Bueno, se supone que es un darkfic o por lo menos un intento de ello, Juls, espero te guste. La verdad me preocupe mucho cuando dijiste que querías un fic de este género, mi primer pensamiento fue ¿como diablos escribiré algo así cuando ni un triste lemon se escribir? Pensando y pensando en una posibilidad de escribir un fanfic de acuerdo a tu gusto se me ocurrió esta extraña idea, si encuentras que quedó inconcluso y quieres un mayor desenlace me avisas y lo haré pero sino el final sera así como esta. Libre para que el lector imagine cualquier cosa.


Muchas personas viven con la zozobra de saber que algo malo los acecha, otras ni siquiera cuenta se dan, y otras hasta lo ignoran pero ella no podía seguir ignorando lo que le venia pasando.

Sabia que algo muy oscuro estaba a su alrededor, lo sentía, cuando se iba al baño y cuando se iba a la cama, incluso estando en la escuela rodeada de tantas personas sentía una fría mirada tras de si, incluso hasta pasos detrás podía escuchar, pero como siempre sus ojos nada percibían.

Era un aura tan oscura que sentía una oscura mirada clavada en ella, los vellos de su nuca se erizaban cada vez que se encontraba sola y todo, absolutamente era culpa de ese maldito cuadro. Tantas veces intentando deshacerse de el y este aparecía solo en su habitación.

En un principio solo eran dos pares de obscuros ojos retratados en un antiguo cuadro que databa de por lo menos hace un siglo. Un paquete anónimo que llegó a su casa a su nombre, "Para Hinata Hyuuga de un admirador", tan sencillo como eso y tan perturbador que se volvería.

Mas de una semana había transcurrido desde la entrega de ese regalo y cada vez que lo miraba notaba como sos ojos se volvían rojos, cuando lo comenzó a notar pensó que su imaginación le jugaba una mala pasada pero de un obscuro tan profundo como una noche sin luna a un rojo escarlata era para alarmar a cualquiera.

En su habitación nadie entraba, solamente el personal de servicio y dudaba que estos cambiaran el aspecto de su cuadro.

A su madre la había perdido hacia un par de años producto de una enfermedad, su padre trabajaba tanto que escasamente lo veía una o dos veces al mes, su hermana pequeña estaba internada, según su padre para educarla mejor porque era bastante rebelde. Se podía decir que no tenia una buena relación con su familia, a quien realmente extrañaba era a su primo, a quien siempre vio como un hermano, si pudiera dar la vida por él gustosa lo haría. Luego de un accidente donde murieron sus padres, Neji Hyuuga estaba en estado de coma, los médicos dudaban que algún día despertara pero ella no perdía la esperanza, no podía hacerlo ya que era lo único que tenia.

Su vida era miserable, con muchos lujos y nada de felicidad en la vida, cada vez que esperaba algo bueno, la vida se burlaba y le escupía en la cara, tenia solo 15 años pero en su rostro se veía la experiencia de toda una vida de soledad.

Ni una sola amiga en la escuela pero eso no le importaba, ella misma se creo una coraza que le impedía relacionarse con los demás, a su alrededor se escuchaban murmuraciones y rumores "esa es la princesa Hyuuga, se cree mejor que el resto del mundo", "allí va quien no se junta con la plebe" tantos comentarios y ella ni atención les presta, si el resto del mundo se había creado una imagen de ella, por supuesto que no perdería su tiempo tratando de borrarla, después de todo siempre la criticarían, cuando era buena y sonreía a los demás hablaban y cuando no lo hizo mas también lo hacían, entonces ella no viviría para complacer a esos descerebrados que no tenían nada que hacer.


Atada y desnuda en una cama se encontraba ella, un par de hombres cuyos rostros estaban cubiertos la acariciaban y besaban, de vez en cuando un pequeño rasguño o una mordida, sus erectos pezones a cada toque adquirían mas vida y su entrepierna femenina quemaba, estaba ardiendo y aunque su mente trataba de resistirse, su cuerpo estaba en llamas, necesitaba desesperadamente sus caricias, anhelaba que la hicieran suya pero luego de acariciarla e incendiarla se iban y la dejaban sola en medio de la oscura habitación. Luego de cada cierto tiempo ellos regresaban y repetían el mismo procedimiento, era como estar en una tortura, una dulce tortura de la cual ella quería liberarse pero de la que no podía, después de todo nadie puede evitar soñar lo que sueña, y he ahí otro síntoma mas que le ocurre desde que es cuadro horripilante estaba en su habitación.

Era de lo mas extraño y escalofriante, sentir la intensa mirada de esos ojos que bien sabia ella que no solo estaban retratados, estaban vivos, de alguna manera ella sabia que así era pero no podía contarle a nadie, no tenia a quien y de tenerlo seguro la tildarían de loca y la encerrarían para siempre en un psiquiátrico.

Cuando recibió el cuadro le resultó extraño puesto que no solía recibir nada de ningún admirador secreto y de alguna manera los ojos del cuadro le produjeron escalofríos en su cuerpo, hecho que decidió ignorar, aun así, dejo el regalo en una parte de la casa, alejado de su habitación y de la sala de recibo, menuda sorpresa se llevo al encontrarlo en su cama luego de salir del baño. Nuevamente lo llevo afuera solo para despertar con el al lado de su cama tirado en el suelo.

Y justo esa noche comenzaron los recurrentes sueños de estar prisionera a merced de dos hombres, despertándose bañada en sudor y con dolor en sus muñecas, aparte del claro signo de haber experimentado excitación. Al darse cuanta de su situación una corriente fría recorrió cada célula de su cuerpo y su habitual piel blanca palideció mas de lo normal.

Inmediatamente tomo el cuadro y lo llevó hasta la chimenea donde lo arrojó y no se aparto de su lado hasta no verlo convertirse completamente en cenizas.

Bueno, ahora si estaba asustada, llegó a su habitación y de nuevo el cuadro en el lugar donde ella dormía, su cuerpo comenzó a temblar presa del miedo y cerró los los fuertemente mientras sentía como dos pares de manos recorrían al entero su cuerpo, era una sensación de terror pero al mismo tiempo placentera, reconocía ese toque, era el mismo de la noche anterior, quiso gritar, moverse da ahí y salir huyendo pero su cuerpo no reaccionaba, ni sus ojos se abrían, solo estaba ahí como paralizada mientras era acariciada toda su humanidad sin recato alguno.

Al cabo de quien sabe cuanto tiempo una fuerte brisa azotó las ventanas de su habitación y nuevamente fue dueña de su cuerpo, estaba ¿acostada? En la cama mientras que el extraño cuadro yacía colgado en medio del cabezal de la cama.


Las horas se convirtieron en días y los días en meses, los sueños no habían cambiado en lo absoluto y ya no volvió a tratar de deshacerse del cuadro, ya estaba acostumbrándose a todas esa cosas extrañas cuando de repente ya no sintió mas la presencia de esos dos que la perturbaban.

Nuevamente su vida volvió a la normalidad, incluso los ojos del cuadro volvieron a ser negros y eso era aun mas extraño. Se sintió tentada a deshacerse de el pero lo desechaba de inmediato, sentía que si lo hacia esos extraños se enfadarían y le intentarían hacer daño, por eso el perturbador cuadro permaneció en ese mismo lugar, al cabezal de la cama.

Una año ha transcurrido desde que su vida volvió a la normalidad, ya no mas sueños extraños y presencia sobre ella todo el tiempo. Unos extraños sucesos que quedaron en el pasado y de los cuales no pensaba decirle a nadie. Ese era un nuevo año escolar y por lo tanto una nueva vida, aunque solo sea un decir, estaba segura que ni los profesores los cambiarían, los mismo estudiantes, los mismos maestros, la misma vida sin sentimiento y sin sabor, oh, pero cuan equivocada estaba.

Solo llegar a la escuela observó todo un revuelo, las chicas tenia un gran alboroto, todo por un nuevo estudiante, un joven muy apuesto, de cabello negro e intensa mirada obscura como la noche, muy parecidos a, a...

-Buenos días hime.

Una voz peligrosamente atractiva y varonil susurrada en su oído interrumpiendo su linea de pensamientos. Inmediatamente volvió su vista para no encontrar a nadie cerca, a lo lejos pudo divisar a un hombre joven con el cabello tan azabache como el otro, de profunda mirada negra y unas marcas que salían debajo de sus ojos, tal como las del cuadro. Sus ojos se abrieron con sorpresa que no pudo reprimir y le vio sonriendo de manera extraña, escalofriante, se sentía presa de su intensa mirada pero al mismo tiempo sentía otra mirada tan profunda como la primera clavada en su espalda, poco a poco su cabeza fue virando hacia el otro lado hasta encontrarse con los ojos del mas joven quien la miraba igual que el otro.

Una sensación que no sentía desde hacia tiempo se apodero de ella, era eso mismo que sentía en el pasado, una extraña mezcla entre el miedo y la excitación, era como saber que consumirías cianuro pero que no podías detenerte, solo verlos y ya sabia que estaba atrapada, ellos harían con ella lo que quisieran y nada podría hacer para evitarlo. Estaba bajo los ojos del demonio o mejor dicho de los demonios.


¿Y bien? Se que no es tan oscuro como debería pero fue lo que mejor pude escribir de algo de lo que casi no me desenvuelvo. Me disculpan los errores de ortografía o de redacción, si les gustó me dicen y si quieren conti también, si eligen esta opción, me dicen que quieren leer en una segunda parte.