Hasta el último aliento

1. Prólogo

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Realmente desde pequeños habia sucedido, los habian comprometido en matrimonio. El, un chico distraído, alegre y que necesitaba mano dura; ella, la chica fría y extricta que podria hacer de el un hombre perfecto.

Que se podia decir, la pareja ideal.

Yoh Asakura y Anna Kyôyama, desde pequeños mostraban claras muestras de amor mutuo.

Ella, lo entrenaba sin cesar, el, obedecia sin reprochar. Esa era la mejor forma en la que expresaban su amor, todos sus amigos cercanos lo sabian... y no se atrevian a dudar.

Pasaron los años, el chico de cabellos castaños se habia convertido en el Shaman King, para darle grandes lujos y riquezas a su querida prometida.

Era por ello que lo entrenaba... y no, no por las grandes casas, joyas o dinero que este pudiese darle.

El simple hecho de tener su amor le bastaba, y le bastaba para mucho.

Pasaron los años, como sin nada.

Annita, era una mujer de provecho, bastante culta y de la misma forma hermosa. Hacia un tiempo habia desarrollado cualidades en las artes manuales. Lo cual seria de gran ayuda para cuando vinieran los hijos, o al menos eso decia el Shaman King.

Yoh, seguia siendo tan olgazan como siempre, aunque siempre asistía a su trabajo (puntualmente) y obtenia de buena manera el dinero, además de que se ocupaba de las tareas del hogar y cocinar (por ordenes de su prometida). Lo cual llegaria a ser un gran ejemplo para sus hijos cuando estos llegaran, eso decia la rubia.

Habia llegado el feliz matrimonio, aunque no tan feliz para ellos.

Realmente creyeron al principio que todo seria feliz, una grata familia de shamanes, una casa suficiente para cuidarlos a ellos, sus hijos y los colados amigos de Yoh que de vez en cuando se aparecian por ahí.

Los regalos, habitaciones, canciones... ¡Vaya! ¡Hasta los pañales estaban listos! Solo faltaba un mínimo detalle... simplemente aquello, sin el cual, no se podria formar una familia feliz...

-¡Levantate olgazan!-gritaba la fría rubia mientras le quitaba el futon de encima a su esposo, a quien le salia una burbuja de la nariz. La chica levanto una ceja mientras mostraba bastante enojo en sus ojos-¡No me colmes la paciencia, sera mejor que te apresures o no llegaras al trabajo!

-Voy Anna...-dijo perezoso, como si fuera un niñito de escasa edad.

El chico se levanto arrastrando los parpados, mientras se quitaba los escasos cabellos que estorbaban en su frente y comenzaba a doblar el futon.

Se metia directamente al baño, donde 10 minutos después salia como un hombre nuevo. Peinado, bien vestido y con una gran sonrisa en la cara.

Se limitaba a tomar una de las tostadas que se encontraban encima de la mesa y untarlas de mantequilla, un poco de café el cual se tomaba rapidamente para después conducir el auto hasta su trabajo, no sin antes darle un cariñoso beso de despedida a su mujer.

Todos los días eran así, los dos años que llevaban casados se repetia la misma rutina. Aunque, la sonrisa que mostraba Yoh con el tiempo se iba opacando, y el beso que su mujer y el compartian, se limitaba a un ligero toque de labios.

Todo habia cambiado, y al parecer, no era para bien.

-Yoh, ¿podrías dejarme el auto? Necesito ir a comprar la despensa...-decia Anna, justo cuando este se disponia a ir al trabajo. Sin despedirse, como los ultimos días.

-Claro Anna...-dijo con cierta pereza, mientras cargaba su saco como un costal cualquiera-...lo desocuparias para la tarde?

-Si- se limitó a decir

-Entonces me lo llevare a la hora de la comida, si no te molesta-

-No es molestía, es tu auto-dijo secamente.

Y así, con un ligero meneo de mano se despidió mientras vagaba por las calles.

Veía a todas aquellas parejas pasar felizmente, algunas paseando a sus hijos en carreolas, otras empujando a sus niños en el tobogan o en los columpios.

Aunque no lo pareciera, ese aire llenaba de melancolia a Yoh. El simple hecho de pensar como su mujer no habia comentado nada sobre tener hijos le asustaba...

Realmente su matrimonio se estaba desmoronando, pero algo le decia que no debia impedir que sucediera.

Yoh no habia tomado la iniciativa de tener hijos, y eso le preocupaba... ¿Qué tal si Yoh ya no la queria? ¿Y si el buscaba una mejor vida alejada de ella?

La rubia trato de alejar ese pensamiento durante el resto del camino, pero se le era imposible.

Por mas que quisieran, por mas que trataran, no podian evitar en que podria terminar su matrimonio...

Separación.

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Notas de Juri-chan.

Ok! Heme aquí yo, trayendo un nuevo fic ^^... ¡Por cierto! Antes de que ustedes me maten... (señala a las fans del YohxAnna que estan a punto de linchar a Juri) ...es mi deber informarles que este fic no va a terminar como ustedes creen... bueno, quien sabe como lo crean =P, pero realmente les va a gustar el final ^^.

Antes de continuar este fic debo preguntar.... ¿Realmente les gustan mis fics? Ya saben, eso de los reviews a veces llega a desanimar mucho, y si de repente noto que a la gente no le agradan mis fics ¿para que sigo escribiendolos? Así que espero sus comentarios, para seguir escribiendo este o cualquiera de mis otros fics ^^.

Si u leita!

Juri-chan

mashi@otakumail.com