¡Hola!, tanto tiempo sin pasar por aquí, aunque solo fueron dos días, pero bueno, aquí mi nuevo escrito que algunos ya deben saber de que ésta historia es una continuación ¡Pues, acertaron bien! Es la directa continuación de mi anterior trabajo "El jardín de los recuerdos", ya no hablaré más o sino les aburriría ¡disfruten de este capitulo!

Disclaimer. Pokémon no me pertenece.


Capítulo 1

Nuevos desafíos

A veces podemos ser capaces de cambiar nuestro destino a nuestro antojo, pero lo que no sabemos, es que nuestro egoísmo puede afectar a las personas que más queremos. Tener que elegir el camino que uno quiere es bastante difícil ya que siempre habrá dolor y tristeza, pero es posible ¿Qué esto pueda cambiar? Miles de interrogantes aparecen en nuestra decisión, ¿Habrá una persona que lo pueda cambiar su destino sin que haya tristeza? Tal vez las respuestas estén adentro de un muchacho.

Parado y con los brazos cruzados en los barandales de la proa del ferry que lo llevaba de nuevo a Sinnoh, un joven entrenador, esperaba sin ningún motivo en aquel lugar, solo quería un poco de paz y tranquilidad, sintiendo una pequeña brisa rozando su rostro lo que provocó que su pelo oscuro y desordenado revoloteé por toda su cara. Aun así, aquél joven no se movió de allí, estaba tan absorto en sus pensamientos, que al parecer no sintió el viento frío que pasó por todo el océano. La luna y las estrellas brindaban un hermoso espectáculo en el cielo nocturno, en pocas horas llegaría a su destino; aquel joven enfrentaría un reto que lo dejó abandonado hace tan solo 3 años, pero ahora estaba decidido a realizarlo, era su sueño convertirse en un Maestro Pokémon desde que tenía uso de razón. Pero las diferentes adversidades que enfrentó hace unas semanas, lo mantuvo alejado de sus deseos de cumplir su más grande sueño.

Unas pocas nubes de pronto aparecieron en el cielo, provocando una suave oscuridad pasajera, aquel muchacho, por un instante volvió de sus pensamientos, estirando sus brazos para evitar la fatiga en esas partes, pensó que podía estar unos minutos más. Mirando el inmenso mar que le rodeaba, una sonrisa sincera aparecía en su rostro, recordó lo ocurrido hace algunos días.


Milagro…es un milagro… eran las palabras que escuchaba Ash, por parte de su madre, una gran felicidad cubría todo el rostro de aquella madre, ver a su único hijo después de tanto tiempo le hizo reaccionar de esa manera. Preguntas no faltaron por parte de Delia, la madre de Ash, ¿Acaso había una respuesta lógica para responder a esas preguntas? No, no la había, simplemente era un milagro, ver a su más preciado tesoro con vida, hizo entender a aquella madre que todo era un milagro. En poco tiempo se expandió la noticia. "Ash Ketchum ha vuelto" Algunos pensaban que todo era una mentira. "Ver para creer", decían los viejos amigos del entrenador, en tan solo dos días se reunieron todos los amigos y conocidos de Ash, la gran sorpresa que se llevaron; bajando por las escaleras de su casa, bajaba una peculiar persona, el miedo por un momento domino a todos los presentes que se reunieron en la residencia Ketchum, lentamente vieron a la persona que bajaba, sin duda, era Ash. Sin palabras, todos se quedaron sin palabras. "¿Acaso es una broma?" "¡No puede ser verdad!" Varios murmullos se escuchaban, era difícil de creer. Eran tantos las personas que no creían en la "resurrección de Ash" que se podía ver el miedo y temor en sus rostros, lo que provocó el enojo de dos personas, May y Dawn.

Cómo es posible que no puedan creer que él, es Ash —gritaba May — ¡Es el mismo chico que nos ayudo, cuando nosotros estábamos en problemas!

¡Es verdad, Ash está vivo! —decía también Dawn, ayudando a su amiga.

Todo se quedó en silencio, Ash miraba como aquéllas personas a las cuales consideraba sus amigos, trataban de evadir la mirada de él, solo una persona observó directamente sus ojos cafés. Aun con algo de miedo, aquella persona se acercó a donde su amigo estaba, solo había una persona a la cual Ash podía considerar como todo un hermano mayor y era Brock, Un abrazo, aquél moreno con lágrimas en los ojos, abrazo a su hermano, A veces no podemos comprender algunas cosas usando solo la lógica, a veces solo… solo usamos la fe, La tensión en el lugar había desaparecido, después del moreno le siguieron: Misty, Tracey y Max, que le dieron a Ash un gran abrazo, con lágrimas en sus caras, entendieron que él es Ash. Una gran fiesta se venía, en toda la noche, nadie durmió, todos atentamente escucharon la fantástica historia de Ash. De cómo él volvió a la vida por un deseo hecho de un Gholithe, los retos que tuvo que pasar en el misterioso bosque de los recuerdos olvidados, la historia Hiroshi y de su Grolithe. Tomó toda la noche contar toda su travesía.

A la mañana siguiente, todos se sentían que habían oído una historia de ciencia ficción que solo sucedía en las películas, pero lo creyeron. Días pasaron y todo volvía a la normalidad, aunque no todo, los constantes acosos de May y Dawn hacia Ash, eran prácticamente todos los días, por un momento la madre del entrenador, pensó que pronto tendría una nuera.

Días pasaron y se acercaba la inevitable separación, para Delia era muy doloroso volver a alejarse de su hijo, pero lo tenía que hacer, la vida de un entrenador era así.

Eres igual a tu padre, siempre siguiendo su sueño —decía Delia a su hijo, antes de que Ash se vaya a la región de Sinnoh.

Mamá volveré pronto —decía Ash, con su característica sonrisa,

Era hora de irse, alejándose de pueblo Paleta Ash, May y Dawn se despedían de Delia, una nueva aventura empezaba, Ash competiría en el campeonato del Valle Lily, mientras que May participaría en el Gran Festival, y Dawn los apoyaría a ambos, aunque sin saber las verdaderas las intenciones, ambas sabían que iban por otra cosa.

¡Cumpliré mis sueños, cueste lo que me cueste! —decía Ash, con el puño en lo alto, no había nadie que lo detenga en ese momento, o eso era lo que pensaba.


Sintiendo que alguien le tocaba por la espalda, Ash volvía al presente, dándose la vuelta se encontraba con May que sostenía en sus brazos a su Pikachu, con una sonrisa nerviosa, él se disculpaba con su amiga, estaba tanto tiempo recordando, que rápidamente habían pasado dos horas, preocupando a May. Las nubes se alejaron del cielo, dando de nuevo el esplendor del cielo nocturno, era una noche perfecta, era hora de actuar, dejando a la rata amarilla en el piso, May empezaba a obrar su plan, Pikachu inmediatamente se alejó de allí, ella se acercó a donde su amigo estaba, mirando las hermosas estrellas que cubrían el cielo, May puso su hermoso rostro en el hombro del pelinegro, La reacción de Ash no se hizo esperar, estaba nervioso, tenso, tenía un montón de emociones que no eran nada agradables para él, aunque tenía que acostumbrarse, desde la llegada a pueblo Paleta, tanto May y Dawn trataban de estar el mayor tiempo posible con él. Ash no entendía perfectamente el sentimiento que le empezaba a nacer, estar cerca de sus dos amigas le provocaba un sentimiento que era difícil de explicar, no tenía palabras para describirlo.

May por un momento observó el nerviosismo de su amigo, mirando a sus ojos cafés, la coordinadora, por fin estaba por un momento a solas con él, Ash con algo de sorpresa también observo la mirada de su amiga, quedó completamente hipnotizado, esos hermoso ojos zafiros, mostraban la belleza interna de ella y no solo eso, había algo más y de nuevo Ash no lo podía explicar. Comparado con el espectáculo que brindaba el cielo, la luna y las estrellas, él prefirió ver mil veces aquellos esplendorosos ojos. Pero aquél momento terminó. Sintiendo un suave estirón en la parte inferior de su pantalón, Ash se volteó a ver, terminando así la escena entre él y ella. El culpable de toda la interrupción era, un pequeño pokémon pingüino azul perteneciente a sola una persona que Ash conocía muy bien. Dawn.

Con algo de enfado el pequeño pingüino, estiraba con más fuerza el pantalón del entrenador, quería que regresé con su dueña. May sintiendo frustración, miró por última vez el cielo, los deseos de estar a solas con su querido amigo se habían arruinado, pero ella sabía que tenía todo el tiempo del mundo.

—Ash será que mejor regresemos —decía, antes de regresar a su camarote.

Ya eran más de la medianoche, sintiendo la suave brisa pasar una vez más por su rostro, Ash se despidió de su última noche en el océano, mañana estará en Sinnoh, listo para cumplir su meta, una gran emoción le invadió, después de tanto tiempo por fin estaría de vuelta con las batallas pokémon. Corriendo sin detenerse se iba a su cuarto, mañana sería un gran día. Era tal su emoción que entró rápidamente a su camarote,, se sacó su chaleco y su pantalón, inmediatamente después apago la luz, entró a su cama para dormirse, pero algo andaba mal, sintiendo de inmediato una suave fragancia, perteneciente a una chica, Ash se había olvidado por completo, del porque estaba esperando en la proa del ferry, eras demasiado tarde para reaccionar, inmediatamente dándose la vuelta, observó a una hermosa chica de cabello azul y ojos del mismo color, en su rostro se podía observar el sonrojo que tenía, tal vez fue por el hecho de ver a su amigo desvestirse rápidamente en frente de ella, además de entrar en la cama donde ella dormía.

No espero un minuto más, Ash rápidamente quiso salir de aquella situación embarazosa, pero fue detenido, había entrado en la boca del lobo y era imposible salir de allí, Dawn le sostenía con todas sus fuerzas, su plan marchaba perfecto, un plan que había comenzado hace varias horas, lo tenía tan bien planeado que no había forma que nada saliera mal, pero falló. 2 camarotes, 3 personas, a ella se le encargo reservar las habitaciones, una idea nació en ese momento ¿Qué pasaría si ella no tendría dónde dormir? Solo había una respuesta, donde Ash. Después de la cena todos se dirigían a sus habitaciones, May entró a su camarote, Ash también entraba, pero no era el único, Dawn también entraba junto con él. Solo había una simple excusa por parte de la Dawn.

—No tengo donde dormir.

Aun con los intentos de Ash, de pedir a su amiga de que podía dormir en la habitación de May, Dawn se oponía rotundamente, ella inmediatamente se recostó en la cama con las intenciones de no moverse, Ash estaba en serios aprietos ¿qué podía hacer? La respuesta de su amiga fue sola una.

—Puedes dormir conmigo.

¿Había otra opción? Tomando algo de aire, Ash aceptó. "Que más puedo hacer" Se decía a sí mismo, sentándose a un lado de la cama, Ash empezaba a recostarse, pero Dawn habló otra vez.

—No pensaras dormir con esa ropa ¿no Ash? —en sus palabras se podía notar la emoción que tenía, todo su plan estaba dando frutos ¿qué podía salir mal?, mal pensamiento. Entrando al camarote del entrenador, May sostenía con ternura una almohada, además de una sábana. Dawn no fue la única en querer dormir con su único amigo está noche. Una batalla estaba a punto de comenzar en medio de Ash, él jamás olvidaría la expresión del rostro de May al ver a él y Dawn en la misma habitación y peor aún, en la misma cama.

— ¿Se puede saber que pasa aquí? —decía May, se notaba su enfado.

Ash observaba como la ella estrujaba la almohada que tenía en sus manos. "Solo es un malentendido" decía Ash tratando de explicar la situación en la que estaba, pero inmediatamente recibió un "almohadazo" lo demás, paso rápidamente.

— ¿Dawn que haces en la habitación de Ash?

—Eh…yo…. Y tú ¿qué hacías entrando aquí?

—Y…yo…ese no es el punto…

Ash aun noqueado por el golpe, podía escuchar lo que decían sus amigas, escapando sigilosamente de la habitación, él salía por ahora con vida de aquella guerra.

Pero ahora…era otra cosa, estaba en la misma cama que su amiga, ¿qué más podía salir mal? pensaba para sí mismo, mal pensamiento.

¿Acaso se podía repetir lo mismo de hace una horas atrás? Lamentablemente sí, otra vez May entraba a la habitación, esta vez sostenía otra almohada, se podía notar que en el medio había los dibujos de un Pikachu y de un Torchic y fue aquellos pokémon lo último que vio Ash antes de caer desmayado producto de otro almohadazo. Por fin podría dormir tranquilo, aunque no de la forma que él quería.

El sol salía, el barco llegó a su destino sin ningún problema, las personas lentamente bajaban por las escaleras metálicas, en todo ese ajetreo y bulla que se producía afuera, Ash lentamente abría sus ojos, estaba todo adolorido, tal vez por el hecho de que durmió en el duro y frío piso, sus amigas ya no estaban en la habitación, se sintió algo aliviado, mirando como estaba el cuarto, la cual estaba totalmente desordenado, en mal estado, pronto se escuchó que alguien golpeaba la puerta.

—Disculpé, recuerdé que tiene que dejar la habitación tal como lo entregamos —decía una moza.

Ash miró la toda la habitación, estaría mucho tiempo en ese lugar. 10 de la mañana, Ash por fin salía, además de tener que limpiar su cuarto también lo tenía que limpiar la de May, desgracia divina, siendo el último en bajar por las escaleras, miró el puerto, había pasado tanto tiempo desde que estuvo en aquél lugar, aun se recordaba cuando el equipo Rocket raptó a su Pikachu, fue en este mismo sitio y era así que comenzaba su aventura en Sinnoh.

Sus recuerdos fueron interrumpidos por la voz de dos personas que le llamaban, May y Dawn corrían hacia donde su amigo estaba, comiendo un sabroso helado, ambas le preguntaron al mismo tiempo.

— ¿Porque tardaste tanto?

La respuesta de Ash no se hizo esperar, pero antes de hablar, Dawn con dulzura le entregaba su helado, agradecido por el gesto, Ash se olvidó por completo lo que sucedió esta mañana, pero sus problemas no terminaban ahí, siguiendo el ejemplo de su amiga, May también le entregaba su helado. El problema empezaba de nuevo.

—Ash comé mí helado primero

—No, yo le di mi helado primero…

Otra vez la misma discusión, tratando de calmar a sus amigas, Ash pensaba en la forma de solucionar el problema, una idea se le apareció, entregó ambos conos de nieve a Pikachu y Piplup, él pensó que había solucionado su problema, mala idea. Alrededor de él se podía notar un aura asesina, que provenía de sus amigas, no sabia cuándo o como inicio, pero Ash rápidamente salió huyendo de ahí, perseguido claramente por sus enojadas amigas

Llegando al Centro Pokémon, Ash por un momento estaba en un territorio aliado, en este lugar nadie lo podría hacer nada, May y Dawn entraban como si nada hubiera sucedido, pero cuando le miraron, se podía escuchar sus pensamientos a kilómetros ahí.

—Estas muerto Ash Ketchum.

La tensión desapareció cuando la enfermera de aquél Centro llamó a Dawn después de algunos minutos, sentándose en el comedor, Ash trataba de zafarse de aquella situación tapándose el rostro con su gorra, pero May inmediatamente sacó su gorra, se podía observar en su rostro, una sonrisa maquiavélica, estaba a punto de actuar, pero inmediatamente apareció Dawn estaba totalmente preocupada.

—Ash rápido, tenemos que ir a Hojas Gemelas —decía Dawn estaba seriamente preocupada, sin esperar su repuesta salió rápidamente del Centro Pokémon.

Tanto él como May sentían la preocupación de su amiga, la siguieron, no sabían, lo que sucedió para que ella se comportara de esa manera, pero de ahora en adelante les esperaba un montón de obstáculos.


Sin saber, estos jóvenes comenzaban su largo viaje por todo Sinnoh, en medio de todo esto, de ahora en adelante sus acciones definirían su destino, aunque a veces nuestro destino ya está predeterminado.

Capítulo 1

Nuevos desafíos


Bueno, espero que les haya gustado este capítulo, en fin, nos vemos con la continuación de este trabajo. Nos vemos.

Capítulo editado ¡Gracias por su visita!