Hey, hola a todos, bienvenidos a este humilde fanfic. Como verán, esta es la primera vez que escribo un fic serio de Kuroko no básquet. Les agradezco que lo hayan puesto y dado una oportunidad, así que… ¡hey hey hey ´sup bitches! Soy Nana-chan.
Al comenzar este fic me pregunte '¿es que nadie quiere a Kise o qué?' ya que buscando fics de él por puro fastidio me di cuenta de que solo habían 6, dos en francés, uno en indonesio, dos en inglés y uno en español. No se imaginan cuanto me frustre…
Además Kise necesita amorps, lo único que le hacen es bullearlo y rechazarlo, tachándolo de 'soy un idiota que va feliz por la vida aunque todos me traten como la mierda' pues ¿saben qué? NO, ¿Qué creen? ¿Qué no le duele? ¿y si… en verdad le doliera pero lo ocultara? Ya están viendo por donde va tirando el fic ¿verdad? Bueno, por esas mismas preguntas termine escribiendo este fic con una amiga…
A: Isabellag9705, mi mejor amiga y una de mis lectoras beta, de nombre extremadamente común y clasificado xD. Este capítulo está dedicado a ella, no solo por ayudarme a escribirlo y todo eso si no que también porque ¡hoy es su cumpleaños! ¡Feliz cumpleaños y gracias por ser mi enana… digo hija… digo mejor amiga!
También créditos a otra de mis grandes amigas la cual me aconsejo como mejorar este primer capítulo ¡Thanks, Andre!
Nanami: ¡y ahora, sin más preámbulos…!
Isabella: ¡SIIII!
Nanami: ¡fuera de aquí! ¡Esta parte me toca a mí!
Isabella: awwww…
Nanami:… está bien… las dos juntas
Isabella: ¡SIII!
Nanami y Isabella: DISClAIMER: ¡Kuroko no básquet no nos pertenece ni pertenecerá!
Nanami: si no, fuera yaoi hehehehe
Isabella: y ahora ¡a leer!
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Chapter 1:" Calls"
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En Teiko, existían seis jugadores prodigio, cinco luces y una sombra.
Cada una de aquellas luces tenían un brillo intenso, el cual podía dejar ciego a cualquiera, pero... Una de ellas, más pequeña que las demás, parpadeaba débil amenazando con extinguirse en cualquier instante, sin embargo, las otras luces y su sombra, no lo notaron continuando cada uno por su propio camino, dejándole solo...
Hasta que un día la pequeña luz dejo su mundo sumido en la oscuridad...
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Se encontraba allí de nuevo, acostado en el suelo, odiando se a sí mismo.
'No lo hagas'
Levanto su teléfono frente a él, mirando la incandescente luz de la pantalla, que era lo único que iluminaba la gran, vacía, habitación del adolescente rubio.
'será inútil', 'solo perderás tu tiempo'
El número se encontraba listo para ser marcado, pero no entintaba la fuerza para pulsar el botón de llamada
'no responderán' 'ríndete' 'te detestan'... Es verdad...
Deslizo una mano en su bolsillo izquierdo, rozando con sus dedos una de sus navajas, tomándola y apretándola en su mano. Su cuerpo comenzó a estremecerse, mientras intentaba acallar aquellos pensamientos negativos.
'solo eres una molestia'
Cerrando los ojos le dio la razón a aquel pensamiento fugaz, aun así... Por una última vez... Quería intentarlo antes de parar. El miedo formo un nudo en si garganta, trato de reprimir sus lágrimas que amenazaba con salir de sus orbes dorados.
Todo iba a estar bien... Intento convencerse a su mismo. Le van a responder.
En un pequeño arranque de valentía, sabiendo que se iba a arrepentir de su decisión, marco el número de teléfono. Escuchando como repicaba comenzaron sus dudas... No respondería, ¿Quién querría responderle a alguien como él? Ni jugar básquet podía hacer bien ahora que tenía una lesión.
De un momento a otro sus esperanzas se vieron destrozadas por el ruido constante indicación de que la llamada había terminado sin siquiera comenzar, Kuroko le corto, de nuevo.
De seguro era un insoportable para el más bajo, no servía de nada hablar con él, solo era un pesado, una carga, un fastidio.
Sintió como si un hierro atravesara su garganta, como si en su corazón clavaran una aguja larga y filosa. ¿Por qué?... Con manos temblorosas, levanto la navaja, acercándola a su muñeca, presionándola contra la piel blanca, pálida, en un corte limpio y poco profundo, hecho con la única intención de causar dolor como distracción
Volvió su mano un puño, apreciando como el líquido carmín brotaba de la herida causada por pura aspiro hondo por segunda vez, evitando con todas sus fuerzas que las lágrimas cayeran.
'no lo hagas'...
Miro su teléfono, debatiendo entre obedecer a su cerebro, que cada vez se hacía más fuerte, o seguir al corazón, intentando hasta que alguno de sus antiguos compañeros se apiadara de él y aceptara pasar el rato, incluso si solo fuera para conversar, era todo lo que quería, era todo lo que necesitaba, dejar de sentirse así de solo, rechazado, que realmente no le importa a nadie.
Sacudiendo la cabeza alejando esos pensamientos que su conciencia le enviaba una y otra vez, rápidamente marco el siguiente número, con la falsa esperanza de que Midorima le respondería. Cerró sus ojos y comenzó a contar el tiempo que pasaría antes de que le cortara igual que el de cabellos celestes...
-¿Qué quieres, Kise?- respondió una voz al otro lado de la línea causando que sus ojos casi se desorbitaran de la sorpresa, ¿C-contesto? Una pequeña sonrisa creció en el rostro del modelo, sintiéndose feliz por lo que era la primera vez en una semana.
-¡Hola, Midorimacchi!- saludo eufórico, riéndose suavemente ante los reclamos del peliverde por el grito.- ¿Cómo estás?- un gruñido escapo del otro lado de la línea.
-Ocupado-respondió mordazmente cortándole de seco-¿Qué quieres, Kise? No tengo tiempo para tonterías- una mueca se dibujó en el rostro del adolescente, aun así, decidió forzar un tono alegre en su voz, no quería preocupar al peliverde.
'¡Ja! Como si eso fuera a pasar'
- Pues, quería preguntarte si querías salir por allí a hablar, o incluso jugar un rato, o-intento continuar hablando, buscando más actividades que hacer con el de lentes pero se vio cortado por el mismo.
-No, me tengo que ir- el as de Kaijo estuvo a punto de protestar pero se obligó a callarse a sí mismo, ya le había cortado la llamada. De nuevo, fue ignorado... Su mirada llena de frustración se volvió nuevamente a la navaja.
'te lo advertí'...
El segundo corte hizo acto de presencia.
Intento tranquilizarse mirando de nuevo su teléfono, su cuerpo estremeciéndose en contra de su voluntad, no quería sentirse así, odiaba ser así, débil, inútil, no era nada más que una molestia para la generación de los milagros y aunque supiera esto, continuaba insistiendo... ¿Para qué? ¿Por qué? ¿No debería rendirse ya? Estaba cansado de todo esto... Tan cansado...
'detente'
Volvió a marcar, esta vez a Murasakibara, estaba seguro de que iba a ser rechazado otra vez, pero, su corazón, ignorando su cerebro, le obligo a tocar el botón de marcado por tercera vez. Volvió a respirar hondo, preparándose para el rechazo del más alto y glotón del grupo...
-¿Hjola~?- pregunto el pelimorado, probablemente con la boca llena cosa que hizo sonreír al rubio, él realmente le tenía un cariño infinito a todos y a cada uno de los miembros de la generación de los milagros. Y a veces el pelimorado podía ser muy adorable.
-¡Hola, Murasakibaracchi!-saludo animadamente al otro, quien solo pareció suspirar y terminar de tragar la comida en su boca, ya sabía lo que venía.
-Kise-chin~ no tengo tiempo~ me tengo que ir~- abrió la boca para protestar pero la llamada se había cortado por tercera vez en el día...
'no tienen tiempo para ti'...
El tercer corte en su piel atravesó los dos anteriores, esto iba de mal en peor.
Mordió su labio inferior con fuerza hasta degustar el metálico sabor de la sangre, no quería llamar de nuevo, no quería, no quería... Pero ya había comenzado, no podía detenerse a mitad de camino, tal vez... Tal vez Akashi si quiera...
De nuevo, ¿A quién engaña? Akashi no tiene tiempo para alguien como él, alguien inútil, tiene cosas más importantes que hacer que reunirse con un ex-compañero de equipo... Mucho menos cuando ese ex-compañero era el rubio...
'no va a contestar'...
La contestadora le respondió igual que las otras veces, un suspiro de frustración escapo de sus labios y antes de si quiera ser consciente de ello un cuarto corte se abrió paso en su piel de porcelana, tan lisa, tan perfecta, o al menos eso era hasta hace unas semanas cuando el rechazo se volvió tan intenso que solo quería desaparecer, dejar de sentir cualquier cosa... Durante esas semanas ha decidido no salir de casa, dormir parecía una mejor idea en aquel momento, luego llego la frustración.
'¡ya basta!'
Su respiración se volvió entrecortada, odiaba esto, lo odiaba, quería que terminara. Miro su teléfono una última vez, hora de acabar con esto de una vez por todas... se dio cuenta, era un masoquista sin remedio. El teléfono de Aomine yacía marcado y cerrando sus ojos llamo...
-¿Si?- pregunto una voz con cierto tono de aburrimiento al otro lado de la línea. De nuevo, se obligó a sonreír sobre toda la tristeza y la frustración, saludando.
-¡Hola~, Aominecchi!- un gruñido se escapó de los labios del moreno.- ¿Qué te parece salir a jugar un uno-a-uno? ¡Será divertido!
-¿Kise?, no tengo tiempo- murmuro el peli azul ahogando un bostezo- estoy ocupado, Kise- el modelo abrió la boca con la intención de dejar escapar una que otra queja, pero la cerro casi al instante negando con la cabeza... ¿Para qué? Lo valía la pena, de todos modos por mucho que insistiera y se quejara le iban a decir que no, siempre le decía que no...
Extrañado por el silencio del rubio estuvo a punto de preguntar si seguía allí al otro lado de la línea cuando el as de Kaijo le respondió- oh, bueno. Entiendo, Aominecchi. Hablamos luego...- aquello le pareció extraño al jugador de Touou, pero le restó importancia encogiéndose de hombros, a veces el modelo podía ser raro.
Y la última llamada fue cortada al igual que la piel de Ryota, quien sin importarle tiro su teléfono en su cama y se quedó mirando sus heridas, como poco a poco sangraban, unas más y otras ya apenas goteaban.
Él... Era una molestia para ellos, murmuro cerrando sus ojos y dejando que las gruesas lágrimas de dolor contenidas por un largo tiempo cayeran sin cesar dando comienzo a sus sollozos, solo una molestia...
¿Alguien realmente se preocupaba por sus sentimientos? No creía, siempre le insultaban, ¿Les importaba? No, ellos nunca moverían un dedo por él, solo era un inútil que no hacía más que odiarse a sí mismo y sonreír como idiota. ¿Ellos... Realmente eran sus amigos...? A veces... dudaba de aquello.
No, tal vez estaban realmente ocupados, debía de ser eso. No podían estar con él todo el tiempo ¿Verdad? Con este pensamiento en mente se secó las lágrimas levantándose lentamente comenzando a caminar en dirección al baño, tenía que cerrar esos cortes y encontrar sus muñequeras para cubrirles.
Al terminar se lavó el rostro, quitando los rastros de lágrimas en él, sus ojos estaban hinchados y rojizos, alrededor de ellos unas oscuras ojeras se veían a simple vista, por mucho que durmiera, continuaban allí...
Miro su cama unos segundos, de un momento a otro lucia tan cómoda, sintiendo los párpados pesados se acercó a ella cayendo y rebotando suavemente contra el colchón. Había perdido el apetito, y no tenía nada que hacer, a la final termino como siempre, recostado sobre su cama sin las ganas ni la energía para salir, sin razón para sonreír, allí en su casa, con la única compañía: su soledad.
Cerro sus ojos lentamente, sucumbiendo ante el sueño causado por el cansancio psicológico, no le importaba si era hasta la noche o incluso hasta el siguiente día, solo quería olvidarlo todo, olvidar lo molesto que era para todos, susurrándose que sabía la razón por la que apenas le soportaban, para lo único para lo que era bueno es el básquet, y ahora con su lesión nunca podría llegar al nivel de sus ex-compañeros de equipo...
Mordió su labio inferior, cerrando sus ojos- nunca voy a estar a la misma altura que ellos...- su voz rota y angustiada resonó por la vacía habitación siendo seguida de sollozos que poco a poco fueron aumentando de tono.
Poco a poco sus sollozos se fueron apagando, minutos y minutos pasaron, y el silencio reino en la habitación cuando el rubio cayó en los brazos de morfeo...
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Nanami: y díganme ¿Qué tal les pareció? ¿Les gusto? ¿No les gusto? ¿Por qué? Justifique su respuesta con ejemplos concretos
Isabella: ¿lloraron como yo?
Nanami: ¿se cortaron con Kise?
Isabella: ¡deja de preguntar cosas insensibles!
Nanami: ay que mala… bueno, si les gusto el fic dejen un comentario, recuerden, cada vez que no dejan un comentario o no le dan a favoritos un cachorrito muere de frio abandonado en medio de la calle, no dejen que el cachorrito muera, dejen un review, es por una buena causa, recuerden.
Isabella: ¡hasta el siguiente capítulo!
Nanami y Isabella: ¡CiAO CIAO!
