"Disclaimer: Todos los personajes y lugares pertenecen a JK Rowling".
"Cuando creemos que no habrá más novedad, la vida se estremece, ríe y nos demuestra lo inocentes que somos".
Capítulo 1.- El día más feliz de mi Vida.
El enorme e imponente salón blanco estaba listo para recibir a los invitados, las mesas tenían el servicio dispuesto con manteles blancos y amarillos. Además de los hermosos y frondosos arreglos florales. En cada servilleta, copa y mantel, estaban grabadas las iniciales "H & V", en una esquina del salón estaba la enorme torta de novios, junto a la mesa del cóctel y el ponche. Adornos por todos lados, todo se veía hermoso, todo se veía como ella lo había planeado… Pero el lugar estaba vacío, no había un solo invitado en el salón. Solo una muchacha se encontraba llorando en el lugar.
- ¡Hermione!
- Tía – fue lo único que pudo decir antes de abrazar a la mujer y comenzar a llorar amargamente.
- Tranquila pequeña, el no merece tus lagrimas…- La consolaba su tía Alice Granger, mientras la llevaba a una de las mesas para que se sentaran. – ¿Puedes contarme que sucedió?
Hermione suspiro secándose las lágrimas e hipando un poco, cuando se calmó comenzó a relatar a su tía lo ocurrido esa mañana.
- Flash Back -
Era un hermoso día y el sol brillaba intensamente, el día ideal para una gran celebración. Al fin había llegado el día y ella no cabía en sí de felicidad. En un par de horas o mejor dicho esa misma tarde, se casaría son el hombre de su vida. Al cual amaba con todo su corazón. O al cual creía amar hasta ese momento.
Era un día ajetreado y con todas las cosas que había hacer, Hermione no podría ver a Víctor hasta que estuvieran diciendo, Si acepto, frete al sacerdote. Pero como estaba tan emocionada y feliz se hizo un tiempo esa mañana para pasar por su departamento.
Subió al ascensor con una gran sonrisa, definitivamente no podía estar más feliz, entro al departamento con la llave que él le había dado y como no escucho ningún ruido, pensó que su novio estaba aún durmiendo y en silencio camino hacía su dormitorio para sorprenderlo.
Pero al abrir la puerta, la sorprendida fue ella.
Víctor durmiendo desnudo junto a una rubia que estaba tan desnuda como él. A la cual Hermione conocía muy bien.
- Susan… - Susurro la castaña al ver a la secretaria de su "novio" tratando de contener las lágrimas.
En eso Víctor se movió y abrió los ojos.
- ¡Hermione! - Grito al momento de verla en el umbral de la puerta, consiguiendo despertar a su secretaria, que al ver a Hermione se puso roja y trato de taparse con la sabana. – No es lo que crees…
- ¿No es lo que creo? – Repitió soltando una risita amarga comenzando a llorar – ¡ERES UN MALDITO CERDO.¡ - Le grito saliendo del dormitorio con Víctor siguiéndola tapándose como podía con un cojín.
- Hermione, por favor déjame explicarte - Le pedía antes que ella saliera del departamento.
- ¡QUE MIERDA VAS A EXPLICARME! -Le gritaba desde la puerta, sin poner contener las lágrimas que salían sin parar.
- Pero Hermy la boda… - Antes que pudiera decir algo más Hermione lo abofeteo, dos veces.
- ¡ERES UN MALDITO PUTO… YO TE AMABA, PERO NO TE IMPORTO… TE IMPORTO UNA MIERDA, NO QUIERO VERTE MAS, NO QUIERO QUE TE ME ACERQUE… ME DAS ASCO! – Volvió a abofetearlo antes de tirarle el anillo de compromiso por la cabeza. Lo miro por última vez antes de salir del departamento dando un sonoro portazo.
- - - Fin Flash Back - - -
- Después de eso le pedí a Luna que avisara a los invitados que la boda se había cancelado. – Decía ya más calmada, mirando a su tía.
Alice Granger, además de ser su única tía también era su madrina y su única pariente viva, ya que cuando Hermione tenía veinte años sus padres murieron en un accidente automovilístico.
- Sabía que ese desgraciado no era para ti, siempre fuiste mucha mujer para tan poca cosa de hombre - Decía su tía poniendo su bolso sobre la mesa, el cual sonó estruendosamente.
- ¿Tía, que tienes en el bolso? - Preguntaba la castaña, mirando con curiosidad el bolso.
- Tú sabes que tu tía es una mujer precavida y como sabía que no le harías mucho daño a ese desgraciado pues… - Alice abrió su bolso y saco un ladrillo de su interior, cosa que sorprendió enormemente a la castaña. Lo último que se esperaba era eso.
- ¿Pero qué hiciste? ¿cómo supiste? - Cuestionaba sin saber si reír o llorar.
- No me mires así Hermione – La reprendía Alice – Solo le di lo que se merecía, nada grave solo unos cuantos golpes por aquí y allá. – Decía como si estuviera hablando del clima - Y a esta altura de la vida deberías saber que yo sé todo lo que haces, llevamos ya casi diez años juntas, te conozco muy bien…- Le decía sonriendo – Tengo que cuidar muy bien de ti o si no tú padre vendrá del mismísimo infierno para llevarme.
La castaña pudo imaginar claramente a su tía insultando y golpeando a Víctor con su bolso rojo sin que este supiera que en su interior había un grueso ladrillo. Ante esto no pudo evitar reír.
Hermione quería mucho a su tía y le agradecía enormemente todo lo que hacía por ella, definitivamente no podía imaginar la vida sin su querida tía Alice y no creía que su padre viniera del infierno para llevársela más bien vendría del cielo, pero eso no se lo diría a su tía.
- Eso es, quiero que sonrías como antes ya basta de tanto llorar, ese grandísimo cerdo puto arrogante no te merecía – Dijo su tía arreglando el cabello de la castaña - Tú te mereces un hombre maduro, con cuerpo atlético, de cabello negro y de ojos verdes… Y claro, muy pero muy sexy, sobre todo si le pones un gorro de vaquero y …
- Tía…- Decía Hermione a modo de advertencia, haciendo que Alice se encogiera de hombros y sonriera.- Sabes, yo… creo que nunca lo ame.
- ¿A quién?
- A Víctor, no estamos hablando de él. –Decía Hermione como lo más obvio.
- Gracias al cielo que te diste cuesta - Exclamaba Alice levantando las manos y mirando al cielo agradeciendo el milagro.
- Me dolió mucho que me allá engañado no te lo niego, pero no siento nada más - Decía la castaña – Es algo extraño.
- No puedes sentir nada más, porque no hay nada que sentir y porque tu corazón no está aquí - Decía su tía apuntando donde según ella debería estar el corazón de la castaña, haciendo que esta la mirara confundida. –Tu corazón se quedó al otro lado del país en el condado de Devon, en la costa sur en la cuidad de Torquay, en el pequeño pueblo de Hogsmeade.
A veces su tía podía ser muy pesada e insistente y esta era una de esas veces.
- No empieces, tu sabes que eso fue una amor de adolescencia- Decía Hermione para acabar con el tema lo más rápido posible.
- Pero esos son los mejores, a esa edad puedes hacer cosas increíbles - Decía Alice con aire soñador mirando hacia la nada, como recordando algo. Hermione la miro frunciendo el ceño, adivinando sus pensamientos.
- ¿Me vas a contar de tu amor secreto?
- Tal vez cuando seas mayor - Decía su tía volviendo a la tierra. – Solo me alegra que hayas abierto los ojos con Víctor, aunque sea de la peor manera.
Antes que Hermione pudiera decir algo más, las puertas del salón se abrieron estruendosamente y por ellas apareció una encolerizada rubia, moviendo su bolso de un lado a otro.
- ¿Luna? ¿Pero qué te paso? – Cuestionaba la castaña cuando su mejor amiga, Luna Lovegood se sentó en una silla junto a ella arreglándose la ropa y el cabello despeinado.
- Primero, Hola Alice, Hermione – Las saludo ya más arreglada – Segundo, Susan sabe pelear, pero igual la abofetee, tres veces - Decía reído triunfal – Y Víctor es un estúpido, imbécil, cerdo mal nacido.
- Amén – Terminaba Alice totalmente de acuerdo con Luna.
- Y tercero, esto pesa mucho – Exclamaba la rubia poniendo su bolso sobre la mesa, que curiosamente sonó igual que el de Alice.
- ¿Fuiste tú quien le dijo a mi tía lo de Víctor? - Le pregunto Hermione atando los cabos sueltos – Luna, ¿no me digas que tú también? – Cuestiono, viendo como Luna abría el bolso y sacaba dos grandes ladrillos.
- Yo no fui de bocona con Alice - Se defendía la rubia – ¿Y yo también qué?
- Los ladrillos en el bolso.
- Alice es muy inteligente, de ella aprendí lo de los ladrillos, y tú sabes, no pude quedarme de brazos cruzados con lo Víctor - Decía sin culpas y muy relajada la rubia como quien dice que afuera está lloviendo.
- Gracias Luna, eres increíble - Decía Hermione mientras la abrazaba.
- Lo sé, pero como nada es gratis en este mundo…- Comentaba Luna comenzando a sonreír – Me quedare contigo el fin de semana y comeremos todo el helado que podamos y veremos un par de películas.
- ¿Orgullo y prejuicio?
Luna hizo una mueca, pero al final se resignó, esa era la película favorita de Hermione.
- Bien, veremos una vez más a Lizzy y a su querido señor Darcy – Decía Luna con voz dramáticamente melosa.
- Bueno, ahora que ya planearon su fin de semana de helado/Darcy - Decía Alice tomando su bolso – Opino que vamos a almorzar, porque no se ustedes pero yo no he comido nada y por ningún motivo voy a probar ese pastel y mucho menos ese cóctel rancio - Comentaba caminando hacia la puerta, seguida de Luna y Hermione - Así le cuentas a Luna que nunca amaste al cerdo de Víctor y que sigues tan ciegamente enamorada de Harry sexy Potter.
- ¡Tía! – Exclamaba la castaña sorprendida por las palabras de su tía.
- ¿Qué? ¿Cómo es eso? ¿Por qué siempre soy la última en enterarme de las cosas? ¡Hermione! – Luna siguió haciendo mil preguntas a la vez y no se callaría hasta que le contaran todo.
Hola a todos!
Espero les haya gustado la historia, es un fic que lleva varios años guardado, pero hoy por fin vio la luz! Llevo muchos años sin pasarme por el foro, pero aun así me siguen llegando notificaciones de personas que siguen leyendo "Encerrados" fic que publique en el 2008, me hace muy feliz saber que aun hay seguidores que esta gran pareja!
Espero sigan la historia, la próxima semana subiré un nuevo capitulo.
Gracias por leer! :)
