sobre su rodilla derecha golpeó el suelo de piedra con su mano derecha. Naruto se hizo hacia atrás temeroso. Algo le dijo a Sakura -posiblemente la manera en la que el suelo se quebró- que tal vez, debajo de ellos, no hubiera nada. Como si fuese un suelo hueco hecho adrede.

Naruto dio un salto hacia adelante, con la intención de traspasar el hueco creado, sus ojos fijos en el Akasuna. Sasuke se llevó la mano a los labios. No hizo falta que la pelirrosa meditara mucho lo que la mano en los labios significaba, predijo su movimiento, y esperó ansiosa que el fuego fuese capaz de quemar la madera que componía la marioneta...

Con un movimiento brusco, Sasori alejó su juguete del fuego. Sasuke maldijo por lo bajo.

-¿Para qué la distancia, Sasori?-una mueca irónica se asomó por sus labios- ¿Miedo?

Si tan solo Sasuke supiera que no había nada a lo que Sasori debiera temer

El azabache tomó carrera, para dar un hábil salto en dirección al pelirrojo. Sasori lo observaba inexpresivo. Hizo ya del otro lado un sello de manos, y la extraña técnica con apariencia de rayo se hizo presente en la palma de su mano. El pelirrojo observó calculador la manera en la que Sasuke mantenía la técnica. Cuando el Uchiha estuvo lo suficientemente cerca para golpearlo, Sasori detuvo su brazo con un simple movimiento. Sasuke gruñó.

-¡Espérame, Teme!-exclamó el rubio.

El Uchiha intentó que Sasori tambaleara, golpeando con su pierna la del mismo. A su vez, tomó una kunai, con intenciones que Sakura misma pudo descifrar, tan pronto como trastabillara…

-¡Sasuke-kun!

Con la mano libre, Sasori había removido sus dedos, y la marioneta ahora hacía ademán de atravesarlo con una espada. Sakura jamás comprendería qué tantas cosas podía esconder una estúpida marioneta.

Sasuke dio un salto, y afortunadamente la espada solo fue capaz de rasgar la piel su espalda. Casi en el aire, la posición de manos que empleó el Uchiha, fue demasiado predecible; lo desconcertante fue que no le apuntó a Sasori, sino a la marioneta un poco más abajo.

El fuego fue consumiéndola y…

Sasori gimió.

Desde un ángulo extrañamente favorecedor, Naruto lanzó un kunai que pareció darle en la pierna al pelirrojo. Primer acierto.

La marioneta se echó hacia atrás por la voluntad de Sasori, y terminó descansando unos cuántos metros a la derecha, escondida en la oscuridad. De una u otra forma, ya no funcionaba, el fuego le había hecho un daño interesante. Gracias a Dios que Sasuke sabía utilizar esa técnica.

Sasori se arrancó el kunai del cuerpo. Sakura se mordisqueó los labios.

-¡Muévete, Teme!

Sasuke se volvió hacia Naruto, alarmado, y entonces la misma kunai que había herido al pelirrojo, dio con su muslo derecho.

Desgraciado.

-¡Acércate, Sasuke!

No hubo oportunidad para negarse a la petición de la pelirrosa; Sasuke casi corrió hacia ella. Atravesó a duras penas la distancia entre ambos lados por el dolor en su pierna derecha, y finalmente se encontró junto a Sakura. La pelirrosa se arrodilló, y él simplemente se dejó caer. Sakura comenzó por curar la pierna, ligeramente sonrojada al reparar en la cercanía que tenía la herida con…

-Cuidado, Naruto.-gruñó Sasuke, a pesar de que el rubio fue incapaz de escucharlo.

-Deja que te cure, Sasuke. Podrás ir con Naruto después.-sentenció el Hatake, para luego alzar la insignia de Konoha y dejar el sharingan al descubierto.

Sakura lo observó alejarse.

-No vas a huir esta vez.-gruñó Naruto. Su cuerpo parecía vibrar…

Sasori lo observó, de manera inexpresiva nuevamente. Sakura casi deseó poder golpearlo. ¡Estaba siendo amenazado! Habría sido incluso más normal que replicara con alguna otra amenaza o insulto, incluso que arremetiera contra Naruto; ¿por qué se comportaba de manera tan relajada?

Naruto acumuló chakra en la palma de su mano, y luego de que éste fuese revuelto por sus clones, arremetió contra el pelirrojo. Era un perfecto rasengan. El color anaranjado ya se había situado por sobre sus ojos, y su expresión era completamente seria; tal vez, incluso, estaba tan irritado como Sakura por la actitud arrogante de Sasori.

-Eso no va a funcionar.-anticipó Sasuke, e hizo ademán de ponerse de pie.

-Basta, Sasuke-kun.-le regañó Sakura fijando su mano en los firmes hombros- Deja que Naruto se encargue de esto. No voy a dejar que te pongas de pie.

-Va a matarlo, Sakura.-masculló.

-Kakashi-sensei esta ahí.

Desvió la mirada, y observó a Kakashi de cuclillas, preparado para realizar cualquier posición de manos necesaria. Naruto dejaba entrever sus colmillos, y Sakura pudo contemplar sus ojos adquiriendo una tonalidad rojiza. Notó que Sasori sonreía, arrogante.

-Curiosas bestias, los Jinchuuriki.

Naruto se tensó.

-¿Vas ya a atacarme?

Y su voz sonó justo como la recordaba. La sonrisa fue tres veces más devastadora.

Ante la pregunta Naruto entrecerró los ojos, y finalmente arremetió contra él. El chakra se hizo presente en la palma de su mano, y dos clones lo revolvieron, segundos antes de que golpeara a Sasori con firmeza, desaparecieron. Vio que, justo antes de que Naruto se acercara, el pelirrojo titubeó. Hizo un gesto extraño como si, tan pronto como su mano se preparaba para detenerlo, algo le dijera que era mejor dejarla donde estaba.

El rasengan dio de lleno en las costillas del pelirrojo, quien se hizo hacia atrás con los ojos cerrados fervientemente. Antes de que Naruto pudiera reaccionar a su aparente victoria, el pelirrojo removió sus dedos dejando entrever los hilos de chakra. La marioneta destruida, desde el borde del lugar, se abrió repentinamente. El veneno, espeso y oscuro, comenzó a extenderse por el lugar; nublando completamente la vista de lo presentes.

-Sasuke.-llamó ella en cuánto él se alejó.

Sintió pronto las manos de él rodear su pequeña cintura, y sin darle tiempo a tocar el suelo con sus pies nuevamente, dar un salto lejos del veneno.

-Desgraciado.-gritó el rubio- ¿Dónde estás?

-¡Naruto!

El grito de Sakura lo obligó a retirarse, aún insultando por lo bajo al pelirrojo y sus extraños juegos. Una vez fuera, nuevamente en los largos pasillos, Kakashi procuró derribar parte del concreto para prohibir el avance del veneno. Lo hizo. Si es que Sasori seguía ahí, lo más probable es que muriera…

-Cobarde.-masculló Naruto.

En cuánto Sasuke la dejó, Sakura observó la entrada derrumbada fijamente. ¿Cuántas posibilidades había de que Sasori escapara? Muchas.

Recordó el veneno. No existían venenos que mataran de esa consistencia, era demasiado suave como para ser dañino. Algo, que Sakura misma no supo explicar, le decía que aquel veneno le recordaba más a aquellos que dejan a los enemigos inconscientes que a cualquier mortal. Si llegase a ser así, ¿por qué no matarlos? ¿Por qué había lanzado algo tan… poco potente?

-¡Eh, Kakashi!-gritó el rubio- La única salida que tiene es por allá, ¡el Teme y yo vamos a alcanzarlo!

-Los acompaño.

Sasuke, Naruto y Kakashi buscaban con determinación al pelirrojo; pero éste no aparecía. Naruto estaba casi desesperado. ¡Lo habían golpeado! ¿Cómo es que el tipo ese era tan resistente para desaparecer luego de aquel ataque? Aún no sabía si deseaba asesinarlo a él, por tener la misma fragilidad que una piedra, o si realmente quería suicidarse por no haberle dado exactamente en el corazón cuando tuvo la oportunidad.

Sakura se amarró el cabello con una cinta, la misma que le había dado Hinata el día antes de irse. Comenzó entonces a buscar al mismo individuo que sus compañeros en una dirección diferente.

Los pasillos del lugar eran largos y oscuros, exageradamente tétricos. A los costados, sobre los muros, colgaban antorchas encendidas con la intención de iluminar el camino de quienes transitaban el lugar. De una u otra forma, éstas no alumbraban demasiado… A lo largo de los pasillos, había una gran cantidad de puertas esparcidas; puertas que Sakura no estaba dispuesta a abrir. Los muros, de piedra, parecían ser infinitos. Cada vez que la Haruno estaba segura de estar cerca del final, se encontraba con que, al girar, otro largo pasillo se extendía frente a sus ojos. Ese lugar era un perfecto laberinto. Y supuso que eso los dejaba en desventaja, porque Sasori sabría manejarse ahí dentro a la perfección.

De un momento a otro, sin saber cómo, se encontró en un lugar en el que previamente Sasuke, Naruto, Kakashi y ella habían estado. Lo supo por un simple detalle. Había un muro derribado; el cual ella misma había derribado al creer que se Sasori se encontraba detrás de esa puerta. Estaba cerca de su punto de partida…

Encontrar a Sasori sería imposible.

Iba a seguir caminando, resignada, pero pronto escuchó un quejido. Y sus ojos se abrieron desmesuradamente. Sasori se había internado en otra habitación. Precisamente la de al lado.

Le escuchó soltar un par de quejidos nuevamente, y supo instantáneamente que era él por lo grave de la voz. Entonces Naruto sí lo había herido… Es decir, ¡claro que lo había herido! pero los quejidos significaban que dolía, ¿verdad? ¡Sasori estaba herido! Casi saltó de la alegría, e intentó contener la emoción. Se acercó, con disimulo, al lugar de donde provenía la voz...

La imagen frente a sus ojos hizo que se mordisqueara el labio inferior.

El pelirrojo llevaba la capa característica de los Akatsuki puesta, y estaba sentado en el suelo, apoyado contra una pared entre los escombros. Podía oír su agitada respiración, e incluso notaba como su pecho subía y bajaba rítmicamente. Sus cabellos color sangre, algo desordenados, enmarcaban su rostro. Y la luz que se hacía presente en el lugar a través de la grietas acariciaba sus facciones. Los ojos de Sasori se encontraban cerrados; él los apretaba con fuerza mientras una mueca de dolor surcaba su rostro. Su mano se aferraba firmemente a su abdomen.

La Haruno dio un paso, procurando ser silenciosa y discreta. Pero no fue siquiera capaz de avanzar un metro, porque el pelirrojo abrió los ojos súbitamente. Fue evidente que, a pesar de su dolor, Sasori no tenía la guardia baja.

Durante unos segundos, Sakura y Sasori se observaron.

Ahora, con los ojos abiertos ligeramente, Sasori echó la cabeza hacia atrás. Tenía los labios entreabiertos, y una pequeña mueca divertida se asomaba sobre ellos.

-¿Vas a matarme?

-B-bueno…

-Viniste para eso, ¿no es así?-hizo una pausa y agregó, resignado- Puedes hacerlo.

-¿Q-qué?

-No hay manera de que viva con esta herida. Y en vista de que no está la posibilidad de que me cure en esta situación…

-Yo no voy a matarte.-le interrumpió ella, frunciendo el ceño.

-¿Entonces?

-Se supone que debería hacerlo, pero…-Sakura dio un paso más.

El pelirrojo soltó entonces una risa.

-¿Realmente no sabes si deberías matarme?-hizo una pausa- Déjame darte una pista, tus amigos vinieron aquí a asesinarme. Y uno casi lo logra. Como su compañera de equipo deberías…

-Pero no quiero.

-¿Qué?-Sasori no pudo evitar soltar una risa.

-Tú no quisiste matar a Naruto, ¿verdad?-acusó, con el ceño fruncido- Le perdonaste la vida.

-Bueno, hay muchas formas de ver eso…

-No.-replicó ella nuevamente- Vi tu indecisión. Decidiste no matarlo. ¿Por qué?

Sasori se mantuvo en silencio. Sakura observó como desviaba la mirada con indecisión y, aún con la sonrisa sobre los finos labios, soltaba un suspiro. Pareció que, siendo que iba a morir, no había demasiado que tuviera intenciones de ocultar.

-Porque no es como si ese tipo mereciera morir.

-¿Quién lo merece entonces?

-No lo sé. Pero él no.-hizo una pausa- No tengo intenciones de herir a ninguno de tus amigos.

-Entonces, ¿por qué…?

-No estamos en ningún tipo de interrogatorio.-concluyó, cerrando sus ojos.

Durante unos segundos, Sakura le observó. Estaba herido. Se acomodó entonces frente a él, sentándose sobre sus propias rodillas. El pelirrojo le observó una única vez, y luego cerró sus ojos nuevamente. Probablemente preguntándose por qué es que la muchacha esa se le acercaba como si llevaran años conociéndose.

Después de titubear unos segundos, la Haruno se decidió.

-¿Q-qué haces?-tembló él en cuánto las manos de ella se acomodaron sobre su pecho.

-Intento curarte.-tomó, con naturalidad, la prenda negra, casi desprendiéndolo de ella.

-Está bien así.-el pelirrojo intentó acomodarse nuevamente la capa.

-No.-repitió ella, forcejeando con la tela negra.-Déjame ayudarte.

-Si intentas ayudarme…

-Ya cállate.-le interrumpió- Solo déjame curarte para que puedas irte cuánto antes.

Sasori se mantuvo en silencio, ciertamente desconcertado. Aún así, dejó de forcejear con ella; y le permitió ayudarle. Con manos amables, la Haruno le quitó la capa de encima, y se encontró entonces con una especie de sudadera negra que se aferraba a su bien marcada anatomía. Se preguntó inconscientemente cómo luciría sin aquello… Y dispuesta a averiguarlo, ubicó sus manos en el borde de la sudadera; con intenciones de quitársela. Sasori, en un intento de ayudarla, alzó sus brazos y Sakura terminó por quitarle la prenda.

Descubrió entonces que el pelirrojo sangraba copiosamente, a causa de una herida cerca de su costilla izquierda. Sus manos rozaron, sin segundas intenciones, cada parte de su pecho; intentando descubrir exactamente qué tan herido se encontraba. Sasori solo gruñó cuando tocó el costado izquierdo de su anatomía, y ella descubrió que efectivamente Naruto le habría quebrado alguna costilla. Comenzó a emanar chakra de la palma de sus manos, con la intención de acabar tan pronto como fuera posible con ello.

A medida que los minutos transcurrían, Sasori dejó de quejarse, y se limitó a dejarla trabajar. Aún no estaba seguro de por qué es que ella había querido ayudarle; la idea de que estuviera loca fue la que más lógica le resultó. ¿Acaso no habían enviado su escuadrón para que le asesinara? Al curar sus heridas, la muchacha esa estaba yendo contra la voluntad de su propia aldea y, por lo tanto, contra su propia Hokage. ¿Realmente era tan estúpida? Por otro lado, ¿era costumbre suya ayudar a asesinos y fugitivos?

Observó con profunda molestia las manos de la pelirrosa acariciar su abdomen, preguntándose cuántas leyes estaría incumpliendo con sus actos. Aún así, no le dijo nada. Porque sabía que si intentaba detenerla volvería a silenciarlo. Así Sakura tomó sin demasiada ceremonia la sudadera que, previamente, Sasori llevaba puesta; y la desgarró con un kunai. Sasori frunció el ceño, pero aún así no dijo nada. En total silencio Sakura le indicó que alzara los brazos, y él lo hizo. Con cautela, la Haruno lo vendó. Y se atrevió a hablar en cuánto hizo un pequeño nudo para fijar la tela.

-Supongo que podrás retirarte con esto.

-¿Por qué me estas ayudando?

-Porque le perdonaste la vida a mi mejor amigo.-respondió con sencillez- Y entonces tal vez mereces que te la perdonen a ti.

Sasori simplemente la observó.

-No creo que se vaya a curar pronto, mucho menos cuando solo tuve unos minutos para improvisar algo.

-Soy más resistente de lo que parece.-indicó él, observándola con recelo.

-O eso crees.-corrigió- Tal vez es porque jamás tienes peleas solo.

-Estas equivocada.-hizo una pausa- Disfruto peleando solo incluso más que los otros.

-Aún así, tengo entendido que no hay nada que tú y tus amigos hagan por sí solos. Aún me pregunto por qué es que hoy te encontramos solo.

-Eso no te incumbe.-atajó entre dientes.

-Lo siento. No te molestes, Sasori…-pidió con cierta diversión- Era una simple pregunta.

-Ya cállate.-el pelirrojo se puso de pie, lentamente.

-Te recomiendo que no te esfuerces de más.-indicó ella, quitándose la tierra de las piernas una vez de pie.-¿Si?

El pelirrojo gruñó.

-Espero que te recuperes, Sasori-kun.-agregó en tono divertido.


Hola! Bueno, espero que les haya gustado este primer capítulo *-*

Evidentemente, este fic es un SasoSaku (y no creo que sea necesario aclararlo e.e) aunque, posiblemente, tendrán lugar otras parejas secundarias que, no me molestaría, propusieran los lectores :3 El fic trata, básicamente, sobre los sentimientos "prohibidos" que despierta este pelirrojo en Sakura y es que, después de este primer encuentro, puedo anticiparles que ellos volverán a verse. Con el tiempo, Sakura sabrá denominar lo que siente por Sasori como amor, y el verdadero problema se presentará cuando ella tenga que decidir entre su aldea y el chico más maravilloso del mundo (*-*). Lo cierto es que la trama es bastante sencilla, y por muy burda que parezca espero poder tratarla bien de ahora en adelante. Tengo muchas ideas para el fic, y siempre adoro compartirlas con mis lectores pero me gusta, principalmente, que ellos las compartan conmigo, ¡así que espero saber qué les gustaría leer en el próximo!

Me tomó algo de tiempo sentirme segura con la historia, pero decidí que empezar a publicarla era la mejor manera de saber qué tantas cosas podía corregir en la trama (así también enterarme de qué tanto se aferra la personalidad del Sasori que propongo con la del real e.e). Creo que tal vez este primer capítulo no deja entrever demasiado, pero no está de más publicarlo. De hecho, lo estoy publicando con anticipación para que comiecen a opinar sobre él:3

Para quienes leyeron alguno de mis fics, (los cuáles no son demasiados, jaja, y es que son 2 e.e) sabrán que suelo actualizar todos los domingos por la noche; es decir, una vez a la semana. Lo cierto es que, siendo que acabo de comenzar con este fic, no creo poder asegurarles que traeré un nuevo capítulo el próximo miércoles; y es que espero que, a través de los reviews, me den a entender cuánto les interesa la historia. De ustedes dependerá la posibilidad de que la continúe, e incluso la velocidad en la que lo haga.

En fin, ¡Gracias por haber leído hasta el final! ¿Merece la historia un review?:3