Tú no Eres Ese que Alguna Vez Amé
By
Tomoe-chan
Disclaimer: Todos los personajes que aparecen en este fanfic son propiedad de Rumiko Takahashi, y ninguno de ellos me pertenece. Yo solo los utilizo para darle vida a este fic que vino a mi inspiración. Y lo único que gano es un par de comentarios.
Notas de Autora:
Hola wapas y wapos!
Pues aqui vengo a presentarles yo mi nuevo fanfic de Inuyasha! Si alguno leyó "Problemas" se dará cuenta que es muy diferente, comenzando por las parejas, además de que es un crossover conb la serie de Inuyasha. Post-serie además, con algún par de personajes medio OoC, pero es porque... bueno, luego se darán cuanta por que. A ver, por el momento no hay mucho que explicar creo yo. Y no se preocupen a las personas que estan leyendo "El Regreso de Hao2, porque sí lo voy a continuar. Por el momento llevo escritos el prólogo y los primeros tres capítulos. Así que aun tienen tiempo de aportar ideas para que yo saque más rapido los capítulos de este fic!
Y para contradecirme con lo que dice en "El Portal del Destino", fans del KxH... Va a haber shonen-ai! (Es lo más que puedo hacer por el momento u.uU)
Signos:
-blabla- diálogo
-blabla- pensamientos, recuerdos, persona del otro lado de un teléfono, ect.
-(blabla)- mis notas (que espero sean pocas).
PRÓLOGO
(PoV Kagome)
-¡Hola! Me llamo Kagome Higurashi y curso el segundo año de la Universidad de Tokyo. Tengo veinte años y ya no soy lo que solia ser.
-Muchos recordaran a aquella muchachita quinceañera, dulce e inocente que yo solia ser. Pues eso cambio. Luego de vencer a Naraku, comenzó esto.
-Estuvimos casi un mes recuperandonos. Inuyasha y Sesshoumaru fueron los más afectados. Inuyasha estuvo muy grave, casi a punto de muerte, pero apareció Kikyo y, sorprendentemente, mejoró muy rápido. Y entonces fue cuando me dí cuenta de que mi amor por Inuyasha jamás fue correspondido. Eso me rompió el corazón infinitamente, fue parte de lo que me cambió.
-También Sesshoumaru salió muy mal de aquella batalla, y aunque es un insensible testarudo, unos dos o tres días despues de ver que no podia curarse por sus propios medios, y por pedido de la pequeña Rin, que no queria verlo sufrir, él dejó que yo me encargara de sus heridas. La perla habia regresado a dentro de mi cuerpo, incrementando mis poderes de sacerdotiza, curandome casi al instante, y permitiendome curar al testarudo youkai.
-En ese tiempo fui madurando y conociedo más a Sesshoumaru, y de sus actitudes y parte de su hustoria. Y comenze a fijarme entonces más en él como un chico, y no como el frío hermano de Inuyasha. Y comenzó a atraerme. Pero una vez más mi corazón se rompió.
-Decidì regresar a mi época por uno dias, y cuando quiese regresar, no pude atravesar el portal. Mientras que mi familia, mis amigas y amigos comenzaban a olvidar mis ausencias, mis "enfermedades", a Inuyasha y todo lo demás. Y entonces recordèé y comprendí lo que me habia querido decir Kikyo aquel día que Sesshoumaru la hecho por querer acercarse a Rin.
-Ella me habia dicho muy fríamente: "Tu trabajo aquí ya esta hecho. La historia cambiará si tu permaneces".
-Y una ves más mi corazon se rompió. Perdí toda esperanza de volver a ver a mis amigos, a Inuyasha, a Shippo, a la anciana Kaede o a cualquier otra persona de aquella época. Mas sin embargo, los monstruos seguian apareciendo, aunque no salian del pozo.
-Entonces fue cuando bruscamente crecí. Me volví una persona poco alegre, seria y comenze a entrenarme con el arco, en artes marciales, con la espada, y aprendi algunas tecnicas ninjas, como respirar imperceptiblemente.
-Nadie entendió el verdadero motivo por el cual yo me entrenaba, así que muchos llegaron a pensar que se trataba simplemente de defensa personal.
-Poco a poco mis gustos por la mayoria de cosas cambiaron. Cambiaron mis amigos, cambiaron mis gustos musicales, cambio mi forma de vestirme, arreglarme el cabello, e incluso mi forma de maquillarme.
-Asi pasaron los meses, mis nuevos amigos crearon una banda de rock y me animaron a que yo fuese su vocalista. Al principio me negue, pero poco a poco descubrí que era la única forma que tenía de liberarme sin lastimar a nadie. Comenzamos a trabajar en las canciones y todo, y me puse a escribir canciones con respecto a mis aventuras en la época feudal, que les fascinaron, pues hablaban de seres fantasticos, de peleas míticas, y amorios imposibles. Y entre cosas y cosas, pasaron los años, hasta llegar a este momento.
-¿Qué por que les cuento esto? Quiza por que un maldito monstruo trata de apoderarse de la perla, y para mi mala suerte, estoy hecha polvo del entrenamiento de hoy, y no quiero morir tan joven y…
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
-¡¡¡¡¡¡¡¡Arghhhhh!!!!!!!- resonó un grito en medio del bosque aquel donde se encontraba el templo de la maestra Genkai.
Yusuke Urameshi, Keiko Yukimura, Kazuma Kuwabara y Shuuichi Minamino, más conocido como Kurama, subian los cientos de gradas que conducian hacia el templo de la maestra Genkai, como hacian cada sabado por la tarde, cuando escucharon este desgarrador grito.
Yusuke cargó a Keiko por instinto, y luego corrió lo más rápido que pudo junto a sus dos amigos.
Cuando llegaron encontraron a una chica de cabellos negro azabache que estaba tirada bocabajo con una muy fea herida en su espalda y brazo. Su blusa celeste estaba manchada de sangre y su pantalón deportivo verde claro estaba manchado de tierra, lodo y hojas de arbol. La chica respiraba entrecortadamente y su cabello cubria su rostro.
El mounstro que la habia atacado, una especie de rata-gato con un centenar de dientes que se relamia las patas saboreando la sangre de la chica y babeaba asquerosamente, le dijo con una voz horrible y chillona:
-Vamos chiquilla, no perdamos tiempo y dame esa perla ¡ya!
-¡Déjala en paz!- dijo un muy serio Kuwabara.
-¿Qué vas a hacerme humano?-se pavoneó el mounstro. Y en un abrir y cerrar de ojos el mounstro murió, haciendose cenizas.
-¿Higurashi-san?- preguntó el chico con miedo, nerviosismo y emoción en la voz. Los demás se le quedaron viendo raro, por las emociones que transmitia la voz de Kuwabara. No podia haber olvidado a Yukina por esta chica¿o si?.
-Ha... Hai- dijo ella casi sin voz, tratando de incorporarse.
-¡Oh! Por favor, dejeme ayudarle- dijo Kuwabara con admiración ojos de admiración.
-¡No!- dijo ella, ya sentada, con miedo y dolor reflejados en sus ojos color chocolate, mientras se arrastraba un poco para atrás.
Ahora podían ver su cara. Parecia cansada, su puel blanca estaba manchada de tierra, su cabello estaba ligeramente revuelto y fuera de su lugar. Sus ojos estaban delineados y con rimel negro, y en su delgado y blanco cuello llevaba un colgante de plata de medio corazón roto y un colmillo que estaba unido a los dos extremos de dicha mitad.
-Levantate ya, onna- dijo una voz desde la sombra, que salió poco a poco.
-¡Hiei!- gritaron Kuwabara y Yusuke al mismo tiempo.
-Hiei...- susurró Kurama, sin embargo.
-Veo que aprendes rápido, onna- dijo el aludido, dirigiendose a la muchacha que aún yacia en el suelo.
-He vivido lo suficiente como para saberlo, gracias- le respondió ella, amargamente.
-Hn
Kagome trató de levantarse como pudo, sacando fuerzas de su propio orgullo. No le daría la satisfaccón a él de verla así. No se rendiría tan facilmente. Hiei vería que no era tan debil como le decía. Porque lo hacía por todo ese tiempo en el que solo era observadora de las peleas que Inuyasha y sus amigos libraban contra Naraku y otros mounstros. Porque le demostraría a su sensei que si estaba capacitada para tal carga.
Todos observaban como ella gastaba hasta la ultima de sus energías en pararse y tratar de irse. Pero para su mala suerte, su cuerpo ya no daba para más, y cayó hacia atrás.
Y fue entonces cuando lo sintieron. Una fuerza enorme, devastadora; pero a la vez una de las más puras. Incluso Keiko sintió un algo abrumador. Mientrsa que el cuerpo de Kagome era envuelto en una tenue luz rosada. Quedó suspendida unos momentos a media caida. La luz se intensificó tanto que tuvieron que cerrar los ojoas para que no los dejase ciegos. Y tan pronto como comenzó, terminó. Y lo único que vieron fue el cuerpo de Kagome pulcro, sin ningún daño de ningú tipo, y una pequeña luz rosada en medio de su pecho.
Kurama fue el primero en acercarse a investigar que era aquello. Acerco su mano pero...
-¡No!- dijo la potente pero cansada voz de la maestra Genkai.
-¡Maestra Genkai!- dijo Keiko
-¿Qué pasa?- preguntó Kurama.
-No debes despertarla, o podria causar un caos mayor al que podríamos contener,- dijo ella, sin explicar lo que significaba eso. Él la miró con cara de interrogación.
-Hay que llevarla al templo. Allí podré explicarles mejor,- fue todo lo que dijo ella, y comenzó a caminar.
Un rayo cruzó el cielo, y un trueno se escuchó fuerte.
-Mejor nos apuramos- añadió y salió corriendo hacia el templo. Así lo hicieron, Yusuke cargando a Keiko en brazos, Hiei y Kuwabara solos, y Kurama cargando a Kagome.
Terminado el 08 de Febrero de 2008 a las 09:27 p.m.
Notas de Autora:
Bueno, ese fue el prólogo. A mi parecer está interesante. Y supongo yo que les dejé muchas dudas¿o no?. Ya con el tiempo se irá descubriendo todo. Es todo lo que les puedo decir de momento. Huy! Si que soy mala, pero es que debo dejarlos con la intriga. Hay varias cosas por allí que después van a ser muy importantes, así que presten mucha atención.
Dudas, quejas, comentarios, reclamos, tomatazos, alabaciones, etc., en un Review se les agradecera muchísimo!
Y a ti, si tú, del otro lado de la pantalla. Si, a ti te hablo, lector que por pura casialidad encontraste este fic, y que te pusiste a leerlo. Dejame un review! No te quita mucho tiempo, son solo unas cuantas palabras, pero no sabes lo feliz que me harán! Y asi actualizaré más rapido.
Atte,
Tomoe-chan
