Prólogo
En la más pequeña luna del Nether World (Mundo Inferior) descendía una ceniza muy fina. Descendía sobre dos cuerpos ya cubiertos de ceniza. Descendía sobre un agua mezclada con cenizas. Bloqueaba tanto la luz solar que una medianoche interminable cubría la superficie totalmente revestida de cenizas de la luna.
Y algo más descendía. En las más pequeñas gotas imaginables, caía un fluido de varios colores mezclados, los colores dando vueltas en espiral como si trataran de destacarse entre la fealdad de las cenizas. Eran gotas pequeñísimas, pero había trillones y trillones de ellas, cayendo interminablemente, concentrándose sobre el lugar donde una vez fueron parte del más grande recipiente de desmesurado poder en tres dimensiones.
Había un cuerpo en el suelo en este lugar, no un cadáver exactamente. El cuerpo no tenía latidos del corazón, no respiraba y no había actividad cerebral. Pero en algún lugar en este había un pulso lento que se apresuraba un poco mientras las pequeñísimas gotas de Poder caían sobre él. El pulso estaba hecho de nada más que un recuerdo. El recuerdo de una chica con ojos azul oscuro y cabello dorado y el de una cara pequeña con grandes ojos marrones. Y el sabor: el sabor de las lágrimas de dos doncellas. Elena. Bonnie. Poniendo estos dos recuerdos juntos, formaban no exactamente un pensamiento, no exactamente una imagen. Pero para alguien que sólo entendiera palabras podría ser traducido como: Están esperando por mí, si puedo descubrir quién soy. Y eso estimuló una feroz resolución.
Después de lo que parecieron siglos pero fueron sólo unas pocas horas, algo se movió en las cenizas. Un puño se alzó. Y algo se removió en el cerebro, una revelación de sí mismo. Un nombre.
Damon. **
** L. J. Smith: Vampire Diaries. The Return: Midnight. Cap. 44 (traducción propia)
