Thesia, mundo de origen de las poderosas, longevas y sabias Asari. Una de las razas más antiguas y poderosas de la galaxia. Fueron ellas quienes descubrieron La Ciudadela y las que cimentaron las relaciones con otras razas de infinidad de mundos. Ahora no es más que una sombra de lo que fue, pero el planeta vuelve a resplandecer con nueva vida. Las batallas de una guerra aun reciente solo se atisban con algunas ruinas. Y con la presencia de los Segadores. Maquinas inmensas con una inteligencia increíblemente avanzada. Fueron los causantes de todo el sufrimiento y el dolor que ahora pesa sobre Thesia y sobre un millar de mundos más, pero ahora son los encargados de su restauración. La vida orgánica y la sintética desaparecieron hace veinte años, ahora la vida mezcla las ventajas de ambas formas y ninguno de sus males. Ahora gracias a la valentía de una humana podemos ver a los Segadores como aliados, ya no tienen necesidad de cosecharnos, su función principal ha sido suprimida y ahora hacen del universo un lugar mejor.
"Aquí se yergue Shepard, Guardián de la Paz. Estandarte de la Justicia"
Reza la estatua más alta del panteón de los héroes caídos creado por Liara T'soni. Aun llora la pérdida de su compañera. Toda la tripulación de la Normandy la llora, pero ella con un lastre aun mayor en su corazón. Tali y Garrus pudieron sobrellevarlo juntos al igual que Joker y SID. Grunt y Wrex se concentraron en la repoblación y reconstrucción de su mundo de origen. Ashley se volcó en su familia. Samara se unió a la única hija que le quedaba para reconstruir el templo. Jack se concentro en sus alumnos. Jacob tenía a su mujer y a los pocos meses de terminar la guerra tenía a su hijo. Kasumi volvió a su mundo oscuro donde poder hacer fortuna. Miranda se retiro a un lugar seguro con su hermana y su familia. La doctora Chakwas abrió la clínica Mordin Solus en Omega donde podría hacer mucho bien. Javik se retiro al mundo de los Hanar donde hallar el rumbo que debía tomar su vida una vez se hubo vengado. James se concentró en su entrenamiento N7. Diana siguió con su trabajo de reportera. Esteban se enroló en una nave de exploración. Traynor volvió a su trabajo de analista. La tripulación se disgregó por todo el ancho de la galaxia. Cada cual fue a hacer lo que creía correcto. Pero Liara no era solo parte de la tripulación, ella era parte de la vida de Shepard. No la había logrado olvidar.
Era una herida que tenía en el corazón que se negaba a curarse. Solo había dos cosas que lograban mantenerla a salvo de una depresión que la abocara a la destrucción. La primera era su trabajo como Corredor Sombrío, con el cual lograba acelerar las tareas de reconstrucción y le permitió construir ese homenaje a los caídos. La segunda era Driade Shepard, su hija. Nunca pudo decírselo a Shepard. Ni siquiera ella lo supo hasta meses después de la batalla en Londres. Driade era como volver a tener a Shepard a su lado. Tenía el mismo carácter y la misma fortaleza. Ya dejaba claro que tenía dotes de liderazgo desde muy tierna edad y aun así conservaba la humildad y jamás buscaba la gloria. Era la hija perfecta para Liara.
Ese día estaban las dos visitando el monumento y se quedaron mirando la estatua de Shepard. Driade la contempló con aire inquisitivo. Liara lo notó como solo una madre sabe.
- ¿Te ocurre algo Dri? – Preguntó Liara mientras se sentaba en unos bancos a la salida del monumento. A lo lejos se veían los colosos Segadores construyendo un imponente rascacielos.
- Nada importante madre. Solo imaginaba como podría haber sido conocerla. – Respondió Driade con aire distraído, más atenta a sus pensamientos que a la conversación.
- Estoy segura que habríais sido grandes amigas. – aseguró Liara con una sonrisa mientras veía orgullosa a su hija de veinte años. Su piel violácea contrastaba enormemente con la red de circuitos amarillos que refulgían por encima. La imagen de esos circuitos recordaba a todos su nueva naturaleza. Driade era la última de su especie concebida antes del disparo del Crisol. – Te pareces mucho a ella.
- La echas mucho de menos. – No preguntaba, tenía veinte años de experiencia viendo a su madre a diario sabía lo que sentía por Shepard. – Ya has pasado dos lutos por ella.
- Lo sé, y aun hoy sigo pensando que volverá como hizo la última vez. Nadie encontró su cuerpo y la verdad tal como quedo la Tierra dudo mucho que alguien pudiera encontrarlo.
- Mama… Ayer te habría dicho que es hora de olvidarla y pasar página. Pero hoy recibí este vid. – Dijo Driade mostrándole una reproducción bastante deficiente en su IV. En el video se podía ver tropas de Cerberus cargando con contenedores. Los contenedores tenían escrito en uno de sus lados Proyecto Lázaro 2.0. En ese momento el video se corta con un estallido de estática. Liara se queda paralizada durante un par de minutos. No es hasta que su hija le habla que recobra la compostura.
- ¿De dónde proviene?
- Informador anónimo. He intentado seguir su rastro pero lo cubrió muy bien. Use parte de tu red y nada. Sea quien sea, oculto su rastro de tal forma que ni el Corredor Sombrío puede encontrarlo. – Le explicó Driade a su madre mientras mostraba los informes de sus agentes.
- Eso ya lo veremos. – Dijo con un brillo de cazadora en la mirada. – Puede que se haya ocultado bien pero yo soy muy buena desenterrando cosas. Vamos Dri, vas a conocer al resto de mi "familia" – Se levanto del banco como un resorte y con paso firme fue hacia su apartamento.
