Fairy Tail: Una Aventura Eterna
Especial 1
"La Noche de los Jóvenes Magos"
Tras haber regresado a la Ciudad de Magnolia luego de haber derrotado al gremio oscuro, Seven Satan y su temible maestro, Acnologia junto con el resto de sus nuevos compañeros de Fairy Tail; Serena Axel se percató que no tenía lugar en donde quedarse por lo cual la séptima maestra de Fairy Tail, Erza Scalet, le ofreció una de las habitaciones de Fairy Hills.
Algo que la joven que era un demonio de los libros de Zeref agradeció con gran alegría para luego empezar a mudarse hacia su nueva casa. Se tardó algo de tiempo, pero al final Serena paso todas sus cosas al llamado Fairy Hills…
…En una tranquilo noche en la amplia Ciudad de Magnolia…En el edificio que portaba el nombre de Fairy Hills…
-¡Ah! ¡Por fin termine!-
Esas palabras no veían de nadie más que de una bella joven de 18 años con unos largos cabellos negros, ojos cafés y que cubría su voluptuoso y curvilíneo cuerpo con un suéter blanco y unos pantalones cortos azules que se encontraban algo llenos de pintura rosa al igual que algunas partes de su piel sudorosa y al igual que la brocha que ella sostenía en su mano derecha, la cual poseía la marca rosada de Fairy Tail.
Y la cual se encontraba bastante contenta al observar como la habitación en donde estaba poseía sus cuatro paredes pintadas de un hermoso color rosado y además estaba decorada con una amplia y cómoda cama de sábanas blancas y rosadas, algunos libreros llenos de distintas clases de libros, un par de roperos con todas sus ropas y zapatos y otros objetos, un gran espejo y diferentes fotos pegadas a los muros y estantes y mesas de noche que cargaban con algunos libros, flores en masetas, lámparas, algunos lindos peluches y accesorios de belleza y esa clase de cosas.
-Ahora que por fin termine de traer mis cosas y decorar, esta es mi casa…-Hablaba Serena contenta-…Aunque tendré que trabajar bastante para poder pagar a tiempo la renta que me impuso la Maestra. Me da miedo tan solo pensar que me hará la Maestra si me atraso al menos un solo día… ¿Eh?-
Bajando su mirada de ojos cafés hacia ella misma, Serena observaba las numerosas manchas de pintura rosada que decoraban su ropa y su piel.
-Vaya, me llene toda de pintura…Que desastre. Creo que llego el momento de probar esos grandes baños que Fairy Hills tiene y de los cuales Cana-san no dejaba de contarme- Comento Serena al verse a sí misma.
Tras decir aquellas palabras, la hermosa joven de largos cabellos negros y ojos cafés se empezó quitar el manchado suéter blanco y cortos pantalones azules que cubrían el voluptuoso y curvilíneo cuerpo que ella poseía. Y tras quitarse también la sensual lencería negra que cubría su pecho y entrepierna y cubrirse con una toalla blanca que saco de uno de sus roperos, Serena simplemente empezó avanzar hacia los grandes baños del llamado Fairy Hills.
-Hmm…-Pensaba Serena-…Como la mayoría de las mujeres del gremio viven con sus familias en sus propias casas, supongo que los baños estarán vacíos a estas horas. Me sentiré algo sola, pero no hay otra. Ahora que lo pienso, ¿Qué es lo que harán Tsuna y los demas en sus casas a estas horas de la noche?...Seguramente se la pasaran haciendo tanto alboroto como en el gremio. Debo admitir que será algo divertido tener un momento de relajación para mi sola. ¡Allá voy, refrescantes baños!-
-(En la Casa de Tsuna, Lucia y Happy)-
Casi a las afueras de Magnolia, en el interior de una hermosa casa de dos pisos que yacía rodeada de numerosos bellos árboles, flores y arbustos; más específicamente hablando, en su cocina, una pequeña joven de 13 años con largos cabellos rubios, ojos marrones, que poseia la marca de Fairy Tail en color amarillo en su mano derecha y que vestía con los pantalones y camisa de una pijama rosada de su tamaño se encontraba usando las llamas de un horno para cocinar numerosos alimentos en sartenes y ollas mientras un pequeño gato humanoide azul se encontraba sentado tranquilamente en una de las sillas alrededor de una mesa en la sala de esa misma casa.
-Ya casi está todo listo... ¿Eh? Oye, Happy, ¿No sabes dónde está mi hermano?- Preguntaba Lucia con interés mientras cocinaba.
-Tsuna todavía sigue en el baño- Contesto un tranquilo Happy sentado en las sillas de la sala.
-¿Todavía sigue ahí? Creo que ya lleva casi una hora ahí dentro- Comentaba la joven rubia algo sorprendida.
-Bueno, tú fuiste quien le dijo que se quitara todo el olor y barro con el vino a casa luego de luchar con tantas bestias que hay en los bosques- Mencionaba el Exceed ahí presente.
-Lo dije, pero ya ha pasado demasiado tiempo. No importa que tan idiota sea mi hermano, hasta él puede darse un baño apropiadamente y rápido…creo. Hmm…Hmm…No se habrá ahogado en la bañera, ¿Verdad?- Decía Lucia con duda.
-¡Te puedo oír perfectamente desde aquí, Lucia! ¡Yo no soy tan estúpido!- Grito una feroz voz desde el interior del baño de aquella gran casa.
-Lo sé, lo sé. Solamente fue una broma, hermano. Maldito oído de Dragon Slayer…-Susurro Lucia esas últimas palabras- En cualquier caso, ya sal rápido del baño. La cena ya casi esta lista. Y más vale que no empapes todo el suelo cuando salgas, hermano-
-Ya lo sé. Ya salgo- Respondió la voz masculina proveniente del baño de la casa.
Luego de esa respuesta, se pudo apreciar como la puerta de un baño que estaba cerca de la sala y la cocina de aquella casa se abrió desde su interior y como del mismo salió caminando tranquilamente un joven de 18 años con unos cabellos rosados mojados y que estaban siendo secados con una bufanda blanca que este sostenía entre sus manos, que poseía unos filosos ojos marrones, que tenía la marca roja de Fairy Tail en su hombro derecho y el cual enseñaba su tonificado y bien dotado cuerpo de adolecente al no poseer nada de ropa o toalla.
-Ni siquiera pienses comer de esa forma en la mesa. Ponte algo de ropa, hermano- Decía Lucia levemente enojada.
-Ya se. Ya voy a ponérmela- Contesto Tsuna mientras se secaba el cabello con su bufanda y avanzando hacia su habitación.
-Y para que sepas, cuando vas a buscar que ropa ponerte, no vayas a hacer un desastre. Te lave y doble tu apestosa ropa, así que espero que dure así un tiempo, hermano- Dijo la joven rubia con un poco de firmeza mientras seguía cocinando.
-Lo sé. Y gracias, Lucia- Dijo el joven de ahora puntiagudos cabellos rosados secos mientras entraba a su habitación.
-Y más vale que no ensucies nada de tu ropa o la mesa cuando comas. También acabo de limpiarla- Dijo Lucia con firmeza.
-Sí, sí. Entendido, jefa- Contesto Tsuna con sarcasmo desde su habitación.
-Hay veces que me pregunto quién será el hermano mayor aquí…- Comentaba Happy ahí presente.
-¡Ah! ¡Por cierto, Lucia, lo siento mucho luego de que te esforzaste tanto, ¿Pero podrías guardar la comida de Happy y de mí para más tarde?! ¡Se me olvido que tenemos que tenemos que salir!- Dijo Tsuna repentinamente desde su habitación.
-¡¿Eh?!...Bueno, supongo que no hay problema en guardarles su cena, pero, ¿A dónde van a estas horas de la noche?- Preguntaba Lucia con confusión.
-A entregar un regalo. Prometí que lo llevaría tan pronto que estaría listo- Contesto el joven de cabellos rosados mientras terminaba de vestirse en su habitación.
-¿A entregar un regalo? ¿A quién?- Preguntaba Lucia con confusión.
-Tan solo piénsalo un poco, Lucia. Solamente hay una persona por la que Tsuna tomaría un baño y se perdería su preciada cena…- Decía Happy sonriendo pícaramente.
-¿Eh?... ¡Ah!...Ya veo, con que es eso. Vaya, mi hermano es tan…- Hablaba Lucia sonriendo de igual manera que el felino azul.
Saliendo de su habitación ahora vistiendo su blanca bufanda alrededor de su cuello, un abrigo negro sin mangas, un pantalón blanco y un par de sandalias al mismo tiempo que cargaba un objeto plano y cuadrado envuelto en papel en sus manos; Tsuna notaba las leves risas que mantenían su hermana pequeña y su compañero exceed.
-¿Eh? ¿Qué les pasa?- Preguntaba el pelirosa con una gota de sudor bajando de su cabeza.
-(En la Casa de Laxus, Mirajane y Marcus)-
En una de las tantas grandes casas de concreto que formaban a la bella Ciudad de Magnolia; un hombre adulto de cabellos rubios, ojos negros, que portaba la marca de Fairy Tail en su pecho y que vestía con una camisa morada, pantalones y zapatos negros; una mujer adulto de largos cabellos blancos, ojos azules, que portaba la marca de Fairy Tail y que vestía con un bordado vestido rojo y sandalias negras;
Y al igual que un joven de 18 años con cortos cabellos blancos, ojos azules, que portaba la marca de Fairy Tail en su cuello y que vestía con una camisa negra, pantalones negros y unas normales sandalias, se encontraban comiendo tranquilamente los numerosos alimentos que posaban en la mesa que las sillas sobre la que ellos yacían rodeaban y que pertenecían a los demas muebles que yacían en el interior de su cómoda casa.
-Vamos. Di "Ah", Cariño- Decía una alegre Mirajane mientras dirigía algo de deliciosa comida a la boca de su esposo con una cuchara en su mano.
-O-Oye, M-Mira…- Hablaba Laxus con leve rubor de vergüenza en sus mejillas.
-O-Oigan, ustedes…Uno cosa es que se la pasen coqueteando por la calle e incluso en el gremio, ¿Pero tienen que hacerlo incluso aquí en la casa? ¿Cuándo solo estoy mirando yo y comiendo además? ¿No podrían frenar solamente por un momento? Es bastante vergonzoso verlos- Comentaba Marcus con leve enojo mientras seguía comiendo.
-¿Eh? ¿Lo es? Yo no lo creo. Además, ¿No deberías irte acostumbrado a estar coqueteando como tu padre y yo? Después de todo, cuando le digas lo que sientes a Alicia, ¿No querrás coquetear con ella?- Preguntaba Mirajane con tranquilidad y sonriente.
-¡Blush! ¡Ah, Ah!- Escupió Marcus lo que masticaba en su boca- ¡¿Q-Que estás diciendo, Mama?! ¡E-Eso no va pasar!-
-Sí, sí, solamente estoy bromeando, así que tranquilízate. Eres bastante lindo cuando te avergüenzas. Eres igual a tu padre, Marcus. ¿Quieres que te limpie?- Preguntaba la mujer albina entre risas.
-¡P-Puedo hacerlo yo solo!- Contesto el joven albino sonrojado mientras en realidad pensaba-…Aunque es verdad que eso no estaría mal algún día…aunque creo que solo pasara en mis sueños-
-(En la casa de Erza, Jellal y Alicia)-
En otra de las tantas grandes casas de concreto que formaban a la bella Ciudad de Magnolia; había una amplia habitación que poseía sus cuatro paredes pintadas en amarillo y que poseía las cosas habituales de una chica adolecente como una cama bien arreglada, un par de roperos, libreros llenos, estantes que cargaban con plantas en macetas, peluches, algunos maquillajes y accesorios de belleza y esa clase de cosas.
Y sentada en una silla en aquella habitación y en frente de un espejo colgado de las paredes de esta misma; una bella, curvilínea y voluptuosa joven de 18 años que tenía unos hermosos ojos marrones y que estaba vestida con una pijama purpura con imágenes de corazones morados por todas partes utilizaba el pequeño peine que sostenía su mano derecha para peinar cuidadosamente los largos cabellos escarlatas con un mechón azul en el frente que decoraban su cabeza.
-Creo que con esto basta- Mencionaba una tranquila Alicia.
Tras decir esas palabras, la hija de la séptima maestra de Fairy Tail se detuvo de peinar su hermoso cabello y dejando el peine en una de las mesas de noche que decoraban su habitación, ella solamente sonreía mientras se observaba en un espejo.
-Bien. Ahora solo queda la cosa más importante que una chica tiene que hacer antes de dormir…- Dijo Alicia sonriente.
Luego de decir esas palabras, Alicia paso a arrodillarse al lado de su cama y a meter sus manos por debajo de esta como si estuviera buscando algo, algo que eventualmente consiguió. Y sacando sus manos de debajo de su cama, Alicia observo como sus manos sujetaban un largo objeto cubiertos en toallas blancas que ella empezó a quitar. Ese objeto que la joven peliescarlata sujetaba no era nada más que una larga y reluciente espada.
-…Afilar mis armas- Decía Alicia con alegría.
-¡Alicia, la cena esta lista!- Grito la voz de Erza a través de las puertas de la habitación de su hija.
-Oh… ¡Ya voy, madre!- Contesto Alicia para luego volver a envolver a aquella reluciente espada en sus manos-…Supongo que tendré que dejarlo esto para más tarde. Es una de las pocas veces que mi padre no tiene que trabajar y puede cenar con nosotras. No puedo ausentarme-
-¡Por cierto, Alicia, tu padre trajo un pastel de fresas! ¿Quieres?- Preguntaba Erza lejanamente.
-¡Si, quiero!- Contesto Alicia con gran felicidad y relajación.
-¡Bien!- Decía la voz de Erza con felicidad.
-¡E-Espera, Erza! ¡Entiendo que quieras comerte el pastel, pero combinarlo con vino no crea que sea una muy buena idea!- Decía la voz de un asustado Jellal al otro lado de las puertas de la habitación de Alicia.
-¡No te preocupes, solo será un poco!- Decía la emocionada voz de Erza.
-¡A-Alicia, a-ayúdame!- Gritaba Jellal en apuros.
-¡E-Espera, madre!- Se apuraba Alicia a salir de su habitación- ¡N-No debes beber alcohol! ¡Ya sabes cómo te pones cuando lo haces! ¡E-espera, no lo hagas, no bebas de la botella…NOOOO!-
-(En la Casa de Gray, Juvia y Raine)-
En otra de las tantas grandes casas de concreto que formaban a la bella Ciudad de Magnolia, había un reluciente baño que poseía su ducha abierta debido a que una persona se bañaba en ella. Las numerosas gotas de agua de aquella ducha caían por toda la preciosa y desnuda piel de una bella, voluptuosa y curvilínea joven de largos cabellos azul oscuro con hermosos ojos del mismo color hasta que ella misma la cerró.
Abriendo la mojada cortina de aquella ducha y saliendo de la misma, aquella joven de 18 años que poseía la marca azul de Fairy Tail en su pierna derecha camino por aquel reluciente baño hasta tomar una toalla que estaba colgada en un toallero para después secar su mojado cuerpo desnudo con ella y luego cubrirse con esta misma para después dirigirse hacia la puerta de aquel baño y salir de este.
Y saliendo de aquel baño, aquella joven paso a encontrarse en una peculiar habitación. Una peculiar habitación debido a que esta poseía sus cuatro paredes decoradas con grandes fotos del joven llamado Tsuna Dragneel de igual manera que la cama y roperos ahí presentes y también debido a los múltiples peluches de puntiagudos cabellos rosados con bufandas blancas y diferentes vestimentas que yacían en estantes.
-¡Raine ya termino de bañarse para usted…Tsuna-sama!- Grito la joven de cabellos azul oscuros con gran emoción.
Corriendo con gran emoción y felicidad por su habitación, la llamada Raine tomo entre sus manos el peluche de puntiagudos cabellos rosados más grande que había dentro de esta e inmediatamente se lanzó felizmente junto con el hacia su cama decorada con sabanas con imágenes de un sonriente Tsuna Dragneel.
-¡Ah, Tsuna-sama, Raine realmente lo ama! ¡Por favor, haga lo que quiera con su cuerpo! ¡Tsuna-sama, tenga cuidado cuando toque esa parte…Ah!- Hablaba una enamorada Raine mientras abrazaba y besaba a aquel peluche que imitaba la figura del joven Dragon Slayer de Fuego de la Cuarta Generación.
-¡Raine, la cena esta lista!- Grito la voz de Juvia desde el otro lado de la puerta de la habitación de su hija.
-Ah, es cierto. Raine no ha cenado todavía. Supongo que tendremos que dejar esto para más tarde, Tsuna-sama- Dijo la joven Loxar-Fullbuster mientras le daba un último beso a aquel gran peluche entre sus manos.
Dejando a aquel gran muñeco de puntiagudos cabellos rosados en su cama al igual que la toalla que cubría su cuerpo, una desnuda Raine se dirigió hacia su ropero y lo abrió para observar las numerosas ropas que había colgado en el interior de este.
-Hmm… ¿Qué se pondrá Raine para dormir hoy?... ¿Eh?- Noto algo la joven de largos cabellos azul oscuro.
Dirigiendo momentáneamente su mirada de bellos ojos de color azul oscuro hacia un estante en su habitación que cargaba con numerosos marcos con fotos de un Tsuna que obviamente no sabía que le estaban fotos, Raine noto como una de esos marcos yacía volteado hacia abajo.
-Ah, qué mal. Una de las fotos de Tsuna-sama se cayó, además es la más importante de todas. Espero que el marco no se haya roto- Decía Raine con preocupación.
Dirigiéndose hacia aquel estante lleno de marcos con fotos de su amado, Raine levanto aquella foto que estaba tirada y al hacerlo, también la observo con sus bellos ojos azul oscuro y sonrió con felicidad. Y eso se debía a que aquella foto mostraba la imagen de un pequeño Tsuna, Alicia, Marcus, Sonia, Ryos y ella misma junto con casi todos sus padres y senpais en frente del gran edificio que era su querido gremio. En otras palabras, era el día que ellos se habían unido oficialmente a Fairy Tail.
-Que buenos recuerdos…Bien, será mejor que Raine se apure- Decía la joven maga de hielo volviendo al tema de buscar su ropa.
-(En la Casa de Elfman, Evergreen y Sonia)-
En otra de las tantas grandes casas de concreto que formaban a la bella Ciudad de Magnolia, o mejor dicho, en su sótano; se podía apreciar como había una amplia habitación llena de equipos para ejercicios como pesas de diferentes tamaños, formas y pesos y esa clase de cosas en general. Y en un delgada cama presente en aquella habitación, una cierta persona se encontraba boca arriba mientras usaba sus dos manos para levantar un pesado tubo metálico que cargaba con pesas de dos cientos kilos en cada lado.
Más específicamente hablando; era una joven de 18 años de edad con un largo cabello café atado en una cola de caballo y unos bellos pero fieros ojos negros que mantenía su leve voluptuoso, curvilíneo y un poco musculoso pero aun atractivo cuerpo vestido con una franelilla negra sin mangas, unos pantalones marrones y unas sandalias normales.
Aquella joven que poseía la marca de Fairy Tail en color gris en su antebrazo derecho sudaba notablemente mientras sus fuertes brazos bajaban y subían con dificultad mezclada con leve velocidad aquella enorme pesa que sujetaban sus manos y mientras ella contaba de manera muy concentrada.
-¡997…998…999…1000! ¡Listo!- Exclamaba Sonia con bastante dificultad.
Tras terminar de contar hasta el número que se propuso, la joven Strauss bajo cuidadosamente aquella pesa entre sus manos y luego simplemente paso a sentarse en aquella delgada cama mientras secaba el sudor que bañaba su cuerpo con una toalla que ella cargaba. Pero mientras descansaba, Sonia fijo su mirada de ojos negros en otra persona presente en aquella habitación y que se mantenía de pie mientras levantaba unas mancuernas de quinientos kilos en cada una de sus manos.
Más específicamente hablando, se trataba de un hombre adulto de puntiagudos y desordenados cabellos blancos y unos fieros ojos negros que mantenía su robusto y muy musculoso cuerpo que poseía la marca de Fairy Tail en su cuello cubierto solamente con unos pantalones de puro color negro.
-Increíble…- Mencionaba Sonia impresionada al ver a su padre.
-¡9997…9998…9999…10.000! ¡Bien, con esto está bien por hoy!- Exclamaba un sonriente Elfman mientras bajaba las dos enormes mancuernas que sujetaba en cada una de sus manos para luego ver a su hija- Oh, Sonia, ¿Tu también terminaste?-
-Sí, ¡Pero, maldición, todavía no he llegado ni al peso ni al número de flexiones que tu logras hacer, papa! ¡Todavía me falta mucho para ser un gran hombre como tú!- Decía Sonia con frustración.
-¡Ja! ¡Y que lo digas! ¡No hay hombre más grande que yo en toda Magnolia…no…en todo en Fiore! ¡No me superaras tan fácilmente solo porque seas mi hija! ¡Jajaja!- Reía Elfman con orgullo.
-Sabía que estarían aquí. Rayos, ¿Ustedes no se cansan de entrenar todo el día o de llenar este lugar con un apestoso sudor?-
Escuchando esa voz, tanto Sonia como Elfman fijaron sus miradas en las escaleras que eran la entrada a ese cuarto en donde estaban y observaron cómo hacia esta entro una voluptuosa, curvilínea y hermosa mujer adulta de largos cabellos cafés, unos ojos negros cubiertos con unos delgados lentes, que poseía la marca de Fairy Tail en su pecho y que estaba vestida con un levemente ajustado vestido verde corto junto con unas sandalias en sus pies.
-Oh, mama, ¿Terminaste de hacer tus compras?- Preguntaba Sonia amablemente.
-Si. Y para que sepan, cuando regresaba a casa me encontré con Freed y Bickslow y los invite a cenar. Mientras ellos me ayudan a preparar la mesa y la cena quiero que ustedes dos vayan a tomar un baño. No quiero que se acerquen a la mesa con ese hedor a sudor cubriéndolos- Dijo Evergreen seriamente.
-Entendido. No te preocupes tanto, Eve- Respondió Elfman tranquilamente.
-¡Bien! ¡Adoro cuando el Tio Freed viene a cenar, su comida es deliciosa! ¡Entonces, papa, te reto a una carrera hacia el baño! ¡Veremos quién es el más hombre en cuanto a velocidad!- Dijo Sonia con gran emoción.
-¿Una carrera para ver quién es el más hombre? ¡Por supuesto que acepto!- Respondió Elfman igual de emocionado.
-Aunque Sonia es una mujer- Comentaba Evergreen ahí presente.
-¡Hombre!- Gritaban padre e hija Strauss saliendo corriendo a toda velocidad.
-Sin quiera prestarle atención a las palabras de la mujer adulta de largos cabellos cafés ahí presente, el hombre de cabellos blancos y su hija adolecente de largos cabellos cafés salieron de aquella habitación de ejércitos corriendo con una gran velocidad hacia las escaleras.
-Rayos…No hay quien dude que son padre e hija- Decía una Evergreen con una pequeña sonrisa en su rostro.
-(En la Casa de Gajeel, Levy, Pantherlily y Ryos)-
En otra de las tantas grandes casas de concreto que formaban a la bella Ciudad de Magnolia, había una amplia habitación con sus cuatro paredes pintadas en colores gríseos y que no estaba ni muy limpia ni ordenada pero tampoco desordenada y sucio y que estaba llena de cosas normales como una cama, un ropero y un par de estantes y mesas de noche, pero que también poseía múltiples libreros llenos de libros y numerosas montañas de objetos hechos de hierro como ollas, tazas, utensilios y herramientas.
Y en la cama de esa habitación, se encontraba acostado cómodamente un joven de 18 años de edad que poseía una larga y puntiaguda cabellera negra que llegaba hasta su espalda, unos filosos ojos de color marrón, múltiples piercings de hierro decorando su rostro y que enseñaba su bien entrenado cuerpo debido a que solo vestía unos pantalones negros junto con unas botas marrones con toques metálicos.
Aquel joven que era un Dragon Slayer de Hierro de la Cuarta Generación con la marca negra de Fairy Tail en su hombro izquierdo mantenía su vista y atención centrada en un libro que su mano derecha sujetaba mientras que con su mano izquierda tomaba varios de los objetos de hierro que formaban una pequeña montaña en su cuarto y los llevaba a su boca para devorarlos y comerlos.
-…- El joven Ryos se mantenía en silencio mientras leía.
-Oye, Ryos, la cena esta lista. Hace rato que tu madre te está llamando-
Luego que esas palabras fueran dichas por una voz masculina del otro de la puerta de esa habitación, esta se abrió y dejo pasar a este a un pequeño gato humanoide que poseía un pelaje negro, que vestía con unos pequeños pantalones grises de su tamaño y que portaba la marca de Fairy Tail en su espalda, el cual apunto su mirada hacia el joven pelinegro acostado en su cama.
-…- Seguía Ryos en silencio.
-Oye, Ryos, ¿Me escuchaste?- Preguntaba Pantherlily con leve confusión.
-¿Eh?- Observo Ryos al exceed y luego volvió al libro en sus manos- Ah, lo siento, Lily. Estaba concentrado en este libro que es muy entretenido. Dile a mi mama que bajare a comer dentro de un momento. Ya casi termino este libro y es el último de la saga-
-¿El ultimo?- Repitió Lily confuso.
Tras escuchar las palabras del joven Redfox, Pantherlily observo mejor aquella habitación en donde estaba y observo que al lado de la cama de Ryos también había una pequeña montaña de al menos unos treinta libros que poseía casi el mismo tamaño y portaba que el libro que ese joven leía en ese momento.
-N-No puede ser… ¿Acaso esa es la saga de treinta libros que compraste esta tarde cuando regresamos de nuestra ultimo misión? ¿Ya te la leíste toda?- Preguntaba Lily con gotas de sudor bajando de su cabeza.
-Todavía no es toda. Me quiero concentrar, así que agradecería que hicieras silencio- Pedía Ryos tranquilamente.
-Se nota que eres hijo de tu madre…- Susurraba Lily con leve sorpresa.
-¡Oye, maldito mocoso!-
Luego de que ese fuerte grito se oyera a través de la misma puerta por la que había entrado Pantherlily a la habitación de Ryos, esta misma fue abierta por una tremenda patada que no provino de nadie más que de un hombre adulto de largos y puntiagudos cabellos negros que llegaban hasta su espalda, filosos ojos rojos, con múltiples piercings en su rostro, con la marca negra de Fairy Tail en su hombro izquierdo y que vestía con una franelilla negra sin mangas, unos pantalones blancos y unas botas marrones.
-¡¿Es que acaso estas sordo?! ¡Tu madre hace rato que te está llamando! ¡Baja a comer de una vez o yo vendré y te meteré la comida en la boca!- Exclamaba Gajeel furiosamente.
-¡Cállate, maldito viejo! ¡¿No ves que trato de leer?!- Gritaba Ryos igual de furioso.
-¡Que me importa, ven a cenar de una vez...! ¿Eh?... ¡O-Oye, ese hierro que estas comiendo… ¿Son las ollas que yo compre?! ¡M-Maldito, yo planeaba comerlas más tarde, ¿Por qué las tomaste?!- Preguntaba Gajeel con rabia.
-¡El que se duerme pierde, idiota! ¡La próxima trata de ocultarlas en un lugar mejor!- Decía Ryos mientras se llevaba todas aquellas ollas de hierro a la boca y las tragaba en frente de su padre.
-¡M-Maldito, entonces, veamos si te gusta que algo le pase por "accidente" a tu libros, mocoso!- Dijo Gajeel macabramente.
-¡Solamente inténtalo y yo por "accidente" te romperé la cara!- Respondía Ryos de igual manera.
En cuestión de segundos, el padre e hijo de apellido Redfox se lanzaron uno contra el otro y se envolvieron en una nube de polvo que era producida por sus forcejeos y que era vista por el exceed negro ahí presente y que poseia gotas de sudor bajando por su cabeza.
-Sera mejor que busque a Levy…- Se retiraba Lily tranquilamente.
-(En Fairy Hills)-
De regreso en la preciosamente limpia y decorada habitación que la joven demonio de los libros de Zeref poseía en los complejos de habitaciones llamados Fairy Hills, esa joven de largos cabellos negros y ojos cafés regresaba al interior de esta mientras su voluptuoso, curvilíneo y atractivo cuerpo se veía cubierto por una toalla blanca y ella secaba su cabeza con otra toalla que yacía en sus manos.
-Ah, que felicidad…-Hablaba Serena-…El baño que tiene este lugar fue más relajante de lo que pensé. Y quién diría que la cocina tendría tantos utensilios. Me pude preparar una deliciosa cena. Supongo que solo me queda ponerme la pijama y dormir. Veamos… ¿Qué me pondré esta noche?-
Estando pensativa sobre que se pondría, Serena tiro aquella toalla blanca que cubría su atractivo cuerpo desnudo al suelo de su habitación y luego paso a abrir los cajones de su ropero que contenían su ropa interior. Pero al hacer esto, la joven de cabellos negros noto como los sostenes y pantaletas que yacían dentro de ese cajón estaban bastante desordenados al mismo tiempo que los bordes de ese mismo cajón poseían múltiples marcas de rasguños.
-¿Eh? Q-Que extraño…Estoy segura que yo acomode esto antes de irme a bañar. Y… ¿Estos cajones siempre tuvieron estos rasguños?- Se preguntaba Serena con gran confusión.
-Ah, lo siento por eso. Simplemente no pude resistirme a afilar mis garras en esa madera-
-También disculpa por el desorden. Queríamos ver si tenías algo interesante-
-Ah, ya veo. Pero debieron de acomodar todo luego de revi…-
Dejando de hablar debido a que entro en un pequeño shock al escuchar ese par de masculinas voces, la desnuda joven de largos cabellos negros paso a darse poco a poco la vuelta solo para terminar viendo con sus ojos cafés como un joven de 18 años con puntiagudos cabellos rosados, filosos ojos marrones y vestido con una blanca bufanda alrededor de su cuello, un abrigo negro sin mangas, un pantalón blanco y sandalias yacía sentado en un rosado sillón dentro de su habitación junto con un pequeño exceed azul.
-¡¿T-T-Tsuna…H-H-Happy…?!- Nombraba una Serena en estado de shock.
-Hola, Serena- Saludaba un sonriente Tsuna con normalidad.
-Buenas noches- Saludaba Happy de igual manera.
-¡AAAAAAAHHHHH!- Paso a gritar Serena con enorme vergüenza.
…Un par de minutos después…
-¿No crees que exageraste un poco?-
Esas palabras venían de un Tsuna con un enorme chichón en su cabeza mientras yacía sentado en el suelo de aquella habitación de Fairy Hills al igual que un Happy que también poseía un enorme chichón en su cabeza y mientras Serena, la cual vestía ahora una pijama de colores rosados, yacía en su cama cubierta de cuello a pies con una cobija al mismo tiempo que sus ojos cafés liberaban leves rastros de lágrimas y sus mejillas presentaban un notable sonrojo.
-¡¿Cómo que exagerar?! ¡¿No sabes que espiar es un acto criminal?! ¡Deberías agradecer que solamente te di un puñetazo!- Gritaba Serena con gran furia mientras estaba toda cubierta con la cobija de su cama.
-¿Espiar? Por eso te digo que exageras. Happy y yo solamente vinimos a saludarte y a ver si ya habías terminado de mudarte- Comentaba Tsuna mientras se sobaba la cabeza.
-Es verdad- Hablaba Happy- Lo del cajón fue solamente una manera de pasar el tiempo mientras te bañabas. Aunque me sorprendí al saber que usabas esa clase de ropa interior, Serena. Dime, ¿Para qué tienes tantas tangas y lencería tan erótica? ¿Son tus gustos? ¿O es que…?-
-¡Ya deja de hablar, maldito gato! ¡E-Entonces, si no vinieron a espiarme, ¿Por qué no dijeron que estaban aquí antes de que me quitara la toalla?!- Preguntaba Serena con gran enojo.
-Porque soy un hombre- Contesto Tsuna tranquilamente.
-¡¿Acaso quieres que te vuelva a golpear?!- Preguntaba la pelinegra apretando con tanta fuerza su puño derecha que se veían sus venas.
-¡V-Vamos, vamos, cálmate, Serena! ¿Qué tal si te digo que te trajimos un regalo para celebrar tu mudanza?- Decía el joven pelirosado mientras reía.
-¿Un regalo?- Repitió la joven de largos cabellos negros confusa.
-Así es. Oye, Happy- Hablo sonriente el joven de puntiagudos cabellos rosados.
-Aye- Respondió el pequeño exceed azul.
Dirigiéndose hacia el sillón rosado sobre el que Tsuna y el estaban sentado antes, Happy se metió debajo de este y luego salió con sus manos-patas sosteniendo un objeto cuadrado y plano envuelto en papel y que poseía el tamaño de una almohada o más o menos.
-¿Q-Que es eso?- Preguntaba Serena con confusión al ver aquel objeto que cargaba el exceed.
-Es una pistura- Contesto Happy llevándole aquel objeto envuelto en papel a la joven demonio de los libros de Zeref.
-¿Una pintura?- Repitió la joven demonio aún más confusa.
-Si- Hablaba Tsuna sonriente- Le pedí a Reedus-san que la hiciera. Estoy seguro que te gustara. ¡Bien, eso era todo lo que vine a hacer! ¡Sera mejor que me valla antes de que alguien me vea!-
Tras decir esas palabras, el joven Dragon Slayer de Fuego de la Cuarta Generación se puso de pie en el piso de aquella habitación y paso a dirigirse a una de las ventanas de esta para después abrirla.
-¿Eh? ¿Te vas a ir por la ventana?- Reaccionaba Serena algo sorprendida.
-Es que no quiere nadie lo vea saliendo de tu habitación. Después de todo, no se permiten chicos en Fairy Hills. Tsuna no quiere que la maestra se entere y lo regañe- Contestaba Happy tranquilamente.
-¿Y tú no le tienes miedo a la maestra?- Preguntaba Serena con interés.
-¿Por qué le tendría miedo? Dije que en Fairy Hills no se permiten hombres. Yo soy un gato- Contesto el exceed azul con orgullo.
-Eh…- Se quedaba la joven demonio con confusión.
-¡Ya deja de hablar y vámonos rápido, Happy! ¡Por cierto, Serena, será mejor que duermas bien! ¡Estoy seguro que mañana estaremos bastante ocupados con algún divertido trabajo! ¡Estoy más que encendido con solo pensarlo! ¡Nos vemos!- Exclamaba Tsuna sonriente.
-O-Oye, Tsuna…- Trataba de hablar Serena.
Pero antes de que la joven de largos cabellos negros pudiera decir algo más, el joven de puntiagudos cabellos rosados se lanzó con gran potencia por la ventana de la habitación de esta. Pero antes de tocar el pastoso suelo de aquella área, Tsuna fue sujetado en medio de aire y por la parte trasera de su abrigo negro por las manos-patas de Happy, el cual extendió sus blancas alas para que ambos se alejaran con un veloz vuelo del área de Fairy Hills mientras que Serena los observaba desde su habitación.
-S-Se fueron…Rayos, al menos podrían haberse quedado a hablar un poco más…- Serena observaba aquel objeto envuelto en papel que estaba entre sus manos-…Y regalarme una pintura…No pega nada con él. Hmm…Me pregunto qué será lo que hay en esta pintura. Tsuna dijo que me gustaría…-
Con curiosidad, la joven de largos cabellos negros pasó a quitar cuidadosamente el papel a aquel supuesto cuadro que sus manos sujetaban. Pero tras terminar de hacer esto, Serena pudo observar lo que había pintado en aquel cuadro que sujetaban sus manos y haciendo esto, ella abrió sus hermosos ojos cafés con gran sorpresa al mismo tiempo que sus mejillas mostraban un leve rubor.
-E-Esto es…-Serena paso a colocar una pequeña sonrisa en su rostro-…Ese idiota…-
Tras admirar felizmente aquella pintura entre sus manos, la joven demonio de los libros de Zeref pasó a colocarse pie para así poder colgar esa misma pintura de una las paredes pintadas de rosado que formaban a su habitación. Y después de hacer esto, Serena simplemente paso a apagar las luces de su habitación para después acostarse en su cama y cubrirse con una cobija para estar lista para dormirse.
Pero antes de cerrar sus bajar sus parpados y entrar a un profundo sueño, la hermosa joven de largos cabellos negros utilizo sus preciosos ojos cafés para poder sonreír al observar con felicidad aquella perfecta pintura colgada en su pared que mostraba a Tsuna, Alicia, Marcus, Sonia, Ryos, Raine, Lucia, Happy y a ella misma sonriendo y pasándola animadamente dentro de su amado gremio llamado Fairy Tail.
-Tsuna…Gracias- Fue todo lo que dijo Serena antes de cerrar sus ojos y dormir.
Fin del Especial
Gracias por leer y espero que les haya gustado
El próximo especial se llamara "La Aventura de Tsuna y Serena".
Matane
