Mini-fic de aproximadamente dos capítulos en el que se muestra un día cualquiera en la vida de Emmett Cullen.
Humor desde el principio hasta el final, locuras solamente propias de un ser como Emmett.
Historia escrita con la colaboración de Leire, mi amiga, mi Pandora Killer mi confidente, mi inspiración, mi Tehrror, mi marmotita, mi musa. Gracias por ayudar a seguir la historia cuando me he bloqueado, gracias por esas brillantes ideas que salen de tu brillante mente ^^
Disfrutad!
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UN DÍA CUALQUIERA
by Pandora Lover & Pandora Killer
Suena el despertador. Emmett Cullen lo apaga de un manotazo. Aún no sabe para qué lo pone siempre a la misma hora si no necesita de ese utensilio para despertarse, ventajas de ser vampiro: sino duermes, no te tendrás que despertar.
Se levanta del sillón de su dormitorio compartido con Rosalie y se estira, como si hubieran pasado años desde la última vez que movió sus músculos. Besa a Rose en la frente y baja a la cocina en silencio.
- Emmett, ¡por Dios! – exclama Alice en cuanto lo ve - ¿¡Quieres hacer el favor de dejar esa maldita costumbre de bajar a desayunar en calzoncillos!?
El aludido dirige su mirada abajo y comprueba que, una vez más, ha olvidado ponerse un pantalón y la camiseta. Sonríe divertido.
- Da gracias a Dios que me haya acordado de ponerme los calzoncillos, Al – bromea.
Se sienta en una de las sillas y mira a las musarañas. Ni siquiera saber por qué está ahí si no va a desayunar, tal vez costumbre, tal vez aburrimiento. Bella y Edward aparecen en la cocina con Nessie en brazos, Esme se encarga de darle algunos cereales, al capricho de la cría. Ella mira divertido a su tío, burlándose de él mientras le saca la lengua.
- Eh – se queja Emmett -. Eso no es justo. Esta cría lleva viviendo con nosotros sólo un año y ya le proporcionáis todos los caprichos que ella quiere, como esos asquerosos cereales que saben a tierra molida. Y yo… yo llevo mucho más tiempo aquí y nadie me trae un oso para desayunar – Emmett cruza los brazos sobre el pecho, visiblemente enojado.
Los integrantes de la cocina estallan en carcajadas, Emmett se alegra de ser el payaso de turno y de provocar sonrisas en los demás… pero también le hubiera gustado un oso como desayuno. Se levanta y sube a su dormitorio. Rosalie ya no está allí. Él se quita los calzoncillos y se viste para ir al instituto, otro día más de colegio, le mata la rutina, la monotonía de su vida, que no haya osos para desayunar. Frustrado se dirige al baño y se cepilla los dientes, en los que no hay ni un rastro de oso. Está pesado con ese maldito oso, pero tiene un antojo, como esas mujeres embarazadas que ansían el chocolate. Es comprensible, ¿no? Ellas quieren una simple tableta con sabor a cacao (que a Emmett le sabe a rayos) y él quiere un oso… no es tan complicado.
Vuelve al dormitorio, Rosalie está allí arreglándose su rubio cabello hasta que no quede un solo pelo fuera de su sitio. Comienza a pasar lista.
- ¿Camiseta? – se mira la camiseta -. Listo. ¿Pantalones?... Listo. ¿Zapatillas? Listo. ¿Mochila?
Busca la mochila desesperado por toda la habitación.
- Rose, cariño, ¿has visto mi mochila?
- La tienes puesta– responde Rosalie sin apartar la vista del espejo en el que con tanto empeño se está mirando.
- Rose, por favor, yo no soy tan…
Mira sus hombros y descubre en ellos las tiras que forman la mochila. "…tonto" piensa continuando la frase que ha dejado en el aire. Comprensible también, él puede aguantar el peso de doce camiones sobre su pecho… ¿qué es una insignificante mochila con dos libros dentro?
Totalmente normal, quiere un oso para desayunar, olvida que lleva puesta la mochila… un día cualquiera, un día como todos los demás.
Salen a la entrada y se dirigen a sus respectivos coches. Emmett conduce su Jeep con orgullo mientras que Alice y Jasper prefieren ir en el Volvo con Edward y Bella. El viento le da de pleno en la cara, pero se siente bien, libre, ligero… demasiado ligero.
- ¿Te has acordado de ponerte los calzoncillos? – pregunta Rosalie a su lado.
- Mierda.
Emmett salta del coche, a lo que Rose coge el volante y conduce de su parte, como si ya lo hubieran estado ensayando. Y realmente, no es la primera vez que ocurre. Corre a la velocidad de la luz, irrumpe en casa, entra a su habitación, se coloca unos calzoncillos, se asegura de haberse puesto los pantalones por encima y sale despedido, antes incluso de que Carlisle o Esme hayan notado su presencia.
Rose vuelve al asiento del copiloto al mismo tiempo que Emmett entra en el Jeep.
- No te los habrás puesto del revés, ¿verdad?
Emmett deja de mirar la carretera por un segundo y dirige su mirada a su ropa interior. Sonríe.
- No, esta vez no.
Llegan al instituto, cada uno se dirige a su respectiva clase. Rosalie y Emmett se sientan juntos mientras el profesor de Literatura entra en el aula. Y otra vez lo mismo, otra vez el típico sermón de todos los días. Rosalie se pinta las uñas debajo de la mesa, aburrida con la explicación del profesor, Emmett simplemente sueña despierto con osos pardos.
- Señor Cullen – lo llama el profesor -. ¿Quiere hacer el favor de decirme de quién estaba hablando?
Emmett despierta de su ensoñación, mira al profesor con una sonrisa inocente y de suficiencia. Lleva días hablando de la misma persona.
- De Will, señor.
- ¿Will?
- William Shakespeare, señor. ¿Es que no sabe usted quién es?
La clase estalla en risas. Rosalie sacude la cabeza lentamente, "no cambiará nunca" piensa para sí misma. El profesor se siente estúpido ante semejante contestación.
- Señor Cullen, no debe hablar con ese tipo de confianza de personas que no ha conocido…
- Pero profesor, William Shakespeare vivió en mi edificio.
La clase volvió a estallar en risas. Todos adjudicaban a Emmett un gran humor, una capacidad de hacer reír asombrosa porque siempre bromeaba totalmente serio.
- ¡Señor Cullen, basta ya! ¡Al despacho de la directora!
- Pero…
- ¡Váyase!
Emmett sale del aula vitoreado por las risas de sus compañeros. Se siente frustrado porque no puede hablar en clase y, cuando lo hace, siempre terminan castigándole. Está bien, ha mentido en eso de que Will vivía en su mismo edificio… pero perfectamente hubiera podido conocerle. ¿Qué sabía aquel profesor de pacotilla cuántos años tenía? Por Dios, ¡si era mayor que su propio profesor!
- Estúpido…
Camina por el ya tan conocido camino hasta la sala de la directora. La secretaria lo mira con una sonrisa.
- Ya estabas tardando – bromea -. ¿Qué has hecho esta vez?
- Decir que conozco a William Shakespeare.
La secretaria lo mira divertida y ríe por lo bajo. Emmett Cullen es lo único que alegra y da vida a sus aburridas y monótonas mañanas. Le invita a pasar al despacho de la directora y Emmett irrumpe allí con su acostumbrado buen humor.
- Cullen, Cullen – lo regaña la directora -. Ya van dos faltas graves y cinco visitas a la directora esta semana… ¿es que no piensas parar?
- Pero si yo no hago nada, señora directora. Se lo juro.
Emmett es expulsado del instituto durante dos días. Se siente frustrado pero se lo toma con humor y hasta se alegra. "Dos días sin madrugar… ¡Bien!" ríe en su fuero interno, si fuera un simple mortal podría decirlo, pero ser vampiro es lo que tiene. Corre hasta casa, queriendo despejarse con el viento. Un fuerte olor le repele desde la entrada. Jake está en la casa.
Se alegra, ese licántropo le cae bien, aunque huela a perro mojado. Irrumpe en la estancia y se lo encuentra jugando a Barbies con Nessie, sin poderlo evitar ríe hasta que las lágrimas inexistentes caen por sus ojos. Cae al suelo, lo golpea con tanta fuerza que lo hace retumbar… Jacob, Jacob el licántropo… ¿jugando a Barbies? En aquel momento hubiera deseado tener una cámara de fotos a mano para inmortalizar aquel momento.
- Eh, qué pasa – gruñe Jake -. Tú juegas con tu Barbie, yo juego con las de Nessie, no es para tanto.
- Ya, perro. Pero la mía es de carne y hueso, y yo no parezco tan patético como tú cuando juego con ella – ríe Emmett.
- Maldito chupasangres…
- Eh, eh. No te pongas así, hagamos algo más interesante con la cría. Hablémosle sobre cosas verdaderamente importantes.
- ¿Como qué?
- Vamos a ver, Nessie. ¿Te gustaría saber cómo se forman los niños?
- ¡Sí! – grita ilusionada la pequeña.
Jake lo mira con ojos sorprendidos. "Definitivamente" piensa, "este Cullen está completamente loco". Emmett lo mira con expresión tranquilizadora.
- Verás, Nessie – dice sentándola sobre su regazo -. Todo está relacionado con los osos.
- ¿Osos? – preguntan ella y Jacob al unísono.
- Sí, osos. Ellos son los encargados de traer a los niños desde la fábrica de niños en la que trabaja Santa Claus.
Jacob lo mira con los ojos como platos una vez más, sin embargo, deja al tío de la pequeña continuar con la historia, preguntándose qué se inventará para contarle a Renesmee el procedimiento de los niños.
- Lejos, muy lejos de aquí – prosigue Emmett, emocionado con la historia -, Papá Noel tiene una cabaña donde construye niños de carne y hueso. Los papás hacen su encargo por medio de un tipo llamado Dumbo, que es un elefante que puede volar.
- ¿Puede volar? – repite Nessie.
- Sí, tiene las orejas tan grandes que puede volar. Como tu tío Jasper – ríe él sólo -. Sigamos, el caso es que los papás hacen su encargo y Dumbo informa a Santa Claus de cuántas personas quieren tener un bebé y éste los construye. Luego se los da a los osos para que los lleven hasta sus correspondientes casas, ¿entiendes, pequeña?
- Sí.
- Pero, hay niños que nunca llegan a su destino…
- ¿Por qué? – lo corta Jacob con expresión entre molesta y divertida.
- Por que los osos comen carne y durante el viaje les entra mucha hambre… - responde Emmett, poniendo distintos tipos de voz para la historia – y ¿qué es lo primero que tienen cerca cuando tienen hambre?
- Los niños – contesta aterrada Nessie.
- ¡Eso es! – exclama provocando que tanto Renesmee como Jake suelten un pequeño bote – Por eso tu tío Emmett caza osos, porque son malos. Así que si alguna vez ves un oso, pequeña – susurra en el oído de su sobrina -, no dudes en… ¡ZAMPÁRTELO!
Nessie corre por el salón mientras su tío va detrás de ella simulando ser un oso, la pequeña ríe y grita mientras repite dos únicas frases:
- ¡Yo quiero ser como tío Emmett! ¡Quiero cazar osos!
De pronto, irrumpen en la estancia el resto de la familia, de vuelta del instituto. Bella y Edward encuentran a Renesmee gritando a los cuatro vientos que quiere un oso para comer. Bella mira interrogante a Emmett.
- ¿Qué disparates le has metido en la cabeza?
- ¿Yo? ¿Por qué he tenido que ser yo? – pregunta inocente - ¿Qué pasa con el perro?
- Si habla de osos sólo puedes ser tú – coincide Alice.
- Al, lo único que vas a conseguir así es que me pasee por la casa desnudo – bromea.
- Dispara, Emmett – dice Edward.
- ¿Qué culpa tengo yo de que a Nessie le gusten los osos?
Piensa en lo mucho que ha acertado con la historia, cualquier capricho de la niña le es concedido… ¡tal vez así haya osos para desayunar! Rosalie se sienta en el sofá donde segundos antes ha estado Jacob, su olor le revuelve el estómago.
- Puaj, huele a perro mojado – se queja.
- Ey, Barbie – le dice el aludido -. ¿Sabes cómo mataría una rubia a un pez?
- ¿Ahogándolo? – adivina Rosalie, completamente cansada de los chistes del licántropo.
Jake piensa durante unos segundos, esa maldita rubia se los sabe todos. Prueba con su arma letal:
- Y ¿sabes cómo se puede mantener entretenida a una rubia?
Reina en silencio. Nadie se lo sabe. Edward ríe por lo bajo al oír la respuesta en la mente de Jacob. Emmett aguarda expectante.
- Dándole un papel que ponga en los dos lados: "dame la vuelta" – finaliza Jake.
Los Cullen ríen como locos, todos menos Rosalie, que mira con desprecio al chucho. Dirige una mirada asesina a su novio y éste aguanta la risa hasta que no puede más y se tira por el suelo.
- ¡Qué bueno! – exclama aguantándose la tripa por el dolor que le da la risa.
Emmett se serena, respira hondo un par de veces y dirige su mirada divertida a Jake, el cual todavía se ríe por lo bajo.
- ¿Sabes cuántos chistes hay de rubias, chucho?
- No.
Rose lo mira esperanzada, por fin Emmett se ha decidido a defenderla. No puede saber lo equivocada que está.
- Tres, los demás son historias verdaderas – concluye el vampiro.
Tanto Jacob como todos los integrantes de la sala comienzan a reír una vez más. Rosalie echa humo por las orejas, no duda ni un instante en perseguir a Emmett por toda la habitación mientras éste corre torpemente, ahogándose con la risa.
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No tardaré en subir el siguiente capítulo, gracias otra vez a Pandora Killer (Leire) por su imaginación y ayuda :)
Visita a Carlisle, ayuda a Esme, pelea con Bella, perseguir a una mascota de un partido de baloncesto... ¿Te lo vas a perder? Yo no lo haría ^^
Un besoo! Reviews Pleasee!
