Go big or go home es mi lema (?) O no subo nada o subo dos de golpe, ya veis xD
Pues lo de siempre, estos personajes no me pertenecen, son propiedad de Kusanagi Mizuho. Espero que os guste este también ~
La joven procedente de la tribu del agua paseaba tranquilamente por los pasillos del castillo Hiryuu. Había llegado el día anterior debido a que había sido convocada por el rey para tratar unos asuntos y al parecer, también tendría que asistir a una reunión de generales en lugar de su padre. No era una idea que en ese momento le entusiasmara mucho, pero al menos conocía bien a varios de los presentes.
Caminando por el lugar, se entretuvo al ver que en el jardín un par de ardillas se encontraban jugando y no pudo evitar detenerse allí, con una sonrisa adornando su rostro. Sin embargo, los animalillos no tardaron demasiado en desaparecer. Y fue en ese momento en el que se dio cuenta de que no estaba sola en el pasillo.
Frente a ella se encontraban tres personas. Entre las tres, pudo reconocer al mayor de todos; el antiguo general de la tribu del agua, Mundok. Inmediatamente, una pequeña aunque sincera sonrisa se hizo presente nuevamente en su rostro y caminó hacia él a paso ligero. Mientras caminaba, observó de reojo a sus dos acompañantes y por lo que le habían contado, pudo deducir que uno de los dos se trataba del actual general de la tribu.
Estuvo hablando con ellos unos minutos y después se retiró, alegando que tenía que atender unos asuntos, lo que no era del todo cierto. Caminó hasta que hubo girado una esquina y se detuvo allí, apoyando la espalda sobre la pared. Se llevó ambas manos al rostro y lo golpeó con la suficiente fuerza para reaccionar pero no hacerse daño, retorciendo después sus propias mejillas.
Disimular nunca había sido un problema para ella; después de todo había estado mucho tiempo ocultando sus sentimientos por el general Geuntae. Sin embargo, después de todo ese tiempo enamorada de él, nunca había sentido algo parecido como lo de hacía unos instantes al ver al nuevo general.
No podía tratarse de amor, obviamente. Ella sabía a quién estaban dirigidos sus sentimientos, debía ser otra cosa. Sin embargo, había sido tan intenso que durante unos segundos se quedó en blanco. También se dio cuenta de que él la estaba mirando sin apenas pestañear y eso consiguió ponerla nerviosa, lo que no era común en ella.
Pero sus ojos. Por el rey Hiryuu, aquellos ojos.
Desde el momento en el que los vio se sintió atrapada por ellos, por esa profundidad que transmitían, que finalmente parecía convertirse en un cielo tranquilo y lleno de calma tras una tormenta.
Volvió a reprenderse a sí misma y negó con la cabeza. ¡Sus sentimientos estaban dedicados al general Geuntae, no podían ser para alguien tan... joven! ¡Ni soñarlo!
Estaba claro que el viaje del día anterior no le había sentado demasiado bien. Sería mejor que fuese a descansar antes de acudir a la reunión.
