Para aquellos que se preguntan: ¿porqué tienen tantos hijos los Weasley si no pueden mantenerlos?, bueno, he aquí una posible respuesta…besos!! Makoto

-Molly...amor...¡Molly! –Arthur corría desesperado por la madriguera.

-¿Qué ocurre Arthur? –Molly salió de detrás de la mesa, sosteniendo una canasta llena de ropa.

-Molly tienes que venir a ver lo que encontré. –Arthur susurraba desesperado, Molly intrigada por aquello dejó la canasta al pie de la escalera y subió.

-¿Arthur porqué susurras? –Molly seguía a su marido camino arriba, subieron escalones hasta llegar a la habitación de Ron.

-No quiero que sepan que lo hemos encontrado. –Arthur susurró, tomó la manija de la puerta y los dos entraron.

-Arthur, Ron es uno de nuestros hijos más responsables, no crees que es mala idea entrar así a su habitación. –Molly miraba a su esposo que levantaba el colchón de su hijo para mostrarle lo que tanto lo había asustado.

-Mira Molly. –Arthur sacó un montón de paquetitos de envoltura metálica, que claramente contenían algo de forma redonda.

-¿Qué es esto? –Molly miró aquello fijamente, sin saber con exactitud qué era lo que su marido tenía en la mano.

-Los muggles los llaman... –Arthur se acomodó las gafas y se le acercó un poco a Molly para susurrar. -...preservativos.

-Pre...¿qué? –Molly no entendía aquello.

-Preservativos querida, preservativos... –Arthur corrió a la puerta y se asomó vigilante, como lo harían Fred y George si fueran ellos quienes se ocultaran.

-¿Y qué hacen?...¿Para qué son? –Molly con un de los paquetitos en la mano miraba a su marido fijamente.

-Son para...bueno... –Arthur le miraba como queriendo decir algo muy importante.

-¡Arthur por amor de Merlín! –Molly estaba roja de exasperación.

-Es una forma de preservar pecados Molly. –Susurró Arthur sorprendido.

-¿Preservar pecados? –Molly palideció, qué hacía Ronald con aquello.

-Escuché cuando Ron y Harry decían que los preservativos tenían que ver con el pecado, Molly. –Arthur miraba a todos lados, como temiendo que aquello fuera a hacer que la casa se cayera.

-Pero, ¿para qué querrían Harry y Ron preservar sus pecados, Arthur? –Molly no entendía, apesadumbrada se sentó en la cama de su hijo.

-No lo sé, pero esto es malo Molly...muy malo. –Arthur miraba uno de los paquetes en su mano y fruncía el ceño.

-¿Tendrá algo que ver con quien-tú-sabes? –Molly tomó uno y miró a Arthur.

-Sólo hay dos personas a las que podemos preguntar. –La miró con solemnidad.

Ginny y Hermione los miraban con fijeza, a uno y a otro alternativamente, intentando pensar qué decir, Ginny miró a su amiga sonrojada y asintió, Hermione suspiró y lo dijo, así de golpe:

-Esto, no es para preservar pecados. –Exclamó seriamente intentando que la risa que sentía no se asomara ni un poco.

-Excelente. –Arthur sonrió relajándose, miró a su hija con tranquilidad, Hermione se volvió también a Ginny.



-Un preservativo papá, es un método de anticoncepción. –Refirió Ginny sonriente al ver que sus padres, tras festejar que no tuviera nada que ver con quien-ellos-sabían, miraban a su hija con ojos desorbitados.

-¿Anticoncepción? –Molly se puso pálida, Arthur como un resorte se puso de pie.

-Para impedir que... –Hermione comenzó tras tomar aire.

-¡Sabemos lo que es la anticoncepción! –Gritó Arthur Weasley, entonces se abrió la puerta de la cocina y Ron y Harry que habían estado jugando en la colina entraron sonrientes, Ron palideció cuando vio a sus padres, Hermione y Ginny discutiendo ante una mesa llena de preservativos.

-¿Qué tal?... –Harry miró y sintió que se le iba la sangre al piso. -...mmmm...hola.

-¡Ustedes! –Arthur los miró fijamente con furia, rojo como un tomate.

-Ronald Bilius Weasley...Harry James Potter...-Inició Molly poniéndose de pie con la cara pintada de mil colores.

-¡Corre Harry! –Ron no esperó, se dio la vuelta y echó a correr, hasta que escuchó un ¡plop! y chocó contra un enorme cuerpo, su padre lo tomó por el cuello de la camisa y lo llevó de regreso a la casa ante la mirada divertida de las gallinas. -¡No papá!...por favor...

-¡Señora Weasley!... –Harry estaba tan pálido como su amigo, que colgando de la mano de su padre imploraba piedad. -...le juro que no tocaré a Ginny, se lo juro.

-¡Madre, por Merlín! –Ginny se acercó, pero Molly la contuvo con una mirada.

-Señora Weasley, son sólo métodos anticonceptivos, no comprendo porqué se altera, Ron y Harry son precavidos y responsables... –Hermione temblorosa intentó intervenir.

-Ronald Weasley...escúchame bien. –Sentenció Molly mirando primero a su hijo, luego se volvió a Harry que tembló. –Esto va también para ti, Harry Potter.

-Lo siento...lo siento...-Ron no sabía si comenzar a llorar, Hermione se cubría los ojos con las manos y Ginny decidida a intervenir tocó el hombro de su padre.

-No te metas Ginny. –Sentenció su padre malhumorado, Harry la miró suplicante.

-Ustedes dos, desecharan estos preservatos...preservaticos...¡preservativos! –Logró decir al fin. -¡Entienden! –Molly respiraba pesadamente.

-¡Claro! –Gritaron Harry y Ron espantados, sentados los dos ante los Weasley.

-Ustedes dos no volverán a pensar en el control natal, ¿entienden? –Preguntó mirándolos con furia.

-Sí, entiendo. –Dijo cada uno, aunque empezaban a sentir que aquello no sonaba del todo bien.

-No van a venir ustedes dos a terminar con la profunda y venerable tradición de tener tantos hijos como puedan...¡No mis hijos! –Gritó Molly mientras Arthur asentía con solemnidad. –Ni siquiera Charlie me dio tal vergüenza...

-Pero, eso significa que nosotros no podremos... –Ron saliendo de su trance anterior miró a su madre con sorpresa y duda.

-Exacto Ronald...los Weasley tiene los hijos que Merlín y la magia les den...sin importar nada, ¿entendido? –Al ver que los dos callaban mirándose el uno al otro, Molly repitió. -¡¿Entendido?!

-Sí mamá. –Dijo Ron tan pálido como el papel.

-Sí señora Weasley. –Susurró Harry impresionado por aquello.

-Bien, en esa caso, desháganse de eso...y continuemos con nuestras vidas...y eso va también para ustedes dos. –Molly señaló a Hermione y Ginny, las dos tan pálidas como los chicos, Hermione quiso refutar, pero una mirada de Ron la hizo callar.



-Bien hecho querida. –Arthur y Molly subieron la escalera; en la cocina, Ron tuvo que sostener a Hermione que se desmayó y Ginny y Harry, que en otra ocasión se habrían dado la mano se miraron con profunda y terrible desconfianza.