Soul Eater no me pertenece


Se levanto de la cama y se acerco al espejo, retiro la sabana negra que ponía cada noche por ordenes de él

Que aspecto más patético. Los chupetones y mordidas rojo-purpura por toda su piel, las cicatrices de arañazos que volvían a abrirse cada noche, y el dolor cada día menor en su trasero.

¿Porqué? ¿Por qué hacia eso? ¿Acaso era débil? No, sabía bien que, si hubiese querido, se podría haber defendido, podría haber evitado todo desde un principio, así que la respuesta era bastante fácil.

Lo amaba.

Sin importar que Black Star repitiera cada noche la rutina de colarse por su ventana y cubrir el espejo por si a Shinigami-sama se le ocurría aparecer, cubrirle la boca y arrancarle el pijama, tomar su cuerpo con violencia y sin la mínima muestra de cariño, sin la mínima compasión...

Kid seguia amándolo. Le dolía saberse solo un juguete, solo una distracción cuando Black Star tenia ganas, ser algo que podría desechar cuando quisiera; pero aun asi, ese era un sentimiento implacable, cada acción de peliazul le alegraba, cuando se metia en problemas se preocupaba, le ayudaba con los deberes y con la recolección de almas, todo, a cambio de nada.

Bajo lentamente a la cocina, cubierto solamente por su bata. Liz y Patty habían hecho noche de chicas con Maka y aun no regresaban.

Se preparo un café bastante cargado y saco unos pastelillos del refrigerador. Ese fue su simple desayuno.

Volvió a subir a su recamara con la intención de vestirse, olvidando por completo que probablemente seria buena idea tomar una ducha. De todas formas, le gustaba el aroma de la piel de Black Star pegado a él. Enseguida abrió su closet, sin mirar nada más.

Cuando volteo una sombra, o eso parecía, salió del cuarto arrojándose por la ventana. Quería ir a ver que había sido eso, pero su atención fue atrapada por la caja negra sobre la cama.

La tomo examinándola con cuidado, y al quitar la tapa se llevo una pequeña sorpresa. Su rostro fue iluminado por una timida sonrisa

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Mientras tanto Black Star caminaba a su casa con una sonrisa socarrona. Su confianza se elevaba al máximo. Era cierto que había sido un bruto con Kid, pero solo por que no sabia como expresarle sus sentimientos y se había dejado llevar por la locura y la lujuria. Pero ahora había decidido "enmendarse"

Imagino la expresión de SU shinigami con el regalo que había dejado.

-¡YAHOOO!- grito antes de echar a correr de regreso a casa de Kid, tal ves, también le regalara un beso


Y traigo conmigo esta cosa, en la mañana se me ocurrio y no resisti a escribirla.

Espero sea de su agrado

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