-De nuevo aquí…. ¿Hasta cuando seguiré con esto? Supongo que no tardara mucho Mario en rescatarme, creo que Bowser debería dejar de intentarlo, nunca me gusto, no me gusta, no me gustara- se recostó en la pequeña cama situada en el centro del cuarto, estaba muy sucio pero eso no le importaba- así de fácil, pero aunque Mario lo derrote, no tardara mucho en aparecer de nuevo para secuestrarme-
Bowser entro entusiasmado a la habitación, estaba en la punta de una torre que conectaba con su castillo que esta vez era diferente, no había lava y no tenia las típicas estatuas "Narcisistas" del rey Koopa, en vez de eso tenia un amplio patio emblanquecido por la nieve, el castillo era de un diseño hermoso, se situaba entre unas colinas que no permitían ver mas halla de las puntas de estas.
-Perdón por recibirte de esta manera pero cuando llegue las cosas no estaban listas – dijo bowser, su grave y firme voz hacia retumbar la ventana, estaba sonriendo, tenia las manos detrás de la espalda al mismo tiempo que miraba fijamente a Peach. Ella no hizo nada que desviar su vista hacia el piso, se levanto de la cama y camino hacia la puerta, Bowser se hizo a un lado para dejarla pasar, era lo mismo que siempre. Ella seria llevada a una jaula colgando del techo además debajo de ella estaría un lago de lava. Cuando levanto la mirada se encontró con otra mujer. Era mas joven que ella, no por mucho al menos 2 años, era delgada y un poco mas alta que ella.
-Sígueme- Bowser un tanto molesto se adelanto y las dos lo siguieron, bajaron un buen número de escalones hasta llegar a un pasillo con pinturas de los que suponía eran familiares suyos, a su derecha había enormes ventanas que daban hacia el patio, las ventanas eran casi del tamaño de la pared y median como 2 metros de ancho cada una, además solo tenían una muy pequeña separación entre ellas. El camino se le hizo largo aunque no caminaron mas de 10 metros, la vista era todo su mundo en ese momento.
Subieron unas escaleras y un pasillo mas con muchas puertas. Llegaron a una puerta que era diferente todos los demás, era roja, la mujer abrió la puerta y entro, seguida de ella entro Peach y Bowser.
-¿Qué es esto?-
-Te quedaras aquí por los próximos 2 meses- Bowser tenía una sonrisa tímida en ese momento- incluso más-.
-¡Estas loco!, no me quedare aquí…- se detuvo para observar la habitación, un tapiz verde opaco, una cama en la esquina, varios muebles, un closet blanco, una mesita de vidrio, y una lámpara que sobresalía de la pared arriba de la cama. La decoración estaba bien hecha, le parecía extraño que Bowser tuviera esos gustos, tanto la decoración del cuarto y el pasillo la habían asombrado, era un poco deprimente pero quedaba perfectamente con el ambiente invernal de afuera, de hecho le daba tranquilidad ese lugar.
-Yo sé que al final de este tiempo me amaras- Lo pronuncio con tanta seguridad que Peach se enfureció, tomo uno de los cojines de la cama y lo lanzo con fuerza a su cara, Bowser lo detuvo con su mano y sonrió- Salma, quiero que su ropa nueva este aquí para mañana- Cuando pronuncio la ultima palabra el abandono el lugar.
-Claro, enseguida- sonrió y de un cajón saco una pijama para hombre de cuadros y la puso en la cama-
-¿Quién eres?-
-Como lo dijo Bowser, me llamo Salma- Desdoblo el pijama- Por cierto- Su semblante amable cambio a uno un poco amenazador- se lo que el rey Bowser quiere y déjame decirte que no lo mereces-
-¿Merecer que? Esa tortuga amorfa, paso-
Salma se acercó a ella
- No eres más que una pe&& , sé que él se dará cuenta de eso, y te olvidara-
- Ese es el plan-
Se miraron fijamente, pasaron 10 minutos y Peach no lo soporto mas, desvió la mirada a la pared, Salma se alejó con una sonrisa y dejo la habitación. Peach vio un pequeño reloj que marcaba las 9:58, se puso esa pijama, le quedaba un poco grande, dejo su vestido en una silla, se recostó en la cama sin siquiera levantar las sabanas y se quedo dormida, toda la noche no soñó mas que la mirada maliciosa de Salma.
