Naruto estaba frente a él, inconsciente y derrotado. Sería tan fácil matarlo en ese momento. Y entonces, ¿porque no podía hacerlo? El moreno trago saliva con dificultad. ¿Qué era esa punzada de dolor en el pecho que sentía cada vez que pensaba en matar al rubio? ¿Ese sentimiento tan incontrolable que no le permitía hacer lo que debía? De repente, un fuerte dolor en el brazo izquierdo hizo que callera de rodillas en el suelo, con su rostro a 15 cm del rostro del rubio. Su corazón latía tan rápido que parecía que iba explotar. Incluso en algún momento, mientras miraba aquel rostro, creyó que se iba atragantar con su propia saliva. El dolor que lo estaba atenazando en ese momento no era el del brazo, si no uno más profundo y desgarrador. ¿Qué le estaba pasando? Cada vez que tenía que separarse del chico de ojos azules su alma parecía romperse en dos y la sola idea de tener que matarlo era insoportable. Y entonces se dio cuenta de lo que significaba para el aquel cabeza de chorlito. Lentamente se acercó más hasta que sus labios se rozaron un poco y entonces se lo dijo, le dijo lo que sentía por él, su reciente descubrimiento. Ahora que nadie lo oía, ¿qué más daba decirlo? ¿Qué podía pasar? Se permitió darle un suave y rápido beso y se levantó con dificultad. Pronto llegarían a por el rubio y él no podía estar allí. Comenzó a alejarse con pasos lentos y tambaleantes mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. ¿Cómo podía haberse enamorado de la persona a la que debía matar?