N/A: no estaba segura si publicar esta historia o no. La escribí hace unos años, cuando era chica y no estaba pensando en escribirla para otros sino porque hace unos años cuando me acabé crepúsculo me quedé con ganas de más y con una amiga hicimos una historia como continuándola un año después, la verdad es que ni me acordaba de que existía. Estaba borrando documentos en el PC y me la encontré de repente... hace muy poco que me cree la cuenta aquí y es el primer sitio... bueno no enrollo más. Pero dejen reviews pa ver si pongo más o no que está escrito pero no se no se... a mi no me convence. bueno dejen su opinión no se olviden ;3

UNA NOTICIA NO MUY AGRADABLE parte 1

Odiaba estos momentos, en los que me quedaba sola en casa, cuando Renesmee dormía y Edward estaba fuera. Eran los momentos en los que me invadían los recuerdos, los Vulturis y su pequeño ejército esperando, esperando a que cometiéramos un solo fallo para poder matarnos. Hacia ya un año de lo ocurrido y todavía no lograba quitarme de la cabeza esas horribles imágenes.

Había sido el año más feliz de mi vida, me había propuesto cumplir una promesa, al despedirme de Zafrina, una de las vampiros del amazonas, le había prometido ir a visitarla con Renesmee, la verdad era que ellas se habían llevado muy bien en un principio y Renesmee ya estaba deseosa de verla, teníamos los billetes para dentro de dos semanas. Pare y sonreí al pensar en como se pondría Renesmee al ver los billetes el día de su cumpleaños. Suspire, solo faltaba una semana…

Me sobresalte cuando oí los pasos y note el dulce olor de Edward, seguidos por la puerta, se suponía que no vendría hasta la una o las dos, no es que me disgustara que llagara temprano, claro, pero si me intrigaba.

Me sobresalte al verle el rostro demacrado por la angustia y el agobio.

-¿q-que ha pasado?- tartamudee desde el otro lado de la habitación donde me había quedado clavada.

-Pues…- titubeo- Alice ha visto a los Vulturis…- dijo en un susurro.

Supe que había más, pero paro al ver la mueca de agonía en la que se había convertido mi rostro. No podía creerlo, no, otra vez no. No podía averiguar el motivo por el que los vulturis tenían otra vez el ojo puesto en mi familia. ¿Es que nunca se iba a acabar? Entonces lo comprendí.

-Renesmee- susurre con la voz rota.

El asintió. Me sentí desfallecer y aunque sabia que eran puras imaginaciones de mi celebro y que mi cuerpo nunca me traicionaría de esa forma me tire a sus brazos buscando apoyo. No, no podía permitírmelo no, no, no, no podía permitir que ocurriera. Era demasiado, mi pobre bebe, dormido en la habitación de al lado, no podía sufrir tanto como la ultima vez.

-¿Qué quieren esta vez?- pregunte con una voz apenas audible.

En ese momento oímos movimiento en la habitación de Renesmee, se había despertado, fui a su encuentro mientras le susurraba a Edward:

-después- el asintió.

Cuando entre me la encontré en la cama con la respiración agitada. Que guapa era y que mayor estaba, tenía la apariencia de una niña de 5 años y eso me sorprendió al haber pensado en ella como en un bebe hacia tan solo un segundo. Recordé la felicidad, que, me parecía ahora tan lejana. De cuando Carlisle nos había contado que el crecimiento de Renesme iría reduciendo la velocidad, esto se debía a causa de la dieta. Y que cuando cumpliera el año de edad iría a una velocidad tan solo con unos meses a diferencia de la humana.

-Te has levantado muy temprano- dije mientras caminaba hacia ella y le besaba la frente- ¿has dormido bien?

Edward pasó por delante de la puerta a paso ligero, seguramente con intención de cambiarse, y ambas le miramos pero la expresión de mi hija se torció.

-he- dijo con la voz entrecortada- he soñado con papá.

-¿Y…?- intente animarla.

Ella puso su mano en mi cara y de repente me vi envuelta en una negrura inmensa que fue sustituida por un lugar en la penumbra, vi Italia, la ciudad de los Vulturis, y pensé que mi hija nos había oído, pero de inmediato me di cuenta de que Renesmee no conocía aquella ciudad. Me saco de mis pensamientos cuando distinguí una figura en las sobras, al enfocarla mejor distinguí con horror a Edward pero me controlé y me concentré en seguir el sueño.

Vi como mi marido cruzaba como un fantasma las calles y como parecía que huía de algo. Me encontré en una escena traumática cuando al doblar una esquina Edward se encontraba con Aro, Cayo y Marco, los tres vulturis jefes, Edward se quedo petrificado un segundo y luego, inmediatamente se dio la vuelta aparentemente olvidándose de lo que le estaba persiguiendo y entonces se encontró de morros con Jane, Alex, Demetri y el resto de la guardia. Estaba arrinconado.

-no lo vuelvas a intentar- dijo Aro- si lo haces, ella morirá. Y no queremos que muera ¿cierto?

-no- respondió Edward sin expresión alguna en la voz.

-entonces- dijo Cayo con expresión divertida- ¿Ya esta? ¡OH! Que aburrido entonces. ¿Porque no huyes otra vez? seguro que ha tu querida bella le gustaría morir, además, yo también me divertiría.¿ves? ¡Todos ganamos!

Renesmee retiro la mano de mi rostro, sus ojos delataban mucho miedo y también su corazón se aceleró.

-¿de donde te has sacado esto? - intente aparentar despreocupación y funcionó. La verdad es que había mejorado bastante con mis dotes interpretativos

-yo…- vaciló- escuche a abuelo Carlisle y ha tía Alice hablar de algo parecido. Creí que era una de las visiones de la tía.

No sabia que decir. ¿Alice había visto aquello? Si era así ¿porque no me lo había dicho? Pero eso no importaba ahora, lo que importaba era que Renesmee estuviera tranquila. Pero aun así tenia que saber como era que Renesmee había visto aquella ciudad

-de todas formas. ¿Donde has visto tú esa ciudad?

- en el cuadro que hay en el despacho del abuelo Carlisle.

A bueno, eso era verdad, a mi hija le encantaban las historias de cómo habíamos llegado a ser vampiros y esa, en particular, le encantaba Edward se la había contado barias veces con los cuadros y todo.

-hay que ver, tener una tía para esto, mira que meterte miedo- improvise- no les hagas caso, seguro que no querían decir eso. De todas formas, iré a ver que era lo que querían decir en realidad ¿vale?

-vale mami. Pero me lo contaras.

-hecho.

-Y Renesmee, Jacob te llamo para ver si querías pasar el día en la Push- agregue, quería hablar con Edward a solas.

-¿puedo ir?

-claro. Ve y diviértete, pero tienes que recordarle que aquí a las siete.

-Hecho.

Me levanté para que se vistiera y me dirigí a la habitación. Cuando llegue encontré Edward sentado en la cama con cara de sufrimiento.

-¿lo has visto?- pregunte en un susurro. Edward asintió- ¿Alice te ha hablado de esto?- negó con la cabeza, todavía incapaz de hablar- bueno tengo que llamar a Jacob antes de nada- dije mientras buscaba el móvil, en cuanto lo encontré marque el número de Jacob "¿si?" respondió la voz de mi amigo desde el otro lado de la línea al quinto timbrazo.

-Jacob, soy bella ¿te puedo encargar a Renesmee hoy?- dije con velocidad.

-Claro, ¿Cuándo la traes?- respondió, parecía confuso pero feliz.

-se esta vistiendo- respondí en susurros- esperaba que la recogieras en la frontera.

-claro- parecía confuso- e… Bella ¿porque hablas en susurros? ¿y porque no vienes a La Push tu también? Recuerda que es sábado y Sam deja que vengas.

- te lo contare en otro momento- respondí a toda prisa-.

-vale, pues hasta luego Bella-dijo poco convencido.

-hasta luego.

La línea se corto y yo me volví hacia Edward que ya se había recompuesto. Iba a tirarme en sus brazos destrozada pero en ese momento entro Renesmee y anunció:

-ya estoy lista.

-pues vamos-respondí recuperándome al instante- te acompañare hasta la frontera.

-¿y luego voy sola hasta casa de Jacob?- dijo con ilusión, me recordaba a mi cuando era humana quejándose de las protecciones y intentando hacer más cosas por si misma.

- de eso nada señorita,- intervino Edward- allí la recogerá Jacob.

Le hizo una mueca a Edward y este le respondió sacándole la lengua.

-vamos- corté- ¡andando!

-adiós papi- se despidió Renesmee.

Salimos de casa y echamos a correr. Normalmente correr me encantaba, me sentía bien, me chiflaba correr. Pero en aquellas circunstancias me recordaba a las prisas y el estrés. Con lo que también me recordó a los Vulturis y la desesperación

-mami- dijo Renesmee al notarlo- ¿Qué pasa?

-¡eh!- me sobresalte cuando corto el hilo de mis pensamientos- o nada, nada cielo.

-pero mami- insistió ella- estas rara.

-lo siento cielo- se me acababa de ocurrir algo estupendo- es que tengo la sensación de que se me ha olvidado algo.

-pero a ti nunca se te olvida nada- replico ella. Vale, quizá no era tan genial.

-por eso estoy tan rara.

-a, bueno vale- acepto ella sin convicción.

El resto del trayecto lo hicimos en silencio y al minuto estuvimos en la frontera, Jacob nos estaba esperando en forma lupina.

-¡Jacob!- Renesmee salto a su lomo y el le correspondió con un movimiento de cola. Eran felices cuando estaban juntos, y yo era feliz de ello.

-hola Jacob- dije a toda prisa- espero que lo paséis bien. Adiós chicos- y me di la vuelta para irme.

-pero mami- se asombro mi hija- ¿te vas ya?

- si, lo siento cielo, tengo un montón de cosas que hacer- y que sufrir añadí en mi fuero interno- bueno, adiós chicos.

-Adiós mami-dijo Renesmee extrañada y Jacob la acompaño con un movimiento de cabeza.

Me di la vuelta y eche a correr a toda prisa, no sabia adonde dirigirme, se habría ido ya Edward de casa para hablar con Alice, o seguiría en casa esperándome. Decidí irme a casa y de paso cambiarme.

Cuando entre y vi a Edward sentado, esperando, todos mis planes se me olvidaron y me tire destrozada a sus brazos.

-explícalo- le exigí con la voz rota.