Bienvenidas a este nuevo fic, espero les guste.
Nota: no tengo ganancias económicas derivadas del presente escrito. Los personajes no son míos, solo la trama.
Aclarado el punto iniciemos.
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Accidente de pociones
La mazmorra donde se imparte la clase de pociones estaba "llena" con los pocos alumnos que estudiaban Pociones nivel EXTASIS. El invierno estaba iniciando, al ser la última clase de la tarde, la iluminación escasa disminuía aún mas con los vapores de diferentes colores que salían de los calderos.
Al ser una poción sencilla pero laboriosa, cada caldero pertenecía a un equipo de 4 alumnos. El murciélago profesor de pociones se encontraba tan distraído que los equipos se formaron antes de que pudiera incluir a las pocas serpientes en los equipos de los leones. Sin embargo, el trío dorado no se libró del usual acoso del profesor y este les asignó al hurón oxigenado, príncipe de las sierpes.
El profesor Snape, claramente tenía algo ocupando su mente, de lo contrario nadie podría explicarse el hecho de que su pelo luciera más largo y grasiento que de costumbre, que su irónico rostro portara una barba de tres días y que su capa (su legendaria y ondeante capa) no ondeara en absoluto. Tan descuidado se notaba, que no prestaba atención a los alumnos mientras estos preparaban la poción de disfraz Habitu.
-Quita tu cabeza de calabaza Weasel, no me dejas ver lo que Potty esta haciendo mal, la carne de roedor no es transparente. – Con voz susurrada y arrastrada, Draco Malfoy daba órdenes desde su asiento, indicando muy amablemente como picar, moler y trocear los ingredientes sin participar en la preparación.
El color de la cara de Ron, solo fue comparable a su cabello.
Hermione cargada con un sinfín de ingredientes se acercaba desde el armario del profesor a la mesa, intervino, antes de que el pelirrojo pudiera despertar de su letargo al murciélago con una pelea a puñetazos.
-Ignóralo Ron, solo trata de ocultar su inutilidad dando órdenes sin sentido. Además, si alguien sabe de carne de roedor debe ser él…
La falda de la castaña se trabó con la orilla del pupitre donde el hurón se encontraba acomodado, deteniendo de forma muy abrupta su trayecto y haciéndola caer sobre las piernas del hurón arrojando por los aires todos los ingredientes que traía en los brazos.
Todo paso como a cámara lenta, Ron extendió los brazos para evitar que los ingredientes cayeran en el caldero, pero Harry lo derribó al lanzarse para quitar a Hermione del regazo del sorprendido rubio, quien quedó paralizado de la impresión.
El largo pelo de Snape flotó alrededor de su rostro al girar este rápidamente la cabeza; sin embargo solo logró ver como el caldero empezó a arrojar a borbotones espuma color morado y humo color verde limón.
-¡Todos fuera! – gritó el ahora despierto profesor a los alumnos, que veían como hipnotizados la escena.
Se acercó, varita en ristre a punto de desaparecer la poción en el momento justo en el que el caldero explotó.
El príncipe de Slytherin, el trío dorado y el murciélago de las mazmorras, quedaron totalmente cubiertos con la espuma morada.
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La caótica escena en el aula de pociones era totalmente merecedora de una fotografía mágica, aunque los actores estaban tan quietos que podrían ser estatuas.
Draco Malfoy al fin tenía ahora su cabello de un vivo tono lila, su rostro era todo un poema; además sostenía a Hermione Granger acostada sobre su regazo.
Harry Salvador-Del-Mundo-Mágico Potter, con la nuca de un color casi purpura, cubría con su cuerpo la cabeza despeinada de la castaña, quien milagrosamente solo tenía algunos restos de espuma en la túnica.
La cara, el cabello y la larga túnica negra del profesor Snape, escurrían espuma, dándole un aspecto de indefensión que nadie hubiera creído posible en él.
-Tengan mucho cuidado inútiles, que nadie toque nada. ¿Quién fue el analfabeto que agregó espinas de nido de bowtrukle a la poción? ¡Montón de estúpidos!
Por lo visto el humor del profesor no estaba en sintonía con su apariencia.
-¿Espinas de nido de bowtrukle? –preguntó, desorientado aún el Slytherin.
Con espuma morada escurriendo por su cara y cabello, Ronald Weasley sacó su varita de su empapada túnica y la levantó dispuesto a limpiarse la poción de encima.
-¡Ron, no uses magia! –gritó desesperada la castaña, mientras trataba de incorporase.
Ahora fue el profesor, quien se arrojó en una tacleada para detener al pelirrojo.
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Desgraciadamente, los ejercicios que mantenían en forma el cuerpo del ex espía no son los mismos que dan precisión a un jugador de futbol americano, y con un lamentable, pero elegante movimiento, arrojó a Ron sobre el pupitre donde se encontraban apoyados los otros tres.
Al instante cuatro explosiones sonaron de forma casi ininterrumpida. El humo color limón saturó el aula y restringió totalmente le visibilidad.
La puerta del aula se abrió y se escuchó la voz del director de Hogwarts lanzando un hechizo para sacar el humo.
-Ventus.
Sobre el piso de la mazmorra, junto a un caldero volcado, se encontraba Hermione Granger junto a tres chicas una morena, una pelirroja y una rubia.
Una mujer muy blanca, de largo pelo negro se incorporaba sacudiéndose una empapada capa negra varias tallas más grandes que ella.
-¿Qué haces aquí Albus?—preguntó de una fría y desagradablemente conocida manera.
Con los azules ojos muy abiertos y visibles por encima de las gafas de media luna, el director miraba sorprendido a la mujer de pie en medio del aula.
-¿Severus? ¿Eres tú?
-Por supuesto que soy yo… - dijo la mujer viéndose repentinamente las manos y quedándose pasmada.
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Si, ya se, debería estar subiendo un epilogo, pero no puedo evitarlo. Esta idea surgió sola ahora que ahora la subí. No se desesperen lo siguiente es el epilogo de Pociones Peligrosas.
Acuérdense de dejar un review ;)
Saludos
Pandora
