Disclaimer: No gano nada con esto, todo pertenece a su autora.

Sumary: despierta aturdido y con una buena ereccion en los pantalones, teme que llegue un día en el que murmure algún nombre y lo fastidie porque sabe que lo único que saldra de sus labios es Sirius, Sirius, Sirius.

Capitulo I. Lupin.

Remus Lupin, transpira e inspira, lentamente, esperando encontrar una respuesta coherente para lo que de repente se ha convertido en una deliciosa tortura.

Piensa entre incoherencias, quien coño le mandaria tomar setas alucinogenas ese día, y recuerda vagamente que como siempre, fue el idiota de Sirius y sus persuasivos ojos azul medianoche los que le convencieron de hacerlo.

Gira lentamente la cabeza, para encontrar a sus amigos tirados en el suelo, Peter intentado comerse lo que viene a ser una pared de la habitación de los chicos y James dirigiendose entre balbuceos hacia el cobertor de la cama, susurrando algo que parece un nombre, las neuronas de Remus suman dos más dos, y entiende que el nombre que susurra James es el de Lily, se reiria pero se acaba percatar de la ausencia de Sirius en la habitación, se levanta, lo busca y se da cuenta de que la cabeza le da vueltas, y tiene que apoyarse en algo que resulta ser la mano de Sirius, todo es muy confuso, Remus siente como su espalda se recuesta contra él,y joder, Sirius suspira y el aire caliente va directamente a la nuca de el licantropo, la misma mano de antes se apoya en su estomago, levantando poco a poco la camiseta, para acariciar suavemente la piel, Remus no puede quejarse porque cuando lo hace una lengua masajea la suya caracoleando en su boca.

Cuando despierta, Remus murmura un joder bastante alto y descubre que de nuevo ha estado soñando despierto, solo piensa;puñeteras setas, puñetero Sirius, desde que las tomo por primera vez siempre le pasa lo mismo, termina con una alucinacion no apta para menores sobre su querido compañero de cuarto, despierta aturdido y con una buena ereccion en los pantalones, teme que llegue un día en el que murmure algún nombre y lo fastidie porque sabe que lo único que saldra de sus labios es Sirius, Sirius, Sirius, y si eso estara acompañado de algún que otro Canuto.

No sabe porque piensa en el de esa manera, solo ha tomado setas tres veces antes, y las tres veces ha acabado igual, intenta negarse, de verdad que lo intenta, pero Sirius con su insistente carácter caníno siempre logra convencerle.

Se levanta con la lengua pastosa y algo seca, intenta por todos los medios mantenerse derecho en dirección al baño, y lo logra mientras se maldice lentamente y se promete una y otra vez que no volvera a tomar setas, por mucho que el cabrón de Sirius insista, y cuando se da cuenta de que de nuevo anda pensando en su compañero de cuarto, se escandaliza, se inclina en el lavabo para hecharse agua por la cabeza y volver a ser el chico responsable, cauto, prefecto, merodeador, licantropo incluso, al que por supuesto de gustan las chicas, Remus John Lupin.

Pero esta mañana los pensamientos de Remus no concuerdan con el raciocionio normal y algo, no sabe que, le recuerda.

Joder, Sirius no es una chica, joder.

Una vez bien despierto, sin pensamientos impuros, o al menos esforzandose en no tenerlos, Remus baja a desayunar con cara de cansancio, una cara que debe reflejarse a metros de distancia, porque una masa pelirroja corre a preguntarle que es exactamente lo que hizo ayer por la noche y que un día sus amigos le van a llevar por el mal camino.

Si no lo han hecho ya...El pensamiento se escurre en su mente haciendole sonreir y que Lily frunza el ceño, seguramente sepa lo que esta pensando.

Comienza a hablar de cosas triviales como la clase de Sprout sobre Mandragoras para mantener a Lily fuera de su pequeño problema con las setas, porque si sabe que la pequeña pelirroja insiste, él como siempre le terminara contando lo que le ocurre.

Cuando lleva un rato desayunando y hablando, les escucha, gritos, risas y bromas.

Peter, James y Sirius se dirigen a la mesa, se sientan, Sirius se sienta al lado suya, y joder, Remus aparta un poco la silla, ¿porqué? No lo sabe, y lo más importante, no quiere saberlo.

-¿Qué tal la noche Lunatico?- Pregunta, con esa cadencia sexual en la voz que siempre tiene, que le hace temblar un poco, de frio se dice a si mismo.

-Pesada- Responde al fin tras meditarlo. -¿Y tú donde la pasaste?- Añade después procurando tener un deje despreocupado en la voz.

-Después de dejar la habitación donde por cierto NADIE- Recalca mirandole acusadoramente, Remus baja la cabeza.-me hacia caso...-Prosigue.-baje a la sala común y pase un rato agradable-

Remus frunce el ceño, sin querer, se dice, no es porque le moleste que lo que habitualmente Sirius llame un rato agradable sea un revolcon con alguna tia de Gryffindor, no le molesta tampoco que se fuera de la habitación dejandolos a los tres solos, le molesta como prefecto, se convence.

Tener sexo en la sala común seguramente rompa alguna norma del colegio.

Una imagen mental aparece en su cabeza, relacionada con Sirius y sexo en la sala común y no lo puede evitar, enrojece, mucho, tanto que Lily empieza a mirarle suspicazmente, y cuando Lily hace eso, el tiende a terminar confesando hasta el color de sus calzoncillos, por lo que prefiere irse, se despide tan apresuradamente que solo se le entienden palabras como trabajo de transformaciones y biblioteca.

A Remus esa excusa le va a costar cara, sabe que los merodeadores no son tontos, que acaban de comenzar el curso, y que no hay ningún trabajo pendiente de transformaciones, recuerda vagamente que él antes de volver a fumar esa droga infernal que probó a finales de sexto, era inteligente y se le ocurrian excusas más buenas que esas y que por insignificante que parezca las palabras sexo y Sirius no le excitaban como ahora.

El resto del día los evita, suerte que tienen entrenamiento de quidditch y Peter no se atreve a preguntarle nada, solo rumia algo sobre la clase de encantamientos que no ha entendido, que necesita que Remus le explique.

Y Remus lo hace olvidandose momentaneamente de sus malas excusas, y del interrogatorio que seguro que vendra después por dos partes, James, Sirius y Lily.

Llegada la noche se tumba en su cama a leer un rato sin bajar a cenar, se convence a si mismo de que no tiene hambre.

Sirius no tiene que ver con que no baje a cenar.

Pero algo, o mejor dicho alguien, interrumpe la calma de la habitación con la camisa a medio desabrochar, el pantalón de quidditch más abajo de lo reglamentario, dejando ver los huesos de las caderas, masculinas, delgadas y una invitación a mirar más abajo.

Remus se sonroja, no piensa, no habla cuando mira el sedoso pelo negro algo mojado, y los ojos de Sirius Black centelleando con algo parecido al enfado.

-¿Qué coño te pasa?- Directo sin rodeos, así es Sirius, Remus piensa que acabara de venir de ducharse después del entrenamiento, y quiere pensar en eso para no fijarse en como la camiseta deja ver parte del estomago plano de su amigo.

-Nada- Responde, le gustaría poder articular algo más pero la mirada intensa azul medianoche no le deja pensar.

-Y una mierda Lupin- Remus está tentado a sonreir, Sirius no puede decir nada sin soltar algún taco, joder, mierda, coño, cualquier cosa, pero ese no es momento y Sirius está enfadado.

-No es nada, solo estoy algo cansado.- Excusa barata, lo lee en la cara de Sirius, Remus solo quiere esconderse debajo de la cama y hacer como si Sirius no existiera, pero claro no ha contado con que él maldito perro sarnoso no tiene los mismos planes.

-Dime que coño pasa Lupin, no estas evitandonos desde la comida porque estas cansado.-

No quiere cabrearse con él, no quiere, pero tampoco quiere que Sirius se meta en si vida, lo atosiga, husmea, le marca, le cela, como un perro y Remus se agobia, no puede con el sentimiento que crece desde hace no sabe cuanto y se cabrea, joder, se cabrea porque piensa que Sirius no le cree capaz de defenderse solo, se cabrea porque Sirius es agobiante, creido, celoso y cotilla, pero sobre todo se cabrea porque no puede parar de pensar en él.

-Dejame en paz, Sirius, solo estoy cansado- Pero aún así no es capaz de hacerle frente, porque sabe que el que tiene la culpa no es Sirius. En realidad, tampoco sabe cual es el problema realmente, pero tampoco quiere pararse a pensarlo.

Sirius frunce el ceño de una manera que a Remus le enternece.

-Joder Lupin, cuando coño vas a contarnos las cosas, joder.- Lupin. Remus reproduce una y otra vez la voz de Sirius al pronunciar su apellido y descubre que le gusta, que tiene una candencia gamberra y excitante que le hace temblar y desear escucharlo de nuevo. Lupin.

Se deja llevar y sonrie, todo su enfado se va a la mierda y decide resignarse, sabe que Sirius no es una chica, sabe que Sirius es el ser más jodidamente arrogante, creido y agobiante del planeta, pero también sabe que algo pasa cuando le oye decir Lupin, cuando le descubre ayudando a Peter a escondidas para que no se destroce su reputación de gamberro, cuando se transforma por el todos los meses en animago, cuando sus ojos pierden el brillo de picardia para dejar fluir a Sirius, sin bromas, sin rodeos cuando habla de su familia, algo pasa, no sabe describir qué, no sabe si le gusta, pero ya esta arto de negarselo así mismo.

Se desace de él con una sonrisa de disculpa y se mete entre las sabanas, esa noche sueña y a la mañana siguiente de su sueño solo recuerda una palabra Lupin, pero reconoce perfectamente la voz, su mente no para de repetir Sirius, Sirius, Sirius, y por primera vez las setas no son una excusa para querer sentir la lengua de su amigo en su boca.