CAPITULO I

"Un inesperado comienzo"

Una hermosa mujer de tez blanca se miraba en el espejo, detallaba cada costura del hermoso vestido de novia que traía puesto. Era un modelo muy refinado que adornaba su delgado torso con un hermoso estraple con finas piedras que jugaban como estrellas en una noche despejada.

Su largo y sedoso cabello negro azabache era sostenido por un costoso broche de diamantes que dejaba escapar pequeños rizos, dando un delicado toque sensual a su imagen.

-No puedo creer que mañana finalmente se va a cumplir mi sueño- decía sonriendo ampliamente y girando frente al espejo- Voy a mostrarle a mi madre el vestido- se dijo mientras salía de la habitación y bajaba las escaleras en su busca -¡Mamá!- Decía -¿Dónde estás? ¡Quiero que veas como luzco con mi vestido de novia, Mamá ven!- Repetía mientras recorría su casa buscando por todos los rincones – ¡Que extraño! No hay nadie en la casa- Se decía al caminar por las vacías habitaciones, salió hasta el patio trasero donde se encontraba la piscina pero era inútil, al parecer era la única en ese lugar.

-¿Pero cómo es posible que me hayan dejado sola? Mañana me voy a casar y ¿se fueron todos de la casa?- Se preguntó la chica cada vez más preocupada. Sin importarle que traía puesto su vestido de novia caminó rápidamente hacia la puerta principal y salió a la calle – ¿En qué momento se hizo de noche?- se preguntó algo desconcertada, no se había percatado de que en cuestión de segundos el cielo se había oscurecido sin razón. El vecindario lucía diferente, las casas tenían un aspecto lúgubre, normalmente no era así, la chica caminó un poco pero de repente sintió que una extraña sombra pasaba rápidamente a sus espaldas, ella volteó inmediatamente, pero no pudo ver nada -¿Quién anda allí? ¡Por Favor no me gusta que me asusten de esa manera! ¡Si es una broma ya es suficiente!- gritó la joven algo alterada.

Reinaba un extraño silencio, unos segundos después dentro de unos arbustos cercanos se pudo escuchar un sonido, algo parecido al gruñir de una bestia.

Seguidamente los arbustos comenzaron a moverse, el terror invadió todo el cuerpo de la chica quien se soltó a correr tan rápido como sus piernas se lo permitían, no se atrevía a voltear sentía que algo maligno la estaba siguiendo, una puerta entre abierta llamó su atención, por lo que no dudo en entrar allí para esconderse, agitada y con la respiración entrecortada cerró la puerta.

El lugar estaba totalmente oscuro, era muy poco lo que se podía ver, caminado se tropezó con algo, cuando lo tocó se dio cuenta de que se trataba de un banco de madera y al fondo el brillo de unas velas llamó su atención, reflejaban una hermosa imagen cristiana -¿Acaso está es la iglesia?- Al decir esas palabras el cielo comenzó a aclararse y el lugar quedó iluminado, las puertas se abrieron de par en par, y las campanas comenzaron a sonar, todo había dejado de ser lúgubre y oscuro, los bancos estaban llenos de invitados -¿Inuyasha?- dijo la joven emocionada al observar que su novio estaba frente al altar arrodillado, al parecer estaba esperándola, alegre caminó hacia él, pero lo extraño era que el joven no volteaba –¡Inuyasha mi amor! No sabes q feliz me haces al haberte encontrado- acercó su mano para tocarlo y una voz conocida que provenía de los bancos de la primera fila la hizo voltear –¡Hija!-

-¡Esa voz… esa voz es la de mi padre!- dijo la chica con una expresión de asombro. Cuando regresó su vista hacia Inuyasha se dio cuenta de que había desaparecido… – ¡INUYASHA! ¿DÓNDE ESTÁS?- la iglesia de nuevo se había quedado sola y sólo permanecía su padre mirándola sentado desde la primera fila.

-¡PAPÁ PERO TÚ ESTÁS MUERTO! ¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ SUCEDIENDO? ¡INUYASHA!- gritó la joven desesperada levantándose totalmente empapada de sudor – ¡NO INUYASHA NO ME DEJES SOLA!- gritaba mientras se retorcía en la cama totalmente nerviosa.

-¡Hija! ¿Qué te ocurre? ¡Por favor! ¡Tranquilízate! al parecer tuviste una pesadilla- Al escuchar los gritos su madre había entrando al cuarto y la abrazaba para hacerla entrar en razón.

La joven al comprender lo que ocurría le explicó aún nerviosa -Mamá… que sueño tan extraño he tenido. Vi a mi papá y estaba vestida con mi traje de novia, en la iglesia, además… ¡no sé, fue horrible!- aseguró ella suspirando y lanzándose de nuevo sobre las almohadas secando su frío sudor.

-Vamos nena, no te pongas a así, fue sólo una pesadilla. Lo que ocurre es que estás nerviosa por lo de tu matrimonio que es hoy, además lo de tu padre seguro es porque desearías que estuviese con nosotras en un momento como este. Pero recuerda que él te verá desde el cielo-

Ella continuaba exaltada, entonces su madre le sonrió –Si continúas llorando te van a salir ojeras y ni un camión de maquillaje te las va a disimular, acuérdate que hoy debes lucir radiante-

-Tienes razón mamá ¿Qué hora es?- preguntó inquieta

-¡Son las siete de la mañana! Vamos hija debes levantarte y vestirte, recuerda que tienes q ir a la peluquería, las uñas, el maquillaje, el peinado ¡Rápido hija no hay tiempo!-

Su madre tenía demasiada razón lo que hizo que ella se levantara de una salto hacia el baño -¡¡Si mamá ya voy!!-

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.-Izayoy voy a buscar a Sesshomaru al aeropuerto, me acaba de llamar diciéndome que ya llegó- dijo un apuesto hombre de unos 46 años a su hermosa esposa que estaba preparando el desayuno.

-¡Pero mi amor todavía no has comido nada!- reprochó ella con preocupación.

-No te preocupes cuando llegue desayunamos todos en familia, hoy es la última vez que veremos a nuestro hijo recién levantado comiendo temprano con nosotros- dijo entusiasmado aunque el hecho le producía melancolía y a pesar de eso sonreía orgulloso ya que su hijo más joven finalmente se casaba.

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Todo había salido a la perfección, la boda se llevaría a cabo en la capilla principal de la ciudad de Tokio, ambas familias eran acaudaladas, por tanto la ceremonia gozaba con todos los lujos correspondientes a una celebración de tal índole. Costosos arreglos florales, un hermoso Mercedes negro con lazos blancos esperaba fuera de la iglesia, al igual que una fila de lujosos autos que pertenecían a los demás invitados.

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-¡Acepto!- culminó el feliz novio colocándole el anillo de oro en el dedo de la hermosa novia.

-"Hasta que la muerte los separe", ahora puede besar a la novia - dijo el sacerdote y seguidamente ellos sellaron ese juramente con un tierno beso.

En los primeros bancos de la iglesia se encontraban los padres del apuesto novio y la madre de Kikyo, junto al primo de Inuyasha y su bella novia, que por cierto se había vuelto la mejor amiga de la muchacha.

-Creo que voy a llorar… no puede creer que mi bebito se esté casando- La conmovida madre secaba sus lágrimas con un pañuelo de encaje mientras que su esposo la abrazaba en señal de consuelo –Por favor Izayoy no te pongas con esas cosas que me vas a hacer llorar a mi también-

-Yo no tengo ni siquiera un esposo que me abrace, a diferencia de ti si me voy a quedar totalmente sola- rezongó la triste madre cruzándose de manos y evitando difícilmente soltar las lágrimas. Ella había quedado viuda cuando su hija apenas tenía 15 años y aunque era acreedora de una gran fortuna no se había vuelto a casar.

-Señora Sonomi, no se preocupe si se siente sola yo la puedo acompañar, además usted es una mujer demasiado atractiva, lo que necesita es un hombre joven a su lado, yo…- entonces el libidinoso chico fue interrumpido por su enojada novia que le pego fuertemente con su cartera.

-¡MIROKU! ¡Deja de estar atacando a la señora Sonomi! ¿Acaso no respetas que está tu novia al lado?-

-Pero mi amor yo solo quería alegrarla un poco, además tú me has dicho q no haga las cosas a tus espaldas, ¿entonces ahora me regañas porque lo hago de frente?-

Sango conteniéndose de no hacer una algarabía en la boda de su mejor amiga sólo agregó en tono de advertencia -Tienes suerte de que estemos en la boda de mi mejor amiga, si no te hubiese…-

Miroku con cara de constipación -mi amor no es para que te pongas tan agresiva… era una broma…-

Sonomi, Izayoy, Inutaisho soltaron una carcajada aprovechando el alboroto que se había formado al culminar la ceremonia.

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Sesshomaru, el hermano mayor del novio había observado la boda calladamente desde un imperceptible rincón de la iglesia aunque un poco antes de terminar había salido hacia su vehículo en busca de su teléfono celular el cual había dejado olvidado, algo que su exigente trabajo no le permitía.

Cuando lo tuvo en sus manos pensó en regresar a la iglesia pero se dio cuenta de que los novios ya estaban saliendo. Esperó paciente del otro lado hasta que algo llamó su atención. Un vehículo extraño estaba estacionado en la esquina con el motor encendido, dentro de él había cuatro hombres que vigiaban de forma sospechosa la entrada de la iglesia, los invitados estaban felicitando a los novios y estos finalmente comenzaron a bajar las escaleras y al mismo tiempo el vehículo comenzó a moverse muy lentamente.

Sesshomaru percibió que la actitud de estos individuos no era normal y caminó hacia el vehículo sospechoso, su angustia llegó al límite cuando los hombres abrieron las ventanillas del lado derecho, las que daban hacia la iglesia y justamente cuando se encontraban frente a la pareja que no se estaba percatando de lo que ocurría dos revólveres cañón largo se dejaron ver por la ventanilla.

-¡INUYASHA! ¡AL SUELO TODOS! ¡AL SUELO!- exclamó con un grito ahogado que debido al alboroto no se llegó a entender, mientras continuaba corriendo hacia su coche a buscar su revólver de reglamento. Que tonto había sido al aceptar la mala idea de su padre de andar desarmado sólo por el día de la boda de su hermano porque supuestamente se consideraba innecesario.

-¡INUYASHA MUERE JUNTO A TU MUJER!- Se oyó desde dentro del vehículo.

Tres fuertes detonaciones se escucharon, un impacto fue recibido directamente en el pecho de Inuyasha lo que hizo que perdiera el equilibrio y se abatiera contra las gradas de la escalera, los otros dos fueron recibidos por la novia.

Inuyasha se levantó con dificultad al ver cómo su esposa caía a su lado – ¡KIKIO!- masculló ignorando por un momento su dolor - Tranquila, vas a estar bien. No te asustes- decía más para sí que para ella misma tratándo de ignorar las serias heridas que rápidamente teñían el blanco vestido de un rojo fuego –Kikyo escúchame ¡debes ser fuerte! No cierres los ojos aguanta mi amor-

Sesshomaru sabía que no había podido evitar la desgracia, pero tomo su arma y comenzó a dispararle al auto que huía a toda velocidad, sólo logró reventar el cristal trasero, pero no se detuvieron, así que el valiente hermano se subió en su automóvil y se dispuso a seguirlos, su padre leyó perfectamente sus movimientos y gritó desde la otra cera estrictamente - ¡SESSHOMARU! ¡NO TE ATREVAS ¡ES DEMASIADO PELIGROSO PARA TI SOLO!-

Izayoy que se encontraba en SHOCK comenzó a llorar y a gritar corriendo hacia su hijo, la madre de Kikyo se desmayó y entre Miroku y Sango trataban de reanimarla.

-Voy a llamar a una ambulancia, debemos apurarnos- dijo Miroku mientras sacaba de su bolsillo un celular

Inuyasha estaba demasiado débil, pero no soltaba el rostro de Kikyo que a pesar de sus heridas se mantenía consiente… -¡Mi amor debes ser fuerte! ¡No te atrevas a abandonarme… te lo suplico por favor!-

-Inuyasha, también estás herido- dijo ella al tocar su pecho y sentir la humedad, él le sonrió con ternura y en un susurro respondió –Viviré, no te preocupes no creas que te librará de mi tan fácilmente- ella esbozó una débil sonrisa pero luego se desmayó inevitablemente. Inuyasha desesperado trató de reanimarla pero su herida también pasó factura, por lo que no tardo en perder el sentido y caer sobre el cuerpo de la novia.

Esa tarde las gradas de la lujosa iglesia fueron bañadas con lágrimas y sangre…