Recuerdos
La luz de la lámpara comenzaba a fallar, una y otra vez… la mire sin pestañar esperando que termine de apagarse o alumbre con más intensidad. Afuera de mi hogar temporal, se escucha el viento soplar con fuerza.
Una tormenta se avecina, mi hija ya la había predicho, todos mis hijos se encontraban en sus mundos al igual que mi esposa que trataba de proteger su jardín de la inevitable tormenta.
Yo solo podía ver el calendario y la hora en mi reloj de pulsera. El mes y la fecha coincidían con aquel día.
El día en el que ella decidió dormir, cansada de vivir año tras año lo mismo, aunque el mundo cambiara el brillo ante sus ojos seria el mismo.
Se preguntaran quien soy y quien es ella.
Soy Carlisle Cullen un vampiro con más de quinientos años de existencia. Y ella es mi madre. La vampiresa que me llevo a la inmortalidad.
Miro arriba de mi escritorio y allí esta aquel libro de hojas de papiro antiguo y escrito con plumas de aves exóticas y tintas negras, una caligrafía limpia y hermosa. Acaricio la tapa de cuero junto a su envoltura aterciopelada con la palabra Vilturis en ella. Con dicho emblema. Y del lado del libro aquella cadena que me identifica como parte de ellos.
Mi vida como humano casi no la recuerdo, solo poseo vagos recuerdos y entre ellos a esa hermosa vampiresa que deslumbro desde que la mire por primera vez.
Su belleza no tenía comparación y eso que he visto a ciento de ellas desbordantes de belleza, incluso la de mi hija Rosalie nunca se podría comparar.
-Pero mi madre nunca fue vanidosa, ni presuntuosa-.
Aun la puedo recordar ataviada por los vestido de época, bailando un vals en un magnifico salón imperial de siglo XVI, como los miembros de la realeza quedaban embobados y gastaban grandes fortunas en joyas para poder cortejarla o que si quiera ella aceptara tomar el té con ellos en sus palacios o castillos, dependiendo de la cual fuese su condición social.
Pero ella nunca se mostro interesada en nada de eso.
Aun recuerdo cuando me vi reflejado en sus ojos, ese extraño color amatista, que aceleró mi corazón como un tamboreo estruendoso, y como mi piel sudo frio de nerviosismo cuando me regalo aquella misteriosa sonrisa.
Aquella noche de bailes en la casa de aquel viejo duque, fue una de las primeras en las que ella me regalaba una de sus sonrisas, o me saluda desde lejos levantando su mano y asiendo una media inclinación.
Pero yo aun así me negaba hacerme alguna ilusión con ella. Porque simplemente ella era demasiado para mí.
Pero al parecer el destino nunca aceptaría esos simple gestos, el tenia algo más que esas demostraciones de agrado por parte de los dos.
Un año más tarde en mi cumpleaños número 20 mis padres como condes de Inglaterra prepararon un gran baile... en mi honor. Recuerdo que pase dos meses tratando de invitar aquel ángel.
Hasta que lo logre… un día armándome de valor, me acerque a ella, que estaba en la casa de una de mis tías en una de las villas de la familia, en donde ella había sido invitada a tomar el té… ya que mi tía sospechaba de mi agrado asía ella, debido a que yo no le era indiferente, de fin de cuenta en aquella época, el estatus social representaba tanto como el honor y la lealtad asía nuestro rey.
Y como mi ángel era tan rica como el mismísimo rey o quizás más, no podía mi vieja tía dejar pasar aquella oportunidad de privilegiar nuestra familia y hacerse con aquella imaginable fortuna.
Así que valiéndose de su influencia logro que ella aceptara ir a una fiesta de té, en aquella villa, entre los bosques de Inglaterra.
Y allí fue que después de tantas insinuaciones de mi tía, logre pedirle que asistiera aquel baile el cual acepto gustosa, después que tartamudeara palabras incoherentes, que solo la asía sonreír angelicalmente.
Esa fue la primera vez que hable con mi ángel y que años después sería mi madre.
Después de cuatro años de amista, ya que no habíamos vueltos amigos, muchos comentarios o criticas se levantaron alrededor de nosotros, los cuales la mayoría de las beses manchaban nuestra reputación, lo cual a ella nunca le importo, ya que siempre me sonreía y me decía "que solo sus almas era carcomías por los celos y la envidia, y ellas nunca serian buenos consejeros y que sus comentarios infundados, nunca llegarían a ninguna parte, y que lo mejor en aquellos casos era ignorarlos".
Ella siempre me sorprendía con sus palabras, con su forma de actuar tan madura a pesar de la juventud que aparentaba su rostro y su cuerpo, muy al contrario al que aparentan sus ojos sabios.
Todo era perfecto, estaba ilusionado, enamorado de mi ángel. Aunque tenía muchas curiosidad al respecto ella… una de ellas era su fría y pálida piel, que nunca comía, y aquellas temporadas de verano soleado que casi nunca solía salir en las fiestas de campo, su temor por la sangre que a beses le causaba ataques sumamente extraños, entre otras cosas que me tardaría horas en enumerar.
Aquel día lluvioso, uno de sus sirvientes llego corriendo a casa jadeando de cansancio me asuste al ver que era su cochero que llegaba agitado y herido.
Me aterre y no pude evitar desesperarme al ver aquel sujeto en semejante condiciones.
El pobre hombre, me dijo que unos bandidos los había interceptado en el bosque en busca de oro y joyas que portaba mi ángel.
Y que él había huido en busca de ayuda y que tan solo al estar cerca de la propiedad de mi familia había corrido en busca de mi ayuda. Sin pensarlo dos beses tome mi caballo blanco que mi ángel me había regalo asía ya dos años cuando apenas era un potro… Salí en su dirección en su rescate, lleno de angustia y desesperación porque mi ángel no podía dejar de existir. Después de galopar unos cinco minutos llegue aquel lugar señalado por el viejo cochero, no tarde en divisar el carruaje blanco con detalles enmarcado en dorado en medio de aquel camino oscuro, y una cuantas antorchas que extendían fuego, que a pesar con la lloviznas las ramas cecas no dejaban de arder al hacer contacto con el fuego.
Me baje rápidamente de caballo, y corrí asía mi ángel que estaba parada alrededor de diez cadáveres y ella empapada de sangre, algo en ella me causaba miedo.
Me acerque lentamente a ella, temeroso, algo me pedía que mantuviera lejos de ella, que huyera, pero mi corazón se negaba a seguir las ordenes de mi mente o mi instinto de supervivencia.
-No quería que me miraras así mi señor. – me dijo en susurro audible, mientras levantaba el rostro y miraba a las nubes.
-¿Estás bien?, ¿no te han lastimado?. – di un paso más asía ella, asustado mientras ella soltaba una risilla, muy diferente a las que estaba acostumbrado a oír.
-Mi querido Carlisle, tan ingenuo y curioso como siempre… eso siempre me ha gustado de usted, pero creo que esta será nuestra despedida.
-¿De qué habla?. – un vacío se apodero de mi estomago, expandiéndose por todo mi pecho hasta llegar a mi corazón, mandando un escalofrió por todo mi cuerpo.
-Mi tiempo en este lugar ha llegado a su fin. – susurro aun sin mirarme a los ojos.
-No entiendo. – y la verdad era que no mentía.
-Me marchare, al amanecer. – eso fue lo peor que podía haber oído, mis piernas temblaron con más fuerza y aquel vacío de mi pecho dolió con más intensidad.
-No… usted no puede marchase y dejarme.
Y fue cuando me dejo ver su rostro, sus ojos rojos me impactaron y me hicieron retroceder, un paso de nuevo. Paso su mano por la boca limpiándose la sangre que manchaba sus labios que siempre había ansiado besar, pero de su boca colmillos se dejaban ver.
Me miro y sonrió mientras cerraba sus ojos, dejando ver algo de dolor en sus expresiones.
-Sabes soy un monstruo, nunca quise que vieras esta parte de mi. – vi como aquel dolor se extendía poco a poco.
-¿Que eres?. – no pude evitar hacer aquella pregunta.
-Un vampiro, un demonio que ser alimenta de sangre humana para poder seguir vagando por este mundo terrenal un muerto viviente… ¿y ahora querido me temes?. – una sonrisa triste se extendió por su rostro sin llegar a sus ojos.
-No… - asegure mientras daba un paso asía ella.
-¿Disculpe…?- había incredulidad en su rostro y eso me izo sonreír.
-No te temo, porque sé que no me arias daño. – di un paso más asía ella a la vez que ella retrocedía uno, sus ojos rojos se escurecían cada vez mas.
-¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?. – pregunto aun mostrando aquella sorpresa en sus ojos.
-Porque si lo quisieras ya fueras acabado con mi vida. – le dije a un seguro de mis palabras mientras levantaba mi mano para acariciar su rostro.
-Pero aun así creo que lo mejor para los dos es que no alejemos él uno del otro. – se alejo mas de mi con un rápido movimiento.
-No por favor no me abandones. – suplique mientras un ador se adueñaba de mis ojos y lagrimas salían de ellos.
-Carlisle, conozco tus sentimientos y créeme que me siento alagada, pero no quiero condenarte a vivir al lado de una asesina que se alimenta de humanos para poder seguir vagando por la tierra. – su susurro a pesar de sonar hermoso se podía percibir la tristeza.
-No me importa que lo hagas. – le dije acortando aquella distancia que me separaba de ella.
-No me pidas que me quede a tu lado por favor. Debo irme. – vi como ella me daba la espalda dispuesta a abandonarme, dejarme con aquel sentimiento de dolor y angustia, yo la amaba y ella no podía dejarme solo con aquel sentimiento.
-Llévame contigo. – suplique.
-A donde voy no puedes ir. – me dijo mientras se agachaba para tomar aquel collar que siempre colgaba de su cuello.
-¿Por qué no?. – quise saber, necesitaba saber, que impedía que fuera con ella.
-Porque no es un lugar para un humano. – sus argumento no me eran suficiente, porque en el fondo de mi corazón sabia que aun había una esperanza de estar juntos.
-Entonces hazme como tú... Transfórmame en un vampiro. – si esa era la solución para estar junto a ella la aceptaría ir al mismo infierno si fuera preciso.
-Carlisle esto no es un juego, o algo que puedes deshacer cuando te aburras, una vez que tomas este camino no hay vuelta atrás, además yo no deseo quitarte tu humanidad.
-Y yo no sería capaz de renunciar a ti, si me abandonas moriría de dolor. – me acerque más a ella, necesitaba tener su fría piel cerca de la mía, necesitaba tenerla entre mis brazos para amarla por toda la eternidad.
-¿Porque me haces esto?. - me pregunto con voz dolida, se que si pudiera llorar lo estuviera haciendo.
-Solo quiero vivir eternamente a tu lado. – acaricie su rostro y ella solo pudo serrar sus ojos acertando aquella caricia.
-¿Entonces me entregaras tu alma a cambio de la inmortalidad?. – por su tono sabia que aun dudaba de mis palabras a pesar de la firmeza con que las había pronunciado.
-Y mi corazón si así lo deseas. – le susurre a unos centímetros de sus labios, aun no sabía de dónde había sacado el valor para actuar de aquella forma pero era lo que deseaba mi corazón y yo cumpliría sus deseos mientras este siguiera latiendo y aun después.
-Prometo que buscare la forma en la que algún día dejes de sufrir por ser un monstruo, algún día ya no tendrás que arrebatarle la vida aun humano para alimentarte. -Y esa fue la promesa que la izo cumplir mi deseos de amarla por toda la eternidad.
Regreso de mis recuerdos, y oigo el cielo tronar y por fin la lámpara cedió ante la oscuridad.
Mi madre no había logrado ver que por fin había conseguido la forma de cumplir mi promesa. Una nueva dieta para alimentarnos… ella había decidió dormir por muchos siglos, y yo debía de esperarla junto a mis hermanos mayores.
Ellos custodiaban su tumba, mientras yo me dedique a explorar el mundo en busca de lograr cumplir mi promesa, nuestro deseo, porque aquella promesa era nuestro deseo.
Solo esperaba a que ella despertara de su largo letargo y la llevaría de la mano a recorrer aquellos lugares que nunca había llegado a conocer ¿o quizás sí?.
Seguiría esperándola, por toda la eternidad, porque a pesar de los siglos yo la seguía amando igual.
Ella siempre seria mi ángel por toda la eternidad…
…
Continuaraaa…
Hola chicas ¿y chicos?
Bueno esta es mi primera historia sobre Twilight… y sobre sus personajes principales, no se dejen confundir con el principio, ya que poco a poco irá tomando la forma que se desea…
En fin nos estamos leyendo espero sus criticas y por favor no sean muy duros conmigo…
