SIN ANIMOS DE LUCRO. NI INUYASHA NI LOS EL RESTO DE LOS PERSONAJES ME PERTENECEN. ESPERO QUE LES GUSTE EL FIC …
Había pasado 2 años. Se podrá decir que todo seguía igual, la única diferencia (para molestia de nuestro querido hanyou) era que Kagome iba más seguido a su época.
Kagome y Sango estaban en las aguas termales dándose un buen y merecido baño.
-Bueno Kagome, ¿Qué es lo que me quieres decir?- cuestionó Sango con curiosidad y motivando a Kagome de que le contara el "asunto importante" del que tenían que hablar, según había dicho ésta días atrás cuando había llegado de su época.
-Lo que te voy a decir únicamente va a quedar entre nosotras dos.- dijo Kagome mirando a Sango fijamente.
Sango asintió.
-Bueno, como tú sabes, yo he estado yendo a mi época muy seguido, la razón es que me encontré un viejo amigo y he estado saliendo con él. Al principio como amigos, aunque el quería ser más que eso, pero hace poco el me pidió ser su novia y…….. pues yo….acepte.
Sango se sorprendió por el comentario de su amiga.
Al notar que Sango solo se limitaba a observarla sin comentar nada, Kagome continúo contándole.
-Bueno -suspiro- yo me reencontré él y bueno, hace tiempo que empezamos a salir, no te había dicho nada por que no sabía si era algo serio o iba a ser algo pasajero; bueno, lo que te quiero es decir es que hoy voy a salir con él en la noche.
Sango la miraba sorprendida, pero feliz de que su amiga estuviera saliendo con alguien y más si ella era feliz. Se quedo callada un momento y luego dijo:
-Oye Kagome, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Sí, claro, dime.
-Ahmmm, ¿Y que va a pasar con Inuyasha, ya no sientes nada por él?
-Pues, supogo que todo va a ser igual, al fin y al cabo, él y yo no somos nada mas que amigos y pues yo hasta hace poco lo amaba, pero me di cuenta de que él solo me veía como una amiga y que si lo seguía amando iba a salir muy lastimada, además con el tiempo, no sé, las cosas cambian, a veces para bien y a veces para mal y creo que la decisión que estoy tomando es una buena decisión. Además Inuyasha…….
CON INUYASHA Y MIROKU
-Achuuuu!
-Inuyasha creo que te estas enfermando, ves eso te pasa por olvidarte de Kagome e ir a visitar a Kikyo en las noches cuando crees que estamos dormidos, que bueno que Kagome no se da cuenta por qué si ya la hubieras lastimado. – Shippo con una voz de reproche.
-Awwww…..! Le voy a decir a Kagome cuando vuelva que me pegaste, ojala te mande al suelo! - dijo sobandose la cabecita por el golpe recibido y con lagrimas en los ojos.
-Feh, eso te buscas por meterte en asuntos que no te incumben. Diciendo esto Inuyasha se levanto y empezó a caminar adentrándose en el bosque. Realmente necesitaba relajarse y pensar.
CON KAGOME Y CON SANGO
Para bien y a veces para mal y creo que la decisión que estoy tomando es una buena decisión. Además Inuyasha…….
-Él tiene una promesa con Kikyo, además no solo su promesa los une, él ama y…. yo no debo interferir en los sentimientos y menos confundir a Inuyasha. – Kagome hablo con voz suave pero clara.
-Además mis sentimientos…. Ya no siento lo mismo por Inuyasha, lo quiero mucho, pero lo quiero como mi amigo que es lo que es.- continuó diciendo Kagome.
-Bueno, y dime ¿como es?
-Bueno, físicamente él es muy guapo, tengo que admitirlo, aunque tú me conoces y sabes que a mi no nunca me ha importado el físico. Bueno es….-suspiro-.. .su cabello es de color negro, sus ojos son verdes con café, su estatura, bueno él es más alto que yo, yo le llego a los hombros, su aspecto físico es normal, ni flaco ni gordo, pero si tiene sus músculos marcados…-dijo recordando como era.
Sango le dio una mirada pícara.
Kagome
se sonrojo al notar la mirada que le había dirigido Sango, así que
se apresuró al decir:
-lo sé por que lo he visto sin camisa
porque a veces hemos nadado en la alberca que él tiene en su casa.-
terminó de decir.
Sango le siguió mirando por lo que Kagome retomo la conversación.
-Como te decía… su actitud es distanciada de los demás, no se lleva bien con su papá…hmmm…- Kagome se quedo callada un momento pensando en él. - ¿Qué más te puedo decir?
-Kagome y bueno dime, ¿Cómo te reencontraste con él?
-Ah, bueno, ¿te acuerdas que hace tiempo me fui a mi época y se suponía que solo iba a estar un día y me quede tres?….- comenzó a decir sonriendo ante el recuerdo.
+ FLASH BACK +
Estaba cansada, lo único que quería era pensar acerca de sus sentimientos y en SU propia casa no había podido encontrar esa paz y tranquilidad que tanto necesitaba.
Al ver que no podría conseguirlo -gracias a Sota, ya que había invitado a sus amigos a jugar nintendo, por lo cual cada vez que mataban al monstruo, que ganaban o perdían; gritaban- salió de su casa a caminar a un parque.
La familia Keisho era una de las mas ricas en Tokio tenían empresas por doquier.
Kagome siguió caminando hasta llegar a unos columpios, se subió a uno. Sonrió. Recordó cuando era apenas una niña y jugaba con sus amigos en ese parque antes de llegar a su casa. ¿Hace cuanto tiempo que no venía al parque?, desde hacía casi 2 años, cuando había venido con Inuyasha. - Suspiro- Los viejos tiempos.
De
pronto sintió como algo la tomaba del hombro. -Aww..-dijo
mientras se sobaba la mano. Del susto se había caido del columpio.
-¿Quien eres tu?- pregunto frunciendo el entrecejo al hombre que tenía enfrente.
El se limito a ignorar la respuesta para decirle:" ¿Se encuentra bien?", mientras estiraba un brazo para ayudar a levantarla.
Kagome se le quedo mirando, le parecía conocido pero, ¿de donde?. Aceptó la ayuda para levantarse, pero sin despegar la vista de ese hombre. Esos ojos…
El joven la miro. Viendo que Kagome solo lo veía le dijo con una sonrisa: "Mucho gusto, soy Tumiko, Tumiko Keisho".
Kagome
escucho atentamente sus palabras, pero no podía ser el se había ido
a Estados Unidos a estudiar desde que tenia 9 años, o ¿no?
–¿Tumiko?- susurro no podía creerlo se veía completamente diferente.
Cuando él era pequeño tenía el cabello más despeinado que nada, usaba unas enormes gafas además de que era mas chaparro que ella y ahora se veía bien no solo bien ... se veía guapísimo era mucho mas alto que ella, le sacaba como una cabeza y media.
Tumiko solo se limito a sonreírle, Kagome pego un gritito de alegría y sorpresa y se tiro a sus brazos.
-¿Ahora quien es la enana?- le dijo aun con la sonrisa en el rostro viendo a Kagome.
-¿Hace cuanto llegaste?- le preguntó Kagome, aún abrazandolo.
-Hace algunos días. Iba pasando por el parque. Y recordé los viejos tiempos y te ví y me acerque ¿recuerdas que jugábamos aquí cuando éramos niños?
Sí-
le respondió con una sonrisa separándose de el. ¿Cómo iba a
olvidar las veces que jugó con él? Nunca olvidaría los regaños de
su madre al llegar a su casa llena de barro o con el uniforme roto de
cuando habían intentado trepar un árbol.
Una pregunta la sacó
de sus pensamientos.
-¿Te gustaría ir por un helado?
-Kagome se quedo pensando, no tenía nada que hacer, además en su casa no la necesitaban y apenas estaba oscureciendo y era un viernes. Ademas, no sabía cuando lo iba a volver a ver.
-Sí- le contestó con una sonrisa.
Tumiko le sonrió. Y empezó a caminar detrás de ella hasta alcanzarla y tomarla de la mano para seguir caminando juntos
---.---.---.---.---.---.
El calor de verano entraba por la ventana del cuarto de Kagome, Inuyasha estaba sentado en una esquina del dormitorio abrazando sus rodillas contra su cuerpo. El cuarto olía a ella, su aroma le encantaba -sonrío- como pudo confundir a Kagome con Kikyo, sí, eran muy parecidas, pero totalmente diferentes.
Sus hermosos ojos color ámbar entre abiertos, observaban el piso, dejo ir un largo suspiro.
-Kagome- susurro- pensó en ella.
Era doloroso recordar su niñez, siempre había estado solo. Siempre hasta que llego Kagome. Gracias a ella tenía amigos como Sango, Shippo y el pervertido del monje Miroku. Kagome siempre estaba cuando la necesitaba, lo curaba, lo acompañaba, le preparaba comida, lo que mas le gustaba, le regalaba una sonrisa, esa sonrisa que se la daba con tanta sinceridad, la alegría que causaba en todos…
Inuyasha sonrió al recordar aquel día en que se conocieron.
-Kagome...-
Inuyasha salió de la casa de Kagome, volvería por ella mañana. Kagome se había salvado de irse ese día.
&&&&&&&&&&&&&&&
Era una hermosa mañana de sábado, los pájaros cantaban despreocupados sobre las ramas de los árboles del templo Higurashi.
-Mmm…-dijo Kagome -se tenía que levantar aunque todavía era relativamente temprano, ya que iban a dar las 12 pm., no quería hacerlo pero tenía que continuar con los deberes de la casa.
Bajo y le preparo el desayuno a su hermano Sota y después se dedicaron a hacer sus deberes.
Kagome escucho el timbre sonar ¿pero quien podrá ser? pensó que probablemente era el cartero o vendedores. Por un momento había imaginado que podría ser Inuyasha pero al instante esa idea de que fuera el se desvaneció al recordar que el entraba por su ventana. Camino hacia la puerta con la escoba en mano y la abrió.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
-¡Owww!
¡Eso duele Kaede!- gritó Inuyasha tratando de alejarse del pedazo
de planta con mezcla que quería poner en su ojo
-¡Te estas comportando peor que un niño Inuyasha! deja de moverte- dijo Kaede harta de intentar lograr que Inuyasha se estuviera quieto. Por fin pudo obligarlo a sentarse y ponerle la planta con mezclas sobre la herida.
¿Cómo
había acabado con un moretón en el ojo?
Fácil, había
"practicado" en la mañana cuando todos dormían con un monstruo
y este le había golpeado. El monstruo era no más de su tamaño pero
tenía una agilidad…
-Eres
una salvaje! –gruño- -Eres un maleducado!- contesto Kaede
molesta
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
-¡Kagome abre la puerta!-
-¡No, ve tu Sota, estoy ocupada!-
-¡Mamá! ¡Kagome no quiere abrir la puerta!-
-Hija abre la puerta, yo estoy ocupada cocinando-
-¿Por que siempre yo?- suspiro Kagome bajando las escaleras hacia la puerta.
-¿Tumiko?-
exclamo la joven sorprendida y algo extrañada de verlo ahí, en su
casa. -¡Hola Kagome!- la saludo contento y con una sonrisa -Kagome sonrió -
¡gracias!- le dio mucha pena, estaba en su peor ropa y tenia un
paliacate en la cabeza.
-Es para ti-
-Estaba
realmente exhausta todo el día se la había pasado arreglando pero
Tumiko se veía guapísimo parecía modelo, usaba unos jeans negros y
una camiseta blanca con rayas verticales azul claro. Mientras,
Tumiko la vio. Kagome esta hermosa, traía unos jeans algo gastados,
una camisa de tirantes, el cabello recogido por un paliacate y estaba
descalza; lo que hacía notar aun más la diferencia de estatura
entre ellos.
-¿Quieres
pasar?- le pregunto apenada
-Gracias-
Tumiko entro a la cálida casa.
-¿Te gustaría quedarte a cenar?- le pregunto amablemente.
-Si,
muchas gracias-
-Bueno
pasa a la cocina..!Sota, ya esta lista la comida!-grito repitiendo
las palabras que su madre había dicho minutos atrás.
Sota
bajo corriendo las escaleras Sota miro interrogante a
Tumiko, pero luego ya preguntaría
Unas horas mas tarde Tumiko y Kagome subieron a descansar un poco a su habitación.
Ambos
estaban en la cama acostados boca arriba. Tumiko volteo a
verla, y le empezó a hacer cosquillas.
-Ja,ja,ja ya detente- decía Kagome entre risas.
-No, es gracioso verte cuando te hacen cosquillas. Además si quieres que te deje de hacer cosquillas quiero algo a cambio.
-No es gracioso!- dijo mientras luchaba por respirar
-Si lo es- le respondio éste tambien entre risas.
-No es gracioso pero ya acepto ja,ja,ja!- dijo mientras intentaba respirar calmadamente. Hacía tanto tiempo que no se reía tanto.
-Si lo es y lo que quiero es…..
Sus rostros estaban casi tocándose -Esto- susurro, el corazón de Kagome se acelero al sentir como los labios de Tumiko se pegaban a los suyos.
La joven se dejo besar, los ojos de Tumiko estaban cerrados y ella hizo lo mismo. Kagome recordó como fue el día en que se habían conocido. Justamente había sido en el parque, pero ellos se habían conocido por la madre de éste y la de Kagome, que habían sido compañeras en la secundaria y al encontrarse no pudieron evitar intercambiar chismes. Y así, se fueron viendo hasta que se convirtieron en amigos.
La lengua de Tumiko se movía por toda su boca, sentía una extraña pero dulce sensación al sentir como sus lenguas se tocaban y provocaban una especie de toque eléctrico.
Kagome
se tuvo que separar para tomar un poco de aire.
Tumiko solo
regreso a su antigua posición.
La joven estaba realmente sorprendida nunca pensó que la iba a besar pero la verdad es que le había gustado esta experiencia.
Cuado la volteo a ver, Kagome se puso más roja que un tomate ¿en verdad se habían besado?
Su corazón no dejaba de latir. Se quedo observando el fino pero masculino rostro de Tumiko, éste después de acomodarse se había quedado dormido. Se veía tan lindo descansando.
Continuara……..
¡Hola! Espero que estén súper bien y pues, aquí reportandome. Este cap. Ya tenía algo de tiempo pero le hice algunos arreglos de redacción.
Espero que les haya gustado.
Tlap
