Hola, hola, hola, Aquí la pandita de la barbarosidad… bueno, en el ultimo rato, estuve viendo un anime que en verdad me cautivo y me enamoro…. Es muy bueno, en fin…. Termine de verlo, Kuroshitsuji y Kuroshitsuji2 (Que es la segunda temporada del primero) y para ser honestos, no me gusto del todo el final de este ultimo… así que me dije "Por que no hacer un fanfic de este hermoso anime… uno en donde Ciel y Sebastián puedan estar juntos" Y aquí me tienen, les dejo con el capitulo 1… que es mas bien el prologo, ya con el titulo se han de dar una idea de que se trata ¿No?, bueno, comensamos…

Prologo: El alma de Ciel…

El infierno… No tan diferente que el mundo terrenal; Sufrimiento, desesperación, odio, codicia, lujuria, ira, envidia, gula, innumerables pecados y penitencias se manifiestan en las calles, para alguien que realmente ha vivido el sufrimiento en carne propia, para alguien que sabe que nada en el mundo es como lo pintan, el infierno y el mundo terrestre son exactamente las mismas cosas, y este es el caso de Ciel Phantomhive, un humano, destinado al sufrimiento, a caer y levantarse, un… ¿Humano?, no, un… demonio.

No es algo muy normal, que un demonio, sirva a un demonio, se sabe que las criaturas del infierno, se cuidan a si mismas, "Estoy solo", es algo que se le enseña a todos los demonios del infierno, entonces ¿Por qué Sebastián Michaelis continua al lado de Ciel Phantomhive? ¿Por qué no lo deja por su cuenta? ¿Sentirá lastima de aquel mocoso? ¿Se estará castigando, por su propia incompetencia, al tratar de robar su alma? O simplemente…

La noche eterna del oscuro y maldito infierno comenzaba a ser tediosa para el antiguo conde, ya no necesitaba dormir, no necesitaba comer, lo único que necesitaba para sobrellevar su vida, era una o dos almas por semana, las cuales su mayordomo se encargaba de conseguirle, pero, ¿Eso era suficiente para hacerlo feliz?, ¿Por qué? Tenia de todo, una cómoda mansión en el infierno, un fiel mayordomo, almas cuando las deseara, incluso comenzaba a comprender como funcionaban sus nuevos poderes de demonio, entonces ¿Por qué no era feliz? O más bien ¿Por qué extrañaba su vida como… ser humano? ¿Por qué extrañaba el sentir dolor al quemarse? ¿Por qué extrañaba… todo?

La melancolía recorría la mente del conde. Sentado en un escritorio color rojo, vestido totalmente de negro, observo la habitación, no era muy diferente a la que tenia en el mundo terrestre, solo que esta realmente parecía que fue decorado por un demonio, detalles desde, cráneos en repisas, frascos con almas "Valiosas", entre las que destacaban las de María Antonieta y Cleopatra, delataban la existencia de un demonio en ese lugar.

Sin mucho esfuerzo salió de la gran mansión, en menos de un abrir y serrar de ojos ya estaba en la entrada del infierno.

-¡Eh! ¡Pero que estas haciendo!- Grito el guardia de la puerta, al notar que el niño intentaba salir

-Voy a la biblioteca Shinigami, debo hablar con alguien, déjame pasar-Ordeno el eterno niño.

-¡Jajajaja! ¡No me hagas reír!- Se mofo el guardia- Pero si solo eres Ciel Phantomhive ¿No?, el contratista del príncipe demonio ¡Jajajaja! Y un completo inútil sin el príncipe Sebastián-

Ante el cometario del demonio que se encontraba en la entrada, Ciel sonrió sínicamente, en parte era cierto, sin Sebastián no serbia de mucho, pero, valía la pena probar.

-En ese caso, creo que no te será de mal ayudarme a salir, como ya te dije, tengo mucha prisa, además… si le digo a tu príncipe que me has desobedecido ¿No crees que el se podrá enojar?- Afirmo el demonio de los ojos azules.

-Eh… bueno….yo- Tartamudeo el demonio mayor.

-En ese caso… ¡Abre…la…PUERTA!- Ordeno el chico con los ojos ya enrojecidos.

- Si… si señor-

La puerta que le daba la entrada a las almas al infierno se comenzó a abrir, dando paso a Ciel, el chico paso la puerta, dirigiendo su paso al mundo del Shinigami, en donde tendría que arreglárselas para encontrar la gran biblioteca, y aun mas problemático era el echo de buscar a Grell en ella, con un gran suspiro continuo su paso.

A las 2 Horas por fin llego a la puerta de la biblioteca "Ya estoy aquí Grell" Pensó el niño "Espero que no me hayas llamado solo para perder mi tiempo". Cuando quiso jirar la perilla del picaporte, se le adelantaron, alguien por el lado de adentro la abrió rápidamente.

-¡Cieeeeel!-Grito un pelirrojo ¿Quién mas podría ser?

-Grell- Dijo el chico en forma de saludo.

-Ciel, comenzaba a pensar que no vendrías… tengo algo muy importante que decirte es sobre…-

-No te dejare acercarte a Sebastián- Se apresuro a contestar.

-¡No iba a pedir eso!- Chillo el Shinigami con tendencias homosexuales.

-¿Entonces...?-

-Ah- Suspiro- Sígueme- Grell tomo la mano del joven Ciel, por supuesto, este se iba jaloneando por todo el camino, al menos hasta que llegaron a una parte desconocida para el, de la biblioteca de los Shinigamis.

-¿Donde estamos?- Pregunto Ciel, mientras que el pelirrojo abría una puerta de barrotes de metal.

-En este lugar, vienen a parar las almas de las personas que como tu, su alma fue robada- Grell noto la cara de incomprensión del chico- Veras, hace un mes, encontramos una demonio, mas específicamente encontramos a Hannah, ya estaba muerta, y tenia unas almas de seres aun vivos en su interior, cuando Will me trajo las almas para inspeccionarlas, encontré la tuya-

Ciel abrió los ojos a más no poder ¿Seria cierto? ¿Podría recuperar su alma?

-Eso… eso significa que…- Por la impresión, el chico a penas pudo articular esas simples palabras.

-Así es… ¡Recuperaras tu alma!- Grito Grell entrando a la habitación, bajo unos cuantos escalones, noto que el niño no lo seguía, regreso en sus pasos - ¿Qué sused…? Oh- Dijo, viendo como el niño, mantenía la mirada fija en algún punto del suelo, con una tierna y dulce sonrisa en el rostro.

-Nada…-Respondió el conde, la felicidad se le notaba.

Bajaron las escaleras, Cuando por fin llegaron a una enorme repisa Grell se acerco a un frasco en donde se encontraba una especie de diamante azul marino.

-Ah… y pensar que esta es el alma mas valiosa desde la de ese tal "Jesús", pensar que mi Sebastián daría lo que fuera por recuperarla…- El Shinigami rojo volteo a ver al niño- Sabes Ciel… a cambio de tu alma, me dejaras besar a Sebastián, solo un beso, es lo único que te pido-

Ciel no se inmuto ante el comentario de Grell, aunque sintió que la sangre le hervía con el simple echo de imaginarlo tocar los labios de su Sebastián

En la mansión Phantomhive del infierno

-Bochan- Llamo el mayordomo, hacia buen rato que estaba buscando a su amo- Bochan, no es momento para juegos-

Entro a la oficina de su amo, no lo encontró en ella, suspiro.

-Algo me dice que ese demonio se meterá en mas problemas- Se dijo, rompiéndose así el corazón en mil pedazos- De…monio- Repitió, era cierto, ese ya no era su Bochan, ese solo era un dominio que se parecía físicamente a el. "Acéptalo Sebastián, ese ya no es tu bochan… pero ¿Por qué no me es fácil separarme de el?" Pensó tristemente.

-Solo…es un demonio que se parece a el, el alma de Bochan a desaparecido, sin ella, el es solo un cascaron vacio, le falta esa esencia que… me… cautivaba- Se dijo, sonrojándose a si mismo.

En la biblioteca de los Shinigami.

-De acuerdo- Respondió el conde, provocando una sonrisa en el Shinigami.

-Bien… esto dolerá mucho- Le dijo el Shinigami, al momento de apuñalar una pequeña tijera en el cuello del pequeño, la sangre del demonio comenzó a hacerse presente, ensuciando la cara de Grell –Ah, Ciel… no gritas… eso es decepcionante-

"Ese dolor" Pensó Ciel, viendo como su sangre fluía de su profunda herida "Cuanto lo había extrañado… es… el dolor de la muerte misma, pero con la seguridad de que no lo puedes calmar con ella… es maravilloso"

El pelirrojo introdujo el diamante en la garganta del muchachito, aun sin retirar las navajas de las tijeras de ella, cuando por fin saco las tijeras de la garganta del niño, este se dejo caer.

-¡Ah!- Grito.

-Hm… Te esta doliendo mucho ¿Eh?- Grell se agacho, para poder levantar la cara del niño, sus ojos ya eran de color azul celeste, y el sello aun estaba en el ojo izquierdo –Perfecto-

-Grell…-Dijo el niño poniéndose de pie, le seguía doliendo la cabeza y el cuello, aunque ya no había ninguna herida- ¿Podrías llevarme a mi mansión del infierno?-

-¿Y por que debería?- Pregunto con arrogancia.

-Por que si no lo haces, no podre pagarte- Respondió, con la misma arrogancia, embozando una sonrisa.

10 minutos después, en el infierno.

-Sebastián- Se escucho el llamado, por los pasillos de toda la mansión. El lugar de donde provenía el llamado, era la oficina de Ciel…

-Bochan- Dijo el demonio, entrando en la habitación, para su sorpresa, su amo estaba parado en la ventana, dándole la espalda, y Grell, sentado en una de las sillas que estaban frente al escritorio.

-Ah… Hola sebas/chan- Saludo el Shinigami.

-¿Bochan? ¿Qué hace EL aquí?- Pregunto con desagrado el dominio del cabello azabache.

-Ah… nada- Respondió- Pero… dale un beso, es una orden- Dijo sin rodeos el conde, quien seguía dando la espalda.

-¡¿Que?!-

-Como escuchaste-

-Me niego-

Ciel entrecerró la mirada.

-Hace 3 años, hice un contrato contigo, en donde juraste obedecerme en todos mis caprichos, hace 2 meses, cuando me convertí en demonio, prometiste servirme por toda la eternidad…. ¿Es que acaso tu palabra no tiene valor?- Le reto el niño, un niño le estaba retando, eso era algo que el príncipe de los demonios no podía permitir…

-Yes my lord- Dijo haciendo una reverencia, lentamente se acerco al pelirrojo.

-Ah… Sebastián me va ah besar.-Susurro Grell con gran emoción.

Sebastián acerco sus labias a los de el y lentamente los choco, un choque… corto, menos de un segundo, pero fue suficiente para hacerlo tener nauseas y provocar un desmayo en el Shinigami.

-Muy bien Sebastián…-

-Evitémonos comentarios sobre este desagradable acontecimiento- Se adelanto el demonio. -Además ¿Por qué da la espalda Bo…?- Su pregunta fue callada por la mirada de su Bochan, quien se había volteado por completo, mirándolo de frente.

-Sebastián… acércate Por favor- Dijo el niño, Sebastián, no sabia que, pero algo había diferente en esos ojos, ya que como Ciel no tenía el parche, dejaba ver su cello con claridad.

Tal y como el niño ordeno, Sebastián se acerco.

-Sebastián… hace un mes, te he notado triste, enojado, y…eso no me gusta, se que estabas enojado, por no poder devorar mi alma, y creía que no podía hacer nada para… hacerte feliz…. Grell me envió una carta hace 2 días, diciendo que tenia algo importante que decirme… lo que trato de decir es…- Ciel se detuvo, al ver la mirada de Sebastián, era tan fría y distante- Recupere mi alma.-

Sebastián abrió los ojos a mas no poder, retrocedió unos cuantos pasos, no se lo creía, no podía ser cierto, pero… había una forma de averiguar si lo que decía el niño era cierto. Se acerco al conde, se agacho, para estar a su altura, lentamente, tono una de las manos del niño, y entrelazo sus dedos, al instante, el corazón de Ciel se acelero brutalmente. Sebastián noto que sus ojos no se volvían rojos, además, la piel de su Bochan se había vuelto cálida y suave, si era un echo… Ciel recupero su esencia humana.

-Bochan- Susurro Sebastián con una dulce sonrisa, algo que no había echo hace mucho…. Sonreír-¿Hiso eso por…?-

-Si… Sebastián… Fue por ti- Se adelanto el señorito.

Sebastián sonrió enternecido, al ver como su bochan se sonrojaba. Sin pensarlo 2 veces, solto al niño, lo beso en la frente, y unió sus cuerpos en un abraso, uno cálido y lleno de ternura, claro, el no esperaba que Ciel le respondiera el abrazo, mas bien, se esperaba una bofetada, o una patada… pero… en contra de cualquier predicción Ciel rodeo el cuello de Sebastián con sus pequeños bracitos y se apego mas a ese abraso lleno de emoción, afecto… y… amor… amor entre un humano, y un dominio.

Kyaaaaaaa Que hermoso, es que… es que… siempre, siempre, siempre me imagine a Ciel y a Sebastián abrasarse con ternura, y bueno, no lo pude evitar… espero que les haya gustado, dejen sus comentaros… porfis

Con cariño.

La pandita de la barbarosidad.