Candy esta en Chicago trabajando en el Santa Juana y Albert se encuentra trabajando, pero ambos han quedado de reunirse en Lakewood para las fiestas de Navidad, para pasar su primera navidad… idea de Minuet Andrew.

La Navidad no tiene lugar

Por Mayra Exitosa

Los personajes son de sus creadores originales, la historia es mía, inventada por todos esos momentos que pasamos en estas fechas… Universo Alterno

PROLOGO

Candy se encuentra en Chicago, en el hospital Santa Juana. Albert después de trabajar exhaustivamente ha planeado todo para que por fin llegue la fecha programada, en la que le prometió a Candy, pasar con ella por primera vez la Navidad en Lakewood, donde ambos se conocieron, forjaron su amistad y sus bellos recuerdos… Ahora desean unirse en esa fecha especial, para pasarla juntos, recordando las remembranzas del pasado y porque no, que continúen así por más tiempo…

En el hospital Santa Juana, un niño llora, su madre se encuentra enferma y el pequeño lleva horas sentado en la sala de espera, permanece triste soportando como un adulto la espera de una Navidad, sin galletas, sin leche, sin pinito… su madre en la habitación, permanece en silencio desde hace dos días, los doctores que la atienden no tienen buenos pronósticos sobre si pasará un día más, para Jimmy, pasar sin su padre ese año después de que falleciera, ya lo había asimilado, pero tener a su madre en un hospital, enferma y con la posibilidad de que duerma más tiempo, harán que lo envíen con las personas de cuidados especiales hasta que se presente algún familiar por él.

- Hola Jimmy, ¿ya llamaste a tu abuelita?

- Si, dice que con la nieve no llegará a tiempo, mintió Jimmy al sentir que se lo podían llevar. Candy al ver que tenía rasgos de haber llorado, agregó

- Mientras que llega tu abuelita, quieres acompañarme a la cafetería.

- No traigo dinero para invitarla doctora.

- Esta vez, me toca invitar a mí. El pequeño Jimmy le sonrió, tenía hambre, ya se había terminado el dinero del bolso de su madre y no podía tomar más.

Candy lo llevaba de la mano, asegurando que cualquier detalle de la madre del pequeño se le enviara un llamado a ella para traer al niño. A lo que la enfermera de guardia aceptaba. Candy le compro alimentos suficientes y guardo efectivo al verlo comer con tanta rapidez, sabía que algo estaba mal, pero el pequeño mostraba temor y no confiaba en nadie.

- Jimmy ¿ya hiciste la carta de Santa?

- No. Contestaba sin pensar al no desear detenerse del bocado que degustaba.

- Te gustaría que la hiciéramos ahora. El asintió con una sonrisa sin dejar de alimentarse, se había terminado un plato con porción de adulto y observaba lo que Candy no había terminado de su plato. Candy al ver que el pequeño estaba comiendo bien, mando pedir un trozo de pastel y leche. Sacaba un pedazo de papel y una pluma. - Mira Jimmy, tengo un amigo que es ayudante de santa, pide aquí todo lo que quieras para Navidad, veré que llegue directo a sus manos, para que no te falte nada de lo que pidas.

- ¿De verdad?

- Por supuesto.

Candy tomaba otra hoja formando un sobre, observaba al pequeño y sus líneas, buscando datos para saber porque no había llegado su abuela, a lo que mencionaba la habitación de su madre para que le dejaran sus regalos, leía que le diera la atención médica a su madre, para que despertara antes de navidad. Ella quiso llorar, el niño no pidió ningún juguete, contaba con nueve años y lo único que pedía era algo que ni los doctores le podían asegurar.

Después de llevar al pequeño en la estancia de la habitación de su madre, aprovechando que la señorita de cuidados de menores había solicitado días de descanso, Candy hablaba con la secretaria de servicios social para investigar a la paciente, contaba con seguro amplio y cobertura, así reviso los familiares de la señora, quien era viuda, y no existía ninguna abuela con vida.

- Señorita White, usted de que se preocupa, deje al niño a que regrese la servidora de servicio social, verá que ella lo lleva a cuidados especiales.

- El niño dice que su abuela vendrá, por lo tanto no puede ser promovido, mientras no llegue.

- Pero tal vez no existe tal abuela.

- Lo mejor es investigar bien, no porque no viva con ellos y no esté cerca al menor, no significa que no vendrá.

El niño no era promovido de la habitación, las enfermeras solidarias no mencionaban al pequeño, ni la espera que estaba haciendo, ya que en esas fechas lo mejor era estar con la familia, como el niño siempre mencionaba a su abuela, todas esperaban verla llegar en cualquier momento.

Candy continuaba con su trabajo, al ver la nieve caer, recordó su pronta cita con Albert, en Lakewood. Ya le había dejado varios mensajes que haría hasta lo imposible por estar juntos en navidad. Cruzada de brazos notando frío cerraba sus ojos y recordaba la música de los villancicos en su pueblo…

Oh Blanca Navidad, Sueño

y con la nieve alrededor

Blanca es mi quimera

Y es mensajera de paz y de puro amor.

En New York, Albert firmaba los documentos de una transacción importante, dejaba a cargo de revisar otros papeles a su administrador y posponía sus citas hasta pasado el año nuevo, esto molestaba a su Tía Elroy al enterarse, pero imaginaba que movía las fechas por su viaje a Escocia para estar junto a ella, así aceptaba sin decir nada, esperando la sorprendiera con su visita como el año anterior, para festejarlo con una gran fiesta en el salón, junto a todos los invitados de nivel social de la familia.

Al salir de la oficina, un hombre mayor con barba y sin abrigo sentado en los escalones de la entrada a la empresa, abrazaba mimoso a un perro negro con blanco, quien se refugiaba dando calor con su amo. El recordó las veces que se salía de incognito y se iba de viaje sin avisar, como habían cambiado las cosas después de que él asumiera los cargos de las empresas, ya no podía salir sin avisar y mandar memos para una autorización, misma que dependía de muchas personas para poder realizar tan solo una pequeña salida. Albert se acercó al hombre, se quitaba la gabardina lujosa y se la regalaba en ese momento, luego de su cartera saco algunos billetes y agregaba,

- Tome, vaya a tomarse algo caliente y dulce, estoy seguro que a su amigo le caería muy bien un trozo de pan.

- Gracias señor. Así lo haré.

Subía a su auto, el chofer observaba minuciosamente el acto tan generoso que había realizado, haciendo una sonrisa manejo hasta el mansión Andrew en New York. Varias personas salían a recibirlo y verlo sin su gabardina, procurándolo inmediatamente apenas lo veían.

- Señor por favor, está a punto de nevar.

- Así es Charles, pasaré al estudio, estoy seguro que esta tibio ahí.

- Sí señor.

Albert llamaba a Candy, pero aun no llegaba a su departamento. Se servía una copa y recordaba la última ocasión que se vieron…

- Albert, con tu trabajo es muy difícil ponernos de acuerdo, en esta época, hay mucho trabajo en el hospital y créeme, me encantaría que estuviéramos untos en Navidad, pero el año pasado, cuando venías, tu Tía ya tenía planes para ti con sus amistades.

En ese momento comenzaba a nevar y el observaba desde la ventana pensando en las Navidades de Lakewood, cuando aun estaba su familia con vida, como era un niño feliz…

Oh Blanca Navidad, Nieve

Un blanco sueño y un cantar

Recordar tu infancia podrás

Al llegar la Blanca Navidad.

Ya era tarde, cuando Candy no deseaba irse a su departamento dejando pasar la noche fría, al pequeño que esperaba a su madre, dormido en dos asientos, lo elevo como pudo y lo llevo a la cama de su madre en la habitación… pensaba… Dios, yo no tengo familia, ni padres, pero me diste muchas bendiciones, te pido de favor, ayudes a Jimmy y a su mami, para que salgan juntos de todo esto y puedan festejar la Navidad.

Candy lo cubrió con la misma cobija y colocaba un brazo de su madre cuidando de su hijo, se sentaba y enternecida, sentía que tal vez si su madre hubiera estado a su lado, así la tendría en vísperas de Navidad.

Un llamado, hiso salir a Candy, había varios mensajes para ella en espera, tomaba los papeles y veía que eran de Albert, confirmándole que se verían pronto, dos días para Navidad y ambos estarían juntos.

En New York….

Albert era sorprendido por instrucciones de viajar a Escocia, ya estaba sucediendo de nuevo, lo mismo que el año anterior, ella estaba moviendo todo para que el viajara y se fuera a una Fiesta agotadora y sin sentido. En ese momento vio hacia la escalera, subió sin escuchar los mensajes y tomo su valija de viaje, clocaba las cosas necesarias y sin aviso salía por la puerta de servicio, tomando un taxi al salir, decidido a llegar a Chicago para dirigirse esta vez a Lakewood.

En el hospital Santa Juana...

Entraba una camilla y Candy era solicitada, se iba tras el nuevo paciente, le colocaba la intravenosa y recibía las instrucciones para continuar atendiéndolo, para cuando se desocupaba pasaba el tiempo y el médico de guardia, la mandaba descansar.

Candy iba a salir del hospital cuando recordó que había dejado a Jimmy junto a su madre, al entrar, la mami de Jimmy, besaba su frente y lo acurrucaba, milagrosamente había despertado, estaba tan feliz, al ver que ya había respondido milagrosamente, llamaba a las enfermeras y todas entraban corriendo pensando lo peor, al ver la sonrisa de la señora quien decía

- Gracias, imagino que cuidaron de mi hijo, se ha quedado dormido junto a mí, eso nunca lo hacía, solo cuando estaba de pequeño, lo dormía en mis brazos. ¡Muchas Gracias! es el mejor motivo de mi vida.

El doctor, entraba al ver a todas las enfermeras reunidas en la puerta, ellas de inmediato atendían las instrucciones y le quitaban al pequeño que dormía aun, lo colocaban en un sillón, dentro de la habitación, por fin ya era muy tarde, tenía que irse a descansar, al salir nevaba muy fuerte, ajustaba su abrigo y caminaba rumbo a su departamento.

Entraba con la cabeza agachada para que no le entrara la nieve, sin ver que alguien la esperaba fuera de su puerta…

Albert, a verla como sacudía su abrigo… sonreía por fin la veía, después de meses de solo escribirse y mandarse mensajes…

Candy al sacar la llave de su bolso, lo vio a él… frente a su puerta, del asombro soltaba la llave, a lo cual Albert estiraba el brazo y alcanzaba en aire.

- Lista para irnos a Lakewood

- ¡Albert!

Un abrazo sincero, cálido y de la persona que más quieres en el mundo… ese es el mejor regalo que puedes recibir…

Oh Blanca Navidad, Sueño,

y con la nieve alrededor

Blanca es mi quimera

Y es mensajera de paz y de puro amor.

Oh Blanca Navidad, Nieve

Un blanco sueño y un cantar

Recordar tu infancia podrás

Al llegar la Blanca Navidad.

La noche, el calor, la paz y el amor… la nieve alrededor, no dejaron que ambos salieran, esa nevada cubrió todo Chicago, inmovilizo los caminos, pero quien dice que no irían a Lakewood…

Un año después, ambos celebraban la Navidad… esta vez… casados y esperando un regalo infinitamente hermoso, con la mejor y más cálida envoltura… el vientre de su amada Candy.

FIN