-No. No lo acepto como esposo…
Tenía muchos planes para mi vida como para arruinarla por una sencilla palabra ¡Sí! En cuanto el juez terminara de formular la pregunta ¿Aceptas a Terrence Grandchester como tu legítimo esposo…?
No pude dormir imaginándome a mi familia sentir la decepción más grande de su vida…
Me lamentaba haber caído en la más grande farsa al participar en los preparativos de este sencillo, exclusivo y familiar enlace matrimonial.
Había escogido un fino vestido color blanco y unas zapatillas bajas por si era necesario correr…
Llevaba días sumergida en una profunda depresión porque no quería estar en esta situación… situación que era conveniente para todos… menos para mí…
-Candice Ardley… detén tu paso… ni uno más señorita… -La mirada enfurecida de mi padre acompañada de su estruendosa voz me hizo detenerme antes de cruzar el umbral del estudio en la Mansión Ardley…
¿Qué puedo decir del contrayente? Terrence estaba inmutable, inexpresivo, altivo y arrogante… tan él; ¿cómo podía permanecer tan sereno ante un momento que nos situaba a ambos en el mismo infierno?
-William… amigo… no es necesario que te exaltes… seguramente la pequeña Candice está asustada… ¿No es así, hija?
Tengo 19 años… no soy pequeña y tampoco soy su hija… ¿Qué es lo que fluye en las venas de los Grandchester que pueden dominar tan bien sus propias emociones?
-Yo me encargo de mi hija, Richard.
-Está bien….
Con una sonrisa cautivadora y serena Richard Grandchester anunció un receso y que pronto se reanudaría la ceremonia.
Invitó a todos a pasar a la sala de estar que estaba en la parte inferior de la Mansión y mi madre solicitó al servicio que atendieran a los diez o doce invitados más íntimos de ambas familias.
-Candy, ¿Te ha faltado algo alguna vez?
-No
-A caso ¿No te das cuenta que esto es lo mejor para ti? Muy pronto Richard y yo les nombraremos herederos de todo y vivirán como están acostumbrados…
-No lo amo.
-No se trata de amor… tal vez con el tiempo puedas llegar a aceptarlo y tolerar su presencia…
-Papá… no comprendo por qué han pactado este matrimonio sin importarles nuestras vidas…
-¡Basta, Candy! ¡Basta! Comprende que ambas familias necesitamos ayudarnos a dejarles el mejor porvenir, así que sécate las lágrimas y limpia tu rostro… Terrence te espera.
-Está bien… dame unos minutos a solas y podrán entrar… por favor… sólo pido unos minutos
Mi padre salió y emprendí mi huida… no me importaba nada… solamente salir de este embrollo… tomé mi móvil y le llamé a Anthonie Brown, mi mejor amigo y confidente; siempre creí que entre nosotros podría pasar algo más que la hermosa amistad que nos unía. Él sabía que iba intentar escapar y se ofreció para ayudarme en lo más que pudiera.
Me tomé de la cortina para apoyarme y descender hasta alcanzar una estatua griega que adornaba un dintel de la fachada… mis manos comenzaron a sudar y las piernas me temblaban… cuando faltaban unos cuantos metros, me arrojé… solamente para caer a los pies de Terrence…
Me tomó con fuerza el brazo para ponerme sobre mis pies.. clavó sus ojos azules en los míos mientras me decía que tampoco era nada fácil para él lo que estaba pasando…
No sé exactamente cuáles fueron las causas de nuestros padres para hacernos esto… si alguien leyera mi historia pensaría que es una locura increíble ver un matrimonio a fuerza en pleno siglo XXI cuando se supone que las cosas no son como antes y estamos en una era moderna aun en la cual existen matrimonios que no están ligados por la ley.
Nos instalamos en el departamento de soltero de Terrence… en habitaciones separadas.
No llevaba muchas cosas, solamente unos cuantos cambios de ropa y mi bolsa de mano… me negaba a sacar mis pertenencias y acomodarlas en el pequeño espacio que ahora era mi habitación… gracias a Dios que tenía mi propio cuarto de baño y no tenía que compartir con Terrence…
-Señora… ¿Quiere que le traiga su cena?
Con todo el ajetreo y las cosas forzadas me negué a participar en el banquete que nuestros padres ofrecieron en nuestro honor y mi estómago sonaba pidiendo de comer…
-Terrence… quise decir… mi esposo ¿está en el comedor?
-El joven… no se encuentra en casa, salió en cuanto usted ingresó a esta habitación.
-¿Dijo a dónde iba?
-No. Solamente dijo que le ofreciéramos la cena…
-Está bien… ¿Cuál es tu nombre?
-Dorothie…
-Gracias, Dorothie… no es necesario que me traigas la cena hasta aquí, saldré al comedor.
Dorothie era la única empleada de Terrence y mantenía el departamento ordenado e impecable; como cualquier mujer la curiosidad por conocer me hizo recorrer cada espacio de este lugar…
Habían unas cuantas fotografías y poco revelaba acerca de su forma de ser…
Terrence es muy bien parecido pero odio su arrogancia y su sentimiento de superioridad… lo odio.
Como no tenía nada más que hacer, ni siquiera tenía qué preocuparme por la noche de bodas y menos por la luna de miel me encerré en mi habitación… tampoco sabía a donde había ido mi esposo y desconocía si vendría con algunas copas de más… el pestillo no me daba la completa confianza para dormir sin correr riesgos, así que moví un sillón grande y aseguré la puerta.
La primera noche entre mis pensamientos negativos y la incertidumbre de mi futuro a lado de Terrence no me permitió dormir más de un par de horas… y no pude dormir por la preocupación de que Terrence no llegó a dormir… mil posibilidades desfilaron por mi mente, un posible accidente, frustración, enojo, castigo, desquite… no podía llamar a mis padres porque estaba disgustada con ellos y tampoco podía llamar a los de él, no quería preocuparlos, y… no podía hacer más porque desconocía el número móvil de mi esposo.
Cuando el alba iluminó, mis cobijas terminaron en el suelo, de un brinco me deslicé sintiendo la frialdad en las plantas de mis pies descalzos mientras corría hacia el exterior para saber si había llegado…
Todo estaba callado y vacío… así que me acerqué a su habitación para saber si se encontraba ahí… lo que vi me dejó sin habla y sin saber qué hacer…
Había una mujer a su lado, recostada sobre su pecho mientras el brazo de él la rodeaba acercándola más, sus cabellos rojizos enmarañados no ocultaban para nada lo que había pasado entre ellos; ¿Pero a qué hora pasó todo esto? ¿A qué hora llegó y por qué no lo escuché?
Mientras más preguntas hacía, más coraje y dolor sentía… era tan vergonzoso… era tan humillante.
Me encerré en mi habitación y solicité que nadie me molestara… ¿A caso Terrence pretendía molestarme? Él seguía con su vida… entonces yo seguiría con la mía.
Pero en ese momento me encontraba muy deprimida para salir o para intentar hacer algo, así que dormí por muchas horas…-Levántate, no quiero que te vayas a enfermar y yo tenga qué responder por ti – Sus manos me sacudían aunque le decía que parara.
-Déjame dormir, ¿A caso yo te molesté cuando estabas plácidamente dormido y bien acompañado?
Sus ojos se abrieron más y su expresión fue de sorpresa… sus palabras temblaron en sus labios cuando me preguntó -¿Me viste? Candice no fue mi intención herirte… yo…yo
-Sal de aquí y déjame en paz…
-Candice, tú y yo estamos en la misma situación, te ruego que no me veas como tu enemigo…
- Al menos podrías respetar este lugar o mi presencia … o ponerle pasador a tu puerta…
-Te prometo no traer nunca más a Susy aquí…
-No me importa si la traes o no… es tu vida… a ti y a mí solamente nos une un papel… que espero pronto podamos disolver… por el bien de los dos.
-Prometamos algo… intentemos llevarnos bien … te dejaré la llave electrónica para que puedas entrar y salir, una tarjeta de crédito y mi auto… Dorothie estará al pendiente de todo lo que necesites - Se acercó a la puerta, respiró profundo y perdió su mirada en un punto de la pared Susy es… o era… mi novia… lo de anoche fue como una despedida… no eres la única que sufre. No eres la única que siente sus planes destrozados y odia a nuestros padres… Sé que no soy de tu agrado pero intentemos llevarnos bien…por favor.
Dorothie nos interrumpió solamente para anunciar que nuestros padres estaban en espera en la sala de estar.
Nuestros ojos se encontraron y sin más palabras sellamos un pacto de llevarnos bien mientras este infierno durara.
-Gracias- le dije al momento que soltó mi mano y pude estar estable sobre mis pies. Me esperó paciente para que me arreglara un poco y bajamos.
Las cosas entre su padre y él eran muy diferentes a las mías con mi padre, no sé si por educación o cortesía él saludo amablemente a su padre con un beso en la mejía y un fuerte abrazo… yo ni siquiera le dirigí la mirada al mío.
-Hijo, nos acompaña nuestro abogado para leer las cláusulas del contrato matrimonial entre Candy y tú.
-Hola, George…
Después de las formalidades y muchos términos legales, así como palabras domingueras George me explicó- Su matrimonio es Indisoluble
Hola chicas!
De nuevo por aquí con una nueva historia; deseo que sea de su agrado.
Sutcliff
